Partida Rol por web

"Relevado de mi cargo", que dolorosas palabras tengo que oír. Que despreciable forma de hacer uso del cuerpo de policía. No me extraña que la corrupción se adueñe de cada estrato de esta ciudad, si la corrupción les llega incluso desde arriba. Lo cierto es que no he dudado pocas veces de la estrategia en la que estoy metido, la cruzada que he comenzado. En realidad, estoy ayudando a perpetuar en el poder a la gente que creo culpable de toda la mierda que inunda la ciudad. ¿No sería mejor tratar de tirarles fuera de su poltrona? Supongo que sí... si creyera que la política es la verdadera forma de arreglar los problemas de Metro City.

Pero no lo es: Metro City es zona de guerra, y la guerra la libran los soldados.

Tomamos asiento en la misma mesa de antes. Dejo la bandeja y distribuyo su contenido. Un café con leche para cada uno, el mío con extra de crema; un pan integral tostado con mantequilla para mí; un trozo de tarta de zanahoria para Melissa, lo que hará que me cueste no hacer mención al hecho de que siendo pelirroja la llamaran zanahoria en el colegio; y un plato con dos tortitas con sirope de arce que dejo en medio con la intención de compartirlas si ella gusta.

Entonces toma la palabra, sacando a colación la indiscreción de antes, mi metedura de pata. Me disculpa, trata de que no me preocupe por ello, incluso se excusa en el trabajo por no haberlo explicado ella antes. Aunque le parece mejor así, que lo sepa, reconociendo que vamos a tener que pasar mucho tiempo juntos como para estar a disgusto. Asiento, dándole la razón en eso.

Aún así, Melissa, reitero mis disculpas. -Le respondo con tono serio, mirándola fijamente a los ojos. No hay disculpa sincera si evitas la mirada del otro- Y... bueno, lamento tu pérdida. -Es algo que conozco bien, por desgracia- Y, ya que hablamos de estar cómodos... -Trato de levantar el ánimo de la conversación, volviendo a sonreír- ...me complace tranquilizante si crees que te voy a volver loca con mis idas y venidas. No te verás arrastrada a discotecas, bares, clubes de alterne, ni una intrincada agenda social. No salgo demasiado, la verdad. -Tomo un sorbo del café, comprobando que Claire se ha esmerado con la nata, creando una crema espesa y sabrosa- A decir verdad, aparte de los actos de campaña y las visitas a instalaciones gestionadas por la Concejalía, paso la mayor parte del tiempo en casa o en el despacho. -O eso pretendo que crean todos. Lo cierto es que si las cosas van como espero, voy a empezar a te de una vida nocturna bastante agitada.

Pero sin escolta, me temo.

Cojo el pan integral tostado con una mano, dándole un mordisco mientras me fijo en que Melissa abre su maletín para mirar algo, abriendo de golpe sus grandes ojos -no me había fijado en lo llamativos que son- como si algo la sorprendiera. Parece que anda tratando de descargarse la programación, aunque me pide que le adelante lo de esta noche.

Hmf... Eso es fácil. -Digo terminando de tragar el bocado que tengo en la boca- Baile de gala en el Metro Palace, a partir de las nueve, aunque me han dicho que no aparezca antes de las once, que es cuando empieza a estar concurrido. Champán, canapés, fotógrafos, periodistas, empresarios, representantes de asociaciones, y políticos, muchos políticos... -Enumero fingiendo aburrimiento. Aunque no es cierto, el baile en sí me parece aburrido, pero tengo la impresión de que voy a conocer a mi ha gente a la que Armour va a hacer la puñeta muy pronto- El coro de gospel del Saint Patrick nos cantará algo, y habrá un montón de niños "para hacerse la foto", como dice Johnson. -Dejo claro por mi expresión que no me hace mucha gracia la utilización de los niños- Aunque habrá hinchables, juegos, payasos, coctail... En el fondo esas pequeñas fieras se lo van a pasar mejor que nosotros. Si tuviera un hijo lo llevaría, desde luego. -Admito finalmente- Por cierto, ¿tienes algo que ponerte? Es de etiqueta, podemos cargárselo a los gastos de campaña...

Me imagino que estando de servicio no podrá llevar un vestido ostentoso, pero si se quiere permitir algo discreto...

Sonreí como respuesta cuando insistió en el tema de las disculpas. Para mí no era necesario que lo recalcara tanto, pero para el parecía importante. Recordé entonces la pérdida de su hermano, puede que fuera eso en parte lo que le hubiera hecho sentirse tan mal por aquella metedura de pata. Estuve a punto de decirle que yo también sentía su pérdida, pero no lo veía adecuado; no en ese momento.

Rápidamente cambió de tema, al parecer más relajado, contándome que no tenía una ajetreada vida social por la que me tuviera que preocupar. Me chocó la mención a los clubes de alterne. Sabía que había muchos políticos que acudían a estos, pretendiendo además una atención especial por quienes eran, pero ni se me había pasado por la cabeza algo así en el caso de Allan.

- Lástima, nos vamos a aburrir un poco. – bromeé, sonriendo de medio lado y dando un sorbo al zumo.

Me explicó también lo referido a esta noche. Un baile de gala… Aunque por cómo lo describía parecía más un circo. Un circo mediático, claro. Todo fachada, periodistas, publicidad, y sonrisas fingidas. Fruncí el ceño ante el comentario de los niños, la verdad es que no estaba demasiado de acuerdo.

- Igual no es procedente, pero… Yo no llevaría a mi hija a algo así. – sentencié, y es que mi faceta como madre me impedía no opinar respecto a eso. – Dejando a un lado el tema político… - El cual tampoco me gusta un pelo. - ¿Qué horas son esas para que un niño esté por ahí? Además mañana hay colegio, para mí sería impensable. – tomé un trozo de pastel y me lo llevé a la boca para tapar mi bocaza.

Me parecía algo de sentido común, aunque puede que él no lo hubiera pensado al no tener hijos, pero todos esos padres que se prestaban a eso… Esos sí que no tenían perdón. El simple hecho de que usaran a mi pequeña para algo parecido me daba escalofríos.

