Partida Rol por web

BUSCANDO JUSTICIA

1 de Noviembre: Domingo por la noche; bajo el ala de la justicia

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09/11/2020, 10:16
# CALLES DE METRO CITY

Y el exterior no es más que una especie de callejón corto con dos alturas, unidas mediante una escalera de emergencia de hierro forjado, la cual continúa aún más arriba hacia la siguiente planta, ya que el edificio del que los justicieros salen parece tener dos alturas, además de la planta baja donde se encuentran.

Justo frente a ellos, descansa aparcada una motocicleta, y un poco más allá se encuentra el acceso desde la calle.

El Murciélago espera arriba. -Indica Jack, señalando la parte superior del edificio. No la planta superior, sin embargo, sino la azotea, a la que no llega la escalera de emergencia. No obstante, empleando la barandilla de ésta como apoyo, no debe costar apenas esfuerzo alcanzarla*- Espero, sinceramente, que volvamos a vernos. -Se despide el oriental, haciendo una ligera reverencia hacia los justicieros.

Y pronto. -Añade Karen con soltura, agitando los dedos de una de sus manos alzada, a modo de despedida.

Los justicieros de Metro City van ascendiendo por la escalera, obligados a hacerlo en fila de a uno debido a la estrechez de la misma. Al alcanzar la planta superior, donde la escalera tan sólo da acceso a una puerta, se ven obligados a apoyarse en la barandilla para ascender hasta la cornisa de la azotea, encaramándose ágilmente.

Allí, iluminado por las luces de otros edificios más elevados, aguarda un hombre de gran envergadura, con un abrigo oscuro sobre lo que parece un traje elegante. Tiene el pelo corto, no excesivamente arreglado y con abundantes canas en los costados, fruto de su veterana edad, y alrededor de su boca y en su mentón muestra una perilla con bigote también salpicada de canas en los costados, que le otorga un aire de sabiduría que contrasta con la rudeza tanto de su mirada como su ancha nariz, propia de boxeadores veteranos y otras personas acostumbradas a padecer demasiados golpes en la vida. El hombre permanece observando el paisaje nocturno de la ciudad, y con cada respiración brota una pequeña nube de vapor de sus labios. Por fortuna, parece que la amenaza de lluvia ha pasado ya, pero la temperatura de la ciudad ha bajado bastante. El hombre gira su rostro hacia los justicieros, mas no sorprendido de su llegada, sino expectante ante la misma.

Cinco han sido invitados, y por lo que veo cinco han acudido y ninguno ha declinado la oferta... aún. -Afirma el desconocido con una voz grave y poderosa- Yo soy El Murciélago de Metro City. Mis asistentes les habrán informado de los pormenores de lo que la Hermandad les ofrece, pero si aún albergan alguna duda éste es el momento de decirlo. Es la primera vez que me ven, y es posible que sea la última. El Murciélago, como les habrán dicho, permanece en la sombra.

Notas de juego

* En otras circunstancias, habría dejado el turno en esta parte pidiendo una tirada, pero con vuestras puntuaciones en Trepar/Saltar no es un desafío para vosotros, de modo que continúo asumiendo que todos lo lográis sin problemas.

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15/11/2020, 13:16
Montaraz

Así que este es el Murciélago. Nuestro futuro benefactor. Lo observo con calma puede que sea la única vez que lo veamos según sus propias palabras y quiero quedarme grabado con su rostro.

- Dice que usted es el Murciélago de esta ciudad... - digo suavemente - ...encantado de conocerle. Creo que usted nos conoce desde hace más tiempo...

Intento recordar si su cara me resulta conocida, quiero saber si la he visto antes siguiéndome. Sé que nos ha visto antes en persona, no creo que lo haya dejado todo a sus subordinados. 

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15/11/2020, 20:55
Freda

Vaciando mi vaso de un sorbo tras unirme junto a los demás al brindis encabezado por Armour vuelvo a acomodar mi máscara a fin de dejar en resguardo lo poco que se puede ver de mi. Me pongo de pie sin dilatar un tiempo que no hace falta alargar mucho más cuando Li es quien decide encabezar una marcha cerrada por Karen, y agradecida por el avanzar de esta noche una invisible y queda sonrisa curva mis labios. 

Dilatar lo que demanda prioridad no es algo que me haga sentir cómoda y por lo mismo, sin importar quien sea el murciélago aquel, poder solventar lo que necesito es lo único que importa ya que con todo lo demás... Con todo lo demás ya veré en soledad como lidiar. 

No tener que atravesar la pista de baile nuevamente es de agradecer cuando en mi mente se acumulan cuestiones con las que si bien no tengo intención de lidiar, comienzan a convertirse en un punzante dolor de cabeza que amenaza con ir a más, siempre va a más. Y es por ello que al salir al exterior respiro profundamente aunque el aroma a humedad llega hasta mi de una manera bastante sutil pero de todos modos agradable. 

