Partida Rol por web

Tu amiga tuerce el rostro para mirarte de medio lado, apretando los labios con una mirada pícara. Es como si no creyera lo que le estás diciendo, aunque no dice nada y se encoge de hombros dejándote ir hacia la mesa. Cuando te sientas, y le recomiendas a Allan esas tortitas, Claire ya está a vuestro lado sacando una pequeña libreta y un lápiz del bolsillo de su delantal.

Bueno, chicos... -Dice sonriente, mirándonos alternativamente con picardía- ¿Qué va a ser? ¿Lo de siempre, Allan?

Sí, Claire, lo de siempre. -Respondo, sonriendo amablemente a la camarera. Es una chica encantadora, divertida, guapa... Hemos hecho muy buenas migas desde que comencé a frecuentar esta cafetería, algo que hago con frecuencia por su situación. Desde aquí veo las entradas y salidas de comisaría, y coincido con bastantes policías, y eso es una gran ventaja dado que quiero ir conociéndolos bien- Pero añádeme un par de tortitas de esas con sirope de arce que me ha recomendado Melissa. Hoy tengo bastante hambre. -Me ha parecido verlas hablar mientras me acercaba a la mesa, me pregunto si...- Perdonad, ¿os conocéis? -Pregunto moviendo mi mano señalándolas alternativamente.

También me he fijado, cuando me ha pasado la carta, en el anillo que lleva. Una mujer casada, su marido va a estar encantado con este marrón que le han encasquetados. Menos mal que sólo serán un par de semanas...

Claire se lleva las manos a las caderas, olvidándose de tomar nota, mostrando esa deslumbrante sonrisa suya que sólo ves cuando se lo está pasando bien.

Sí, Melissa y yo somos amigas, ¿y vosotros sois...? -Pregunta con descaro, saltándose a la torera tu advertencia de antes.

Tengo que esforzarme en no romper a reír ante la impetuosa respuesta-pregunta de Claire. En lugar de eso, apoyo los codos sobre la mesa y junto mis manos ante mí rostro, sonriéndola de medio lado con pose de seductor.

¿Por qué lo preguntas? ¿Celosa?

No es la primera vez que nos gastamos bromas de este tipo. Hemos coqueteado más de una vez, aunque nunca delante de nadie más, sólo inocentes bromas que no llegan más lejos.

¿Yo? -Tu amiga se lleva una mano al pecho, abriendo la boca con una pose entre indignada y divertida- Para nada, Allan, ya sabes que tengo la agenda muy ocupada... -Bromea, haciéndose la dura con descaro.

Ains... Lástima... -Me llevo mi propia mano al pecho, sobre el corazón, torciendo la cabeza con fingida expresión de dolor- Melissa y yo ya estábamos planeando una cita doble contigo y su esposo...

Por primera vez, Claire queda muda. Su rostro se descompone en un gesto desconcertado, abriendo los ojos como platos y mirando a Melissa con estupor.

No lo sabe...

C-creo que voy a ir preparando el pedido... Lo de siempre para ti, ¿verdad, cariño? -Te dice poniendo una mano en tu hombro, antes de alejarse.

Veo con estupor el cambio en la expresión de Claire, y la sonrisa desaparece de mi rostro. Siento un repentino calor en la cara, sin entender lo que pasa. Sólo hay algo que tengo claro, y cuando la camarera se aleja, apesadumbrado, trato de aclararlo con Melissa.

¿H-he dicho algo... inapropiado?

Claire se acercó a la mesa, dispuesta a tomar nota con una sonrisa en sus labios que no me gustaba un pelo. Al preguntarle a Jefferson si quería lo de siempre me di cuenta de que estaba equivocada. Él también parecía acudir mucho por allí, aunque seguramente a otras horas en las que yo no frecuentaba la cafetería.

