Partida Rol por web

Con un juramento Jefe descolgó el aparato más próximo y empezó a impartir órdenes a los equipos de acción correspondientes, saltándose ligeramente el protocolo a fin de actuar lo antes posible. Cada segundo valía su peso en agua:

- ¡Deprisa, poneos en movimiento! ¡Tenemos varios tanques de agua dañados y perdiendo agua al espacio! ¡Hay que cerrar las tomas de agua que sirven de agua corriente a la nave desde los tanques dañados para evitar la descompresión!¡También hay que poner las bombas de trasvase a trabajar al máximo rendimiento para pasar todo el agua posible de los tanques dañados a otros que no lo estén! -

Una vez recibida la confirmación de que la orden está en ejecución, Galen marca el número para establecer comunicación con su oficial superior. Cuando este se pone al aparato dice:

- ¡Señor! ¡Aquí el suboficial en jefe Galen Tyrol! ¡Hemos detectado daños en los tanques de agua y estamos perdiendo liquido al espacio! ¡Pido permiso para movilizar a los equipos de emergencia para cerrar las tomas de agua que sirven de agua corriente a la nave desde los tanques dañados para evitar la descompresión!¡También para poner las bombas de trasvase a trabajar al máximo rendimiento para pasar todo el agua posible de los tanques dañados a otros que no lo estén! -

Cuando la gente comenzó a entrar me quedé muda y paralizada. Permanecí en pie mientras todos hablaban a mi alrededor, pero mi cabeza era un torbellino de pensamientos. Poco a poco, las palabras de cada uno fueron calando en mi mente y volví a la realidad del presente que me rodeaba. Necesitaba pensar un momento, pero sobre todo averiguar si las ideas que me torturaban sobre la causa de la explosión se confirmaban.

Boomer permaneció de pie escuchando las palabras de cada uno. Cuando todos se fueron alejando permaneció en pie unos instantes, con la mirada algo perdida en el infinito sin percatarse aparentemente de la existencia del Dr. Se volvió ligeramente cuando Galen se alejó, y de repente, giró sobre si misma y se dirigió a la puerta de salida con decisión

La primera persona que contestó en el CIC fue el suboficial de comunicaciones Dualla que ante tu solicitud urgente se apresuró a pasarte con el Coronel Tight, el cual tras ponerse al aparato escuchó atentamente tu explicación.

"-Permiso concedido en cuanto al cierre de las tomas de agua, suboficial Tyrol-"contestó de manera escueta en cuanto hubiste terminado, consciente de que cualquier acción había que tomarla de manera inmediata."-Sin embargo, ni se le ocurra poner las bombas de trasvase a trabajar-"ladró haciendo honor al apodo que algunos en la nave le habían puesto"-Si hacemos eso, la fuerza de descomprensión proveniente del espacio podría arrancar las bombas y provocar una nueva rotura con lo que perderíamos irremediablemente el poco agua que nos queda a salvo. Me temo, señor Tyrol que no hay ninguna solución-"concluyó y por un momento percibiste su desesperación.

- ¡A la orden señor! - maldiciendo internamente por la falta de conocimiento mecánico de su superiores, Galen, sin colgar el teléfono, pulsa unas cuantas teclas y da la contraorden a sus equipos de emergencia en lo referente al bombeo del agua. Sabe que seguramente habrían podido salvar mucho más líquido, pero la cadena de mando está ahí para no ser discutida, o perdería su efectividad en situaciones críticas.

Tus dos ayudantes, Cally y Socinus habían seguido de cerca tus palabras y una vez hubiste colgado te miraron con caras desencajadas por la preocupación.

-Jefe...¿cuantos...cuanta agua cree que habremos perdido?- preguntó con voz ligeramente conmocionada la especialista Henderson cuya mejilla, la que se había llevado el golpe, comenzaba a adquirir un tono violáceo. No tuviste tiempo de contestar ya que el timbre del teléfono cuyo auricular todavía sostenías comenzó a sonar de nuevo. Te diste cuenta entonces que Cally no había tenido que gritar para hacerse oir y que podías oir claramente la llamada. La alarma finalmente había sido cortada, aunque las luces continuaban parpadeando en el panel ante el que estabas.

