Partida Rol por web

BP6-3Q1 (Stargate SG-1)

En la boca del lobo

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06/12/2009, 05:00
Director

Observáis a vuestro alrededor. Los golpes en la puerta no dejan de sucederse, sin embargo, os acostumbráis a los pocos minutos. La puerta ni siquiera parece deformarse. No la podrán abrir golpeándola. Dentro está completamente oscuro, así que encendéis las linternas. Estás en un espacio cerrado, de unos veinte metros cuadrados, con dos niveles. Estáis en el más bajo. Unas escaleras metálicas, de apenas cinco peldaños, suben al nivel superior, que parece llevar a una especie de puerta, mucho más grande que la anterior. Está no tiene panel, al menos visible. No parece haber modo de abrirla, al menos no a simple vista. 

En el nivel inferior hay algunas cajas y bidones, en una estantería metálica. Pero apenas hay dos cajas y un par de bidones, con una sustancia negruzca que apesta a gasolina, probablemente inflamable. Salvo eso, no parece haber nada más. 

Notas de juego

Vosotros diréis.  

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09/12/2009, 13:34
Dante Gabriel Rosetti

- Dios mio - dice Dante casi sin aliento. A pesar de que los bichos, por alguna razón, lo habían ignorado estaba sobresaltado como el que mas. En definitiva el era un profesor de arqueologia, no un militar y menos aún un "comando espacial" - ¿estan todos bien? No soy médico pero cualquier cosa les puedo dar una mano, calculo que la Dra. también - termina diciendo mientras la mira a esta.

De pronto se acuerda de sus notas y de las runas. No importaba cuan sumidos en el peligro esten. Ese mensaje era, lo sabía, la clave y descifrarlo desde su punto de vista era una prioridad. De todos modos la decisión no dependía de el.

- Señor - le dice a McGraw - si le parece bien puedo continuar con el intento de traducción, salvo que haya algo mas importante por hacer.

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09/12/2009, 15:10
Dra. Sirkka Liisa Parker

Por fin habíamos encontrado un lugar en el que parecía no haber insectos, aunque todavía era demasiado pronto como para estar seguros de ello. Por el momento, la puerta parecía que aguantaría aquellas embestidas y eso me hizo suspirar tranquila, sabiendo que al menos contábamos con algo de tiempo.

Antes de hacer ninguna otra cosa, saqué el botiquín y tras limpiarme mi propia sangre, las gafas u ponerme otros guantes, tocaba echar un vistazo al resto lo antes posible. El que parecía estar en peor estado era Smith, así que sin demora me acerqué a él.

- Dejadme ver vuestras heridas a ver que puedo hacer, aunque no seas graves, me gustaría examinarlas. - Dije acercando mis manos al hombre y esperando su conformidad antes de tocarlo para mirar nada ya que sabía de sobra cómo se las gastaba. - No sé si han podido transmitirnos alguna enfermedad o alguna cosa, pero os agradecería que si alguien nota algo extraño, dolor, fiebre, incluso algo que resulte una tontería como un leve desenfoco de la vista me lo diga, creo que es mejor estar preparados para cualquier cosa.

No estaba tratando de desalentar a nadie, sólo de hacerles saber que había una remota posibilidad de que lo que nos hubiera picado portara cualquier enfermedad o parásito que pudiera ser que nuestro organismo no tolerase demasiado bien. En esta ocasión la verdad es que esperaba equivocarme y que todo el efecto secundario de este ataque fueran unas cuantas heridas.

 

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10/12/2009, 19:59
Tom J.Hammer

  El aire se desplazó entre sus labios manteniendo los dientes apretados en una inspiración bastante sonora, mas no era una queja. Retrocediendo se aseguró de que la puerta estuviese bien cerrada, después le dio la espalda. El cañón de la ametralladora apuntaba al suelo pero estaba dispuesto a levantarlo en cuestión de segundos y continuar disparando, almenos le quedaban balas de sobra. El dolor del pecho era agudo, motivo por el que al respirar sintiese un intenso dolor en el esternón, posiblemente eso le hubiese salvado de una muerte instantanea, parecían saber donde tenían que clavar su aguijón...

  - Cuando nos picaron...quedaron aturdidos. O es un mecanismo de defensa a costa de sus vidas o...