Tragué y me limpié con la servilleta antes de continuar.

- No sé si tendré algo adecuado que ponerme, la verdad. – hacía tiempo que no acudía a ningún evento que requiriera ir vestida de modo formal, además tampoco podía acudir con nada demasiado pomposo. – Miraré a ver, aunque lo dudo, si saco un hueco podría comprarme algo o pedírselo a Claire. – Aunque no se yo, con ese estilo que tiene… - Por cierto, ¿Acudirás acompañado? - Supongo que no está casado porque no me han dicho nada sobre la protección de su esposa. - Siendo un baile imagino que es lo normal, ¿No?

 Tendrá una novia, un ligue, o algo. Un tío como él no puede andar solo por la vida…

Melissa bromea cuando trato de tranquilizarla respecto a mi estilo de vida, lanzándome una curiosa mirada de medio lado que me pilla por sorpresa. Tanto, que antes de darme cuenta le respondo sin pensar.

Puedo hacer un esfuerzo, si te interesa... -Le digo con voz sugerente, bromeando también. Lo cierto es que no sabría que hacer si me tomara la palabra. Al margen de aquello con lo que ocupo mis noches, tampoco es que sepa moverme en el ambiente del ocio nocturno precisamente. Estoy más que desentrenado.

Estoy tomando un sorbo de café, cuando Melissa comenta sus impresiones acerca de la inclusión de los niños en el acto de esta noche. Y lo que en un principio me parece una forma de hablar hipotética, de repente me percato de que no es tal.

¿Hija? Agente Whedon, es usted toda una caja de sorpresas... -Digo en tono distendido, aunque por dentro no puedo estar más cabreado. Una hija. Una mujer viuda con una hija, y la sacan de su tranquilo puesto frente a un ordenador para andar persiguiendo al político de turno. ¿Se puede ser más cabrón?- Bueno, en realidad... -Lo que dice de los horarios no me cuadra con lo que me han dicho en el ayuntamiento. ¿Es que acaso me han mentido? ¿Qué sentido tendría?- ...mañana no hay clases, según tengo entendido. A principios de curso, el ayuntamiento declaró la fecha posterior a la gala fiesta local, o algo así. Los colegios públicos no abrirán, así como la mayoría de los privados. -Otra cosa que no me parece bien, en realidad- Eso es lo que tengo entendido, al menos, pero... Me sorprende que no lo sepas. -Y a ti también. Si fue a principios de curso, tendrían que haber enviado una circular a los padres, junto con el calendario escolar. ¿Has estado tan liada como para pasarte algo así? Últimamente parece que Gary le esté dedicando a Liss más tiempo que tú- De todos modos, ya te digo que los críos se lo pasarán bien. No me gusta que se mezcle con la política, aunque sea en "terreno nautral", ya que estarán los dos candidatos, pero para los pequeños no será más que una fiesta. Por suerte para ellos, no entienden de política. -Le doy otro sorbo al café. Yo tampoco entiendo mucho de política, pero estoy aprendiendo lo sucia y rastrera que puede llegar a ser- Si no es mucha indiscreción... ¿Cómo se llama tu hija? ¿Y de qué edad? Me encantaría conocerla algún día...

Comenta como quien no quiere la cosa que no está segura de tener nada que ponerse para esta noche. Mis ojos se abren de par en par, divertido.

Ah, pues eso tiene fácil arreglo. Dudo que encuentres una tienda que abra en domingo, ¿verdad? -Bromeo, asumiendo que no se ha percatado de ese detalle- Pero conozco una sastrería que abriría para alguien que va de parte del alcalde... Si voy esta tarde a por unas camisas ¿me escoltarías? -Le guiño un ojo, justo antes de que me pregunte si iré acompañado, algo que casi me hace reír- Por favor, ¿de verdad crees que si tuviera pareja...? -Me detengo en seco, perdiendo la sonrisa al darme cuenta de lo que iba a decir. No quiero meter la para dos veces en un sólo desayuno. Si tuviera pareja, Johnson no me habría puesto de escolta a una joven pelirroja que llamara la atención. Si tuviera pareja, no la habrían usado de mujer objeto- No, iré sólo. Da igual que sea un baile, de todos modos no se bailar... -Me encojo de hombros. Se montar una AK-47 con los ojos vendados, pero si empieza a sonar un vals... tengo dos pies izquierdos.

Al bromear acerca de su poca ajetreada vida social, me contestó también bromeando, pero con voz sugerente. En otras circunstancias puede que me hubiera avergonzado un poco, o haberme quedado sin saber qué responder, pero esta situación era bien distinta. Acababa de quedarme del todo claro el tipo de hombre que era Allan, le gustaba coquetear y bromear de forma constante, con lo que no debía tomar en serio ese tipo de cosas.

- No hace falta que te esfuerces, prefiero la improvisación… - dejé caer, igualmente sugerente, volviendo a llevarme el vaso a los labios, escondiendo una risa en un nuevo sorbo.

Sin embargo, lo que me dijo acerca de la gala y el día festivo me quitó las ganas de reírme. De pronto me puse seria, pensativa, no recordaba nada sobre ese tema.

Gary debe de saberlo, pero yo también debía estar informada…

Aguanté un suspiro, decepcionada conmigo misma, e incómoda al haberme puesto en evidencia delante de un desconocido. No es que me importara demasiado lo que opinaran los demás, pero en lo que se refería a mi faceta como madre… Me molestaba sobremanera que insinuaran que era una mala madre, cosa que ya me sucedía con mi propia familia por aquello de dejar a Liss al cargo de Gary; puede que fuera porque yo misma tenía mis dudas a veces…

Dudé entre si justificarme o no, y es que hacerlo significaba entrar en detalles que no sabía si me apetecía entrar con alguien a quien apenas conocía aún. Preferí no hacerlo, al igual que no quise replicar a lo de la fiesta. Por mucho que no hubiera colegio, el uso político que se hacía de los niños no me gustaba, aunque fueran a estar ambos candidatos; pero no pensaba entrar en ese tipo de temas precisamente con un político, y además un político del que podía llegar a depender mi trabajo.

