Partida Rol por web

Born Under a Bad Sign [+18]

I - A Hell of a Ride

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28/08/2021, 19:25
Jake Marston

Jake Marston chasquea la lengua en lo que parece que va a ser su única respuesta a tus reflexiones compartidas. Te da la sensación de que este hombre es cauto por naturaleza, similar en este sentido a ti mismo. Se acuclilla sobre el cadáver después de que termines tu inspección.

Coincido con usted en que esta posición es ideal para un tirador. Pero falta un detalle, Mr. DeQuinn... —Marston parece buscar con sus ojos felinos algo que no está, algo que debería estar. —¿Dónde está el arma?

Marston reseña lo evidente, pero a la vez, lo más extraño del cadáver. No está armado.

Parecía sostener algo que ya no está entre sus manos enguantadas. Algo que necesitaba de ambas manos para ser sujetado.

¿Un rifle, quizás?

Le sorprendieron, por la espalda. Y créame, tiene mérito. —explica Marston señalando el suelo. —Este terreno es difícil de atravesar en silencio. Es casi imposible no deslizar una piedra al pisar, lo habrá notado usted mismo. Sin embargo, el pobre diablo no oyó a la muerte llegar. Aunque... Quizás sí lo hizo. —estas últimas palabras de Marston te desconciertan.

Descarto que fuese cazador, Mr. DeQuinn. Nadie caza vestido de traje. ¿Quién cree que era este hombre? —pregunta observando fijamente al difunto anónimo, sin desviar la mirada en ti. Empero, de algún modo que no acertarías a explicar, sabes que te está mirando, aguardando una respuesta.

¿Ha visto esto? —advierte Marston, señalando el hombro izquierdo. —¿Qué...?

Te agachas junto a Marston para indagar en lo que parece una marca.

No, no es una marca.

Es un dibujo.

Un monigote ahorcado.

Dibujado con tiza.

- Tiradas (1)
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28/08/2021, 19:41
Director

Notas de juego

Nota misteriosa del director: Eres libre de compartir TODO lo que te pase con CUALQUIER PJ o PNJ. Sí te diré que hay personajes con los que puedes construir alianzas, personajes con los que jamás podrás permitirte este lujo y, en tierra de nadie, unos pocos que resultarán indiferentes a la causa.

Arriésgate y confía en tu intuición ;-)

Tienes el legajo. Eres libre de mirarlo en soledad un poco más adelante o ahora mismo si te carcome la intriga.

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28/08/2021, 19:44
John Lynch

Lynch, rifle desenfundado en mano, parece olisquear el aire en busca de respuestas para un enigma que, por experiencia propia, sabe que puede no tener solución. El viejo ha aprendido a calibrar los riesgos que toma en la vida, y sus honorarios son merecidos por la guía de la caravana y la caza y forrajeo ocasional a los viajeros. Nada más, nada menos. Al jodido John Lynch nadie le paga para averiguar quién diablos empieza a disparar entre la espesura de las colinas que circundan el río Cheyenne. 

La pregunta de Danna encuentra respuesta tras un breve instante de introspección por parte del viejo guía.

Si viniesen a por nosotros, Miss Deck, habrían atacado desde mucho más cerca. —concluye el veterano, al que su apostura revela extrañamente calmado. 

Encuentro probable que se trate de algún cazador o trampero. Son comunes en esta zona. Como los pumas. Como los putos osos negros. —las palabras de Lynch tranquilizan en cierta medida a las chicas de la señora McFarlane y al matrimonio escocés. —Quizás haya cazado a un venado. Joder, lo que daría yo por un buen filete de venado... sangriento como el Infierno. Je, je.

>> Bueno, bueno... Que me aspen si me gusta esperar aquí parado. El señor Marston y el señor DeQuinn tendrán que alcanzarnos tras cruzar el río. No voy a abandonar la caravana ni a pedirles a ninguno de ustedes que vayan a buscarles. Así que avancemos.

Dicho lo cual, Lynch reinicia su ritual, lanza un esputo al suelo, da un trago a su petaca y reanuda la marcha sin perder de vista la escarpada colina cuyo sendero remontaron el intrépido Darius y el padre de la jovencita Madison minutos antes. Esa colina de la que lo único que emana en estos momentos es un ominoso silencio.

Notas de juego

Vosotros tres, rol libre. Os iré dando juego con los PNJ's que hay en la caravana.

Ya llegará Darius. Ya llegará, sí.

;-D

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28/08/2021, 21:56
Darius DeQuinn
Sólo para el director

Darius se había guardado aquel panfleto en un bolsillo sin que Marston se diera cuenta y después atendió a sus palabras.

No se crea que se me había pasado por alto ese detalle, Mr. Marston —respondió Darius a la pregunta sobre el arma del muerto—. Y supongo que los dos sabemos dónde está: la debe tener el mismo que mató a este infeliz. Yo descartaría que un hombre que se apuesta en este lugar quiera simplemente avistar pájaros y descarto también que viajara sin un arma. De eso podemos estar seguros.

Marston compartió sus impresiones, algunas más obvias y otras más misteriosas, como aquella observación de que quizá sí había escuchado llegar la muerte.

¿Quizás la oyó llegar? ¿Alguna impresión que quiera compartir, Mr. Marston? —le preguntó con rostro interrogante, escudriñando al misterioso hombre.

Pero lo que más llamó su atención fue aquel dibujo a tiza en el hombro del muerto que Marston le señaló. Ese asesinato no había sido fruto del calor de momento. Ni siquiera había sido aleatorio. Aquel hombre era un objetivo. Quien lo hubiera asesinado sabía lo que estaba haciendo, sabía a quién estaba matando. En cierto sentido, esa conclusión calmó a Darius, pues si se trataba de un asesinato selectivo, ellos quizá no corrían un peligro inminente.