-"Suboficial Tyrol, al habla el coronel Tight. Seleccione a un equipo de cuatro personas más usted para ir a examinar esos tanques en cuanto el poder acceder al interior de estos sea seguro. Calculamos que en aproximadamente cuarto de hora el agua que no ha podido ser salvada será vaciada al espacio. Sus órdenes son asegurarse de la integridad de los tanques adyacentes así como de estudiar lo que ha pasado en los otros y la integridad del casco. Un raptor pilotado por la teniente Valerii les acompañará desde el espacio para evaluar el daño desde fuera. Informe al puente en cuanto esté listo para ejecutar la misión"- la voz de Saul Tight sonó tan desabrida como siempre sino más. No esperó contestación. Una vez dichas sus órdenes se limitó a colgar para dejar libre la línea.

- ¡¿Un cuarto de hora?! Si me hubieran dejado hacer mi trabajo podríamos haber estado recuperando agua durante todo ese tiempo. Ahora lamentaremos todos y cada uno de los vasos de agua que no nos podremos beber.-

Galen, bastante frustrado y refunfuñando cumplió las órdenes de su superior.

- ¿Que si lo creo? Estoy segura de ello - Starbuck continuaba seria, y abriéndose paso de la forma que lo necesitaba, llegó a las puertas de la cubierta de hangares - Lo que te preguntaba es, ¿cómo estás tan seguro que puedan haber sido ellos? ¿Cómo crees que llegaron a atacar nuestros tanques de agua, cómo llegaron los Cylon a nosotros para volarlos y nuestros radares no detectaron ningún acercamiento? ¿Cómo, si hace más de una semana que no tenemos noticias de ellos, y como te habrás dado cuenta, no ha habido ninguna alarma general de ataque?

Su paso rápido no daba tregua al pobre joven que intentaba seguirla. No podía ni quería hacerlo: aquello era la guerra. Todos formaban parte del mismo cuerpo y para defender a uno sólo de ellos, Starbuck estaba dispuesta a matar a miles. Pero no podían acarrear con inútiles, ni con indecisos. No había tiempo para tratos suaves. Los niños crecerían a golpes, y aquel tenía la suerte de no estar en la posición de tener que empuñar un fusil. Era hora de que entendiera que estaban allí porque hablar y hablar no había llegado a ningún lado, y que continuar hablando y escondiendo la cabeza detrás de la incertidumbre y lo imposible sólo iba a conducir al exterminio de la raza humana.

Starbuck frunció los labios, mientras miraba a su alrededor en búsqueda de los demás.

- ¿Qué sabes de lo que ocurrió con la Olympic? - preguntó, al mismo tiempo que escrutaba con más atención y luego se echaba a andar de nuevo - ¡Jefe! - gritó, y su voz buscaba entre el mar de gente mientras ella misma se habría paso buscando - ¿Quién de ustedes ha visto a los civiles de la comitiva de la Presidenta? Tengo órdenes de reunirlos - se volvió hacia Keikeya -  Si ves a alguno, llámalo. No pueden haber ido muy lejos.

Acosado por tus preguntas, que lanzabas contra él como si estuvieses disparando los misiles de tu Viper, el rostro del joven secretario adquirió una expresión de confusión. Con los ojos desorbitados, vaciló mirando a uno y otro lado como si esperase que alguien fuese a correr en su ayuda. Totalmente enmudecido, abrió varias veces la boca en un intento de decir algo, para luego cerrarla igual de rápido, desesperado. Finalmente, justo cuando entrábais en el hangar, terminó por trastabillar y a punto estuvo de caer al suelo. Si aquel encuentro hubiese sido un combate, sin ninguna duda en aquel momento se le hubiera declarado oficialmente knoqueado. Mientras Billy intentaba recuperar el equilibrio, tu te giraste a ambos lados llamando a voces al suboficial Tyrol.