Pero mi repentina seriedad se desvaneció cuando Allan me preguntó por mi pequeña. Sonreí ampliamente, girándome para abrir el maletín y sacar la cartera del mismo. En seguida la abrí, visiblemente emocionada, y saqué una foto de Liss.

- Esta es mi pequeña, Melissa, aunque todos la llamamos Liss. – dije acercándole la foto para que pudiera cogerla. – Tiene 7 añitos, y es un encanto, pero a veces me vuelve loca. – reí.

Mientras dejaba que mirara la foto, le respondí acerca del vestuario de esa noche.

- No había caído en que era domingo… Si queda entre nosotros, creo que podríamos hacerlo así. – Sólo me faltaba que el alcalde se entere de que me he comprado ropa en acto de servicio, por mucho que sea para esa gala. – Sobre llevar a alguien, aún estás a tiempo. Si no sabes bailar, ¿Qué mejor oportunidad vas a tener para aprender? La escolta os va a salir al mismo precio… - reí. - Pero bueno, no insisto más, así sólo tengo que estar pendiente de ti. Menos trabajo. – bromeé con una sonrisa, queriendo no ahondar más en ese tema, y es que él mismo se había cortado anteriormente al hablarme de ello.

¿Improvisación...? -Río, nervioso, ante su respuesta. Vaya, ella también sabe jugar, eso no me lo esperaba. Aunque deja la alegría a un lado momentáneamente, pensando en algo por el modo en que baja la mirada. Para no incomodarla, aparto la mía, echando un vistazo por la ventana.

Ahí están las mismas caras de siempre, ese inspector, esos cuatro patrulleros que siempre quedan a media mañana, el tipo del depósito de pruebas... Hmmm... ¿Esos dos no son de Asuntos Internos...?

Vuelvo a prestar atención a Melissa al notar que me está mostrando algo. Al girarme de nuevo hacia ella, me doy de bruces con una fotografía que me hace abrir los ojos de par en par, sorprendido.

¡Waow! -Exclamo, tomando la foto entre mis dedos con cuidado- Madre mía, qué preciosidad... -Digo sin pensarlo siquiera, me sale de dentro tal cual. Ni siquiera me he planteado tener hijos o no, me gustan pero... No he tenido ocasión de algo así, y con el estilo de vida que tengo tampoco estoy seguro de que pudiera ser un buen padre- Siete años... -Me quedo mirando la foto, pensativo, serio. Me recuerdo que estas semanas le han robado tiempo de pasar con esta preciosa niña por estar pegada a mí. Y lo que es peor aún, a la pequeña le han robado estar con su madre- ¿Y... cómo te las apañas? Tendrás ayuda, espero...

Discreción, eso no será problema. Oficialmente me acompañas a mí a por algo de ropa. A nadie le importa si aprovecho para tomar medidas para algo apropiado para una amiga que, casualmente, tiene tu misma talla. -Sonrío, la excusa estaría tomada por los pelos si no se tratara de un dinero que viene de donde viene, y cuyo destino nadie quiere saber porque todos tienen demasiadas cosas que ocultar. Además, vestir adecuadamente a mi escolta no es precisamente malversar los fondos, son gastos de imagen perfectamente legales y adecuados. Si Johnson se entera, incluso puede recriminarme que no gastara más. Si fuera por ese hijo de puta, vestiría a Melissa con un vestido apretado de color rojo chillón- Enseñarme a bailar de aquí a esta noche no debe estar al alcance de cualquiera, pero lo valoraré si pasamos por delante de alguna academia de baile abierta en domingo... -Río ante la idea, entrar en una escuela de baile para tratar de conseguir una cita con una profesora- Además, sería la peor cita de la historia. No es que de normal sea una maravilla, pero lo de esta noche se considera trabajo. Atender a todo el mundo, lucir sonrisa, soltar eslóganes... Bah, sólo quiero que pasen estas dos semanas y, con suerte, ponerme a trabajar de verdad. Y ya que entramos en materia, ¿qué tal el trabajo en el departamento informático? Extraoficialmente hablando, claro está...

En ese momento, la puerta del Coffe & More se abre y entra un chico joven, rondando los veinticinco años, bastante nervioso. Claire le saluda desde lejos, en cuanto cruza la puerta.

¡Buenos días, Rick!

Es Rick Turner, visiblemente más nervioso que de costumbre. Pide algo en la barra y se queda mirando en vuestra dirección, lo que al cabo de medio minuto hace que Allan diga algo al respecto.

Ejem... ¿El tipo de la barra te mira a ti o a mí? ¿Le conoces?

Casi me dolía la cara de sonreír tanto. La reacción de Allan ante la foto de mi pequeña me había pillado completamente por sorpresa, pero la verdad es que me gustaba. Mi niña era preciosa, por dentro y por fuera, y estaba muy orgullosa de ella. Noté como se ponía algo serio, cosa que entendí al escuchar su pregunta.

- Bueno, hago lo que puedo. – respondí, algo menos alegre, pero sin perder la sonrisa. – Desde hace unos meses me ayuda mi hermano. El que conoces, Ethan, no, el pequeño. Tranquilo, él no es policía, no es otro Whedon que añadir a tu lista. – bromeé. Me resultó irónico cómo algo que molestaba tanto a mi familia, el que Gary no se dedicara a esto, pudiera ser un alivio para alguien. – Es fantástico, no sé qué haría sin él. Le debo mucho.

Aguanté las ganas de reír ante la justificación de Jefferson para mi presencia en la sastrería. No me resultaba muy creíble, pero no creía que en el interior fuera a vernos nadie y los trabajadores del lugar debían ser discretos si no querían arriesgarse a perder un buen cliente.

- Si de verdad te interesa, puedo enseñarte un par de pasos. – dije repentinamente. – Pero no creas que soy una experta bailarina. – aclaré agitando mis manos, negando. – Una cosa es bailar en una discoteca y otra los bailes de salón… Pero sí que di algunas clases antes de la boda, ahí no había manera de escabullirse. – bromeé.

Me chocó aquel comentario sobre las citas, quitándose importancia, a simple vista parecía ser todo un experto en esos temas.