Por costumbre más que por curiosidad observo a mi alrededor en busca de algo que no debiese estar ahí o por el contrario, buscando aquello que falta pero sin que el tiempo tenga la menor de las intenciones en detener su andar mi mirada se posa en e oriental que hasta ahora había sido nuestro anfitrión, y ante sus palabras así como ante las de Karen, ofrezco como toda despedida un movimiento de cabeza que esta vez, muestra algo más de respeto que cualquiera de las palabras que pude haber esbozado con anterioridad. 

Dueña de mis actos y palabras pero más aún de mis silencios y todo lo que ellos encierran, me acercó hasta las escaleras que dando un estrecho trecho por el cual avanzar nos obligan a ir en fila pero sin importar mucho el corto trayecto que nos lleva hasta ahí, el subir hasta la azotea no conlleva más complejidad de la que se podría augurar en un grupo de personas que queriéndolo o no, se deben mantener en plena forma física. 

Sin saber realmente qué esperar mientras el impulso me ayuda a llegar hasta arriba enarco una ceja al observar al hombre que se encuentra ahí, no sabía que esperar pero estoy segura de que no era a alguien así. Sin que me pase por alto su rostro, su porte y aquellos años que sin duda no han pasado en vano, por mero acto reflejo no puedo evitar poner los ojos en blanco cuando, en tan contundente discurso de bienvenida habla de sí mismo en tercera persona. 

- ¿El murciélago de Metro City? ¿Es que acaso hay más Murciélagos revoloteando por ahí ? - Me pregunto con cierta curiosidad mientras que es Montaraz quien habla en primera instancia al tiempo que a modo de todo saludo, hago una ligera reverencia con la cabeza. 

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16/11/2020, 00:04
Misery

“Por las nuevas alianzas...”

Aquellas fueron las palabra que terminaron poniendo nombre a aquel brindis, palabras que pronunció Armour y que terminaron dejándome pensativa. Aquella aparentemente simple frase significaba mucho, marcando de alguna manera un antes y un después en la vida que llevaba, al menos si la opción de unirme a la Hermandad del Murciélago terminaba consolidándose.

Terminamos dejando aquel reservado en silencio, tomando una dirección contraria a la que nos había llevado hasta allí, pero terminando igualmente en la calle. Sin embargo, pronto tuvimos que ascender, pareciendo que El Murciélago nos esperaba en las alturas; algo que en otras circunstancias me habría resultado gracioso. Me despedí tanto de Li como de Karen con un breve asentimiento de cabeza, disponiéndome a subir a aquella azotea cuando llegara mi turno.

Fue en lo alto de esta, iluminada por las luces de los edificios colindantes, donde nos encontramos con un hombre aparentemente curtido y que contaba con cierta elegancia. No tardó en girarse hacia nosotros, no pareciendo sorprendido, aunque sí expectante; y en seguida se pronunció, ofreciéndonos una presentación no exenta de misterio e invitándonos a plantear nuestras dudas.

Aquellas palabras también parecieron responder a una cuestión que rondaba en mi cabeza, aunque no podría tener la seguridad hasta que aquel hombre lo confirmara.

Montaraz fue el primero en tomar la palabra, limitándose en un principio a saludar, dándome cuenta de cómo Freda también procedía a lo mismo; aunque por medio de un gesto de su cabeza.

- Buenas noches, yo soy Misery. - me pronuncié con un tono involuntariamente solemne. - ¿Hemos de asumir por sus palabras que es el representante de El Murciélago en Metro City? - aquella era la impresión que me había dado, y cuadraba con el hecho de que nos hubieran dado acceso a él con aquella relativa facilidad. - Desconozco si alguno de los presentes cuenta con alguna duda más que necesite resolver en estos momentos, lo que estoy en condiciones de afirmar es que la mayoría de nosotros necesitamos negociar con usted protección para nuestros allegados.

La mayoría, había dicho Karen, algo que no me había pasado desapercibido; llevándome ello a preguntarme quién no se veía en necesidad de tal cosa, y por qué motivo.

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16/11/2020, 07:04
Ácido-Base

Alianzas... La palabra la hizo sonreír ligeramente, era tan vacía como diplomática, la había escuchado siempre de labios de políticos, y se pregunto si aquel hombre tendría algo que ver con esa última. "Si vamos a confiar nuestra vida a los otros vamos a tener que ser mucho más que aliados" Guardo las balas junto con su pensamiento. Aún necesitaban una respuesta más para que algo de eso fuera cierto.

Finalmente salimos de aquel apartado para dirigirnos a ver la causa de toda la excitación que llevaban rato construyendo esos dos. Ya empezaba a acostumbrarse a todo ese laberinto de puertas y pasillos, una suave sonrisa se le dibujo cuando imaginó la emoción de su hija si pudiera ver aquel sitio que a todas luces daba idea de escondite secreto. A duras penas escondió la sonrisa al escuchar la ubicación de El Murciélago "¿Esta buscando altura para despegar?" Levantó la mirada hacia la azotea casi esperando ver una señal luminosa en el cielo, aunque allí no había nada obviamente. Con una sonrisa y un gesto de la mano, despidió a sus dos acompañantes, asintiendo a sus palabras, esperaba que así fuera. 

