Partida Rol por web

Tomáis varias antorchas del pasillo de entrada, y las colocáis a intervalos regulares para poder moveros con libertad. Tras lo cual, empezáis a realizar diversas pruebas.

Andreas, tras revisar las entradas con una antorcha, descubre que ninguna corriente de aire se nota en ninguna de ellas. O son todo túneles ciegos, o al menos parecen estar cerrados.

River encuentra que el sonido del agua es más intenso en la pared del fondo. Pero no encuentra ninguna grieta que le haga pensar que se puede llegar a ella. De hecho, le da la impresión de que tiene que ser un efecto extraño del sonido porque aquello parecee una sólida pared de granito de varios metros de espesor.

Mientras tanto, Dalaghor y Merol comienzan a explorar las entradas de las cuevas inferiores, empezando por el lado izquierdo. Tras las primeras cuatro han encontrado una que profundiza 20 pies y se cierra, otro en el cual llega un momento en que se reduce hasta hacer peligroso incluso arrastrarse por él y que, aunque el fondo es difuso, parece acabarse apenas un poco después; un tercero por el que termináis caminando casi diez minutos y que tiene varias ramificaciones, pero que todas ellas, por lo que podéis ver, están cerradas; y un cuarto que termina en lo que parece un desprendimiento, aparentemente ya antiguo.

Chip, mientras tanto, os espera en la entrada de la cueva, todavía dolorido y respirando con dificultad.

-Parece que no hay por donde seguir.

Creo que es hora de volver al pueblo y contar lo que hemos descubierto, quizas alguno de los del puebloentienda de minas y pueda enir con nosotros para echarle un vistazo a este complejo y darnos su opinión

jooder a mi todas estas cuevas me parecen iguales

parece que hemos hecho todo lo que habia que hacer aqui, y aunque me da en la nariz que ay algo que se nos escapa no veo la foma de descubrirlo sin alguien que entienda mas sobre el tema

-Espera, en realdad aún quedan aquellas otras cuevas. Las descarté en un primer momento pero y si...

Dalaghor se dirige hacia el resto de las cuevas de la planta inferior para seguir la exploración.

Finalmente el monje se asoma por los andamios y se digna a hablarles a sus compañeros - Pues yo por ahora no he visto nada... pero antes de volver quisiera buscar un poco más... ese sonido. Tengo el pálpito de que tiene que haber una forma de llegar allí -

El elfo se vuelve a mirar las paredes de la caverna comenta - Y no dijeron algo del la enfermedad y el agua... puede ser que aquí esté el origen. Si es que conseguimos llegar hasta allí - termina con voz calma sin ser capaz de descubrir nada interesante en el nivel donde se encuentra.

Dalaghor y Meron continúan con su búsqueda por el primer piso, lo cual les ocupa unas cuantas horas.

Finalmente lo único que encuentran es el cubil de los orcos, un lugar sucio y lleno de andrajos, dentro del cual encuentran algunas fragmentos de mineral de plata (1)

River mientras tanto sigue empeñado en encontrar algo en la pared que les permita llegar a esa corriente de agua, aunque cuanto más mira, más se convence de que esa pared es una gruesa pared de granito que no permite llegar al agua.

Andreas y Chip, conscientes de lo peligroso que es andar por las cuevas sin talentos naturales para ello, y con el riesgo de caída que implican sus pesadas armaduras, conversan tranquilamente en el centro de la cueva.

El monje está de malhumor. Está convencido que tiene que haber un acceso, pero no lo encuentra. Descarta con un ademán la noticia de que han encontrado el cubir de los orcos.

- Orcos, a quien le importan - lo escuchan murmurar con un gesto de asco sin mirar siquiera los restos de plata.

Con todo no piensa darse por vencido, tomando una antorcha vuelve a trepar a los andamios y comenzando por una punta comienza una lenta y sistemática busqueda del acceso - Será cuestión de tomermelo con calma - murmura, intentando convencerse de que lo que está haciendo no es una pérdida de tiempo.

Mientras Dhalaghor y Merol comenzaron a mirar el segundo piso, River tomó una daga y comienzó a golpear la pared del fondo para encontrar aquello que su raciocinio le decía que existía pero sus sentidos le decían que no. Durante varias horas golpeó la piedra cada pocos centímetros buscando algún sonido hueco o algún tipo de reververación.