No me lo creo. No sé si una maravilla, pero seguro que no están nada mal... - me sorprendí a mi misma pensando en aquello - ¡Maldita Claire!

- Sí, entiendo. Es una obligación, no una noche de diversión… Pero bueno, siempre puedes sacar a bailar a alguna adorable anciana y ganar puntos. – reí, poniéndome seria al preguntarme sobre el trabajo. – ¿Exraoficialmente, eh? – recalqué – El trabajo en el departamento bien… Los medios no tanto. – emití una risa nerviosa. – Obtenemos muy buenos resultados para los recursos que tenemos. Hoy… - me callé, no sabía si contarle aquello, pero finalmente me decidí a ello. La verdad es que Allan me estaba cayendo bien, y cada vez me sentía más cómoda. – Hoy iba a salir a la calle, para variar. Tras mucho tiempo y trabajo, por fin  conseguí identificar a un ciber acosador. Se dedicaba a obtener datos de las niñas y chantajearlas… Ya te puedes imaginar. Niñas. Asqueroso… - podía verse la rabia en mi rostro, había cosas que no soportaba. – Puede que suene mal, pero le tenía ganas… Una pena no haber podido acudir al arresto. – me encogí de hombros, tratando de quitarle importancia al tema.

Cuando Allan me preguntó sobre el tipo de la barra miré hacia allí, dándome cuenta de que se trataba de Rick. Antes de responder a mi protegido, levanté la mano para saludar a mi compañero.

- Es Rick Turner, compañero y amigo. Trabaja en el departamento de la policía científica. Me extraña que no le conozcas, ya me ha dicho un pajarito que conoces a media comisaria…- bromeé, terminándome el zumo a continuación.

Es bueno tener una familia en la que apoyarse. -Respondo convencido, hasta que me doy cuenta de lo irónico de que lo diga precisamente yo. Tantos años sin contacto con mi hermano... Se sabía en peligro, y tras todo lo que pasó aún contaba conmigo. En el momento de mayor necesidad, aún pensó en mí. No estaba ahí para él. Me pidió ayuda, sabía lo que pasaba y me pidió ayuda. Y llegué tarde. Una familia en la que apoyarse, no soy el más adecuado para pronunciar esas palabras.

Agente Whedon, cuidado con lo que propone... -Bromeo señalándola con la cucharita del café- ...no sea que le tome la palabra. Aunque sólo sea por no defraudar a esa entrañable ancianita, jaja.

Me pongo serio cuando comenzamos a hablar del trabajo. Porque es un tema serio de verdad. Obtener información acerca de los objetivos para Armour no es el único motivo por el que acepté la propuesta de Johnson. También creo que desde dentro se pueden mejorar las cosas.

Bueno, el aspecto económico siempre es peliagudo. Cuadrar un presupuesto es difícil, y cuesta realizar gastos en equipo informático si eso resta material a los agentes que se juegan la vida en la calle... -Analizo, comprensivo- ¿Crees que un aumento de la partida presupuestaria aumentaría susceptiblemente los resultados? Con sinceridad. -No es una pregunta trampa, es un dato que no tengo y que necesito saber. El equipo de Johnson me ha pasado informes, datos, presupuestos, pero yo no soy un estadista, soy un soldado. Necesito saber lo que piensa de la trinchera quien se mete en la trinchera, no un trozo de papel. Mi problema aquí es que no se en quién confiar. Muy poca gente en esta comisaría me ha parecido de fiar. Melissa Whedon me lo parece- A niñas... -Repito, mirando la fotografía de su hija, antes de tendérsela- Hijo de puta... -Murmuro, uniendo mis manos en un puño envuelto en otro con fuerza. Nada que se haga a alguien así es suficiente. ¿Qué coño le pasa a esta ciudad?- ¿Son... frecuentes ese tipo de casos? -Pregunto, temiendo la respuesta- ¿Se ha producido ya? El arresto, ¿llegaríamos a tiempo? -Digo de improvisto. Seguro que más de uno interpretaría si acudo que estoy para sacarme la foto, acaparar portadas o llevarme el mérito, pero yo se cómo pasar desapercibido...

No, a tu amigo Turner no lo conozco, yo diría que sólo conozco a un tercio nada más... -Bromeo con poco humor, casi por inercia. El asunto de ese pederasta me ha revuelto las tripas. Además, estoy viendo algo que me escama...- ¿Sabe tu amigo que le investiga Asuntos Internos?

Reí al ver cómo Allan me señalaba con la cucharilla del café.

- Puede tomarla, Señor Jefferson, - le dije dejando a un lado el tuteo, tal y como él había hecho. - no soy ninguna bien queda… - sonreí divertida.

Retomamos temas más serios, mucho más de lo que deberían serlo, la situación en Metro City no era moco de pavo precisamente.

- Ciertamente, el tema económico es algo peliagudo, pero no seré precisamente yo quien pida más fondos si se trata de quitárselos a los compañeros que habitualmente salen a la calle. - dije en primer lugar, seria, queriendo dejar claro ese punto.

He estado ahí, sé lo que es eso, por no hablar de que mi madre y mi hermano también se la juegan ahí fuera.

Cogí la foto de mi hija, volviendo a echarle un último vistazo, y guardándola de nuevo en mi cartera antes de responder a sus preguntas.