Y una vez arriba, al fin, estaba ante ellos el hombre del momento. Más joven de lo que había imaginado. Aunque con el estoicismo había acertado. Se contuvo de cruzarse de brazos para protegerse del frío, y clavo con seriedad su mirada en El Murciélago. La sensación de que estaba siendo juzgada la inclinaba a no bajar la guardia. Saludó con una ligera inclinación de cabeza y mantuvo el silencio después de que Misery trajera el tema que incumbía a las tres. 

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19/11/2020, 12:41
Armour

Una mezcla de incertidumbre y preocupación me acompañó en el silencioso trayecto hasta la salida de aquel local. Atravesando primero el pasillo rojo, y posteriormente otro más convencional, las peticiones de mis nuevos compañeros rondaban mi mente. Todos ellos se habían mostrado necesitados de pedir más o menos lo mismo: protección para sus seres queridos. Cuando lo oía, tan sólo podía pensar en mis padres. ¿De verdad me había planteado en algún momento que mis actividades pudieran terminar salpicándolos a ellos? Desde luego que no, y aunque lo hubiera hecho lo cierto es que ya contaban con seguridad privada propia, algo a lo que yo había renunciado premeditadamente al regresar a casa, pese a la insistencia de mi madre. Además, ¿qué clase de protección iba a poder suministrar el Murciélago para ellos? ¿Acaso iba a infiltrar a alguien en la mansión?

Sin embargo, mientras caminaba en medio del grupo, fui dándome cuenta de que sí que había alguien más en mi vida, aunque yo no estuviera en la suya. Y no, no creía que mis actividades pudieran suponer un peligro para ellos, pero era muy probable que se metiera en problemas sin ayuda, al menos con su oficio y en una ciudad como Metro City.

Me despedí de Jack y Karen estrechando sus manos, agradeciendo sus instrucciones, y ascendí por aquellas escaleras con los demás, apoyando una bota en la barandilla de la planta superior para saltar hasta la azotea. Allí nos aguardaba un hombre vestido de forma elegante, un tipo grande, fornido y con aspecto rudo, con una curiosa y exótica perilla. No pude evitar sonreír, pensando en que casi me imaginaba a un tipo con un disfraz negro, con orejas en el casco y una capa simulando las alas de un murciélago.

Todos nosotros, de hecho. -Intervine detrás de Misery, dejando claro que no habría excepciones a la petición de la que dependía que todos nos uniéramos a su causa. Alice y su hijo, el hijo de mi hermano, también necesitaban protección.

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19/11/2020, 12:59
-- El Murciélago

El desconocido que se hace llamar Murciélago atiende a las palabras de los recién llegados, sus invitados y reclutas, y una tenue sonrisa se esboza entre su curioso bello facial. Las arrugas de su veterana frente se acentúan durante unos instantes, mientras Montaraz hace palabras lo evidente y Misery eleva la petición que casi todos han mostrado ya, a la que Armour se suma de inmediato.

En efecto, soy el Murciélago de Metro City, como hay tantos otros Murciélagos en otras tantas ciudades, a lo largo y ancho del mundo. No puedo compartir cuántos ni en qué lugares pues, como he dicho, el Murciélago permanece en la sombra. -Explica de forma críptica, dedicando tanto a Montaraz como a Misery una breve mirada de ojos oscuros a la par que brillantes- Aquellos que luchan por la Hermandad merecen guardar sus secretos, pero también que la Hermandad vele por ellos. -Indica mesándose la perilla durante un instante, pensativo- La Hermandad no puede permitirse destinar soldados a la protección de sus seres queridos, pero durante siglos hemos aprendido que la información es poder, y hemos afinado nuestra capacidad para empleara sabiamente. El Murciélago puede extender sus oídos hasta ellos, descubrir si en algún momento están en peligro y anticiparse al mismo, si es lo que quieren. Bastaría que, cuando sean citados mañana para conocer la que he decidido que sea su nueva base de operaciones, lleven los datos de las personas que deseen que tengamos bajo vigilancia, en un sobre cerrado. Karen los recogerá y me los hará llegar.

Tras las indicaciones, el hombre toma aire durante unos instantes, dejando que el silencio llene el espacio entre él y los justicieros.

Demasiado tiempo han actuado los criminales con total impunidad en Metro City. Sus tentáculos han alcanzado a cada estrato de esta sociedad, hasta el punto de que puedan actuar a plena luz del día con la tranquilidad de saberse intocables, y con el único temor a su propia competencia. Eso debe terminar. -Sentencia, inclinándose hacia los presentes- Caballeros... señoritas... es hora de divulgar la palabra, una palabra que se oiga en cada oído fuera de la ley, alejado de la justicia, que anida en esta ciudad. Y la palabra es... pánico. Es hora de que los delincuentes de Metro City sientan pánico.

Tras esas simples palabras, algo parecido a una arenga de bienvenida, el hombre se da la vuelta y comienza a alejarse sin mirar atrás. El Murciélago acaba de dar la bienvenida a los justicieros a su hermandad, sentando las bases de lo que está por llegar.

Una guerra.

Notas de juego

FIN DE LA ESCENA... Y DE LA PARTIDA