Cuando Allan preguntó si nos conocíamos y Claire le respondió, sentí la tentación de llevarme la mano a la cara. Sin embargo, esta vez las intenciones de Claire no parecían estar relacionadas conmigo; su interés por Allan era por ella misma. Ambos comenzaron a coquetear frente a mí sin reparo alguno, sintiendo un imperioso deseo de dejarles solos, pero no podía hacer aquello.

Como este tío resulte ser un ligón de playa… Menudas semanas me esperan.

Saqué el móvil para mirar el correo que me habría mandado Patton, mientras la pareja seguía con su juego; pero la mención de Allan sobre mi marido me hizo detenerme y alzar la vista. Dejé el móvil sobre la mesa y traté de mantener la compostura, que nada en mi rostro reflejara la forma en que mi estómago se había encogido ante aquella broma. Sólo era eso, una broma, pero….

Pude ver cómo me miraba Claire cuando cesó la conversación. Agradecí su mano en mi hombro, y acaricié levemente esta antes de responderle.

- Tráeme sólo el zumo de naranja, ¿Quieres? – le pedí tratando de sonreírle, se me había quitado el poco hambre que tenía.

Esta terminó yéndose a por los desayunos y Jefferson me preguntó por lo sucedido, parecía afectado por ello. Era obvio que algo había pasado, y es que la reacción de Claire lo había dejado más que claro.

- No te preocupes, es por un tema personal mío... – le expliqué escuetamente, tratando de quitarle importancia al tema. - No pasa nada con Claire, puedes estar tranquilo. - añadí, tratando de tranquilizarle con respecto a su relación con ella.

La respuesta de Melissa no me convence. ¿Cómo no me voy a preocupar? Está claro que he hecho algo mal, yo y mi maldita bocaza. ¿Qué puede ser? Ha sido cuando he comentado lo de la cita doble. ¿El marido de Melissa? ¿Tendrá problemas con él?

Como sea un puto maltratador...

No, la verdad es que esta chica no parece una víctima... Aunque qué sabré yo de esas cosas, lo mismo lo lleva por dentro. O es otra cosa, pero está claro que algo hay, aunque ella se niegue a hablar de ello.

Bueno, aún así, si he dicho algo que te ha molestado, lo lamento. -Me disculpo sinceramente- De verdad. -Recalco- Si me disculpas, en seguida vuelvo. -Digo poniéndome en pie, dirección al cuarto de baño.

A pesar de haberle dicho que no se preocupara, Allan quiso disculparse, recalcando que su disculpa era sincera. Aquel gesto le honraba, pero hizo que me sintiera algo mal; a fin de cuentas, todo esto era culpa mía.

Miré mi alianza de refilón, consciente de que habría sido ésta el origen de la confusión. No era la primera vez que alguien pensaba que continuaba casada por ella, pero el comentario de Allan me había pillado completamente desprevenida, y en una mañana especialmente tensa.

- Claro, pero… - le dije al disculparse diciendo que en seguida venía. - No me has molestado, discúlpame tú a mí, por favor. El día de hoy está siendo algo raro… - dije poniéndome en pie y esbozando media sonrisa, dejando la formalidad a un lado. – Te invito a desayunar, ¿Vale? Espera un momento.

Sin esperar a que me respondiera, caminé rápidamente hasta el baño de hombres, comprobando que este estaba vacío, y que nadie podía colarse por aquellos ventanucos. Miré también en el de mujeres, y eché un fugaz vistazo en la cocina, fingiendo buscar a Claire. Regresé igualmente veloz, suspirando al presentarme frente a Jefferson de nuevo.

- Despejado. – le sonreí, volviendo a tomar asiento.

Tras revisar los baños y echar un vistazo fugaz a la cocina, regresas en busca de tu protegido. Para tu sorpresa, lo encuentras en la barra, con las manos cerradas como dos puños sobre ésta, a ambos lados de un vaso de agua a medio beber, la cabeza hundida entre los hombros y mirando a Claire con gesto desconcertado, sin asomo de esa sonrisa de que hace gala de modo tan habitual. Claire, por su parte, le mira con expresión sería, triste... no estás segura, pues en cuanto te ve llegar se gira inmediatamente para atender a los agentes que están a punto de marchar.

