Partida Rol por web

 La perspectiva de hacerles sufrir, que sientan autentico dolor sin recibir daño real. Justo mi especialidad, es una verdadera lástima que de momento solo podamos mandar peones

-Tras el ataque me acercaré con mi peon para hacer de buen vecino-

- Enviemos un par de demonios menores con la orden de herir y no matar y un demonio de rango superior para observar y controlar, que permanezca invisible y que nos informe. Ya lo había pensado

Una sacudida de poder me devuelve a mi cuerpo cuando el cuerpo de Robert es destruido, la retroalimentación destruye buena parte de mi mobiliario y me manda dolorido y aturdido a un rincón de la habitación

-ufff, malditas brujas-

me levanto y tambaleante voy al baño donde refresco mi cara, voy a tener dolor de cabeza durante varios dias "un buen dolor, voy a disfrutarlo"

Con la mezcla de emociones causadas por el fracaso y mi masoquismo me dirijo a la sala de torturas y llamo a Alice para una sesión mientras envío un mensaje a Crowly

"descubrieron mi disfraz, veremos lo que nos trae Gale cuando acabe"

Un centinela viene corriendo, el prisionero ha desaparecido.

Gale se materializa después de haber firmado el contrato y despedido a Ellie Parker. Lleva en la mano una botella de Don Perignon de más de 100 años y una copa en la otra. Es la imagen de la autoadoración en un traje de dos mil dólares y gafas rayban.

- El centro es suyo, ahora que sufran Vamos a divertirnos chicos.

Ve al centinela y la sonrisa se borra de su cara.

- Que coño ha pasado!!!

Avisado del éxito de la operación de Gale espero en la torre trajeado para una fiesta como corresponde, ya me he ocupado de hacer una serie de invitaciones para conseguir la concurrencia mortal mas decadente adecuada para la ocasión, lo mejor y lo peor de la ciudad se juntará esta noche para deleitarnos sin siquiera saberlo

Mientras me relamo pensando algún juego para la noche el centinela avisa

-¿que prisionero?- supongo que algún juguete de Crowly o Gale, es normal que tengamos pequeños secretos entre nosotros de modo que no le doy demasiada importancia

- El viejo que trajisteis, se desvaneció en el aire, porque sí

Gale se bebe su copa de vino la vuelve a llenar  y le pasa la botella a Isaac.

- Al menos el centro comercial está en marcha. Deja al viejo que se largue ya nos ocuparemos de él.

-¿Robert? ¿como ha podido orbitar? si es un humano normal- como único gesto de frustración un rayo de energia sale de mi mano y golpea al guardia enviándolo dos metros hacia atrás hasta que golpea contra la pared y cae al suelo retorciendose de dolor

-voy a examinar las celdas, solo por si acaso, luego me uniré a la fiesta-

Con paso apresurado me dirijo a las celdas, aunque solo sea para dar un castigo mas apropiado al resto de guardias

- Ve pero creo que esas hijas de puta se han dado cuenta de que alguien tenía al vecino. Ellas lo habrán hecho orbitar. Putos luces blancas.....

Gale invoca a dos de sus demonios menores. Estos aparecen al momento, como humanos parecen pandilleros.

- Quiero que las drogas aumenten cerca del centro social. Ocupáos de eso, coged a quien os haga falta. Quiero que las bandas de la zona estén surtidas de drogas y  de armas. Ahora largáos antes de que me canse de veros

Desparecen al momento dejando a Gale con su vino y de mala ostia.

-eso significaría que las brujas o los luces blancas conocen esta torre, eso es demasiado peligroso, he de descubrir que ha pasado exactamente, si tenemos una fuga de seguridad hemos de saberlo-

Ahora si me marcho a nuestras celdas "y además tengo que dejar de lado el plan del hijo de Robert"

Isaac... Gale... Venid a la sala de reuniones...

La voz de Crowly, aunque fuera pulsada mediante una onda mental, era inconfundible. Tenía siempre un tono jocoso, casí como si estuviera a punto de echarse a reír. Sin embargo, en la comisura de ese tono burlón, había siempre un ribete ácido, como un contrapunto. Aquellos infernales que le conocían el tiempo suficiente habían aprendido a observar esa diferencia, así como a comprender que no toda la locura de sus ojos era locura, ni toda la cordura era cordura.