-El suboficial Tyrol está ocupado preparando el examen te los tanques de agua, señora- comentó el especialista Figursky acercándose hacia ti. El ambiente parecía haber vuelto a la normalidad en la cubierta de hangares y, salvo aquellos que estaban preparando los equipos para salir al espacio, el resto del personal había vuelto a sus ocupaciones. Figursky frunció el ceño mirándote con detenimiento. Parecía que tu comportamiento no le había hecho mucha gracia, pero aun así añadió- si está buscando a los civiles, dos de ellos estaban aquí antes de la alarma, el teniente Allison estaba enseñándoles los Mark VII en la cubierta de Babor. Supongo que seguirán allí- terminó encogiéndose de hombros.

A tu lado el secretario que parecía haber recuperado la compostura exclamó con voz estridente.

-¿Los Mark VII? ¿Tienen alguno de esos? Siempre he querido ver uno...

Starbuck asintió, molesta consigo misma. Claro, ¿cómo había podido olvidar que Jefe estaría en el espacio?

- Gracias. Si ves alguno de ellos, diles que vayan directo a la sala de comida - respondió a Figursky, y echó una mirada a la cubierta de hangares desentendiéndose por completo de la reprimenda que dictaban sus ojos. Sólo cuando se hizo una idea relativamente aproximada de cómo estaba todo, que le tomó sus buenos dos segundos, miró fijamente al especialista como si estuviera esperando que se animara a decirle algo al respecto. Como el hombre no abrió la boca en esa dirección, se dio vuelta hacia su acompañante, arqueando las cejas - ¿Que si tenemos de esos?

Starbuck quedó en silencio un momento y luego echó a andar con paso determinado y enérgico hacia la cubierta de babor.

- ¿Qué es lo que sabes sobre lo que está sucediendo con los Cylon? ¿Qué te han informado al respecto?

Despreciado de aquella manera, el especialista Figursky frunció aún más el ceño, pero siempre guardando las formas y el protocolo militar en el que había sido entrenado no dejó de comentar a tus espaldas.

-Así lo haré, señora..

Mientras, siguiendo a duras penas tus pasos, Billy Keykeya miró hacia todos lados como buscando una salida a la incómoda pregunta que le acababas de hacer.

- Bueno, señorita Thrace...sé lo que un secretario de la Presidenta debería saber...- comenzó finalmente en voz baja- pero no creo que esté autorizado a hablar de ello así como así, y menos en un sitio como éste- añadió intentando zafarse de contestar directamente.

Llevados por tus largas zancadas en cuestión de segundos dejasteis atrás la zona más concurrida de la Cubierta de Hangares y os internásteis en el pasillo que llevaba a la cubierta de babor. Abandonada y en desuso tras el holocausto Cylon era el lugar donde los famosos viper Mark VII, la joya de la aviación colonial, había sido relegada en espera de que alguien tuviese el suficiente tiempo como para intentar ponerlos otra vez en funcionamiento. Al tiempo que vuestros pasos resonaban y levantaban ecos metálicos, recordaste que el suboficial Tyrol y su equipo estaban intentando arreglarlos y, al observar mejor las fantasmagóricas siluetas de las naves, pudistes ver señales de ello. Un panel de control quitado aquí, una caja de herramientas allí, diversos dispositivos electrónicos indicaban que como siempre el Jefe de Cubierta de había puesto a ellos con diligencia. Junto a ti el secretario dejó escapar un silbido de admiración que no pudiste evitar secundar en tu interior. Aquellos viper eran una auténtica preciosidad.

Y entonces el sonido de una voz apagada llegó hasta vosotros.

- Sí, sí, cierto...han dejado de funcionar o más bien no se puende utilizar...pero estamos trabajando en ello- comentaba alguien desde el fondo de la cubierta semivacía.

