Partida Rol por web

Despertar después de un viaje tan turbulento fue difícil, pero igual lograste hacerlo. Poco a poco, fuiste reincorporándote y te encontraste solo, alejado de Ñyankuro y tus compañeros dragones. Era un lugar oscuro, tal vez un bosque donde todo parecían sombras. Incluso los cuerpos de los árboles eran oscuros y sus hojas brillaban en la oscuridad, pero una oscuridad sin vida, como si alguien hubiera drenado todo rastro de vida de su cuerpo.

Caminaste con dificultad, ya que las raíces de aquellos árboles te impedían transitar libremente. Avanzabas buscándoles pero no podías sentirles, ni comunicarte con ellas. Tu nuevo poder te decía que la oscuridad de ese lugar parecía ser un lugar muerto.

El viento soplaba seco y, a pesar de eso, podía robar el calor de tu piel. El sonido de las hojas secas en el suelo era tu única compañía y comenzabas a creer que te habías perdido en algún punto del camino. Tal vez era así. Tal vez tus otros compañeros se preguntaban dónde estabas y eras el único separado. Todas estas dudas agolpaban tu mente y aunque como dragón estabas más a gusto con la oscuridad que las guerreras de Andelivian, era incluso demasiada para ti. Esto te afectaba, te hacía sentir desbalanceado.

Después de caminar por un tiempo casi indeterminado, pudiste ver una figura oculta entre las sombras, en el suelo. Tal vez inconsciente. ¿Quién sabe? Algo te era familiar y conocido. ¿Y si era uno de tus compañeros?

Ese bosque era oscuro, muy oscuro, nada de lo hiciera Mamoru para evadir el frío y la oscuridad con sus llamas podía invertirlo.

Por tiempo que se sintió por horas el chico camino por esos parajes, no importa cuanto caminaba sentía que ese bosque muerto y marchitó no tenía final.

-Santo cielo, cuanto hemos caminado Dawn. ¿Donde crees que estamos Dawn?

Dawn habló a travez de su contenedor:

-Seguramente en un sitió preparado por los Titanes, no bajes la guardia.

Mamoru asintió sereno. Nuevamente reanudo su marcha por el enredoso sendero, labor complicada ya que las raíces estorbaban sus pasos y mas de una vez tropezó perdiendo la buena condición de sus zapatos en poco tiempo. No le importaba, el humano con alma de una dragón no se dejaba intimidar por el bosque o las raíces, seguiría su pasos hasta salir de esa miseria.

Mucho tiempo después Mamoru se recargo en un árbol para descansar, tenía su ropa rasgada y los pies desnudos y lacerados por varias heridas por la pérdida de sus zapatos. A pesar de todo, con el ambiente decadente que apoyaba la miseria, sus dudas y miedos, sus penas, todo acompañado por un cuerpo rasguñado y azotado por la fatiga todavía seguía luchando, como si el sintiera que todo aquello fuera una prueba para demostrar su lealtad y determinación.

Se incorporó decidido, no iba a dejar que la pena y el dolor físico y psicológico lo detuvieran. Poco después de andar por el sendero infinito se topo con alguien inconsciente.-Revisa Mamoru, pero ten cuidado.-Indicó Dawn. Mamoru asintió y procuró acercarse despacio para revisar.

Te acercaste con cautela y lentitud a la figura, tratando de no hacer ruido, aunque la figura parecía no moverse. A medida que te ibas acercando, pudiste notar una figura femenina. Cabellos rosas, delicada, frágil y malherida. Sus ropas aun más maltrechas que las tuyas y algunas laceraciones en su cuerpo.

Tardaste un poco en reconocerla, pero, un poco más tarde, notaste que se trataba de Ruka, la cantante de Red Stones. Aquella que parecía obsesionada contigo después del incidente en el gimnasio del instituto. Estaba inconsciente en el suelo y tenía una herida en la frente que parecía sangrar despacio. Heridas recientes, al parecer.

Mamoru se acerco despacio, no quería mas malas sorpresas. Lo malo es que si fueron malas sorpresas.

-¡¡¡No puede ser!!!-exclamó aterrado-¿Quien es esa chica?-musitó Dawn curiosa.