-Si, aumentar el presupuesto ayudaría, pero aumentando la partida para la policía en general.- No bajándola como viene sucediendo los últimos años, como si a alguien le interesara mermar nuestra actuación. - Pero no se trata solo de eso... - hice a un lado lo que me quedaba de pastel, dispuesta a explicarme mejor. - A veces se nos ponen muchas cortapisas, hasta para el simple hecho de comprar un equipo o un componente nuevo, y no por el coste, sino porque tenemos que hacerlo a un proveedor en concreto... Y eso no es cosa de la comisario.  - quise aclarar, y es que claramente alguien de más arriba debía llevarse algún tipo de favor o comisión. - Por no hablar de las veces que me he encontrado con un ordenador ya manipulado... - suspiré, apoyando los codos sobre la mesa y juntando mis manos. - Una de mis labores es analizar los equipos de sospechosos en busca de pruebas, pero... Más de una vez me he encontrado con que alguien ha metido mano, cuando sólo yo debería haber tocado ese pc... - no quería hablar de más, así que preferí ir zanjando el tema. - Y así, varias cosas más, de las que ya hablaremos cuando seas elegido.  - esbocé media sonrisa, volviendo a erguirme, se notaba que de verdad le interesaba el tema y tristemente eso era algo novedoso viniendo de un político. – Metro City es un hervidero de delincuentes, supongo que lo sabes presentándote al cargo que te presentas… Si eso es así, aun cuando van a pecho descubierto, imagínate con la salvaguarda de la red. Hay tipos repugnantes e inmorales que se aprovechan de eso, y algunos son muy buenos en lo que hacen, es difícil llegar a todos.

Me quedé pensativa un instante tras mirar el reloj. No estaba segura de si se habría producido ya el arresto o no.

- Puede que el arresto esté ya en marcha. A estas horas debería haber llegado ya la orden de detención, pero a veces los papeles tardan… - dije visiblemente molesta. – De todas maneras… ¿Cómo que si llegaríamos? ¿Es que echas de menos la acción? – bromeé sin pensar, al haber recordado que había sido soldado. – Perdona, eso no ha sido adecuado. Lo siento. – me disculpé rápidamente, no conocía su historia y podía estar metiendo la pata hasta el fondo. – De todas formas... Estoy aquí para protegerte, así que llevarte al encuentro de un delincuente no me parece una buena forma de hacerlo.

Entonces dijo aquello sobre Rick y me quedé blanca.

- ¿Q-qué? ¿Asuntos internos? ¿Cómo lo sabes? – pregunté casi de carrerilla, sorprendida y desconcertada. – El agente Turner es un buen chico, no hay nada que investigar… - dije bajando la voz y la mirada, para después mirar a Rick de reojo. 

Río ante su broma de enseñarme a bailar. Porque estoy seguro de que tiene que tratarse exactamente de eso, una broma. Pero acto seguido entramos en materia seria y la actitud de ambos cambia. Se solidariza con sus compañeros de las calles, a los que no quiere arrebatar medios, pero parece que la partida presupuestaria le parece insuficiente no sólo en su departamento, sino en el cuerpo en general. Entorno los ojos, interesado en su punto de vista. la verdad es que no he mirado más que los presupuestos de este año, la única información que me han facilitado. Estaría bien ver el desarrollo de los presupuestos de los últimos años, y en qué se ha invertido. Y cuanto antes, durante la misma campaña. Algo me dice que lo que no le saque a Johnson antes de las elecciones, no se lo podré sacar más tarde.

Interesante... -Digo mientras saco una pequeña libreta de notas del bolsillo de mi pantalón, junto a un bolígrafo en minuatura que hasta me cuesta coger correctamente. Anoto "revisar presupuestos últimos cinco años"- Entonces... la adquisición de equipo está subcontratada a proveedores. Supongo que esto se hará mediante concurso público buscando la mejor oferta... -No me lo creo ni yo, claro. Puedo haber pasado demasiado tiempo fuera de metro City, pero ya veo cómo funcionan las cosas aquí. Ahondando un poco, seguro que saco que ese proveedor tiene lazos con alguien en el ayuntamiento, que se llevará su comisión pertinente. Anoto "proveedores de equipo" en mi libreta, mientras la oigo hablar de la manipulación de equipos. Dejo la libreta sobre la mesa y la miro con seriedad- Pero... eso es manipulación de pruebas, ¿no? Es algo muy grave, que puede arruinar toda una investigación... -Incluso podría ser ese el objetivo. O eliminar la posibilidad de que esa investigación lleve a algo más...

Melissa mira la hora, indecisa acerca de si ese arresto se habrá producido o no, Sin embargo, le sorprende que quiera ir, preguntando si echo de menos la acción. Parece que conoce mi pasado como soldado. Cómo no, si Johnson se está encargando de que sea de dominio público. Es su gran baza, poner a un soldadito americano al frente de su policía...

Jaja, no pidas disculpas, no tiene importancia. -La disculpo- La verdad es que la acción... no, no la echo de menos. No soy de esos que se alistan para vivir emociones fuertes, ese nunca fue el objetivo. -No, el objetivo era alejarme lo más posible, desaparecer, cambiar de vida. Fue el ejército como podría haber sido cortar árboles en Canadá. Me alegro de que fuera el ejército, no obstante, al menos me han enseñado cosas que van a serme útiles- Pero no me refería a detenerlo nosotros, jaja, sino a estar presentes. Desde la barrera si hace falta, no en primera fila. Es un éxito de la policía, no mío, con una gorra y unas gafas seguro que no me reconoce nadie. Es un éxito tuyo, Melissa, sólo es que me sabe mal que no puedas disfrutarlo por... -Nos señalo a ambos, alternativamente- ...esto.

Cuando le suelto la pregunta del millón, que quizás debería haberme callado, se queda perpleja, incapaz de concebir algo así. En fin, el nivel de corrupción de esta ciudad es tal que tampoco sería de extrañar que alguien estuviera untado y destaparlo sorprendiera a propios y extraños, pero...

No es que lo sepa, es más bien una suposición. ¿Cómo lo llamáis los policías? Una corazonda... -Aclaro, inclinándome sobre la mesa y hablando más bajo mientras Melissa mira a su amigo de reojo- Disimula... ¿Ves a la pareja en la mesa frente a la barra? Junto a la entrada, han entrado hace dos minutos... Él es blanco, rubio, con la cara cuadrada; ella negra, pelo aplastado, cara de mala hostia. Los conozco, son de Asuntos Internos, y no han dejado de mirarle desde que han entrado. Les interesa tu amigo, y eso no suele ser buena señal...

Allan escuchó son suma atención lo que le conté acerca de mi trabajo, tildándolo de interesante, e incluso sacando una libreta para tomar notas. Estuve a punto de reír ante aquel inesperado gesto, no le pegaba nada, pero lo evité; empezaba a convencerme de que el hombre que tenía en frente no era para nada lo que aparentaba.