Este hombre ha sido ejecutado. No por una recompensa, o se lo habrían llevado —le comentó a Marston—. Y quien lo haya hecho quiso dejar su firma para que alguien la viera.

¿Para que alguien la viera en mitad de la nada más absoluta? ¿En mitad de las Black Hills? ¿Acaso el asesino esperaba que alguien llegara hasta ese lugar? ¿Había esperado que ellos lo hicieran?

En parte, me deja más tranquilo, pues deduzco que el asesino no tiene especial interés en nuestra caravana. Pero, en parte, me hace preguntarme si ese hombre quería que nosotros encontráramos este cadáver y por qué.

Cuando Marston le preguntó quién creía que sería el muerto, pensó en el panfleto que había sacado de su chaqueta y, por un momento, consideró la posibilidad de que fuera un cazarrecompensas. El traje, efectivamente, no era el de un cazador ni un bandolero cualquiera. Pero un cazarrecompensas, quizá…

Un pensamiento asaltó a Darius: ¿Y si aquel muerto había estado siguiendo a alguien de la caravana? ¿Quizá al propio Marston? ¿Quizá alguno de los otros componentes de la caravana? ¿Sonreía porque había avistado su objetivo justo antes de que le dieran boleta por la espalda? ¿Se encontraría Darius la cara o el nombre de Marston al mirar el legajo, acompañados de un WANTED? Podía ser, aunque su intuición le decía que, de aparecer alguno de los miembros de la caravana en ese panfleto, el taciturno amigo de la mexicana tenía casi todas las papeletas. Ese no parecía trigo limpio.

Que Marston se hubiera decidido a acompañarlo le indicaba que no tenía miedo. Pero el amigo de la mexicana había mostrado temor y una fría y muy calculada prudencia. Y su mirada, su mirada manifestaba una constante desconfianza. Ese hombre estaba esperando que algo cayera sobre él. El castigo de Dios. O del hombre. Sólo quien guarda sucios secretos en su conciencia tiene sucios miedos. Seguro que Marston escondía algo —todo el mundo con rumbo a Deadwood esconde algo—, pero no parecía tenerle miedo a las consecuencias. Quizás —sólo quizás— era un hombre recto. O, al menos, todo lo recto que podría ser un hombre en aquellos tiempos y aquellos lugares.

Sacó el panfleto del bolsillo en que lo había guardado. Aunque había decidido que quizás podría confiar en Marston, prefirió mirar primero el panfleto sin que el hombre pudiera verlo al mismo tiempo. Siempre era mejor ser el primero en enterarse de cierta información.

Notas de juego

Pues vamos a ver what the hell...

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29/08/2021, 16:22
Director

Consigues echar un vistazo al bando.

SE BUSCA

VIVO O MUERTO

MATTHEW MILTON

(Compruebas que hay un retrato bastante detallado de un tipo de rostro enjuto y pómulos muy marcados, con una espesa barba de candado cercando unos labios cuarteados y una mirada afilada. Este tipo te resulta familiar).

El Sheriff de Cheyenne hará entrega de una recompensa de 2.000 $ al que entregue a este peligroso fugitivo, acusado de robo, estafa, asesinato, secuestro y suplantación de un clérigo, entre otras felonías variadas que coparían el espacio de escritura de este bando.

La recompensa por el susodicho en perfecto estado de descomposición se paga a 500 $ el cadáver, siempre que sea posible su reconocimiento. Absténgase de presentar miembros amputados para la identificación.

El Sheriff de Cheyenne agradecerá que no se dispare a quemarropa al forajido con una escopeta a la altura de la cabeza para facilitar la identificación.

Los cadáveres que no se correspondan con el forajido conocido como Matthew Milton serán devueltos a la mayor brevedad.

Notas de juego

No es necesaria tirada para que Darius identifique al individuo.

Es tan obvio que me da la risa.

Ahí tienes tu primer misil tierra-aire.

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29/08/2021, 16:39
Jake Marston

¿Ha oído hablar de la Sonrisa de la Muerte? —pregunta Marston tras escuchar tus reflexiones con disimulada atención.

Creo que este hombre conocía a su asesino. Desde luego y como usted apunta, esto parece personal. Este pobre tipo supo su destino antes de que el tirador apretase el gatillo. Podría ser un cazarrecompensas, no lo dude. En tal caso, me temo que este infeliz fue víctima de la competencia desleal. Esa gente cazan al mayor depredador de esta tierra: el hombre. Es un negocio turbio, que mueve mucho dinero y atrae a tipos tan peligrosos como los que figuran en los bandos.

>> Rebusque en sus bolsillos, Mr. DeQuinn, a ver si lleva algo que le identifique. Su asesino se ha podido esconder en esa cueva, o bien ocultarse por la vegetación del camino.

Marston mira por el desfiladero, tratando de atisbar la caravana.

Mire. La caravana retoma la marcha. Será mejor que nos pongamos en marcha si no queremos quedarnos atrás. Lynch me ha sorprendido, no esperaba que nos diese tanto tiempo. Solo lamento no dar sepultura a este hombre. —comenta, algo más nervioso. Te da la sensación de que es ahora mismo cuando la preocupación de que un grupo de bandidos atacasen la caravana se ha visto sustituida por el hecho de que ha dejado a su hija sola con un europeo chalado y una mexicana armada hasta los dientes.

Sorprendente que Marston se plantee siquiera dar cristiano entierro al desconocido.