Siguiéndola no tardásteis en ver al piloto Noel Allison que, enfundado en su traje de gala de color azul, hacía amplios aspavientos señalando uno de los viper. Junto a él dos civiles, un hombre y una mujer vestidos formalmente y de mediana edad, asentían interesados ante la explicación.

Starbuck gruñó muy evidentemente en dirección al muchacho. Su descontento en realidad se dirigía a una situación en la que el pobre Keikeya no tenía en realidad ninguna incidencia, pero no podía evitar tomárselas con el que tampoco hacía nada por cambiarla. Sin embargo, muy a su pesar, no insistió en el tema. Se daba cuenta no sólo que no respondería si no que le pondría nervioso, a la defensiva, y aquello podía terminar en una situación muy compleja. La información que manejaba debía ser importante, o al menos, él la consideraba así. No se podía medir con exactitud la importancia desde el baremo de un hombre como él. Al menos, Starbuck no podía hacerlo.

Entraron a paso rápido, y su mirada chocó contra los Mark VII. Allí estaban. El silbido no salió de sus labios pero caló hondo en su pecho. Sus pupilas se contrajeron. Starbuck les observó, demorando uno o dos segundos la velocidad de sus pasos, pues allí delante suyo estaban las joyas de la aviación que los Cylon habían dejado inutilizadas. Toda una carrera armamentística y tecnológica que había quedado inutilizada y totalmente anulada por, justamente, ser demasiado avanzada. Con esas naves no se podía soñar con la victoria, no, no sólo con esas naves: pero se podía soñar con derrotas que costaran mucho más caro, con daños mucho más extensos y, por fin, quizás en un futuro próximo sí, con la victoria. Y mientras esas tremendas máquinas estaban allí estacionadas, el hombre que podría ponerlas en funcionamiento se ponía a llorar por una gota de sangre...

Starbuck gruñó por segunda vez. Sus pasos le acercaron al grupo que estaba cerca de uno de los viper. Se apersonó frente al piloto Allison y aguardó todo lo que pudo para hablar. Aproximadamente dos segundos.

- Allison, siento quitarte el auditorio - dijo, haciendo un gesto de saludo hacia él, y giró hacia los civiles - Soy la teniente Thrace. Tengo órdenes de juntarlos, a todos los miembros de la comitiva que descendieron. ¿Saben ustedes dónde pueden estar los otros? Tengo la impresión que el Dr. Baltar estará en la enfermería siendo atendido por su profunda herida, pero desconozco a los otros dos miembros. Tengo entendido que son seis.

Al ser interrumpido, el teniente Allison se dio la vuelta inclinó la cabeza a modo de saludo. Mirando a sus dos acompañantes hizo una mueca antes de contestarte.

-Pues...me temo que no sé dónde están...

-Nuestros compañeros han sido conducidos hasta la enfermería. Jane se torció la muñeca al perder el equilibrio y Arthur parecía estar bastante alterado...creo que Shanon decidió acompañarles...- contestó el hombre trajeado interrumpiendo al militar.- En cuanto al doctor Baltar...- el hombre miró a la mujer que había a su lado, una mujer alta y morena que, ahora que la mirabas con más detenimiento, te parecía vagamente familiar. En respuesta a la muda pregunta la mujer contestó.

- La última vez que le ví fue donde le dije hace un rato, junto a la Colonial Uno al poco de descender. Aún así, puede que esté él también en la enfermería si dice que ha resultado herido...- la mujer desvió su mirada intensa hacia el secretario que hasta el momento no había dicho nada- ¿cómo está la Presidenta? No habrá resultado herida ¿no?

Billy agitó la cabeza a ambos lados como si fuera un pájaro mientras se apresuraba a contestar.

