Acabas de llegar a este interesante bar en nuñez, un lugar interesante aunque a primera vista no parece un lugar propenso en donde se generen peleas, pero lo interesante es que hay una linda cantidad de mujeres con altos niveles de alcohol a las que no seria muy difícil embaucar para conseguir algo de Vitae fresca y deliciosa.
Estas sentado en la barra con un vaso de cerveza lleno, hace rato te estas preguntando si debes tomarlo para luego ir al baño y vomitarlo o simplemente dejarlo ahi…
Afortunadamente algo pasa que te despeja la cabeza de tan enorme incognita, una hermosa muchacha se acerca a ti, lleva una remera escotada y un jean. A primera vista parase una presa facil.
Se acerca a ti y te pone una mano en el hombro y te dice ¿Por qué no tomas? ¿Le pasa algo malo a tu bebida?
Ante el avance confiado de la mujer Ángel parece tener la cena regalada, algo que pasa no muy seguido por los lugares que frecuenta. Además el recipiente es mucho más agradable que los vagabundos, borrachos y drogadictos a los que esta acostumbrado. Eso le emociana, bastante...
Por eso deja de lado su bebida y se encima a mujer rápido como centella, poniendo su boca junto a su oído. Casi que ya podía sentir la sangre correr por su complaciente cuello.
- No, nena. Pasa que ya no está en mi menú. Ahora mismo se me antojan más esos labios. ¿Qué te parece si vamos para el fondo y...?- Dejó la oración inconclusa, en lugar de ello se puso cara a cara con la muchacha, con una sonrisa que rayaba entre lo sugerente y lo bizarro, y una mirada más de cazador que de seductor.
Escena a la vista, Capitán! xD
La chica retira la mano de tu hombro y ta la pasa por la cara de forma cariñosa, al mismo tiempo acerca su boca a tu oido y te dice
-Me gustaria mas ir afuera, a un callejon oscuro- Una vez que termina de decir esto te agarra de la mano y empieza a caminar hacia afuera, esperando que la sigas
- Te sigo, preciosa. - Respondió mientras le registraba con la mirada de pies a cabeza. A sus ojos no era más que otra prostituta de los barrios bajos, la cuál de un momento a otro reclamaría su dinero. El pensaba matar dos pájaros de un tiro, y eso le emocionaba de sobremanera. De modo que siguió a la mujerzuela pegado a su par mientras le manoseaba y besaba al caminar sin más escrúpulos.
Rapidamente llegan a un callejon justo al lado del bar, puedes sentir como tu boca cada vez produce mas saliva lo que demuestra tus ansias de probar la exquisita vitae que esa pelirroja debe llevar en sus venas...
Al llegar la chica se pone seria derrepente, se aparta un poco de ti y te dice
-Eres mas descuidado de lo que pensaba, alguien un poco mas intelgente hubiera usado auspex para asegurarse de que la presa fuera realmente eso-
- Bah, putas. Siempre con lo mismo...- Exclamó sin haber terminado de oír a la mujer y acercándose nuevamente para acabar con el asunto. Pero justo antes de abalanzarse al supuesto festín su mente asimiló aquella lejana palabra.
"Auspex?¡Hija de p...!. ". Lo habían burlado como a un ímbecil, y eso le hirió los nervios.
Fue así que tomó de total improviso y con excesiva furia un cesto de basura cercano de aquél callejón y le hizo pedazos lanzandolo contra una pared.
- Era él o vos. Pero me caíste bien, debe ser tu pelo.- Dijo volviendo del arrebato y con cierta ironía. Luego volvió a acercarse a la muchacha y le increpó con fastidio.- Ahora bien, ¿A que viene toda esta joda?
Derrepente la seria cara de la chica pasa a tener una gran sonrisa, que pasa a convertirse en una carcajada JAJAJAJA es una risa casi hilarante y ridicula, con una cara que realmente asusta, comparable a una version femenina de la risa del Guason.
Luego retomando nuevamente la seriedad te dice: Te pido disculpas, la verdad es que me llamaste la atencion al entrar al bar... sos un malkavian ¿verdad?
Las últimas palabras de la mujer le molestaron nuevamente. Le estaba tomando el pelo, a él "El último". Imaginó de repente las carcajadas de sus camaradas muertos ante tal escena. Eso empeoró las cosas.