Notas de juego

Véase que doy las pistas justas.

Libre eres de reflexionar sobre lo acontecido. Solo necesito que me indiques si decides regresar ya con Marston o quieres indagar más.

Your choice, my black fellow.

Por cierto, no sé si te lo dije, pero a veces soy dado a dar pistas fuera de cámara, para deleite del respetable. A mí el metajuego me parece muy divertido. Es una forma de enganchar al espectador ;-D

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29/08/2021, 17:04
Madison Maddox

Mientras esperaba con la vista fija en el punto exacto por el que había desaparecido su padre, Madison daba paseos cada vez más largos entre los carromatos. Con un nudo en el estómago su vista no se apartaba del lugar en el que le había visto por última vez, como si la sola fuerza de su mirada pudiera invocarlo. Cuanto más tiempo pasaba más nubes de tormenta se formaban sobre la cabeza de la joven Madison. Se imaginó su futuro en Deadwood sin él. Ya había pasado por aquello antes. Cuando su padre murió, Jake Marston acudió en su rescate. Con Jake Marston muerto sus posibilidades de sobrevivir se reducían considerablemente. Él era lo único que se interponía entre ella y la barbarie. 

Nerviosa como estaba intentaba ser positiva. Jake era duro. Muy duro. Volvería a por ella. Él jamás la abandonaría. Pero ¿y si no volvía? Aquella idea la rondaba como un buitre volando en círculos sobre una presa. Al menos sabía cocinar. En su antiguo campamento era la que se encargaba de las cenas. Había cocinado para mucha gente y era consciente de que tenía cierta habilidad. Aunque también era posible que ni siquiera le dieran esa posibilidad. Por un instante sus ojos volaron raudos hacia el carro de las prostitutas.  — Jamás... Prefiero morir aquí ahora antes que vivir esa vida.pensó con amargura y sin atisbo de duda mientras su mandíbula se tensaba lentamente. 

Madison no fue consciente en ese momento, pero acababa de tomar una decisión importante. Una decisión de esas que marcan tu destino. Una decisión de esas que determinan de qué madera estás hecha. Al apartar la vista del carromato de las prostitutas la joven se dio cuenta de que algo estaba ocurriendo entre la señorita Deck y el guía de la caravana. Lentamente se fue acercando a su posición, intentando escuchar de qué estaban hablando. 

El señor Marston y el señor DeQuinn tendrán que alcanzarnos tras cruzar el río. No voy a abandonar la caravana ni a pedirles a ninguno de ustedes que vayan a buscarles. Así que avancemos.

Aquellas palabras llegaron hasta sus oídos y espolearon su miedo. Iban a irse sin esperarles. Con una voz que no reconoció como la suya propia se dirigió a los allí presentes, sin importarle que supieran que había estado escuchando. — Yo no voy a ningún sitio sin mi padre. Y usted tampoco, señor Lynch. Le hemos pagado mucho dinero por sus servicios, merecen al menos cinco minutos más de su tiempo — 

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29/08/2021, 19:13
Darius DeQuinn
Sólo para el director

Darius consiguió echar un vistazo al panfleto sin que, aparentemente, Marston se diera cuenta. Lo que vio allí no lo sorprendió, pues fue una confirmación de sus sospechas. La imagen era claramente la de Malone, aunque el nombre sobre la imagen era otro: Matthew Milton. Volvió a guardar el panfleto disimuladamente.

Creía que podía confiar en Marston, pero —pensándolo bien— este era el tipo de información que era mejor no ir pregonando a los cuatro vientos. Primero se la comunicaría al Doc y luego ya decidirían entre ellos si era buena idea o no compartirla con aquel hombre. Oh, Von Heizinger iba a apreciar esta información, de eso estaba seguro Darius. Ya podía imaginar el mostacho del Doc erizándose al ver el bando.

Escuchó después las suposiciones de Marston con atención. Desde luego que el muerto era un cazarrecompensas, pero Darius guardó un circunspecto silencio al respecto.

Después de que Marston le indicó que rebuscara en sus bolsillos, Darius lo hizo, por si acaso había alguna pieza de información más que identificara el cadáver. Mientras lo hacía, vio que Marston se ponía en pie para volver con la caravana.

Enseguida me sumo a usted, Mr. Marston. Adelántese. Yo voy a echar un vistazo rápido a esa cueva antes de bajar.

Dicho y hecho. Darius se puso en pie y se aproximó a la covacha, mientras agarraba firmemente la recortada en su avance.

Notas de juego

Bien, pues finalmente me guardo la información. Por el momento.

Además, registro el cadáver por si tuviera algo más y registro la covacha. Después de eso, si no hay sorpresas, entonces ya sí Darius regresa a la caravana.

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29/08/2021, 19:22
Danna Deck

Danna permanecía pendiente a Lynch y sus respuestas, dando una que era bien lógica. Si alguien deseara atacarles, la cercanía era un factor y como mínimo habrían acertado a alguien. No obstante, la mujer esperó otros tantos minutos en asegurarse de que no había detonación alguna antes de salir de su escondite. Actuaba con bastante cautela. Estaba aferrada a la vida.

- Cazador o trampero. Es posible - Deck apoyaba las opiniones del guía, tenía sentido lo que decía y las prostitutas comenzaban a relajarse lo suficiente como para asomar las cabezas desde donde estaban escondidas, mientras la idea de un filete de venado flotaba en el aire - Si encuentra un chuletón poco hecho no olvide llamarme, señor Lunch - Dijo la mujer con la mejor de sus sonrisas, y es que nunca le decía que no a una buena comida, aunque prefería un guiso de los que se hacían a fuego lento, comidas tradicionales que pudieran recordarle a su madre - Maldita sea, ahora tengo hambre...