 Tom negó, prefería no pensar en esas cosas. Posiblemente sólo picasen para defender su territorio, no sería raro que produjesen shocks anafilacticos llegado el caso, una picadura podía no tener demasiada importancia pero varias podía producir alteraciones en el organismo, eso exlicaría que quedase gente viva. Sólo necesitarían tratamiento, quizás analgésicos, y el cuerpo haría el resto. O no...

  Observé a todos, aunque me preocupaba por su estado físico buscaba cualquier indicio de que tuviesen algun insecto de esos pegado a la ropa, cualquier precaución sería poca. Acabó por mirar a los ojos al Capitán, esperando ordenes de espaldas a la puerta. Apretaba los puños contra el arma, y respiraba por la boca, el dolor casi se le extendía hasta la garganta.

 - Parece que...estamos...

 Comenzó a caminar, acercandose a los bidones, con la intención de ascender por las escaleras.

 - En una especie de almacén.

 Se desplazaba rápido, necesitaba estar en movimiento. Observó suelo y techo, incluso comprobó que no hubiese nada bajo aquellos escalones antes de ascender.

 - Huele a gasolina.

Inspiró un par de veces a costa de algo más de dolor punzante por la nariz, tratando de saber si había algún respiradero cerca, estudió las paredes buscando una forma de salir de allí, las puertas parecían cerradas y blindadas pero quizás pudiesen gatear hasta otra sala y abrir desde el otro lado, una de las puertas tenía toda la pinta de poder abrirse sólo desde el lado contrario...

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11/12/2009, 03:41
Edwin McGraw

Se trataba sin duda de criaturas, no de seres inteligentes. Tenían ideas fijas, y mortíferas. Entre ellas, estaba el abrirse paso a golpes, cuando no podían. Si el hombre del ropón era un ser humano, después de todo, acabaría partiendo su maza y sus extremedidades si se empeñaba en abrir a golpes una puerta de acero tan gruesa como aquella. O al menos, eso quería creer en ese momento.

Estaba más ocuro que una noche de cielo encapotado en alta mar, y encendió la linterna, examinando el lugar por el que aquel militar del planeta parecía dispuesto a morir por entrar. Era indicativo, para él, que una persona que se iba a metamorfosear pensara en el último momento de su existencia en entrar en un almacén. ¿Por que lo haría? ¿Tal vez por el ataque del hombre de la vara? Seguía repiqueteando en la puerta, y eso le hizo volver a la realidad.

-Obstinado -susurró, consultando la hora.

La doctora les hizo una petición, y luego Hammer y el doctor les regalaron con evidencias dichas en voz alta. Pero hubo varias preguntas, y respondió a ellas en órden.

-Me parece bien, doctor. Es más -miró a la doctora Parker- Ya que nos han picado a todos, o casi todos, revise primero la herida del sargento Smith, mientras Rosetti echa una ojeada a la traducción. Sea lo que fuere lo que nos pasó por las picaduras, lo compartiremos todos, y vista una, vistas todas.

Luego miró a Smith concretamente.

-A usted le han picado más veces, así que usted tiene prioridad. Si ha tiempo, luego echaremos una ojeada a las heridas de los demás.

Puso la mano sobre el hombro de Hammer.

-Vamos a echar un vistazo por aquí, a ver si tenemos salida o encontramos algo de interés.

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12/12/2009, 00:31
Director

McGraw y Hammer se separan, examinando la estancia, mientras la doctora examina al sargento Smith. El doctor Rosetti, mientras tanto, se dedica a examinar las notas, en busca de una posible traducción que ayude. Antes ya ha tomado algunas notas, con lo que ya hay parte del trabajo hecho. Eso, claro, partiendo de la base de que su trabajo previo sea correcto.

Los golpes se suceden, haciendo que el metal resuene, aunque cada vez con menos frecuencia, hasta que de golpe, paran. Algo les ha detenido. Quizás se hayan dado cuenta de que es inútil.  