Allan tarda un poco más en percatarse de tu presencia, no es hasta que te tiene casi al lado que se gira, alzando las cejas sorprendido, mostrando de nuevo su sonrisa, aunque en esta ocasión te parece algo forzada.

¡Melissa! ¿Ya es seguro el baño de la cafetería frente a la comisaría central? -Bromea, acerca de tu exceso de celo, y se encamina a entrar, pasando a tu lado, aunque al hacerlo se detiene para añadir algo más- Este desayuno lo paga la campaña de Johnson, por cierto. Ya me invitarás en otra ocasión, cuando no estés de servicio... -Dice antes de entrar al cuarto de baño.

Al girarte, ves cómo Claire despide a los policías y se gira para mirarte, avergonzada, suspirando.

Al regresar, me encontré con que Jefferson se encontraba en la barra bastante decaído y con Claire en frente mirándole con una mezcla de seriedad y tristeza. No me pasó desapercibida la forma en que Allan trató de disimular; o al menos como le costó mostrar esa sonrisa, esta no tenía su brillo habitual. Bromeó y se retiró casi de inmediato, aclarando que le invitaría en otra ocasión.

Al terminar, Claire se giró hacia mí, parecía avergonzada.

- Se lo has contado, ¿No? – le dije seria, sentándome en un taburete frente a ella. – Espero que no haya sido iniciativa tuya al menos…

No me hacía gracia pensar que Allan le hubiera preguntado por un tema que le había dicho que era personal, aunque entendía que no hubiera querido insistirme para no incomodarme, pero aun así… Era como volver a ser la comidilla de la comisaría, cuando todos me miraban y comentaban entre ellos lo que había pasado; y eso se extendía a esta cafetería habitualmente llena de policías, claro.

Realmente no era algo que tuviera tanta importancia, pero a veces resultaba incómodo tener que estar dando explicaciones, y más cuando se trataba de gente que no conocías y que además estaba por encima de ti.

Abrí mi mano, mirando el anillo, y comencé a darle vueltas con la otra mano.

- ¿Crees que debería quitármelo? A veces pienso en hacerlo, pero… No sé, es complicado. – le susurré y cerré el puño, bajando la mano y sonriendo a mi amiga. – Quita esa cara, ¿Vale? Está todo bien. Llévame un trozo de pastel de zanahoria a la mesa, anda… - agarré la mano de Claire que tenía posada sobre la barra y la apreté un momento en un gesto cariñoso, regresando después a la mesa.

Tu amiga observa el modo en que tomas asiento en el taburete con una mezcla de sentimientos en sus brillantes ojos, en este momento temerosos. Cuando la acusas directamente, notas una punzada de dolor en su gesto, apretando los labios, y se inclina sobre la barra, tratando de ignorar que algunos clientes más van entrando en el local.

¡Claro que no ha sido cosa mía, Melissa! -Dice, tan sólo ligeramente dolida- Me ha preguntado, ¿qué querías que dijera? El tío estaba agobiado, y tú no le habías dicho nada... Y bueno, tampoco es que haya entrado en detalles... -Claire se pasa las manos por el delantal, apartando la mirada, aún avergonzada por la situación, y se apoya finalmente en la barra con las manos- Ha metido la pata hasta el fondo, y ni siquiera sabía por qué... Pero sabía que lo había hecho, ¡Por dios, Melissa, ¿tú me has visto?! Tus disimulos merecen un Oscar, pero yo con estas cosas soy gilipollas perdida, ya lo sabes...

Finalmente, se queda en silencio cuando te ve dándole vueltas al anillo. Dirías que iba a decir algo más, pero que ha quedado de golpe en un segundo plano. En lugar de ello, eres tú quien le susurra tus pensamientos, una pregunta que la hace soltar un suspiro, torciendo la cabeza y mostrándote una expresión entrañable.