El no respondió, al encontrarse con ella en esas condiciones le causaba dolor-¿Porque te hicieron esto Ruka?-Pensó Mamoru con tristeza.

Sin perder las esperanzas se acercó a ella y la puso en sus brazos, la movía despacio en un intento por reanimarla.

-Vamos Ruka, ¡¡¡despierta!!!. No puedes dejarte morir en este sitió.

Cuando comienzas a moverla, tus manos se manchan con la sangre que ha brotado de algunas de sus heridas y parece que no reacciona. Aunque llega el momento en que hace un gesto de dolor y abre los ojos despacio. Parece confundida.

- Mamo-kun... - sonrió.

- Sabía que vendrías a salvarme - hizo otro gesto de dolor y trató de incorporarse, aunque se podía notar lo que la lastimaba hacerlo.

Comienza a mirar los alrededores del bosque y dice - Mamo-kun... Ellos... Ellos están aquí - parecía alarmada pero sin fuerza para mostrar mayor temor, aunque podías verlo en sus ojos.

Mamoru no pudo evitar sonreír al ver que Ruka recuperaba el conocimiento.

-Que bueno. Me alegra que este bien.

Al escuchar esa linda frase no pudo sino sonrojarse, Dawn soltó una risilla traviesa-Ju ju ju, parece que mi Mamoru tiene buen gusto. ¿Por que no me dijiste que tenías novia?-. Mamoru volteo la vista apenado-Callate. Fue entonces que dijo algo siniestro, provocando que los ojos de Mamoru se pusieran amarillos, demostrando que Dawn estaba en alerta.

-Descuida Ruka, yo me encargare.-Dijo Dawn llena de convicción.

Ruka se abrazó a Mamoru y le dijo - Mamo-kun, sálvame - y entonces, ella pareció sorprenderse al escuchar la voz de Dawn.

- ¿Cómo puedes hacer esto? - dijo sorprendida y un tanto asustada.

- ¿No me digas que te vistes de chico pero eres una chica? - parecía habérsele olvidado el dolor de sus heridas cuando, de repente, comienzas a escuchar pasos en el césped seco que cubre todo el lugar. Era un grupo, no una sola persona.

- Son ellos, Mamo-kun. Son ellos... - su voz era un susurro. Se le notaba asustada y temblaba entre tus brazos.

- Sálvame, Mamo-kun... -.

Al ver que Ruka se sorprendía por el cambio de voz Mamoru este calló rápidamente. Se aclaró la garganta y se corrigió:

-No se de que estas hablando Ruka-san.-Miró de un lado a otro bastante nervioso y con cierto sudor en la frente-Deben ser imaginaciones tuyas.

No hubo tiempo para seguir dudando ya que se oían pasos viniendo en la cercanía. Dawn apretó los dientes molesta, no podía cambiar ni pelear a plenitud con esa chica herida en medio, solo quedaba una medida táctica y poco honorable. -Si me disculpas pero....-Levantó a Remu del suelo-Nos vamos.

Hecho esto comenzó a correr como condenado llevando a la chica encima, tenían que esconderse o estarían expuestos.

Ruka se dejó cargar por ti sin decir nada y, simplemente dijo - Ten cuidado - se abrazó a ti y la levantaste con tus brazos. Ahí, sentiste su respiración acelerarse, como si estuviera asustada y no tardaste en sentirlo igualmente. A pesar de todo, una parte de ti se distraía al sentir la piel desnuda de la chica. Tersa y suave como la seda, indefensa y malherida en tus brazos.

Podías sentir una sombra tras de ustedes y sentías cómo todo alrededor tuyo parecía hacerse más frío, el cielo comenzaba a opacarse y todo era oscuridad. Lograste esconderte entre unos arbustos y un árbol grueso, pero escuchaste una voz que helaba tu piel. Una voz que Dawn recordaba como su última visión antes de morir, la de aquella generala que era conocida por su poder temible de no ensuciar sus manos en batalla, pero con la habilidad de hacer que otros lucharan sus batallas.

Veías la sombra en tu cabeza sin necesidad de girarte hacia ella.

- No hay escapatoria. ¿No lo entiendes? Este es mi mundo y no dejaré que salgas con vida de él - una risa que helaba tus huesos.