De súbito le propinó un importante golpe a mano abierta a la insolente prostituta para luego sacar su pistola y ponersela pegada a la yugular.
- ¡Contestá, carajo!- Bramó herido en su delicado orgullo - ¿¡Te mandan esos hijos de puta!? Deciles que vengan, que tengo mierda para todos.
Luego de esto la soltó para seguir apuntándole mientras en su cabeza resonaban los gritos de sus hermanos muriendo una y otra vez , y la terrible visión del fuego y el abismo insondable.
Otra vez una estrepitosa risa sale de la boca de la chica, pero esta vez mas corta. Mira, no se de quien estas hablando pero a mi no me envia nadie ¿esta bien? ahora, no te recomendaria jalar de ese gatillo. Dice tranquilamente, muy tranquila par alguien a quien le apuntan con un arma
De repente la acción cesó en su cabeza: el humo, el fuego, las balas, el abismo, se habían ido a dormir por el momento otra vez. Se encontró de nuevo en aquél callejón sumido en sombras, con aquella temeraria mujer que había levantado hacía minutos en el boliche.
Lentamente y con evidente fastidio bajó su arma y la escondió en su chaqueta. Al final las cosas se habían torcido como de costumbre. Miró al cielo nocturno e imaginó a sus enemigos medrando noche a noche, mientras el se dedicaba a destrozar cosas y discutir con putas.
Finalmente volvió a pronunciarse, de manera más pausada aunque sin borrar de su mirada un tinte trágico de desengaño.
- ¿Así que no te manda nadie? -Dijo acercandose nuevamente a la muchacha.- ¿Entonces que hacés acá, loca?
¿Porque no empezamos devuelta? Dice con un gesto medio burlon mientras extiende su mano en forma de saludo, esperando que la estreches Mi nobre es Vanesa ¿Y el Tuyo?
- Algunos pocos me llaman Ángel...- Respondió mientras estrechaba la mano de la mujer. Luego se acercó un poco más para concluir la frase en tono más discreto.- ... pero la mayoría de la gente no me llama. No sí saben lo que les conviene.
Entonces "Angel" ¿Que hace un vastago como vos en un lugar como este? Dice mientras te recorre el dedo del cuello a la pera de forma sexy.
- Ya sabés, un poco de vicio...- Respondió sonriente mientras se encimaba a la mujer, aprentandola contra su cuerpo a la vez que besaba y lamía sin mucho decoro su cuello.
- Pero ya hablamos mucho. Ahora toca hacer.-Dijo mientras le bajaba bruscamente los jeans y su ropa interior sin esperar aprobación alguna, mientras esperaba que esa tal Vanesa hiciera lo propio.
Vanesa no parece muy interesada en seguirte el juego, pero tampoco parece molestarle en lo mas minimo. Te comportas como humano te dice mas haciendo un chiste que queriendo insultarte. Ahora ¿Vas a decirme quien se supone que te persigue?
- Me siguen los... - Respondió al instante sin pensarlo, pero se detuvo mientras se escuchaba decirlo.- Bah! No, importa. Es mi Luna negra y será mi muerte.
Al decir eso soltó a la mujer y se quedó contemplando la oscuridad que lo rodeaba. Se sintió muy vulnerable ante ese abismo, y aquél callejón le asfixiaba terriblemente. Ese lugar, era perfecto para una emboscada. Los secuaces de los Jefes debían estar esperando la señal para dar el golpe. Pero él no iba a darles ese gusto.
Cuando volvió en sí miró con extrañeza a la muchacha, dió media vuelta y se echó a correr como perseguido por hordas demoníacas. Pero la emoción del momento disminuyó cuando su camino se abrió a las lúgubres calles porteñas, su único hogar desde hacia ya mucho tiempo.
- Los perdí...- Susurró mientras amainaba la marcha y miraba sobre su hombro.
Al ver hacia atras puedes notar como la chica desaparecio, no hay rastros de ella ¿Habra sido una alucinacion?
No le extrañó la ausencia de la mujer. Seguramente habría corrido en busca de refuerzos o algo por el estilo. Pero él también tenía pensado desaparecer. Y fue así que su imagen comenzó a fundirse con las sombras de las tristes calles, y ya ningún ser poco avispado pudo verle caminar solitario y sin rumbo aparente. Otra noche de locura moría.