Su voz acerada y sardónica volvió a llegar hasta ellos, violando el espacio privado de sus mentes, merced de las prevendas de ser un príncipe infernal. Ni la más santa de las monjas del vaticano con toda su voluntad y su fé se habría resistido a su asalto. Los dos demonios a los que hablaba, mucho menos puros, no iban a ser menos...

...Ha llegado la hora de pasar a mayores...

Gale estaba haciendo de las suyas. Todavía estaba cabreado con las brujas y molesto con la fuga del prisionero, pero siempre hay maneras de "entretenerse". Pero hasta eso cansaba con el tiempo. Después de que el abdomen de la última niña explotase, escuchó la llamada de su príncipe. Decidió dejarla morir esta vez, al fin y al cabo después de una semana de torturas la pobre ya casi no gritaba ni lloraba y estaba loca. Ya no era divertida. Se limpió la sangre y los restos de carne del traje  con un gesto de loa mano que lo dejó impoluto. Sin levantar la voz ni un ápice susurra:

- Limpiad esto y tened preparadas a las demás,  coged a alguna para divertiros, pero no las matéis, o sereis los que las sustituyan,¿está claro no?

Sus demonios ya sabían a lo que se atenían si no satisfacían a su señor, asisntieron con una reverencia y lo vieron fluctuar antes de osar levantar la cabeza y comenzar el trabajo.

Una vez que llega junto a Crowly, hace una ligera inclinación de cabeza como muestra de respeto.

- Los planes siguen su curso, el centro social es suyo, estoy deseando oir lo que les tienes preparado, mi príncipe.

Tras buscar en las celdas una explicación a la fuga del humano, si éxito. Me encuentro de bastante mal humor cosa que no han conseguido mitigar las diversiones en la torre. Así, escucho casi agradecido la llamada de Crowly, al menos me dará algo en que pensar.

Orbito para aparecer frente a el y hago una  reverencia tan corta que casi parece una burla

-mi príncipe, estoy ansioso por entrar en acción-

Crowly...

Aquel era el nombre del príncipe infernal por el que le conocían sus sirvientes. Tenía muchos más, por supuesto. No era raro que los de su raza fueran conocidos por varios epítetos y alias. La teatralidad y el doble sentido en casi cada uno de sus actos formaba parte de su naturaleza engañosa.

Isaac y Gale se presentaron en el despacho. Era un lugar extrañamente sobrio, teniendo en cuenta el lujo y el fasto del resto de la torre donde estaban afincados. Casi se lo podría catalogar de espartano. Un simple escritorio, con una fuente de manzanas rojas, y un par de asientos de cuero, se alzaban frente a un asiento de cuero negro mucho mayor, con reposabrazos y alto hasta más allá de la cabeza, casi como un trono. A un lado de la puerta había una estantería con libros de temática aparentemente anodina. Toda la pared del fondo era de cristal tintado, de manera que se podían gozar de unas vistas excelentes de toda la ciudad, mientras que desde el exterior, solo había una pátina negra como el corazón de los moradores de aquel edificio. Ninguna mirada curiosa ni oído atrevido atravesaría la oscuridad de aquel ventanal, tal como no podrían sondear en los corazones de Gale, Isaac o el mismísimo señor del despacho.

Enroscada a un lado del trono, en una esquina del cuarto en el suelo, había una serpiente muy grande y muy quieta, pero también muy despierta que no le quitaba ojo a un temblorosos hombrecillo desnudo con cara de ratón. Aquel hombrecillo tenía un fino bigotito, la cara alargada, nariz y dientes saltones, y expresión temerosa. Temblaba ostensiblemente en un cuerpo que podía considerarse un auténtico saco de huesos, pero no apartaba la mirada de la serpiente que le contemplaba inmóvil mientras la piel escamada de esta, de colores brillantes e indefinidos, creaba una pauta difícil de configurar, pues según le diera la luz de la única lampara encendida parecía moverse, cuando en realidad permanecía quieta y tensa como el resorte de un muelle a punto de dispararse. Parecía muy claro por su rostro y lenguaje corporal que el hombrecillo sopesaba la posibilidad de moverse, alejarse, quizás huir. Pero estaba igual de claro que el miedo le atenazaba por completo, atrapándole como una pinza inmisericorde e implacable.