- Entrega a la chica y seré piadosa. Si no lo haces, morirás con ella - los pasos parecían haber cesado pero comenzaron a avanzar nuevamente. Aún no veías las figuras, pero sentías su aura oscura acercarse.

- Ella se ha negado a servirme, pero sus amigos no pudieron resistirse. Entrégamela y vivirás como mi sirviente -.

Mientras iba corriendo con Ruka no pudo evitar sentir la suave piel de la chica, esto lo puso nervioso haciendo que corriera con torpeza. Dawn sintió calosfrios por esto, jamas pensó en sentir algo así por alguien de su mismo sexo, desde los adentros del chico susurró-Ugh Asco, Mamoru concentrate, no pienses en cosas tan raras y enfocate.-Mamoru asintió, también le incomodaba que Dawn pudiera sentir lo mismo que el, no quería imaginarse cuando quisiera ver una revista para caballeros, la Dragona al escuchar eso lo miro con ojos asesinos y gruño-NI SE TE OCURRA, ESTE TAMBIÉN ES MI CUERPO Y NO DEJARE QUE LO PROFANES.
..-

Después de tanto correr por fin el chico pudo esconderse en un arbusto bastante grande. De nada servía pues su perseguidora resultó ser una aberración venida del pasado, Mamoru tembló ante sus palabras y no sabia que hacer. En eso Dawn le dijo confiada-No le hagas caso, sigamos buscando un refugio para la humana.-

Asintiendo a esto Mamoru dio un salto del arbusto, este salto levanto un gran número de hojas secas que taparon la vista del ente, sólo lo suficiente para despistarla y esconder a Ruka de sus perversas intenciones.

La risa macabra de ese ente llenaba el lugar con su sombra, pero Mamoru parecía valiente. Enfrentándose a la atmósfera, creo esa pantalla, la cual pareció desorientar a las figuras porque los pasos comenzaron a ser erráticos y variables, mas la sombra y la voz pareció no verse afectada.

- ¿No lo entiendes? Este lugar son mis ojos, mis oídos y mi voz. Mientras estés aquí, mis ojos te encontrarán - rió, pero las figuras que se acercaban parecían no poder avanzar adecuadamente, aunque la sombra seguía firme. Esto te dio suficiente tiempo de encontrar un escondite para Ruka y dejarla en un lugar seguro. Si bien podía que la sombra tenía razón, eso te daría tiempo de acabar con los enemigos.

Una vez escondidos por la cortinas de hojas Mamoru corrió como condenado, esperando que esto le diera tiempo para esconderse. Afortunadamente luego de unos minutos de carrera frenética halló un agujero grande en la base de un árbol marchitó, Cursed sentía a su enemiga cerca, no les quedaba mas tiempo,Mamoru dejó suavemente a Ruka y le dijo en susurro:

-No hagas ruido y pase lo que pase, no importa que escuches no te asomes.

Dicho esto dejo a la chica en el refugio, avanzó unos pasos y entonces sacó sus dos alas con las que se cubrió y cambio de forma a su otra yo: Cursed Dawn.

Extendiendo sus alas Dawn desapareció en un destello veloz, apareció delante de una sombra y le disparo una bola de fuego, desapareció otra vez y apareció detrás de otro aplicándole otra bola incandescente de llamas, desapareció una vez más apareciendo delante de otra sombra y disparándole una ráfaga de hielo helado.

Volviendo a desaparecer apareció cerca de su antigua enemiga, la señalo con el dedo y le dijo:

-No hay trato Sombra, no te entregare a Ruka ni seré tu sirvienta. Esta vez toca la revancha.

Dejas a Ruka, quien no parece muy convencida pero te deja ir. Al salir, te transformas sin dudarlo y, entonces, usas tus alas para impulsarte y llegas con una gran velocidad a la primera sombra. A pesar de tu velocidad, logra notarte a tiempo y se retira, aunque no logra esquivar el ataque por completo.

Ves cómo se quema pero no detallas en su rostro. Pasas al siguiente, el cual parece notarte a tiempo y tan solo se aparta, mientras el ataque de fuego lo esquiva y el último igualmente. Lo que no ves es que hay una cuarta sombra, la cual trata de golpearte, aunque afortunadamente te das cuenta a tiempo y lo esquivas. Entonces, te das cuenta de algo que no habías notado antes. Casi como si el cielo se hubiera aclarado para ello, notas que conoces esas cuatro sombras, esas cuatro figuras.