Sí, deberías quitártelo. -Sentencia inclinándose aún más sobre la barra, acercando su mano a la tuya para agarrártela con ternura- Cuando estés preparada para ello, cuando sientas que no necesitas llevarlo más. Tu momento llegará, no te agobies. Y desde luego, no lo hagas por lo que pueda pensar la gente... ¡A la mierda todos! Eres viuda, no tiene nada de malo, muchos quisieran haber vivido lo que compartiste con Aidan... -Te dice entre susurros, mirando de reojo que ningún cliente esté demasiado cerca y pueda escuchar la conversación. Entonces se echa para atrás, irguiéndose, y su sonrisa habitual regresa a sus labios, divertida y coqueta- Ah, y tampoco lo hagas porque creas que te vas a ligar a ese, -señala la puerta del baño- es de otra liga y estás muy desentrenada, pequeña... -Se echa a reír- Anda, siéntate y os llevo todo en seguida...

Claire parecía algo molesta por mi comentario, pero su incomodidad por lo sucedido era aún mayor. Comenzó a explicarse, demasiado para mi gusto si es que lo hacía por mí, aunque empezaba a pensar que se justificaba consigo misma.

- Le dije que era algo personal… - me encogí de hombros. – Pero lo entiendo, no te preocupes, no quiero que tengáis problemas entre vosotros por mi culpa. – dije algo incómoda, rascándome la nuca.

Me sorprendió cómo me dijo que sí debía quitarme el anillo, pero en seguida me susurró todo lo que pensaba. Era una bocazas a veces, sí, pero eso no tenía ninguna importancia comparándolo con su gran corazón…

Entonces volvió a erguirse, y con su sonrisa coqueta me soltó aquello sobre Jefferson, echándose a reír después. Giré la cabeza, haciéndome la airada, volviendo a mirarla cuando me dijo que tomara asiento.

- No me metería en medio, ton-ta. – le saqué la lengua.

La compañera de Claire sale de la cocina, preparando un pedido para llevar y, al ver que Claire está charlando contigo, comienza a atender a los clientes recién llegados con un reniego. Claire no la hace ni caso, y tan sólo reacciona cuando oye tus palabras.

¿P-problemas? -Repite, sorprendida- ¿Entre nosotros? ¿Quienes, Allan y yo? Jajaja... -Se echa a reír, más aún cuando añades que no te meterías en medio- Tú si que eres tonta, Mel, se nota que llevas demasiado tiempo fuera del "circuito"... -Claire echa un vistazo a la puerta del baño, asegurándose de que Allan no aparezca- Tonteamos, y eso. Lo cierto es que es majísimo, divertido, está claro que está cañón... -Hace un aspaviento al decir esto, levantando la mirada al techo, como si estuviera imaginándolo desnudo, pero entonces te mira con gesto serio- Y sobre todo, tiene pinta de ser un buen tío, y eso no abunda por aquí. -Sabes de sobra que tu amiga tiene una amplia carrera a sus espaldas, juntándose con auténticos capullos- Pero es un poco... ¿Cómo lo diría? Aburrido, para mí. Ya sabes que me va la marcha, nena... -Comienza a mover los brazos y menear la cabeza, como si pretendiera desmelenarse y comenzar a bailar, lo que te provoca una risita- A mí un tío que no me saca el fin de semana a bailar toda la noche no me vale, ¿entiendes? Y, en fin, Allan no es de esos. -Se apoya en la barra de nuevo, con los brazos cruzados- Pero es buena gente, o al menos lo parece.