La idea del viejo Lynch de avanzar le pareció adecuada a Deck. No podían quedarse en medio de la nada y alargar las jornadas, eso implicaba muchos más riesgos, así que perseveró en la idea de continuar el camino hacia Deadwood.

- Sigamos adelante, en este trozo perdido del mundo nada se nos ha perdido. Y no dudo que el señor Marston y DeQuinnn volverán sanos y salvos. Al fin y al cabo han demostrado sus capacidades de enfrentarse a lo desconocido yendo al encuentro de quien disparaba. Los que no somos tan habilidosos nos sería mejor continuar hasta llegar a la población que vaya a darnos cobijo - Miró a Malone durante unos instantes y le guiñó el ojo con complicidad.

En ese instante la niña, la cual había avanzado hasta su posición y escuchado la conversación, se negó a avanzar. Y no solamente eso, sino que se negaba a que el guía continuara su rumbo, recordando que había recibido un dinero por llevarles hasta Deadwood. A Danna le gustó el arrojo de la pequeña y en parte, aunque quería continuar la marcha, entendía que la niña iba a protestar para no hacerla. Es más, Deck con su edad simplemente no habría avanzado y claro, tampoco era una gran idea dejar allí a la jovencita sola.

- Señor Lynch, quizás no sea mala cosa dar cinco minutos de tiempo hasta que regresen nuestros intrépidos compañeros - Suspiró, Marston demostraba que actuaba sin pensar en las consecuencias de sus actos. Alejarse de la zona donde se encontraban, dejando sola a Madison, era una invitación a dejar huérfana a una niña que sin duda, ya lo había pasado mal al carecer de compañía materna - Sea comprensivo, al fin y al cabo es una buena oportunidad para estirar las piernas... - Y así fue como Danna se acercó a la madame de las prostitutas, saludando con encanto. Era consciente que pocas mujeres trataban bien a las putas, ella se mostraría como una excepción - ¿Todo bien por aquí?... Solo ha sido un susto, dentro de poco continuaremos la marcha y podremos llegar a nuestro destino. Por cierto, soy Danna Deck, ¿y ustedes cómo se llaman?... Es bueno conocer a quienes seremos vecinos en Deadwood, quizás algún día precisen algo de mí, o viceversa... - La mirada de Deck, inteligente, se posó en la fémina de mayor edad, la cual seguramente la miraba como midiendo lo importante que pudiera ser tener a alguien como Danna de su parte puesto que había un sector poblacional al que las prostitutas no llegaban, a las señoras decentes de los poblados, mujeres que por medio de sus maridos, influían en la vida política de los lugares, aunque fuera de manera indirecta, y es que los casados muchas veces hacían, lo que se decía en casa.

 Danna miró hacia las colinas, quizás deseando que llegasen ya el blanco y el negro. Los dos varones que de manera impetuosa, habían marchado en pos de un tiro fortuito que nada tenía que ver con ellos.

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30/08/2021, 16:30
Director

La abertura que sirve de entrada a la cueva es angosta, recordando a la marca de un disparo de pequeño calibre sobre el tapiz rocoso de la colina. Su interior evoca la garganta de un depredador, insondable y peligrosa. Enciendes tu farol al tiempo que sujetas tu recortada, ventajas de portar un arma que puedes manejar con una sola mano. En la oscuridad, un enfrentamiento con un enemigo invisible es a todo o nada, sin cuartel. Debes encorvarte para atravesar la hendidura en la roca que sirve de acceso al túnel serpentino que se adentra en la roca y tu intuición te dice que estás pisando piedra húmeda antes de que la luz de tu linterna confirme esta impresión. El suelo resulta traicionero y resbaladizo, demasiado para conformar una ruta de huida viable para el asesino del desconocido. Además, esconderse en una cueva entraña el peligro de que resultas fácil de acorralar, algo que no parece aplicable al asesino que ha ajustado las cuentas con el infeliz que yace afuera. 

Tu trayecto termina pronto porque la extensión de la covacha no resulta remarcable. Tras cruzar un sinuoso pasadizo terminas con tus huesos en un claro en el que atisbas seis pares de ojos henchidos de curiosidad reluciendo ante el alumbrado de tu farol.

Tres crías jóvenes. Tres pequeños pumas te observan preguntándose qué traes de comer, vaquero.

Para estos pequeños, hay dos alternativas: o eres el proveedor, o resultas la cena.

Dime, Darius DeQuinn. ¿Qué eres tú?

Notas de juego

Roca húmeda, Mr. DeQuinn.

Corra por su integridad física.

Hazme una tirada de Destreza con un -15% ;-D

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30/08/2021, 17:45
Darius DeQuinn
Sólo para el director

No todo podía salir bien. Y adentrarse en esa covacha fue una mala idea. El suelo, resbaladizo, le mostraba a Darius su poca disposición a acogerlo allí. Pero peor que ese suelo resultaron los tres pares de ojillos felinos que encontró al otro lado, esperándolo hambrientos en la oscuridad.

¿Las perspectivas? Poco halagüeñas. ¿La solución? Escapar de allí cuanto antes. Si la roca húmeda del pasadizo se lo permitía.

Darius dio media vuelta sin pensárselo demasiado para emprender la huida, pues empezar a pegar disparos no le pareció la mejor opción. Al menos no como primera alternativa.

Al salir corriendo por el pasadizo, notó en varios momentos esa roca húmeda a punto de hacerlo caer, pero consiguió mantener el equilibrio y en poco rato estuvo fuera. ¿Estaba ileso? Eso parecía. Pero no había tiempo para pensar más. Corrió hacia su caballo mientras apagaba el farol, montó, dirigió una última mirada hacia el cadáver y siguió a Marston, quien ya había emprendido la bajada.