-No, no....está bien...está en el Camarote del Comandante en espera de...una reunión. El Comandante considera que es más seguro que esperéis en la cafetería de la nave hasta que todo se haya solucionado- explicó a sus compañeros con su voz ligeramente aniñada.  Ante sus palabras, la mujer frunció el ceño visiblemente contrariada. Viéndolo el joven secretario añadió- la Presidenta está de acuerdo.

Rápidamente, refunfuñando para tus adentros sobre la ineptitud de los mandos en cuestiones de mecánica de fluidos te dispusiste a cumplir las órdenes recibidas. A una voz tuya tu equipo de emergencias, formado entre otros por Socinus, Figursky y Cally se dispusieron a preparlo todo y en poco más de cuarto de hora os dirigisteis con pasos pesados hacia lo más profundo de la nave. Con los cascos bajo el brazo y vestidos con los trajes espaciales parecíais auténticos astronautas y el personal con el que os cruzásteis os miró con los ojos desorbitados pero sin atreverse a preguntar qué es lo que pasaba. Tampoco vosotros hablábais. Todos sabíais cuán seria era la situación y una única pregunta, que no os atrevíais a formular en voz alta, resonaba una y otra vez en vuestra mente: ¿qué ibais a encontrar allí abajo?

*** FUNDIDO EN NEGRO ***

Starbuck miró a los civiles mientras la conversación se llevaba a cabo, y sobre todo no se perdió el ceño fruncido de la mujer.

- Sé que es un excelente plan: muy revelador el ambiente de la cafetería, muchos detalles curiosos - comentó hacia ella, con una media sonrisa - No se preocupe, él también se quedará con ustedes - siguió, señalando a Keikeya - Y si el piloto Allison está de acuerdo, puede quedarse hablándoles de lo que no ha llegado a decirles aquí.

Miró al piloto para ver si estaba de acuerdo. Ignoraba cómo había llegado a esa posición de estarles enseñando los Mark VII, pero no parecía descontento con su trabajo. Y ella no estaba para niñera de nadie. Y civiles entretenidos indudablemente eran civiles controlados, por lo que la idea no hacía aguas por ningún sitio. Tras ese breve momento de intercambio de miradas y de preguntas respondidas, Starbuck hizo un gesto abarcador a todos ellos.

- Sea como fuere, debemos ponernos en marcha. Síganme, por favor: iremos a la enfermería a buscar al resto de su grupo.

El raptor se posó en la cubierta con suavidad haciendo crujir los amortiguadores. Dado que no había sido un aterrizaje de emergencia habías dispuesto de todo el tiempo de mundo para posicionarte y, por una vez en tu vida profesional, no tuviste que lamentar ningún quemado de la cubierta ni ninguna avería en los sensores de posicionamiento. Sin embargo, apenas te diste cuenta de ello pues el resultado del reconocimiento de los tanques absorbía toda tu atención...¿que consecuencias derivarían de aquello?

-¿Boomer? ¡Ey, Boomer!- la mano de Crashdown se posó en tu hombro haciéndote volver a la realidad. El ECO, inclinado hacia ti desde su asiento a tu lado, te miraba preocupado- ¿Estás bien? Pareces preocupada por algo..o ¿es que te encuentras mal? Si quieres llamo a un médico- añadió solícito al tiempo que se desabrochaba el arnés que le sujetaba al respaldo.

Sumidos en un silencio lleno de presagios tu equipo y tú regresásteis a la Cubierta de Hangares tras permanecer una hora larga recabando pruebas sobre el daño en los tanques. Superficies quemadas y rotas, hierros doblados y curvados por el fuego en posiciones anormales, astillas, cascotes...el espectáculo al que habíais asistido resultaba dantesco y las implicaciones que derivaban de él resultaban cuanto menos inquietantes....A tu lado, unos serios Socinus y Figursky posaron la caja con parte de las pruebas sobre la superficie metálica del almacén y el sonoro gong te hizo volver de repente a la realidad.

-Jefe...¿qué es lo que quiere que hagamos ahora?- te preguntó Cally con expresión solemne mientras se quitaba el mono espacial con pesadez.