Partida Rol por web

Las habilidades de Heidal como sanador no inspirarían confianza ni al enfermo más desesperado, así que al menos intenta ayudar a Zenram a caminar prestándole algo de apoyo.

La moral estaba por los suelos y el ambiente era taciturno. Wolwyff estaba ensimismado mirando el fuego, con la mirada vidriosa arrebujandose en su manta de piel.

La noche continuaba fría y dura, la moral continuaba por los suelos, y tanto magos como guerrero estaban exhaustos, tras el combate con los trolls, y despues, aquel ser de pesadilla. Y aunque Wolwyff no parecía darse cuenta, o no le importaba, la patrulla que se había ido a rastrear la zona todavía no había vuelto.

Eigil estaba nerviosa, y echaba miradas desde lo alto del drakkar, despues de terminarse su comida. Viejo Roble observaba a Wolwyff taciturno y despues desviaba la mirada hacia el bosque, donde habían desaparecido el resto de los hombres...

El paladín estaba exhausto, la batalla contra aquella bestia había probado ser demasiado para el equipo, si bien el grupo se había sobrevivido lo cierto era que en las condiciones en las que se encontraban hasta un pequeño bebe seria capas de terminar el trabajo. Tumbado en el suelo sin apenas atinar a moverse Zenram observaba preocupado el obvio decaimiento de sus compañeros...

Eigil se puso en pié, en mitad del circulo de hombres.

-¿No deberiamos salir a buscarles?-

Eigil se levantó de la proa del barco y bajó de un salto. Se acercó donde estaba Wolwyff y se lo quedó mirando. Este sudaba mucho y tenía la vista perdida. Tendría que hablar con Viejo roble al respecto.

Despues se acercó a Zenram y se le quedó mirando de espaldas al bosque. Con mucha sutileza le dijo.

-Una sombra, en el bosque. Estate atento...-

El paladín asiente ante la advertencia de Eigil, espadón en mano se levanta del suelo y otea el horizonte en busca de aquello que descubrirá la fémina, sin embargo su cuerpo estaba débil y cansado, el ultimo combate había debilitado sus fuerzas en extremo y estaba consciente de que si el grupo era atacado de nuevo no tendrían oportunidad.. Estad Atentos...

El lider de los hombres se levantó pesadamente, y mirando al viejo druida le gritó.

-Viejo cuervo, mete a Helfdanne dentro del barco, ahi se va a morir de frio.- Con un paso un poco tambaleante se acercó a Zenram y le dijo susurrante. -Defenderemos el drakkar.-

El paladín asintió en silencio a Wolwyff, de alguna forma había decidido unirse a él para demostrar que la ley y organización eran superiores a la impulsividad del héroe, sin embargo en los multiples combates que habían sostenido juntos Zenram aprendió a respetar su valor y arrojo, pocos hombres había conocido con la determinación de aquel guerrero y si él decía que defenderían el barco... Eso harían...

Eigil, seguía dando la espalda al bosque que tenían a sus espaldas. y murmuró.

-Es solo uno, esta ahi junto a esos arboles, a 20 metros-

El paladín no es de sigilo y destreza, por lo que se limita a enarbolar su espadón y camina seguro de si mismo hacia los arboles donde su compañera a señalado... En fin, si es amigo no gano nada escondiéndome y si es enemigo de todas formas poco puedo hacer contra él... Quien Vive...

Todos los norteños se movieron al unisono, desenvainando sus armas. Eigil sacó su cimitarra, y Wolwyff desenfundo a Tempano, la peligrosa espada. Edgto y Herger cargaron sus arcos, mientras Viejo Roble cubria a Helfdanne.

El viejo observó al recien llegado.

-¡Tu no eres un Lewyrr!. Un elfo de las islas moonshaes. Tu acento del común es sin duda del continente...-

Apoyando la punta de su mandoble en la tierra, dijo, con voz algo ahogada.

-Que se acerque...-

El norteño estaba empapado en sudor, y el anciano druida se le acercó con premura. Susurrandole algo al oido.

La peliroja se acercó al semielfo.

-¡Acercate!- dijo con voz autoritaria.

Adasdais se acercó a la fogata, las luces y sombras proyectadas por las llamas destacaban sus ropajes de camuflaje y la oscuridad de su capa.

Me sorprende que me hayais visto, aunque es cierto, estoy lejos de casa. Vine al norte en busca de aventuras y riquezas y puedo decir que solo he conseguido lo primero. sus modales de ciudad le traicionan y ya no utiliza las palabras de los elfos, sino un acento muchos más urbanita.

He visto rastros de pelea cerca de aqui, supongo que os asaltaron, estaba preocupado por si erais vosotros los asaltantes.

Adasdair mira a su entorno.

Eigil se mostró alarmada.

-¿Signos de combate?. Enviamos a la mitad de los nuestros para investigar la zona. Era un grupo variado, enanos, elfos, un Ffolk y algún norteño.- Se le acercó hasta tenerle muy cerca.

Pues los lobos estaban dando cuenta de sus cadaveres me temo. No es muy lejos, si quereis puedo guiaros hasta alli.

Dicho esto Adasdair se sentó junto al fuego, la noche no le ha causado mucho frio pero siempre viene bien una hoguera en la que calentar los huesos.

Por lo que decis eran bastantes asi que algo muy grande o numeroso ha debdo toparse con ellos. ¿no tendreis algo de cenar verdad? ando algo justo de raciones...

Adasdais miraba a su alrededor, esperando ver la reacción del grupo a sus palabras. ¿es posible que nada supiesen del ataque?