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12/12/2009, 00:40
Director

Examináis la estancia con cuidado, atentos a cualquier detalle, por nimio que sea. Pero no parece haber nada. La puerta tiene un aparato al lado, a unos sesenta centímetros de distancia, con varios botones, cuanto, alrededor de un quinto, de forma esférica. Al picar en él, suena una especie de timbre. Parece que el resto de botones son combinaciones que afectan de algún modo al timbre, el botón central. En las estanterías, tras las cajas hay un libro, parece una especie de conjunto de normas, una lista de protocolo o un plan de emergencia. Está escrito en varios idiomas, todos igual de extraños que el primero. Ninguno para tener letras que se puedan entender, salvo uno, lejanamente parecido al alfabeto cirílico ruso. 

No parece haber nada más, solo paredes de metal, la puerta, y las estanterías. Sin embargo, al examinar el hueco de la escalera, veis una de las láminas de metal que forman el suelo arrancada. Desde vuestra posición, puede distinguirse un hueco practicable, donde debería poder caber bien una persona, entre cables y tuberías diversos. 

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12/12/2009, 00:53
Director

Notas de juego

Tirada de Lingüista, ya sabes, INT, para traducir. Esta vez solo dos éxitos, uno de 5+ y otro de 10+. Tienes 4 intentos. 

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12/12/2009, 00:53
Director

Notas de juego

Tirada de medicina, sin dificultad, para examinar al sargento Smith.  

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12/12/2009, 03:03
Edwin McGraw

¿Una puerta de seguridad? Quizá contenía algo interesante, que mereciera la pena. Un cadáver que en sus últimos estertores se dirigiera hacia allí, sabiendo que estaba enfermo con el virus que mató a su planeta, podía decir muchas cosas acerca de lo que habría detrás de esa puerta. No obstante, los golpes habían cesado, y eso le facilitaba la concentración.

Cogió ese libro y comprobó brevemente que la tarjeta roja de seguridad no contenía nada parecido a un código de desbloqueo de esa sala, armario o lo que demonios fuera. De cualquier modo, el libro era más material que Rosetti debería descifrar. Se iba a ganar bien el reconocimiento en el SG-7 aquel científico, sin duda.

Aunque McGraw daba ahora vueltas a la que él consideraba como la gran pregunta: ¿Cuanto tardaría el veneno en hacer efecto y en metamorfosearles? Aquel era el único margen de maniobra posible que tenían en aquella expedición. El reloj corría, y posiblemente a cada hora que pasara, estuvieran más cerca de morir en un lejano planeta, sin posibilidad de volver a casa. Un dato más en las estadísticas de fracaso del proyecto stargate. Y lo que más le enrabiaba del asunto, era no poder asistir al partido de baseball de su hijo. Era algo curioso, dadas las circunstancias.

Echó una ojeada a Rosetti, y vió que estaba enfaenado con la traducción. Entonces, se acercó a Hammer y le dió "el libro".

-Déselo ahora a Rosetti -dijo- Pero primero voy a echar un vistazo a esa posible "via de salida alternativa". Cúbrame y alúmbreme desde fuera.

Dicho lo cual, se acercó al agujero iluminando con la linterna, y trató de dilucidar si había un camino, o era tan solo un escondite. Si había un pasadizo, dejaría su equipamiento más pesado allí, para no andar embarazado, y se deslizaría explorando con una linterna y una pistola.

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12/12/2009, 03:16
Tom J.Hammer

- Descuide. - Dijo tomando el libro en la mano derecha, los mitones negros que llevaban le permitían una movilidad perfecta en los dedos y le servían de protección, una ametralladora no era un arma para cualquiera. - Así se hará.

 Dijo tomando el cuarderno, dispuesto a guardarlo en alguno de sus bolsillos, se lo entregaría cuando terminasen allí, sin embargo, se tomó su tiempo para hacerlo, y antes de cerrar el bolso, junto al pecho en el que lo había recogido, observó a su capitán con seriedad, no era el hombre más callado del mundo, pero tampoco destacaba por ser un gran orador, quizás en eso se pareciese a McGraw, aunque éste, hablaba sólo cuando tenía algo que decir. Lo respetaba como superior pero también como lider y eso hizo plantearme algunas cuestiones...

 - Con el debido respeto mi Capitán. - Habló con suma franqueza y sentido, no pensaba que fuesen a morir allí, aunque las posibilidades aumentasen cada minuto que pasaba, sin embargo, puede que alguno cayese si las cosas no iban bien...todos estaban heridos, excepto el arqueologo. - Si me permite serle franco. Creo que debería descender yo. Si sucede algo imprevisto allá abajo y no puede regresar o muere no quedará nadie capacitado para el mando. Su vida no es tan prescindible como la mía, si yo bajo y muero perdemos un soldado, si usted baja y muere perdemos un oficial y nuestras esperanzas de salir vivos de este planeta.