Mientras bajaba por el camino para reunirse con el resto de la comitiva, olvidó a aquellos pumas y volvió a reflexionar sobre el descubrimiento. Un cazarrecompensas ejecutado y marcado con tiza vaya Dios a saber por quién. Algo en el interior de Darius le dijo que esta no sería la última vez que vería el monigote de tiza dibujado sobre el cuerpo de un finado.

Pero, además, estaba aquel detalle que se había guardado en el bolsillo y que compartiría furtivamente con Von Heizinger en cuanto tuviera oportunidad: Malone era en realidad un peligroso forajido llamado Milton.

Las precauciones debían ser extremadas.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Debo confesar algo: me he puesto de pie para hacer la tirada. Por ese 43 justito, deduzco que de no haberlo hecho habría sido un fracaso, jajaja...

God bless you.

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30/08/2021, 18:27
Director

Notas de juego

¡AJAAJJAAJAJAAAJAJAA! ;-D

Me alegro mucho. Ha sido solo un pequeño susto, para que veas que valoro tu arrojo, pero que te quiero vivo para ver el epílogo ;-P

Soy dado a mezclar pistas válidas con pistas falsas, pero en ambos casos resuelvo rápido para no torear a nadie.

Si puedo, que lo dudo, te contesto esta noche. Si no, mañana estás de vuelta con todos para un poco de tenso roleo ^^

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01/09/2021, 14:13
Director

Pasaron largos minutos al sol con los guturales gruñidos del señor Lynch en una angustiosa espera por los dos jinetes que habían elegido explorar la colina en busca del origen, la razón o el rastro que había dejado tras de sí la detonación que había sacudido el aire en los instantes previos.

Poco a poco se hizo audible el golpeteo de los cascos de los caballos contra el terreno, hasta que Jake Marston, sucedido por Darius DeQuinn, hicieron acto de aparición. Ambos hombres estaban dotados de miradas coriáceas, curtidas sin duda en innumerables cuitas y bregados ante las dificultades de un mundo que, en el mejor de los casos, era duro por necesidad de hacer fuertes a los hombres y mujeres que lo habitaban. No eran, en resumen, hombres de perfil impresionable o de voluntad quebradiza. Y sin embargo, la sombra de una duda cercó sus iris cuando alcanzaron la caravana.

Lynch profirió no pocos improperios sobre la temeridad de ambos hombres para advertir con sombría mirada añil de que, en el caso de que los acontecimientos se repitiesen en un futuro cercano, no tendría a bien esperarles y poner en riesgo su sueldo, pues la mitad de la paga la cobraba al llegar a Deadwood, según habíase estipulado al inicio del trayecto.

Todo lo malo fuese una bronca gangosa del viejo y malhumorado guía.

* * * * *

Trascurrieron las horas y la caravana atravesó el valle sin más incidentes. O eso pareció. El sol comenzó a ponerse y ante la inminencia de la noche el cielo empezó a mostrar sus primeras estrellas. Soplaba una brisa fría y escurridiza, de esas advenedizas que se filtraba por el cuello y reptaba por la espalda, acariciando el espinazo hasta hacerlo temblar con un rehílo. La vegetación, engañosa y falta de constancia durante todo el trayecto, empezó a rodearles por doquier en forma de coníferas de diferentes alturas, rastros de piñas por el serpenteante sendero. Según pasaban las horas, habían ascendido, adentrándose más aún en el terreno que Lynch ya había mencionado antes: las Black Hills.

Deadwood estaba a apenas un día de viaje.

Pero aún reservaba esta travesía algunas sorpresas a sus viajantes.

* * * * *

Sucedió durante la noche, cuando la luna se alzó sobre el mundo, bañando de plata el bosque y las colinas negras.

Las putas se congregaban en torno al fuego, escuchando las historias del Dr. Von Heizinger, a buen seguro un imán para las anécdotas más extravagantes e hilarantes. El matrimonio escocés trataba, sin éxito, de conciliar el sueño entre las risotadas de las meretrices y las estridencias del médico, cuyo acento le acercaba peligrosamente a Alemania, una región de Europa, según apuntó un solitario y vigilante Lynch mientras comía cecina y bebía aguardiente para celebrar el fin de otro duro día de trabajo. Darius permanecía en el fuego, uno más, silencioso y meditabundo. Cerca de él, hipnotizada por su piel de ébano, la pequeña Maddie le observaba presa de una intriga creciente sin saber cuánto tiempo aguantaría sin dirigirle la palabra. Marston la observaba con un gesto que no revelaba dulzura, sino deber, responsabilidad. De cuando en cuando, sus ojos trazaban un arco en soslayo al otro lado de la hoguera, donde Danna Deck daba cuenta de una tira de embutido salado añorando un buen filete, sangriento como el infierno, jurándole a Dios que sería la primera comida que haría al llegar a Deadwood. Y algo más cerca de la espesura, lejos de miradas indiscretas, él, el tipo taciturno conocido como Malone, permanecía vigilante de su sombra, cerca del viejo Lynch y lamentando que el alemán y las prostitutas estuviesen haciendo tanto ruido.

El quebrar de ramas comenzó a resultar audible para el guía y para Malone al cabo, cuando una figura espectral, lúgubre como un ánima y lívido como un cadáver hizo su aparición entre la maleza con un andar desgarbado, sosteniendo en sus manos un objeto sin forma al abrigo de las sombras y pronunciando unas palabras en una ininteligible letanía.