Crowly estaba de espaldas a la entrada, mirando al mundo a través del ventanal, como si escudriñara algo más alla del cristal, el acero y el cemento que configuraban la ciudad. Su silueta mostraba a un hombre fibroso y en forma que estaba vestido con un simple y sencillo pantalón vaquero, unas botas de cuero negro y una camiseta ajustada y negra. Cuando los dos convocados entraron en el despacho y cerraron la puerta tras de si, hubo un instante de tenso silencio en el despacho. Si los invitados se pusieron nerviosos o impacientes con el silencio y la espera, no er algo que Crowly considerara imporante. Finalmente, el príncipe pareció salir de una intensa cavilación y se dio la vuelta hacia sus pares. Su rostro tranquilo y sereno era un poderoso contrapunto con la mirada intensa y flamígera que desprendía de sus ojos. Una mirada fría y llameante. Acerada. Taladrante como un pico golpeando una botella de refresco o un cráneo humano... Tras esa mirada, algo siempre se derramaba o estallaba... Lo único más perturbador que su expresión era el estampado de su camiseta, donde podía leerse "Badass Mother Fucker".

El primus inter pares les miró alternativamente, con deliverada lentitud, antes de componer una media sonrisa y dirigirse a ellos.

- Gale... Isaac... -su voz era suave, pero tenía un leve tono de tensión contenida, como una nube negra de tormenta que acaba de descargar un rayo, y de la cual se espera que descargue el trueno que las partículas de agua y carga electroestática están fraguando en ese momento- Decidme... ¿que ha pasado en las celdas...?

Si la pregunta era una simple pregunta o si era un reproche, eso era algo completamente indistinguible por el tono o la mirada de Crowly, que se quedó frente a ellos, mirándoles con calma, observándoles, mientras esperaba a ver sus reacciones con una expresión tan desenfadada, relajada e indiferente, que habría avergonzado a un gato.

Cuando Gale llegó al despacho de Crowly, Isaac estaba esperando fuera, tras un breve saludo con la cabeza abrió la puerta y ambos entraron juntos. Ignorando completamente las distracciones de su señor se sentó en el asiento de la izquierda. Cualquier ser ajeno a la escena vería ésta como algo completamente subrealista. Allí estaban dos hombres de negocios rindiéndole cuentas a un hombre en vaqueros. solamente los calcetines de Gale cuestan más del doble que toda la ropa que lleva puesta. Un hombre vestido con la mejor seda italiana en color negro y unos zapatos hechos a medida de cuero sentado frente a un hombre de la calle.

Pero el observador estaría muy equivocado, si no presta atención a las miradas de los 3 hombres. Crowly con una mirada fría y de sobrada superioridad, merecida. Gale, mostraba una mirada igual de fría en la superficie, pero su mente por debajo es un torbellino de bajas pasiones e instintos de lo más viles. La pregunta de Crowly flotó en el ambiente durante unos segundos.

El pobre hombre gimió ante una acometida de la serpiente y ese es el punto en el que Gale decide contestar. Respira hondo y contesta completamente tranquilo con la voz templada y en calma. Sabe de sobra lo necesario que es y sobre todo que su señor no es un idiota que desperdicia a sus hombres.... mientras los necesite claro.

- De alguna manera las brujas se han enterado de lo que ha pasado, de nuestra sustitución y  han decido recuperarlo. Por otra parte tengo que informar que el centro social ya ha sido entregado. Estamos a la espera de tus órdenes sire.

Tras encontrarme con Gale entro detrás de el al despacho pero yo permanezco de pie a un lado, estoy inquieto por la súbita fuga de Robert aunque nada en mi apariencia lo indica realmente aparte del permanecer de pie, mis ojos estudian un segundo al juguete de Crowly y se apartan con cierto aburrimiento para atender a las palabras de Gale, esta muy orgulloso del centro

-no estoy seguro de que hayan sido las brujas, me preocupa mas algún luz blanca o incluso algún demonio menor a nuestro servicio- chasqueo los dedos indicando mi frustración -nadie parece saber nada, nadie ha visto nada, alguien debe mentir y pienso descubrir quién, si me concedéis permiso para... interrogar adecuadamente a algunos de nuestros guardias-

El príncipe infernal, con una mirada diletante, escuchó a sus dos siervos, dejando que presentaran informes y escusas a partes iguales. Tomó una manzana roja y brillante del escritorio y escuchó mientras sus manos jugaban y manoseaban distraídamente la fruta. Su voz iba directamente a sus mentes, donde nadie podría escuchar nada salvo ellos.