Me quedé mirando como apuntaba con aquel minúsculo bolígrafo, que parecía aún más pequeño en sus grandes y fuertes manos, asintiendo ante los comentarios que iba haciendo. No quise apuntar nada más sobre los pormenores de la vida en el departamento, como bien le había dicho, sería un tema que ya trataríamos más adelante; cuando de verdad pudiera hacer algo por solucionarlo.

Me sentí aliviada cuando me dijo que no le había molestado mi comentario sobre su etapa de soldado, aunque me dejó claro que no echaba de menos la acción, que eso no era lo que le había llevado a alistarse. Empecé entonces a preguntarme por el motivo. Me inclinaba por el patriotismo, a fin de cuentas, estaba demostrando un gran interés en la ciudad, y puede que le sucediera algo parecido con su país… Pero tampoco me hubiera atrevido a asegurar que aquel sería el motivo. A pesar de tener una fachada muy definida de hombre atractivo, seductor y bromista, habían surgido varios detalles que hacían ver que había mucho más en él. Me intrigaba, y comenzaba a sentir ganas de rascar más en la superficie…

Me avergoncé cuando afirmó no referirse a estar en primera línea durante la detención, sino a poder presenciarla aunque fuera de cerca.

Un éxito mío... No se trata de eso.

- Te lo agradezco, pero si se trata de mí no te molestes. Quería entrar con los demás a por él, asegurarme de que se hacen las cosas correctamente, de que no escapa si trata de hacerlo… Y ver cómo por fin acaba en el calabozo. – En definitiva, cerciorarme de que no se libre por cualquier defecto de forma o porque alguien no haga su trabajo como debiera, claro que siento satisfacción personal, pero no es lo primordial… - Para verlo desde fuera prefiero no ir. Tampoco puedo dejarte al margen y después volver. Además, seguro que incluso con gorra y gafas llamas la atención. – dije sin darme cuenta, tratando de arreglarlo en seguida. – E-eres una de las apuestas del alcalde, seguro que los ciudadanos ya se han fijado en ti, jeje.

En lo referente a Rick, miré a la pareja que me indicó Allan con disimulo, segundos después de que me dijera en voz baja lo que pensaba. Volví a mirar a mi amigo de reojo, esta vez con preocupación, para después volver la vista hacia Allan.

- Tienes razón, le miran demasiado… Pero no entiendo de qué puede tratarse. No es porque seamos amigos, pero es un gran profesional. A veces peca de confiado, pero… No le investigarían por un despiste ni nada parecido, tiene que ser algo más. - dije seria, no me gustaba nada la pinta que tenía aquello.

¿En qué andará metido Rick? Es capaz de haberse dejado llevar por alguien, que le hayan engañado, no puedo explicármelo de otra forma. O a lo mejor… ¿Habrá “molestado” a alguien?

- No voy a terminármelo, si quieres… - dije a Allan, deslizando el plato con el pastel hacia él, se me había quitado el hambre del todo. – Si no te importa, voy a acercarme un momento a saludar a Rick, no te muevas ¿Eh? – le sonreí, poniéndome en pie, y me dirigí a la barra.

Saludé a Claire y Rick con la mano nuevamente, situándome en la barra de manera en que pudiera vigilar a Allan desde allí.

- Muy rico el pastel, Claire. Felicita a la cocinera de mi parte, otra vez. – reí. - ¿Qué tal, Rick? ¿Qué te cuentas? – le pregunté, dándome cuenta de que parecía algo nervioso.

Allan comienza a dar cuenta de las tortitas, ofreciéndote con un gesto compartirlas, algo que rechazas educadamente, con pocas ganas de seguir comiendo nada. Asiente, comprensivo, al por los motivos de su escolta para no acudir a la detención. Incluso se diría que hay un cierto brillo de admiración en su mirada. Se ríe, negando con la cabeza, cuando dices que llamaría la atención igualmente, pero no responde pues tiene la boca llena y está masticando, aunque llega incluso a taparse la boca con la mano cuando tratas de explicarte con cierto nerviosismo.

Sin embargo, se pone serio cuando hablas de Rick y esos agentes de Asuntos Internos. Termina de masticar el bocado a tortita y bebé un poco de café, sin quitarles ojo de encima.

Voy a suponer que él no sabe nada del asunto. -Comenta- Si hubiera una investigación abierta contra él, lo que están haciendo podría considerarse acoso... -Analiza sin excesivo convencimiento. A fin de cuentas, no es policía, y no conocerá al dedillo las formalidades legales. Rechaza el pastel con la mano, seguramente porque el pan y las tortitas ya son alimento de sobra. Asiente mientras te levantas, dedicándote una sonrisa comprensiva.

Claro, Melissa, tranquila.

Te acercas a la barra, saludando a Claire de nuevo y por primera vez en el día a Rick. Éste se muestra sorprendido al verte, a pesar de que eres consciente de que ya te había visto antes. De lo contrario, Allan no habría reparado en él. Puede que esté disimulando, o que lo que le sorprenda gratamente es que te hayas acercado. De hecho, te mira con una amplia sonrisa.

¡Melissa! ¿Que tal estás? Bueno, espectacular como siempre, pero me refiero a, o sea, que qué tal el día. ¿Mucho trabajo? -Te das cuenta de que está mucho más nervioso que de costumbre. Se ajusta las gafas, echando un vistazo alrededor, aunque parece claro que no se fija en los dos agentes, sino en Allan, que sigue sentado tranquilamente terminando sus tortitas y el café, y mirando por la ventana. Aunque no dudas que, de cuando en cuando, echará un vistazo a todo lo que sucede en el interior de la cafetería- ¿Y ese... quién es? ¿Amigo tuyo?

Tras escuchar las palabras de Allan y despedirme de él con una sonrisa, me acerqué a mis amigos para saludarles, y ver si podía enterarme de algo de lo que pasaba. Rick se mostró sorprendido al verme, pero sonriente, devolviéndome el saludo algo nervioso.