Notas de juego

Bien, estamos todos de nuevo, como a mí me gusta.

Declaro rol libre hasta que hable el señor Malone y diga "¿¡Quién va!?". Señor Malone, aguarde como mínimo a que sus tres camaradas hayan interactuado una vez.

Podéis rolear entre vosotros, con los PNJs y demás. Cuando Malone pronuncie las palabras mágicas o similares, hablaré yo y desvelaré quién o qué es lo que os sale al paso ;-)

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01/09/2021, 14:46
Director

Notas de juego

Tirada de Intuición, vaqueros.

Es difícil, así que aplico un -25% al resultado.

Comunicaré en su debido momento para qué sirve, si llega el caso ;-)

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01/09/2021, 14:47
Director

Notas de juego

He preferido avanzar el encuentro dado que has hecho gala de proactividad y has narrado cómo esquivabas el enfrentamiento con los baby pumas.

;-D

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02/09/2021, 17:06
Madison Maddox

Un suspiro profundo pareció abrirse paso a través de su pecho cuando por fin divisó en la distancia la conocida silueta de Jake Marston acompañada del otro hombre aproximarse a la caravana. Por un momento, Madison había pensado que el señor Lynch se reiría en su cara y seguiría adelante sin ellos. Al fin y al cabo, ella solo era una niña, pero todo había salido bien. Sin poder contenerse la chica espoleó a Chester para que se aproximara a las dos monturas antes de que llegaran. El impulso del caballo lanzó su sombrero al aire mientras su pelo volaba libre con la brisa de la tarde. Con el alivio pintado en la cara la joven alcanzó a su padre y a Darius DeQuinn. 

— ¿Qué ha pasado? ¿Estáis bien? ¿Quién disparaba? — Las preguntas salieron de su boca como una ráfaga de disparos bien dirigidos. Madison dirigió su mirada al horizonte a su espalda esperando tal vez ver a alguien aparecer. Un viajero en apuros tal vez. Al comprobar que los dos hombres estaban solos solo su rostro mostró el interrogante que había quedado por formular. Sus ojos se cruzaron con los de Darius. La chica hizo un gesto respetuoso con la cabeza mientras una tímida sonrisa afloraba a sus labios — Señor DeQuinn. —

*******

Mientras cabalgaban con las sombras pegadas a su espalda Madison comenzó a respirar con mayor tranquilidad y comenzó a fijarse en los otros viajeros. Las prostitutas parecían felices a pesar de los duros baches del camino que hacían que la carreta se balanceara constantemente. Era como si todo aquello no fuera con ellas. Por un momento, la joven se sorprendió pensando en la fortaleza de aquellas mujeres. Por lo demás todos estaban cansados y silenciosos. Observó abiertamente a Jake Marston. Desde que le había conocido siempre le había parecido un hombre taciturno, pero bajo los últimos rayos del sol a Madison le pareció advertir algo distinto. Como esas aves que pueden saber que se acerca una tormenta antes de que el viento arrastre una sola nube, la joven presintió que algo rondaba a su padre adoptivo con la persistencia de un ave de presa. Intentando parecer despreocupada lanzó una pregunta al aire con cierta precaución. — ¿Va todo bien, Jake?

*******

Por la noche a la luz de la hoguera y arropada por el singular acento de Von Heizinger y por las animadas risas de las prostitutas Madison se acercó al fuego y comenzó a sacar sus cacerolas e ingredientes. No tenía demasiado con lo que improvisar, lo que parecía contradecir el olor de lo más apetecible que comenzó a propagarse por el improvisado campamento con rapidez. Con la agilidad de quien lo ha hecho muchas veces la chica comenzó a servir raciones para todo aquel que quisiera. Madison se acercó a Von Heizinger y le tendió un cuenco lleno de un caldo de color blanquecino que olía de maravilla. — Por las nuevas amistades... —

También acercó un cuenco a su padre y a Danna Deck y su acompañante. Al dar el cuenco a la bella mujer por un momento aferró su mano. — Gracias. Por apoyarme antes con el señor Lynch. Yo no sé qué habría hecho si... — Pareció quedarse sin palabras y simplemente asintió antes de alejarse para seguir sirviendo. 

Finalmente, llenó dos cuencos con lo que quedaba en la olla y se acercó a Darius DeQuinn. Con una sonrisa le tendió un cuenco curiosamente grande tras lo que se sentó a su lado. — Ya sabe lo que dicen. Quien parte... Con todo lo que ha pasado no hemos tenido ocasión de presentarnos. Me llamo Madison. — La chica tendió una mano abierta que parecía muy pequeña y esperó expectante las palabras de aquel hombre de aspecto fiero.

- Tiradas (1)
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02/09/2021, 21:17
Danna Deck

El tiempo pasaba. Danna entendía que la joven Madison estuviera de los nervios, y más con cada gruñido de Lynch que amenazaba con avanzar dejando atrás a los dos aventureros viajeros de la caravana. ¡Qué insensatos eran! Deck no emitió sonido alguno cuando los dos jinetes regresaron hasta el sitio donde fervientemente les esperaban, pero eso sí, les recibió con una sonrisa divertida.

- ¿Qué tal la aventura, señores? ¿Algo interesante que destacar? - Preguntó curiosa a los varones antes de que el guía comenzase a lanzar nuevos improperios, riñendo a ambos varones. Para Danna aquello era una novedad, se generaba caos y ella no estaba involucrada, sonrió a Malone casi como esperando una silenciosa felicitación por su parte, quizás una mirada cómplice o, en el peor de los casos, una pulla con la que tener motivos para discutir.