- Bien Gale... -su mirada seguía siendo acerada, pero el tono parecía levemente satisfecho, si bien era bajo y susurrante, como el gruñido contenido de un felino al acecho- Me place oír lo del centro social. Has hecho una buena labor. Dejaremos durante un tiempo que el centro funcione con normalidad, y que le cojan utilidad. Que vean que funciona normalmente y obtienen logros. Quizás que salven el alma de algún desgraciado. Eso las sensibilizará y facilitará las cosas llegado el momento... -Crowly dio un par de pasos hacia el trono y tomó asiento. Luego dejó la manzana en la fuente y se reclinó, descansando su cuerpo en el respaldo, hacia atrás, mientras doblaba una pierna sobre la otra y los dedos de su manos se juntaban en una posicion meditabunda- En cuanto a lo de interrogar al personal, ya mo ocuparé yo de sondear sus mentes Isaac. A ti te necesito para otros asuntos...

El príncipe hizo una pausa, clavando su mirada en aquellos dos infernales que le habían traído de vuelta. Hacía poco tiempo que se había recuperado del todo y mientras tanto ellos habían hecho la mayor parte del trabajo. Estaba bien, por supuesto. Era su tarea servirle mientras él descansaba. Pero si querían alcanzar un verdadero avance, la implicación del príncipe debía aumentar considerablemente.

Y con la adquisición del centro social, ese momento había llegado.

- Ya llevamos un tiempo observando. Un tiempo en el que las brujas han mostrado su poder... -comenzó a hablar, su tono y postura relajadas, evocando- ...Y al parecer están un tanto verdes, según vuestros informes. Las hemos forzado un poco y han bailado a nuestro son sin darse cuenta que tenían una mano metida en esos preciosos culos suyos, meneando los dedos por dentro, y haciéndo que se movieran a nuestro capricho. Aun así, a pesar de lo tentador que supone sojuzgar su conciencia y su libre albedrío, eso es irónicamente lo que necesitamos para abrir el acceso de nuestro mundo a este... jardincillo... -Crowly casi escupió la palabra, permitiéndose una reveladora mueca de desprecio en su tez normalmente impenetrable- ... De eso se encargó Él... -sus ojos fueron por un instante hacia el techo, significativamente, mientras abría las manos beátamente- Él se encargó de darle esa bendición a los humanos, y ahora es esa misma bendición lo que vamos a aprovechar sus bastardos...

Crowly se permitió una sonrisa de autosuficiencia mientras desentrelazaba las piernas y se echaba hacia adelante, apoyando los codos sobre la mesa. Con tono cómplice, seriamente divertido, a la vez que ferozmente indiferente, retomó la palabra.

- El universo posee muchos secretos. Uno de ellos es la mente de las criaturas, llamemos... sentientes... Nuestra gente ha pasado mucho tiempo observando y estudiando como afectan esos sentimientos a esos seres. Y lo que es más importante; como afectan a su comportamiento y a sus actos. Por ejemplo, pongamos un ratón. -Crowly se puso entonces de pié y se acercó al hombre desnudo que no perdía ojo de la serpiente, aunque no pudo evitar un par de miradas furtivas hacia el príncipe- Un ratón... -dijo Crowly con cierto tono pedagógico- ...es la criatura más sentiente del mundo. Es temeroso las 24 horas del día. Es todo stress. De ello depende su supervivencia. Ese instinto le dice cuando correr. Cuando huir. Cuando esconderse. Cuando no hacer esto y aquello... La serpiente es uno de sus predadores naturales. Y el ratón lo sabe... Lo sabe y se tensa ante su presencia. Se tensa ante su mero nombre. Se tensa tanto, que se paraliza. Se paraliza incluso cuando un príncipe demoníaco transforma su cuerpo de rodeor y le dota de suficiente inteligencia como para entender que ha cambiado y de fuerza para agarrarla con las manos y partirle la espina dorsal para defenderse... Ahora la serpiente no es tan mortal para él. Desde luego puede atacarle, pero nunca le matará de un solo ataque si es lo bastante rápido. De hecho, es imposible que se lo trague, dado que es demasiado grande para la serpiente. Hasta podría vencerla. Y el ratón ahora lo sabe... ¿verdad que lo sabes, Bill...? Asiente si me has entendido o la serpiente se lanzará contra ti...