Definitivamente, no estaba muy lúcida esa mañana. Claire se echó a reír ante mis palabras, dejándome claro que aunque el tipo le resultaba sumamente atractivo, no era de su estilo. Me preguntaba como de aburrido sería realmente, porque viniendo de Claire, eso tampoco era decir demasiado; mi amiga a veces parecía haberse quedado en los 20 años. Como fuera, eso tampoco era importante, pero si el que lo considerara un buen tipo. Eso estaba bien.

Se me quedó cara de estúpida al oírle hablar, hasta el punto de costarme empezar a responderle.

- B-bueno, es que… Tenía toda la pinta, se os ve bastante cómplices… ¿Es que hace mucho que viene por aquí? A mí no me sonaba de nada. – intenté hacer memoria, pero no, no le había visto antes por allí; y sin duda me acordaría. – ¡Ah! Y deja de meterte conmigo con que estoy desentrenada, será culpa tuya, que me presentas a cada uno… - bromeé, riendo.

¡Complices! -Claire ríe ante esa idea, encogiéndose de hombros- Bueno, supongo que sí, bromeamos y eso, es majo. Lleva como un mes viniendo casi a diario, y parece que conoce a bastante gente en la comisaría... -Tu amiga se inclina sobre la barra y mira a ambos lados, antes de contarte una confidencia en voz baja- ...aunque parece que no a todo el mundo le cae bien. -Te das cuenta de que Claire está entrando en modo cotilla, esos momentos en que puede pasarse horas y horas hablando sin parar- Pero bueno, a mí sí. Se podría decir que somos... -Medita unos instantes la palabra, indecisa, mirando al techo- ¿Amigos? Además, me echó una mano en un momento...

En ese momento se abre la puerta del baño, y Allan sale ajustándose las mangas de la camisa a la altura de los codos. Claire calla, disimulando, y pone una bandeja sobre la barra, para ir preparando vuestro pedido. Sin embargo, coge su cuadernillo de notas y apunta algo, arrancando la hoja y doblándola dos veces, para acto seguido entregársela con una amplia sonrisa.

Salgo del baño con el cabello algo húmedo. Mi metedura de pata me ha agobiado bastante, se que me he pasado de listo y he sido irrespetuoso con Melissa, con alguien que ha perdido a un ser querido como yo.

Bueno, no como yo, no creo que ella abandonara a su marido y no le dirigiera la palabra en años, antes de perderle...

Por suerte, Claire me lo ha aclarado, o de lo contrario seguro que habría seguido haciendo el idiota. No me ha explicado más, sólo que perdió a su marido, y no necesito más explicaciones.

Me he mojado la cara y el cuello, y me he pasado las manos húmedas por el pelo para refrescarme. Tras secarme un poco, comienzo a remangarme la camisa y salgo del baño, encontrándome a Melissa y Claire charlando en la barra.

¿Interrumpo? -Pregunto con simpatía, tratando de disimular mi incomodidad por lo de antes.

Tú nunca, guapo, pero has tardado... -Me réplica Claire con su picardía habitual. Esta chica es un encanto, ¿de verdad no puede encontrar a alguien mejor que...?- Melissa ya estaba a punto de irse. -Bromea, guiñando un ojo a mi escolta.

Sí, me he entretenido. -Continúo el mismo tono de broma, dispuesto también a incluir a Melissa para ver si puedo disipar la tensión- Melissa se olvidó revisar el baño del fondo y había una célula terrorista albano-cosovar, así que... -Claire se echa a reír mientras termina de colocar nuestras cosas en la bandeja, es de risa fácil por lo visto, siempre se ríe de mis chistes malos- Es broma, no pongo en duda tu profesionalidad... "agente".

Le dedico a Melissa una amplia sonrisa, comprobando al mirar que la cafetería se está llenando por momentos, de modo que pongo mis manos a ambos lados de la bandeja.