 Tom se cuadró, mirando al frente, no le retaría, ni desobedecería una orden, pero aún estaba a tiempo de tomar aquel cuaderno y ser él el que iluminase el camino al sargento hammer a través de ese oscuro agujero. No pondría jamás en duda el valor y los huevos que McGraw le estaba echando a aquella situación, pero tampoco era un jodido lameculos, por lo que no le diría lo loable y fabuloso que le parecía que su mando estuviese dispuesto a pringarse las manos de mierda en primer lugar.

  Él había nacido para ese trabajo, para arriesgar su vida por otros, y si no había nacido para eso, se la sudaba, porque era su elección y le iba a echar los cojones que hicieran falta.

 Respiré por la nariz, esperando su respuesta, aún preparado para alumbrarle si hiciera falta, apretaba los labios...el sudor...me recorría la sien, era frio, pero no sudaba porque tuviese miedo de una reprimenda, era mi cuerpo que se preparaba para dar el doscientos por cien de su capacidad.

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12/12/2009, 03:41
Edwin McGraw

Observó a aquel suboficial mientras le hablaba, pensativo. Era un zoomie, sin duda, pero no uno cualquiera. No era uno de esos pilotos chulitos ni uno de esos técnicos simpáticos que podrían ponerte gasolina o repararte el coche en vez de vestir uniforme. Sabía quien era, y había leido su informe. Pero ahora le había sorprendido. Creía que era una persona más individualista, y que no atendería en un principio a ese tipo de sutilezas.

-No comparto su opinión, porque un oficial debe ir siempre delante. -dijo.

Hubo un pequeño silencio, en el que su mente bulló con numerosos pensamientos. Y, entonces, pensó en su hijo. Le recordó mirándole con orgullo, y tratando de imitarle. Recordó el día en que él dejó que llevara solo la bicicleta. Sabía que era peligroso, pero debía hacerlo. Porque su hijo esperaba autosuperarse, y llegar a ser una persona plena, dando fe a las esperanzas que sus padres tenían en él, y a sus propios sueños.

Y entonces, comprendió que ser padre y ser soldado, no eran conjunciones excluyentes. Una cosa podía preparar mejor para la otra. Aquel soldado pedía ir el primero, porque sentía que eso era lo que él esperaba. Y aunque se resistió a concederle el deseo, pensó que tenía que delegar en él, y en los miembros de la expedición, confiar en su buen hacer. Estaba demasiado acostumbrado a hacerlo todo él mismo, para que funcionara tal y como a él le gustaba. Quizá por eso tardó tanto en recibir un mando en el comando. El término era rigidez operativa.

-Sin embargo, tiene usted parte de razón, Hammer. Confío en su buen hacer.

Le dejó espacio para que se preparara, y guardó el libreto en uno de los bolsillos de su chaleco, y alumbró con la linterna aquel espacio. Con la oscuridad, el asunto atemorizaba un poco, pero quizá era algo carente de peligro. Nunca se sabía.

-Tenga cuidado -sentenció.

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12/12/2009, 04:07
Tom J.Hammer

 - Gracias, Señor. - Sentenció dando por zanjada la conversación. Aferró con ambas manos la sujección de la ametralladora después de devolverle el libro, necesitaría descarse del peso de aquel arma para tener completa movilidad, se la pasó por encima de la cabeza, con cuidado de no rozar su cresta que se mantenía erguida sin problemas justo en el medio de su reluciente cabeza.

 Por precaución echó a un lado el petate con la comida y el botiquín, no lo necesitaría allá abajo, en aquel momento, quizás McGraw pudo cerciorarse de que el sargento había traido más comida de la que era reglamentario, era un peso extra pero no lo suficiente como para relentizar el paso, quizás, tuviese más de rebelde e individualista de lo que nadie en el mando pensaba.