Vi como se ajustaba las gafas y miraba alrededor, aunque no parecía percatarse de la pareja que le seguía, su atención parecía puesta en Allan. Hice caso omiso a su comentario sobre que estaba espectacular, cosa que además no era para nada cierta, y respondí directamente a sus preguntas.

- ¿Amigo? A lo mejor algún día… - sonreí, mirando de reojo a Claire, esperando que no hiciera algún chiste con mi respuesta. – De momento es trabajo. Así que podría decir que sí, que tengo mucho trabajo. – reí, bromeando sobre el tamaño de mi protegido, con una altura que superaba con creces el metro ochenta y una musculatura que no pasaban desapercibidas.- No quiero que se airee mucho el tema, pero… - comencé a explicarme seria, acercándome algo a Rick para hablarle más bajo. – Me han relevado de mi puesto para escoltarle, es uno de los candidatos a concejal del alcalde Johnson. – volví a erguirme y me senté en un taburete. - ¿Y tú que tal? ¿Estás bien? – pregunté en clara referencia a su nerviosismo.

Claire continúa trabajando, pero con disimulo no os quita su atención, sobre todo cuando Rick pregunta por Allan, momento en que niega con la cabeza mientras pone los ojos en blanco, sonriendo.

Sin embargo, es tu respuesta la que la hace reaccionar, acercándose a la barra y mirando a Rick con picardía.

Ooooooh, sí, es muuuuucho trabajo... -Le guiña un ojo y vuelve a sus quehaceres, riendo entre dientes. Claire y Rick no se llevan mal, pero tu amiga no deja pasar una oportunidad para chinchar a Rock, sobre todo desde hace un tiempo, cuando comenzó a decirte que Rick buscaba más que amistad contigo.

Sin embargo, Rick no parece pillar la gracia al comentario de Claire, porque se la queda mirando con gesto serio, incrédulo. Entonces le confiesas la verdad acerca de tu trabajo, ante lo que no puede disimular su sorpresa.

¿¡Q-qué!? -Exclama, mirando alrededor, preocupado por si ha llamado demasiado la atención- ¿Desde cuando eres escolta policial? Pero sí eres de la científica... ¿Y cómo que ese tío es candidato con Johnson? Si en el equipo del alcalde son casi todos viejos conoc... Espera, ¿ese es Jefferson? ¿El de Seguridad Ciudadana? Jooooder.

Rick se gira y permanece un instante mirando en dirección a la mesa de Allan, sin disimulo. Es como si tratara de ver algo concreto en ese hombre que mira por la ventana mientras se termina su café tranquilamente. Sin embargo, cuando éste se gira y mira en su dirección, Rick vuelve a girarse hacia ti, justo a tiempo de oírte preguntar que tal está él.

¿Yo? Bueno, pues no muy bien... -Confiesa, mirando a ambos lados para ver si alguien está escuchando. Incluso se queda mirando a Claire, que con un suspiro capta la indirecta y se aparta de vosotros al otro lado de la barra- Estoy metido en un buen marrón, Melissa. Uno muy, muy gordo. Ha desaparecido material del depósito, mucho, y supongo que están buscando a quién echarle la culpa...

A pesar de que Claire se mantenía en un segundo plano, dado que estaba trabajando, no dudó en unirse a la broma sobre Allan. Las miradas que Rick y ella se echaron me inquietaron un poco. A mi amiga le gustaba chinchar a Rick, pero a él no parecían hacerle tanta gracia sus bromas. Hacía un tiempo que Claire me había dicho ya que a Rick le gustaba o algo parecido, y  esta no desaprovechaba oportunidad para pincharle. Yo no estaba tan segura de ello, aunque a veces si me había parecido ver cosas raras, pero prefería obviar el tema haciendo como si nada pasara.

Rick se sorprendió mucho por lo que le había contado, llegando incluso a alzar la voz un instante. Me lanzó varias preguntas, durante las cuales me limité a sonreír con cara de circunstancia, y cuando se giró para mirar a Allan sin disimulo ninguno, le respondí.

- Sí, es Allan Jefferson, el nuevo fichaje estrella de Johnson. Soy escolta desde esta mañana, cuando me han dicho que esa es mi nueva labor durante la campaña. Decisiones políticas, no le des más vueltas… - le expliqué, no queriendo entrar en detalles, y es que ni quería, ni debía.

Entonces Rick me contó lo que pasaba, todo eso tenía muy mala pinta.

- ¿Cómo es posible? – pregunté sorprendida. – Nada sale de allí así como así. ¿De cuánto material estamos hablando? ¿Y de qué tipo? Es que es imposible… No pueden hacerte eso. Si alguien ha metido la pata, que apechugue. – dije molesta, casi enfadada.

Aquello era grave, muy grave. En el mejor de los casos se trataría de eso, de un error que alguien le quería adjudicar. Pero… ¿Y si no se trataba únicamente de eso? 

Rick mantiene el ceño fruncido mientras le explicas tu cambio de puesto, hasta que pone los ojos en blanco hundiendo los hombros al nombrar la influencia política. Rick es bastante idealista, de los que defienden los derechos civiles, las asociaciones, y cree firmemente en que en Estados Unidos se pueden cambiar las cosas mediante la convicción del pueblo. Sin embargo, todo lo que suene a política le escama por defecto. Como a la mayor parte de Metro City, donde el pueblo tiene tan asumida la corrupción de la clase política y el funcionariado, que sus elecciones mantienen el dudoso honor de ostentar el mayor índice de abstención del país.

Ese es el problema. -Dice, ya en referencia a su problema, no sin antes echar un vistazo a ambos lados, sin percatarse de esa pareja que parece prestaros tanta atención, aunque lo cierto es que habla demasiado alto para alguien que pretende ser discreto, posiblemente porque empieza a ponerse más y más nervioso- Ha desaparecido un cargamento entero, un alijo de pistolas automáticas de la redada de hace tres semanas. Son muchas armas, Mel, muchas... Suficientes para armar a un pequeño ejército, o a una banda al completo. Y no se cómo han podido desaparecer, en el registro consta que siguen allí... -Se lleva las manos a la cara, desesperado- Me van a fundir por esto...