Si está todo, Claire, lo llevo yo mismo, que se os está acumulando el trabajo. -La rubia camarera niega con la cabeza, pero antes de que me replique la interrumpo con gesto serio, frunciendo el ceño- Claire, ¿recuerdas la última vez que discutimos? -Desconcertada, se queda mirándome pensativa, sin caer en a qué ocasión me refiero. Cojo la bandeja entre mis manos y le guiño un ojo, sonriente- Pues que siga así. -Nuevamente se echa a reír, desistiendo en su empeño y lanzando a Melissa una mirada que no comprendo, como de complicidad- Bueno, Melissa, ¿nos sentamos?

A mi amiga le hizo gracia mi apreciación, y empezó a hablarme algo más de ella y de Allan. Al parecer él ya llevaba un tiempo frecuentando el local e incluso conocía a mucha gente de la comisaría.

Ahora resultará que toda la comisaría le conocía menos yo…

Pero entonces Claire adoptó aquella postura sobre la barra y comenzó a hablando en bajo. Se estaba relajando demasiado, poniéndose en cotilla “mode on”, y miedo me daba con qué me fuera a salir. Sin embargo, me chocaba ese asunto de que Allan le hubiera echado una mano con algo. ¿Qué había pasado? ¿Sería algo importante?

Pero en ese momento Jefferson salió del baño, y Claire terminó la conversación y se puso a preparar la bandeja. Para mi sorpresa, apuntó algo en una nota que dobló y me entregó, guardándola en mi puño antes de que Allan se diese cuenta.

Esto ya se me estaba asemejando al instituto con tantos dimes y diretes, pero ya lo de la nota…

Aguanté una risa por este pensamento, viendo a Allan ya cerca, y es que no tardó en unirse a nosotras. Claire bromeó sobre que estaba a punto de irme, y aproveché para comentarle a mi amiga qué pasaba realmente allí.

- En realidad, no podría irme aunque quisiera, me han relevado de mi cargo para que me ocupe de su protección durante la campaña. – expliqué en voz baja, de modo que no nos oyera nadie más.

Allan explicó su ausencia bromeando sobre mi actitud, provocando la risa de mi amiga. Me alegraba que alguien se divirtiera, yo aún me sentía algo incómoda, y no veía el momento de solucionar eso. Mi protegido insistió en llevar la bandeja, y cuando me dijo si volvíamos a la mesa acepté. Antes de ello Claire me dedicó una peculiar mirada, ¿Qué narices habría puesto en la nota?

Nos dirigimos a la mesa, y tras dejar las cosas en esta nos sentamos por fin a desayunar. No sabía cómo decir aquello, pero si no lo decía ya todo esto se iba a volver mucho más difícil.

- Allan… - comencé a hablar, pensando detenidamente en cada palabra. – No te apures por lo de antes, está todo bien. Sé que ya sabes lo de mi marido. Quizás debí explicártelo yo misma, pero dado que estoy trabajando no lo vi oportuno. Pero está bien así. Vamos a pasar mucho tiempo juntos, así que cuanto más cómodos estemos el uno con el otro, mejor, ¿No? – sonreí ampliamente.

Fui a sacar el móvil para ver si por fin podía mirar esa programación, aprovechando el interior del maletín para leer la nota.

¿Qué? ¿Interesarme?

Abrí los ojos sorprendida. Tratando de quitar tal gesto de inmediato y guardando la nota en el maletín.

Interesarme…

Observé detenidamente al hombre que tenía en frente. Su cabello rubio, sus cejas, su cautivadora mirada de ojos claros, su reluciente sonrisa, sus labios… Di un respingo, sorprendida conmigo misma al haberme detenido en estos.

¡Maldita Claire! ¡No me hagas pensar en esas cosas! ¿Y qué si me interesara? Yo no le intereso a él, y como ella dice, ni siquiera está a mi alcance.

Cogí el móvil algo nerviosa, toqueteando cualquier cosa para disimular.

- Tengo que ver esa programación de Patton. Aunque podrías ir adelantándome lo de esta noche... Lugar, hora, esas cosas. – le sonreí y descargué por fin ese archivo del ayudante del alcalde.