En el suelo ves a Koichi Ayase, aún tratando de reponerse por tu golpe de fuego.

Las otras tres sombras son los miembros de la banda de Ruka:

Ono, el baterista.

Takeshi, líder de la banda y guitarrista.

Tenma, el bajista.

Koichi era tu compañero, aunque a los demás no los conocieras, pero seguían siendo humanos. Podías sentir una oscura energía brotar de sus cuerpos, aunque era ajena a la suya propia. A pesar de Koichi, todos parecían estar bien. Lo único extraño era la mirada de maldad que tenían en sus rostros.

Escuchaste aquella voz nuevamente, la voz que helaba tus huesos. Era Scarlet Bat, sin duda - ¿Podrás pelear contra tus amigos, querida Dawn? ¿Podrás matar a un inocente? - y comenzó a reír mientras se desvanecía.

Al ver a aquellos humanos poseidos Dawn apretó los dientes molesta, no podía creer que esa zorra usara humanos para pelear sus batallas. ¡¡¡No podía creer que ella la hubiera derrotado antes!!!. Ignorando sus burlas la Dama Dragón se fue sobre los miembros de la banda, rápida a para los ojos humanos se desaparecía y aparecía frente a ellos y les dio fuertes golpes a cada uno de los 3 miembros.

Reapareciendo frente a estos extendió sus alas y se puso en guardia. Los miro fríamente y les dijo:

-Vengan humanos. Vengan si quieren conocer los puños de una Dragón.

Los sujetos se abalanzaron contra ti, pero tú fuiste más rápida. Te fuiste con uno tras otro, atacándoles, tratando de derribarles. Golpeaste sus rodillas, sus piernas, sus cuellos, pero a pesar de expresar dolor, parecían no rendirse.

Al haber terminado tus ataques, Koichi se te acercó pero se notaba la dificultad que tenía para levantarse del suelo. Por ello, lograste esquivarlo. Tenma se acercó a ti a lanzarte un mordisco, pero no fue nada y pudiste esquivarlo con facilidad. Takeshi trató de aprisionarte con sus brazos pero no lo consiguió. A pesar de eso, fue suficiente para distraerte por un segundo. Lo suficiente para que Ono se dirigiera a ti y con unas uñas filosas y sobrenaturales, rasgó tu pecho con gran fuerza. No pudo evitar que sintieras el ardor de la piel cercenada, mientras la sangre brotaba de tu pecho.

Ono te soltó y pudiste escuchar la voz de Scarlet mientras reía - ¿Que no lo entiendes? Pelearán mientras yo se los ordene. Incluso estando a poco de morir. O los matas o me debes matar para liberarlos - rió una vez más mientras sus sirvientes se dirigían hacia ti.

Si bien sus golpes no fueron efectivos la dragona no desistía, iba de un lado a otro buscando inutilizar a sus atacantes. Mas no se esperaba tremendo rasguño por parte del humano poseído dejando una herida dolorosa sobre su pecho. No importaba, sólo era un rasguñó, no se iba a intmidar por esto.

Haciendo uso de sus alas Dawn lanzo una lluvia de plumas con las que nublo la vista de sus atacantes, ya oculta de la vista de sus enemigos fue hacia uno de ellos y le dio una fuerte patada en la pierna derecha.

Hecho esto se alejo de el grupo hostil y preparo sus alas para cubrirse, ahora mas conciente de el peligro que eran aquellos humanos.

Te fuiste a toda velocidad hacia Ono, el cual te había golpeado y le diste la patada en la pierna derecha, lo cual le hizo perder levemente el equilibrio, lo suficiente para no poder atacarte. Antes de que pudieran atacarte, usaste tus alas y las agitaste con fuerza para levantar un gran número de hojas, lo que te dio cierto tiempo para alejarte de ellos.

A pesar de que tu escape fue exitoso, los veías acercarse nuevamente allí, aunque la distracción había funcionado.

Ruka te llamaba con voz baja, esperando que le respondieras - Mamo-kun... -.