Ante aquellas palabras, el hombrecillo no dudó un instante y sacudió la cabeza afirmativamente, dejando salir de su garganta algo parecido a un gañido patético. Crowly pareció satrisfecho y volvió a moverse por el despacho, esta vez poniéndose tras Gale, quien se había sentado. Apoyó una mano en su hombro, amistosamente, antes de continuar.

- ¿Por qué esta clase de biología ratonil? ¿Acaso vuestro príncipe tiene interés en asuntos insignificantes... o es que hay algo que se os escapa a vosotros dos...? -una nueva pausa y soltó el hombro de Gale, rodeando el escritorio de vuelta a su asiento- Vereis, los humanos, son ratones que hemos estado observando mucho tiempo. Son más fuertes, desde luego, pero también sabemos como funcionan. Si a un ratón, aunque le des poder, le enfrentas sin preparación ni confianza a su miedo, no hará nada y perderá siempre aunque tenga todas las de ganar. En otras palabras, se entregará. -echó una mirada despectiva a Bill el ratón humano- Por contra, si damos tiempo a ese ratón a avanzar, a reforzarse, perderá el miedo y sabrá como enfrentarse a la fuente de su miedo... Y es entonces, cuando cometerá un error aun mayor al dejarse llevar por la confianza... -Crowly se recostó en su asiento, y entonces, chasqueó los dedos teatralmente.

Una vibración en el aíre anunció que algo mágico se estaba desatando, y de repente, el hombrecillo comenzó a cambiar aceleradamente, encogiéndose y mutando hasta convertirse en un mero ratón. La serpiente no lo dudó entonces y se lanzó sobre él, mordiéndole y sujetándo al peludo animal en una presa que ya no sería capaz de escapar.

- A donde quiero ir, queridos míos... -dijo Crowly sin un ápice de sentimiento en la voz- Es que tenemos que tener presentes dos cosas cuando tratemos con las hermanas. La primera, es que tenemos que tener claro que da igual si se refuerzan venciendo sus miedos o si no lo hacen y siguen tan verdes como hasta ahora. El resultado es siempre el mismo: nosotros tenemos la sartén por el mango y nada de lo que hagan debe estár regido por su voluntad. Si respiran, que sea porque se lo permitimos alguno de nosotros. Si planean, que sea hasta donde a nosotros nos interese. Joder, si deciden tirarse a alguien, tiene que ser siempre bajo nuestro beneplácito... Tenemos que ser dueños de todas sus victorias. si hace falta, les joderemos en lo más nimio, hasta en cada receta que hagan, simplemente para ahondar en su propia desconfianza. Y eso nos lleva a la segunda cuestión que hay que tener presente. Igual que el ratón, los humanos son seres sentientes, y conociendo los esquemas de esos sentimientos, entonces podremos manipular los engranajes de acuerdo a nuestras necesidades...

Entonces Crowly sacó de un cajón unos diarios y los arrojó sobre el escritorio con indiferencia.

