Unos 15 días antes de que lleguen los demás residentes.
Has llegado hace muy poco al balneario. Curiosamente se encuentra vacío y en completo silencio.
Todo se encuentra limpio y en perfecto estado, como si alguien lo hubiese mantenido así, incluso los baños termales están completamente limpios.
"Qué curioso", piensas al encontrar un traje de conejita colgado de la puerta de una de las habitaciones.
¿Ummmm?, ¿qué hace esto ahí tirado...?
Me pregunto mientras miraba el traje ahí tirado, miro hacia un lado y hacia otro del pasillo y cojo el traje.
Parece muy mono el traje, voy a probarmelo...
Me quito la chaqueta y la corbata, luego me desabrocho la camisa y mi falda y me lo quito todo para luego doblarlo y dejarlo todo sobre una silla, entonces cojo el traje de conejo y me lo pruebo, en cuanto termino, me miro al espejo.
Vaya...¿no...no es un poco atrevido...?
xD
Me he dado cuenta de que ha entrado alguien, así que comienzo a seguir la presencia por todo el lugar "¿Un ladrón quizás?" Me había vestido de lobo y no me había dado tiempo de cambiarme, por lo que iba con mi cosplay a pelear contra quien fuera.
Al llegar sufro una hemorragia nasal, al ver a una preciosa y sexy conejita "¿¡Pe…pero qué demonios!?", me quedo unos segundos mirándola, hasta que sonrío y salto contra ella, poniendo tapándole la boca y la nariz con un pañuelo impregnado en cloroformo.
EN cuanto ví a aquel extraño chico vestido de lobo, empecé a gritar, pero no me dió tiempo a gritar auxilio pues mi vista se nublaba me sentía muy mareada hasta que cierro mis ojos quedandome dormida.
La arrastro hasta mi habitación y me quedo mirándola "Está muy buena…voy a divertirme un rato".
Saco dos cadenas de un cajón y le pongo unos grilletes en las muñecas, para después amarrarla a mi cama y esperar a que despierte, poniéndome en un lugar fuera de su vista.
En cuanto despierto, voy abriendo los ojos lentamente y voy mirando de un lado a otro medio atontada.
¿Dónde...dónde estoy...?, ¿qué ha pasado...?
En cuanto muevo una de mis muñecas, noté que estaba bien encadenada y atada a una cama.
¿Qué es esto?. ¿por qué estoy atada...?
Comienza a sonar la música cuando con el mando a distancia enciendo el equipo de música, y luego me arrastro hasta que mi boca queda detrás de tu oreja derecha
-No tengas miedo…solamente vamos a divertirnos…el lobo feróz y la conejita
Paso mi lengua por tu cuello con delicadeza, disfrutando de tus escalofríos.
¿Quién...quién eres...?
Le preguntaba muy nerviosa a la vez que me sonrojaba cuando pasaba su lengua por mi oreja.
¿Por...por qué me haces esto...?
Le puse ojos vidriosos mientras intentaba tirar de las cadenas y liberarme.
Sonrío, clavando mis dientes débilmente en su cuello
-Soy Kurogane…a partir de ahora seré tu amo
Le doy besos en el cuello, lentamente
-¿Por qué hago esto?…mi pregunta es…¿Por qué no?
No...no es que no puedas, pe...pero...¿qué pretendes...?, ¡cómo te atrves a...tocarme así...?
Le pregunto un poco nerviosa, ruborizada, pero algo molesta, intentando resistirme a sus actos.
Me echo a reír y de un salto caigo delante de ella, para después girar y encararla
-No deberías hablar así a tu amo…no te lo recomiendo
meto mis manos bajo su sostén y le pellizco los pezones
-Ahora repite conmigo- pongo voz de maestro -Soy su sirvienta, Amo Kurogane
¡A...ay...!
Grité un poco de dolor cuando me pellizcó los pezones y luego se volvieron algo duritos y, en lugar de dolerme, gemía.
Ah...Soy...soy...tu sirvienta...amo Kurogane...
Le contesto con dificultad, entre los gemidos y que me pellizcaba los pezones, me costaba.
Me echo a reír
-¿Eres una conejita un poquito caliente no?- le retuerzo algo más los pezones y bajo una de mis manos, lentamente, mientras mi boca se encuentra de nuevo mordiendo su cuello, cerca de su oreja izquierda.
N...no...eso no es...cierto...
Le decía entre gemidos un pelín más altos que antes.
Sonrío, deteniendo mis mordiscos en su cuello y acariciando su vagina por fuera de las braguitas
-¿Segura que no eres una conejita muy caliente?- la acaricio más rápido, sonriendo al escuchar sus gemidos -Dime que eres…o pararé
¡A...ah....!
Dí un pequeño grito cuando sus dedos acariciaban mis braguitas, torturandome para obligarme a gemir.
Yo...yo soy...yo soy...sólo una,,,conejita...
Me rendí completamente.
Me detengo, mirándola
-Te ha faltado un adjetivo después de lo de conejita…¿Cuál era?
Bu...buena...soy una conejita buena...
Le contesto entre gemidos notando como sus dedos querían entrar más adentro de mi estando sólo acariciandome por fuera.
Mi mano izquierda va a su cuello y comienzo a hacer presión, mientras la derecha rompe sus braguitas y meto dos dedos en su vagina
-Eso no es lo que quería oír- aunque mi mano aprieta delicadamente comienza a faltarle el aire -¿Qué clase de conejita eres?…solo tienes esta oportunidad de decirlo bien