Siguieron el viaje y la caravana continuó rumbo a su destino, Deadwood, mientras la brisa fría les saludaba y las coníferas ayudaban a actuar como cortavientos, aunque también, como una posible trampa donde esconderse enemigos. Danna sabía algo de supervivencia, lo que inicialmente podía ser un recurso favorable, también podía ser el peor de los errores acogerse a él.

- Las Black Hills... Es un sitio precioso, aunque sigo prefiriendo una buena pradera con río para construir mi futura vivienda. Una donde haya ganado y donde mi futuro esposo pueda romperse la espalda cultivando trigo para hacer pan - Suspiró, recordaba el olor del pan casero de su madre, un manjar delicioso que no necesitaba ir acompañado de guiso - Es un buen sitio donde acampar...

Y allí pasarían la noche, mientras las putas se acercaban al fuego para escuchar las anécdotas del extraño doctor, el matrimonio escocés intentaba dormir y el guía se atiborraba hasta reventar. El negro estaba callado cerca del fuego y ella, Danna Deck comía algo de embutido, una tripa que al menos saciaba el hambre pero no era, ni mucho menos, lo que ella deseaba degustar, así que agradeció el gesto de la pequeña Maddie, la cual le había llevado un cuenco de caldo de delicioso sabor.

- Ha sido un placer apoyarte, muchacha - Le guiñó el ojo con complicidad - Y no debes pensar qué hubiera pasado si... Si lo que fuera... En algún momento ocurriera, eres una mujer fuerte que saldrá adelante sin necesidad de... - Señaló visualmente hacia el carro de las prostitutas -Si disparas como montas a caballo, tendrás un gran futuro. Nunca dudes de ti... - Le aconsejó y bebió del cuenco - Está muy bueno, también futuro como cocinera. Gracias por la cena, esto reconforta del frío...

Malone siempre estaba cerca, al igual que Marston no quitaba ojo a la pequeña viajera, aunque Danna tenía la sensación de que en ciertos momentos la miraba de reojo.

No es posible habiendo tantas putas. Si tuviera deseos buscaría satisfacción con ellas. A no ser que no tenga dinero y quiera buscar una conquista decente para cuidar a la niña y calentarle la cama de noche. ¿No han venido ambos muy callados tras alejarse de la caravana?... Algo no huele bien. No cuadra...

En ese instante una figura espectral se acercó hacia donde ellos estaban, sosteniendo algo entre sus manos. La mujer se llevó la mano al revólver considerando que la distancia que le separaba del extraño era la adecuada, escuchaba un cantar. No le gustaba aquello, todo era muy extraño. Dejó el cuenco en el suelo, prácticamente vacío y caminó despacio, intentando ser una sombra en la noche. No hablaría, prefería que la atención se la llevaran otros.

- Tiradas (1)
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03/09/2021, 02:55
Darius DeQuinn
Sólo para el director

Durante la noche, antes de hacer la hoguera y de que todos tomaran asiento para una frugal cena, Darius se acercó a Von Heizinger mientras los demás estaban en sus asuntos.

Doc. Hay algo que debería ver —dijo mientras le compartía disimuladamente el bando en el que aparecía la cara de Malone/Milton—. Este bando estaba en la chaqueta del muerto que encontramos arriba, pero Marston no ha visto el bando. Creo que puede ser un hombre confiable, pero primero quería compartir esta información con usted.

Darius dejó que Von Heizinger mirara el bando, fijándose en el gesto del doctor.

Hay algo más. Seguramente era un cazarrecompensas. El muerto. Iba vestido con un traje elegante. Y no fue un asesinato aleatorio: en su hombro tenía dibujado un hombre ahorcado, con tiza. Deduzco que puede ser la firma del asesino. Fue algo personal.

Dejó aquella información misteriosa en manos de Von Heizinger, quien seguramente se haría su propia composición de lugar.

Notas de juego

Esto sólo para el Doc.

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03/09/2021, 02:57
Darius DeQuinn

Cuando Marston y Darius volvieron junto a la caravana, lo hicieron con gesto serio. El jinete negro notó las miradas curiosas de los presentes, algunos de los cuales no dudaron en preguntar qué había ocurrido.

Baste decir que no estamos solos —respondió secamente Darius—. Pero nosotros, al menos, podemos contarlo, a diferencia del caballero sin nombre que ha quedado ahí arriba —dijo mientras dirigía su mirada hacia la colina de nuevo, con seriedad—. ¿Quién le disparó? Sólo Dios lo sabe.

Fue breve al respecto. No había necesidad de entrar en mayores detalles, habiendo damas y una niña presentes. No prestó atención a los refunfuños de Lynch. Sí se fijó, en cambio, en el saludo de la muchachita y Darius le correspondió con una sonrisa seria, si puede decirse así.

El resto del camino del día lo hizo en silencio, con la mirada más pendiente de sus alrededores que de la propia comitiva.

*****

Durante la noche, mantuvo su silencio y simplemente se permitió unas palabras con Von Heizinger antes de que ambos se reunieran con el resto de viajeros alrededor de la hoguera.

Mientras miraba el fuego crepitar con total atención, incluso abstraído de lo que ocurría alrededor, vio un cuenco de comida que se le apareció de entre la oscuridad, acompañado de unas palabras juveniles. Darius agarró el cuenco y miró a la autora de aquel plato de comida. La joven muchacha, la hija de Marston, dijo llamarse Madison mientras le extendía su pequeña mano en señal de saludo. A DeQuinn le gustó el desparpajo de aquella jovencita y correspondió al saludo con su mano, mucho más grande que la de ella. Ella tenía una mano suave, pero la mano del hombre era una mano curtida, áspera, seca, marcada por el tiempo.