Lo más que descubrieron Dhalaghor y Merol fue un tobogán, cuando al revisar uno de los túneles superiores el mago cayó por algún tipo de hueco apareciendo en una de los túneles inferiores en una posición un tanto ridícula pero sin el menor rasguño.

Mientras tanto, Andreas y Chip decidieron encender un pequeño fuego con maderas secas de las traviesas que ardía sin humo, donde se calentaron para aliviar la espera, y en el que finalmente decidieron ir preparando una cena caliente para sus compañeros.

Dhalagor y Merol terminaron, finalmente, de explorar todos los túneles sin ningún resultado nuevo, un tanto agotados y desesperados: todo parecía terminar cegado. Cuando dieron por terminada la búsqueda y ya volvían para la fogata, pudieron ver que River soltaba un pequeño grito contenido, de euforia y rabia, cuando por fin encontró lo que había estado buscando durante horas y horas: En el lugar donde había mirado por primera vez y descartado que hubiese nada, el sonido de la daga al golpear la piedra reveló claramente un hueco, y escarbando un poco con la punta notó una fina corriente de aire absolutamente pestilente que se apresuró a tapar de nuevo. Fuese lo que fuese que provocaba el mal olor que había impregnado toda la mina, se encontraba tras ese pequeño túnel que, ahora lo veía con claridad, había sido tapiado, mal, pocos días atrás.

Aunque no se podría asegurar, daba la impresión de que ahí fuera había caído la noche, o estaba a punto de hacerlo.

- Excelente. Yo por mi parte he descubierto un tobogán.- dijo Merol consciente de lo estúpidas que sonaban sus palabras mientras las pronunciaba - Pero lo tuyo parece más interesante. Ahora que... ¿Si vamos hacia allí no iremos directos al foco de la infección? ¿Eso es bueno o es malo?

Se giró hacia Andreas porque, a los ojos del mago, el clérigo era el único que podría decirles que pasaba con la enfermedad. Después de ver como reconstruía a un Chip que ya daban por muerto Merol veía a Andreas cubierto de una cierta patena de heroísmo divino.

-Deberíamos investigar los túneles que faltan, ¿no os parece?.

Finalmente el elfo se acercó a la fogata - Lo encontré - exclamó ufano - Está tapiado, pero creo que, con un poco de paciencia, podremos pasar. Eso si, el olor es bastante desagradable -

Acomodándose entre sus compañeros continuó - Estoy cansado de tanta búsqueda, pero supongo que podemos descansar y avanzar mañana por la mañana. Quizás guardias de a pares? Uno mirando el lugar donde debemos continuar y hacia donde entramos? - orgulloso de su labor, el monje, por primera vez hablaba más de un par de palabras - No necesito dormir demasiado, pueden dejarme la última guardia -

Las palabras del mago no dejaban de tener sentido, por lo que el monje, también mirá al clérigo con curiosidad. - Quizás puedas, de alguna manera, evitar que nos contagiemos? - le preguntó.

-No me gustaría pasar la noche en mitad de una mina que hasta donde sabemos, puede estar habitada por orcos o algo peor. Yo estoy bien para continuar, pero si hemos de parar a descansar, sugiero que lo hagamos en el exterior de la mina.

El monje miró a su congérnere con curiosidad - Si es lo que prefieres - le comentó - A mi me da lo mismo - Encogiéndose de hombros agrego - Aunque sería una pena que nos volvieran a emboscar en el mismo lugar... -

- La verdad es que la mina es un lugar lúgubre, pero ¿el exterior estará mejor? Bueno, al menos no apestará de tal manera... A mi me es indiferente. ¿Tú que opinas Bisho?

Merol acercó la oreja al hocico de su comadreja como si esta realmente pudiera hablar:

- A Bisho creo que le da igual también.

Andreas negó con la cabeza:

- No puedo evitar que os contagiéis, incluso el sanar algo así una vez contagiados está más allá de mis capacidades. Supongo que hemos de ir hacia el foco de la infección y acabar con lo que la causa, pero si caemos en el intento... no sabré como solucionarlo.

-Bien, descansemos aquí entonces-dice Dalaghor no muy convencido ante la idea de pasar una noche en una cueva subterránea.