En ese momento se oye una tos a tu espalda, algo exagerada. Al girarte a ver, ves a Allan aún en su mesa, tapándose la boca mientras tose fingidamente y te mira. En cuanto vuestras miradas se cruzan, te hace un disimulado gesto para que te acerques.

Rick me explicó mejor el asunto con notable nerviosismo, mientras yo le hacía gestos con la mano para que bajara la voz, seguramente ni estaba dándose cuenta de su tono. Me quedé estupefacta ante lo que me contaba, la cosa no podía tener peor pinta para él, pero además, quién sabía dónde habían acabado aquellas armas y lo que quien fuera podía hacer con ellas.

No puedo dejar pasar algo así… Y justo tenía que surgir hoy…

Agarré a Rick suavemente por el antebrazo, al ver como se llevaba las manos a la cara, desesperado.

- Vamos a averiguarlo, ¿Vale? Tranquilízate… ¿Qué hay de las grabaciones? Tiene que haber algo ahí.

En ese momento escuché una sonora tos, haciendo que mi vista se dirigiera a Jefferson de inmediato. Efectivamente, se trataba de este, y al cruzarse nuestras miradas me hizo un gesto para que me acercase.

- Lo vamos a solucionar, ¿De acuerdo? Dame un segundo… - solté el brazo de mi amigo, dedicándole una sonrisa que esperaba que le reconfortara.

Me acerqué a Allan, volviendo a sentarme frente a él, extrañada por su gesto.

- ¿Qué sucede? – le pregunté, bajando algo la voz. – Por cierto… Antes de que se me olvide. – comencé, tratando de disimular. - ¿Hasta qué hora crees que se alargará lo de esta noche? Por avisar en casa y eso…

Tengo que salir a la calle y averiguar qué pasa con esas armas. Alguien tiene que saber algo o incluso puede que ya estén circulando por ahí.

Logro que Melissa se fije en mí con un gesto algo disimulado, aunque tampoco demasiado por desgracia. Pero tenía que cortar esta situación de algún modo, especialmente por los gestos que estaba viendo ya desde aquí. Y sobre todo con esos dos delante, es lo peor que puede hacer ese tío.

Esta no es mi pelea, en realidad. No debería meterme, no es asunto mío ni forma parte de mi cruzada. Por lo que a mí respecta, ese tipo podría perfectamente ser culpable de ese asunto. Pero Melissa cree en él, y aunque la conozco tan sólo desde hace un rato, siento en mi interior que es alguien de fiar. Por lo que he podido comprobar, escasea la gente así en Metro City.

A mí no mucho. -Respondo sonriente, disimulando, a su pregunta sobre qué sucede- Pero tu amigo está aireando sus trapos sucios delante de todo el local, si yo le estaba oyendo desde aquí me imagino que el resto de los polis presentes estarán tomando notas. Sobre todo esos dos... -Hago un gesto con la mirada para señalar a la pareja de Asuntos Internos- Por su propio bien, debería tener cuidado a partir de ahora... -Le digo poniéndome algo más serio, pero con una mirada comprensiva. A fin de cuentas, es su amigo- Lo que yo haría, si estuviera en su lugar, es ir planificando una buena defensa. -Digo torciendo la cabeza hacia un lado, mirando hacia arriba, pensativo- Averiguar quién, además de él, tendría acceso a esas armas, y el modo en que pueden haberlas sacado. Si te da algún nombre, puedo hacer algunas averiguaciones, si quieres... -Aunque quizás no del modo que esperarías...

Frunzo el ceño cuando me pregunta por la hora de finalización del evento de esta noche. Es algo que ni me había planteado, la verdad. Ni lo he preguntado, de modo que sólo puedo especular. Lo único que se de momento es que el uniforme de Armour no saldrá a pasear.

Ehm... Pues no se qué decirte, no me han informado acerca de la finalización... -Digo, dubitativo, sacando el móvil- Mandaré un mensaje al equipo de campaña de Johnson, alguno de ellos responderá. Supongo que, dado que llegaremos sobre las once, no podré marcharme demasiado pronto... -Especulo mientras tecleo- Aunque no tengo intención de desayunar allí, eso te lo aseguro... -Envío el mensaje al grupo de whatsapp y le dedico a Melissa una sonrisa algo pícara- Hay mejores formas de desayunar que rodeados de políticos y empresarios, ¿no crees?

Escuché atenta lo que Allan tenía que decirme, dándome cuenta del motivo por el que me había llamado. Trataba de ser comprensivo, o al menos de parecerlo, pero no me gustaba demasiado parte de lo que decía.

¿Airear sus trapos sucios?

- Gracias por tus consejos, pero te recuerdo que soy policía. – le dije seria, casi molesta, al atreverse a explicarme cómo hacer una investigación. – Aunque si no te importa, te tomo la palabra, si puedes ayudar de alguna forma…

Apoyé el codo en la mesa, apoyando a su vez mi cabeza sobre la mano, mirando por la ventana un instante. Trataba de serenarme, de no tomarme simples palabras tan a pecho, pero Rick era mi amigo y eso me había molestado.

- No airea trapos sucios, no hay ningún trapo sucio. – dije de repente, tajante, volviendo a mirar a Allan. – Está nervioso, debe ser discreto, pero tampoco ha dicho nada por lo que deba temer. Él no ha hecho nada, de eso estoy segura.

Suspiré, irguiéndome en el asinto y posando las palmas de mis manos sobre la mesa.

- Así que no se sabe hasta cuando durará el compromiso de esta noche… Bueno, le deberé otro favor a Gary. – sonreí, tratando de relajar el ambiente, había estado un poco cortante y realmente Allan solo parecía querer ayudar. – Sí, definitivamente hay formas mejores de desayunar. – respondí, devolviéndole la sonrisa, sin estar segura de a qué se refería; aunque intuía que se trataba de otro de sus coqueteos. – Con mi pequeña, por ejemplo, viendo esos morritos llenos de chocolate mientras destroza las galletas para comérselas de formas impensables… - reí, nostálgica, preguntándome cuándo podría volver a desayunar con ella.