- Estos son los díarios de las chicas... -informó- En ellos hay secretos, pero hay que leer entre lineas para descubrirlos. En ellos se pueden ver sus anhelos. Sus inquietudes. Aquello por lo que darán la vida o la quitarán. Aquello que, en definitiva, las hará predecibles... Tranquilos. Aunque hay cosas deliciosamente absurdas, como el relato de la primera menstruación de una de ellas, os ahorraré el tiempo de leerlos e iré al grano. A lo interesante... -con gesto perezoso, subió los pies al escritorio, reclinándose aun más- Al parecer, la madre de las chicas se llamaba Danna y el varón con quien se emparejó y la cubrió primero, era un hombre muy inteligente. Esa misma inteligencia, al parecer, le hizo abandonar a su familia y a su mujer al serle revelado que Danna era una bruja. Al menos esa es la versión que tienen ellas de la historia, lo que creen, independientemente de cual sea la realidad. A posteriori, este tipo fue encontrado y "reeducado" por mi padre como un sirviente. Este el padre de Mekare. Por otra parte, también se hace alusión al padre de Alex, pero solo es descrito como un ser sobrenatural, sin dar mayores explicaciones que era un ser con una fuerza brutal y una enorme resistencia. Por último, el padre de Elli parece que era un luz blanca. La típica relación no consentida el cónclave de ancianos... Como podeis ver, aquella mujer era una auténtica zorra... Ojala la hubiera conocido antes de su muerte... -Crowly hizo una pausa, como saboreando una fantasía. En seguida se recuperó y retomó la palabra- ¿Y de que nos sirve esto? Bien, aparte de enternecer el hueco donde deberíamos tener un corazón, esto nos dice, más allá de las habilidades que las brujas pueden heredar, que las tres tienen una debilidad que podemos aprovechar para turbarlas y manipularlas. Las tres son huérfanas de padre. Eso las ha hecho independientes y peligrosas. Pero esa fortaleza esconde algún tipo de debilidad o complejo que podemos explotar. Estas brujas deben ser especialmente sensibles a las cuestiones familiares, pues todas ellas tienen una carencia familiar. Y esa carencia, cuando falta, se transforma y canaliza en una fuerte atención por la familia y la responsabilidad a aquellos que consideren familia. Pues bien, nosotros en nuestra bondad, les vamos a dar la posibilidad de jugar a ser los padres normales, o en este caso madres, que no pudieron tener... En definitiva, vamos a tener sus sentimientos en nuestras manos... Y cuando las hayamos golpeado lo suficiente, y las hayamos ablandado como la cera... Entonces las moldearemos para que su voluntad se dirija a hacer lo que nos interesa, de modo que cumplan nuestros deseos pensando que están alcanzando sus propios fines...

Crowly sonrió abiertamente por primera vez. No era una sonrisa alegre, sino feroz, como la de un lobo que ha quedado atrapado en un gallinero, o de un gato que se ha colado en un palomar. El sonido a huesecillos crujiendo inundó la sala cuando la serpiente comenzó a engullir lentamente al ratón que había sido hombre, y que había vuelto a ser ratón.

- Vamos a poner en marcha la primera parte del plan... Dime Isaac, ¿que tal esa granja destartalada en las afueras que te encargé? -dijo mirando al siervo que no había tomado asiento- ¿Tenemos ya asentadas a nuestros súcubos para cuando abramos el plan de "rehabilitación" de menores problemáticos entre en acción? ¿Tenemos localizada ya a la adolescente blanca, de familia republicana y antiabortista que te encargué que buscaras? No me importa si es fea o guapa, pero espero que aun no hayas entablado contacto con ella, Isaac. Ambos sabemos lo mucho que te gusta juguetear y la queremos sana e inocente para la fiesta privada que vamos a ofrecerle en cuanto comience la época de las fiestas de instituto...

Durante la explicación de mi príncipe permanezco muy atento a la serpiente y el ratón humano, el miedo es un sentimiento muy interesante, útil, aunque yo nunca he sido un demonio particularmente sutil, el dolor es mi feudo y el miedo que este trae me complace, el simple miedo instintivo de un ratón no es suficiente para entretenerme, ni tampoco su rápido fin

Lo mismo puede decirse de los miedos instintivos de la humanidad, por intensos que puedan ser, me gusta mas ser la causa del miedo

Cuando mi príncipe empieza a hablarme dejo de observar a la serpiente y asiento, hago un gesto con la mano quitando importancia a mis logros, mas bien burocráticos

-Sin ningún problema, la granja lleva unos quince años abandonada, desde que sus dueños se arruinaron. Las sucubos esperan con impaciencia, no paran de quejarse de ese sitio tan... rústico pero no les he dejado que lo redecoren, entiendo que necesitamos un escenario adecuado, no un loft de fulanas- tengo en baja consideración a las sucubos, siempre me han parecido criaturas simplonas y fatuas, aunque reconozco que en ocasiones combinar dolor y placer es la mejor fórmula, naturalezas opuestas supongo

Con un gesto un tanto teatral extraigo de la nada una carpeta de carton

-Silvya Bellson, adolescente de familia conservadora de clase media-alta, presbiterianos. Su madre milita en una sociedad de damas cristianas y la lleva con frecuencia a sus reuniones. Además tiene unos dientes perfectos. Una candidata ideal en mi opinión-

He usado mis contactos médicos y odontológicos claro, la cantidad de información que se puede obtener en cuanto superas ese ridículo "secreto profesional" es increíble, y los médicos de esta era son criaturas ambiciosas facilmente influenciables