 Tomó la pistola en la mano, quitandole el seguro, entraba en una zona hostil. El dedo índice se mantenía alejado del catillo en paralelo con el cañón, mantenía la linterna justo al lado. Se sentó antes de descender, asegurandose de que todo estaba en orden entonces. Esperaba no tener que necesitar el c4 que llevaba, bien podía ser una salida o una trampa...

 Cuando el Capitan se despidió, el Sargento también lo hizo, con un asentimiento y una mirada segura.

 - Estaré de vuelta antes de que empiecen a echarme de menos.

 dijo con un tono muy animado y descendió, era momento de ver que coño eran aquellos tubos y a donde conducía aquel pasadizo. Antes de tocar cualquier tubo palparía un instante con el mitón, para cerciorarse de que no estaba caliente, avanzaría sigilosamente pero con el suficiente buen ritmo comprobando donde pónía cada parte de su cuerpo.

  Espero que a esos bichos no les guste la oscuridad...

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12/12/2009, 04:28
Director

El sargento Hammer se descuelga con habilidad entre las diferentes cañerías. El paso es practicable, aunque muy angosto. No tardas en perderle en la oscuridad. 

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12/12/2009, 04:30
Director

Al poco, McGraw y Hammer se meten en el hueco entre las escaleras. Cuchichean en voz baja, y al poco oís unos ruidos. El capitán asoma de nuevo, con la mochila y la ametralladora del sargento Hammer, pero sin él. 

Cargando editor
12/12/2009, 04:31
Director

Te descuelgas entre los tubos, con agilidad, propia del entrenamiento militar. Deslizarse entre huecos en exceso angostos, trincheras o bajo los alambres de espino es algo habitual. Con cuidado, avanzas, y no tardas en dejar a McGraw atrás. Ahora estás solo, y la pistola es tu única defensa. Como bien dicen en el ejército, "Mi arma es mi única amiga, mi arma siempre estará conmigo". El paso parece seguro, hasta que, tras unos treinta metros, te topas con un escape de gas. El calor que produce hace evidente el hecho de que es mejor no acercarse demasiado.

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12/12/2009, 05:08
Tom J.Hammer
Sólo para el director

  Con la linterna como única forma de vislumbrar algo en aquel agujero compruebo el suelo, el aspecto del gas, inspiro profundamente tratando de saber si aquello puede resultar peligroso o sólo se trata de vapor de agua. Puede que sea una especie de caldera. Estaba acostumbrado a tratar con instrumentos mecánicos.

  Alzo la mirada y dirijo la linterna a la parte inferior y superior, tratando de determinar si hay alguna forma de pasar arrastrandose, reptando por el suelo, o algún otro lugar por el que sortear el camino. Observé con detenimiento ambos flancos y recorrí los tubos en busca de alguna llave que pudiese cerrar momentaneamente la salida del gas.

 Extendí muy levemente la mano, no suficiente como para tocar el tubo o meterla en la salida de gas, sólo para comprobar si la temperatura era tan alta como para quemarle. Masticaba el chicle de forma monótona, frunciendo el ceño y con los labios sellados. No era la mejor forma de reparar una fuga pero si no estaba demasiado caliente, podía intentarlo...

 Antes, tendría que comprobar que se podía hacer con seguridad o si había alguna otra alternativa a su camino.

Cargando editor
12/12/2009, 08:01
Dra. Sirkka Liisa Parker
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Tirada: 1d20(+5)
Motivo: Medicina
Resultado: 1(+5)=6

Notas de juego

xDDD Luego a la tarde posteo que soy una torpe..xD Puedo repetir esa tirada? xD

Cargando editor
12/12/2009, 17:34
Director

Notas de juego

Podéis repetir cualquier tirada relacionada con traducir o realizar un diagnóstico, examinar algo, etc. Tantas veces queráis. Por ahora, el único que está en serios apuros es Hammer XDDD.  

Cargando editor
12/12/2009, 17:36
Director

Acercas la mano, lo suficiente como para sentir un intenso dolor derivado de una quemadura en las yemas de los dedos, sin siquiera tocarlo. Sea lo que sea, está demasiado caliente como para pasar a través. Sin embargo, ese gas o vapor, que debería formar una nube, desaparece. Al mirar hacia abajo, con ayuda de la linterna, te das cuenta de que, a unos dos metros y medio por debajo, hay una pasarela de metal, parte de una estancia o pasillo mucho más amplio.