Es un placer, señorita Madison —le dijo con una sonrisa afable, con su voz profunda.

Las «sonrisas afables» de Darius DeQuinn no eran esas sonrisas alegres, campechanas, grandes, desenfadadas, como las que quizá uno podría pensar al leer «dijo con una sonrisa afable». No. Las sonrisas afables de Darius DeQuinn eran, físicamente, sí, un movimiento normal de las comisuras de los labios, alargándose muy ligeramente hacia el costado y hacia arriba, lo que comúnmente podría denominarse, sin temor a equivocarse, una «sonrisa». Hasta ahí todo normal. Sin embargo, las «sonrisas afables» de Darius DeQuinn dejaban escapar un cálido halo o, mejor, creaban un espacio, un espacio pequeño y acogedor, pero a su vez duro y difícil, como una cueva revestida de pieles, en la cual el sonriente invitaba al sonreído a cohabitar durante unos breves momentos, como si le dijera: «Este pequeño espacio que mi sonrisa delimita nos pertenece a los dos durante un par de segundos». Durante ese breve tiempo, el sonreído podía entrar en un mundo lleno de dolor y fatigas, pero en el cual, al mismo tiempo, se sentía protegido.

Quizás esta descripción pueda transmitir una ligera idea de lo que «le dijo con una sonrisa afable» quiere significar cuando se refiere a Darius DeQuinn.

Mi nombre es Darius DeQuinn, pero creo que ya lo sabías. Y gracias por alimentar al hambriento —le comentó mientras levantaba el cuenco de comida.

Darius tomó del cuenco y, a continuación, hizo un gesto de satisfacción.

Sabes cómo hacer amigos, ¿eh, chiquilla? No sólo eres valiente, también se te da bien cocinar —le dijo con una sonrisa.

Siguió tomando de aquel caldo, con calma, pero con evidente agrado. Miró de nuevo a la joven Madison:

Dime, chiquilla. ¿Vas a poner un restaurante en Deadwood con tu padre? —le preguntó mientras con la cabeza señalaba a Marston—. Creo que no te iría mal. Aunque seguro que tienes otras habilidades. Dime, además de cocinar y de ser valiente por atreverte a hacer este viaje, ¿qué otras virtudes tienes? ¿Qué otras cosas se te da bien hacer?

Miró a la muchacha con un gesto que podría llamarse divertido, aunque la chispa de la diversión, en el rostro oscuro de Darius, asomaba siempre amortiguada entre profundidades erosionadas y sedimentadas por el tiempo. A pesar de ello, aquella jovencita con su cuenco de sabrosa comida parecía haber sacado del fondo de Darius una chispa.

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03/09/2021, 18:54
Madison Maddox

Durante unos segundos que parecieron eternos Madison se permitió perderse en los ojos cálidos y amables y la sonrisa sincera de Darius. En tierra salvaje, donde la gente vivía y moría con la rapidez de un parpadeo, una sonrisa como aquella era un tesoro que la joven disfrutó sinceramente. Tenía un buen presentimiento. 

Sabes cómo hacer amigos, ¿eh, chiquilla? No sólo eres valiente, también se te da bien cocinar.

Una risa cantarina escapó de los labios de la joven mientras aferraba el cuenco caliente entre las manos para calentarlas. – Maggie Mae siempre decía que un buen plato caliente es la mejor forma de llegar al corazón de alguien. Fue ella quien me enseñó a cocinar. Murió el invierno pasado de unas fiebres. La echo de menos. – comentó mientras miraba al fuego con una sonrisa que mezclaba tristeza y aceptación a partes iguales. Maggie Mae había sido una de las pocas mujeres que vivían en el campamento de la banda y siempre la había tratado como si fuera su hija. Era una mujer grande y rubicunda que en sus abrazos parecía poder contener todo el amor en un mundo de hombres crueles, indiferentes o demasiado ocupados para hacerle caso a una niña pequeña. Madison la echaba de menos, pero no la recordaba con dolor. Tan solo con un cariño y una ternura que parecieron reflejarse en una mirada joven que por un instante se tornó vieja.

Dime, chiquilla. ¿Vas a poner un restaurante en Deadwood con tu padre? Creo que no te iría mal. Aunque seguro que tienes otras habilidades. Dime, además de cocinar y de ser valiente por atreverte a hacer este viaje, ¿qué otras virtudes tienes? ¿Qué otras cosas se te da bien hacer?

Se sonrojó aceptando el cumplido, aunque divertida ante la idea de imaginar a su padre adoptivo con delantal. – No sé por qué hemos venido a Deadwood aunque me atrevería a apostar a que montar un restaurante no entra en nuestros planes. Me gusta cabalgar. Chester es uno de mis mejores amigos. – La chica lanzó una mirada fugaz a la zona de los caballos mientras parecía pensar muy en serio en la pregunta que  le había formulado el hombre. —En realidad no sabría decirle cuáles son mis virtudes. Aunque se me da bien perder a las personas que quiero. — Por un instante el aire pareció volverse denso a su alrededor, aunque fue un instante tan efímero como un relámpago en la noche. Con una sonrisa renovada y la ilusión que era habitual en ella preguntó con desparpajo. — ¿Y qué hay de usted? ¿Por qué va a Deadwood, señor DeQuinn? — Lo meditó durante un momento, aunque hacía tiempo que había decidido que podría ser amiga de aquel hombre.  — A ver qué le parece. Si usted me llama Maddie yo le llamaré Darius. ¿Trato? — dijo mientras extendía un meñique muy estirado que parecía destinado a sellar definitivamente su acuerdo.