Partida Rol por web

28 DE OCTUBRE DE 2008
Tres días para Halloween, 19:56

La noche anterior fue un caos, para unos más que para otros.

Habéis tenido todo un largo día para descansar de dichos acontecimientos y la mayoría os levantáis con renovadas energías, incluso ánimos. Pronto recordáis que Odín dejó claro que hoy dedicaríais un rato a hablar sobre lo sucedido en la Sala de Reuniones, como siempre, y probablemente sea lo más sensato para esclarecer varios puntos dudosos de lo sucedido. Aunque quizá alguno de los integrantes de la Cuadrilla se sienta inquieto por ello.

Por el momento cada uno se despierta en su habitación privada, esta noche el Refugio está en calma y silencio, como la calma que precede a la tempestad.

El sueño no había sido reparador.. más bien había sido un suplicio lograr conciliarlo con el manojo de nervios que llevaba encima y nada mas despertarse se lavó mínimamente la cara para despejarse un poco y salir de su cuarto. Iba descalza, en pijama y despeinada ni siquiera se había molestado en arreglarse un poco pero su trayectoría parecía clara. Bajó las escaleras hasta la primera planta y de alli fue a la sala de estar, encendiendo la pequeña y vieja televisión y dándola algun meneo cuando la señal de la imagen se perdía.

Pusó el canal de las noticias y aguardó sentada, mordiéndose las uñas expectante mientras el resto se despertaba..

Una vez vestido bajé a la planta inferior. Vestía pantalones oscuros y una de mis camisas, blanca, algo desabrochada por la parte superior. Mi expresión era seria. No podía ni quería evitarlo y la situación no era para menos.

Al oir el sonido del televisor entré directamente en la sala de estar, "saludando" con una rápida y casi inexpresiva mirada a Toxic, que ya se encontraba allí. Me mantuve quieto, de pie, mientras la pegadiza melodía del telediario empezaba ya a sonar, envolviendo el impactante vídeo promocional del canal. Muy apropiado, Toxic, veamos qué más barbaridades montasteis ayer...

Toxic no pierde ni un segundo en bajar hasta la Sala de Estar a pesar de su aspecto, lo cuál determina la importancia que debe tener para ella encender el televisor ya que no es nada habitual verla sin estar vestida y peinada al milímetro como ella quiere.

Al plantarse ahí de pie apenas recae en la presencia de Roman, que se encuentra jugando a solas en la amplia y desgastada mesa de billar. La mira arqueando visiblemente la ceja, sorprendido y divertido a la vez.
-Debisteis liarla bien gorda...- comenta conteniendo una risa mientras sigue golpeando las bolas a su aire, bastante tranquilo y ajeno a vuestros problemas. Al fin y al cabo se supone que no se enteró de nada y es poco probable que siga las noticias.

El siguiente en bajar resulta ser Baal, pero lo hace en silencio y ni siquiera pasa por esa sala, se dirije directamente al gimnasio en el cuál desahoga parte de su adrenalina en el saco de boxeo que todavía soporta los golpes que le metéis.

Después es Quincey el que baja de su habitación y se queda junto a Toxic mientras las noticias dan comienzo.

En el propio sumario ya se hace referencia al violento atentado aocntecido anoche para conseguir ayudar a fugarse al preso Samuel Millorie mientras era transportado a la prisión del sur de Chicago. Muestran la foto del susodicho y se insta a la población a tener cuidado y llamar a las autoridades en caso de ver a cualquiera remotamente parecido.

El teléfono de contacto y de emergencias no para de salir en la zona inferior de la pantalla a pesar de que los presentadores siguen con el resumen de las noticias que darán, tras lo cuál se centran en lo que os interesa.

Como era de esperar policías y ciudadanos se sientes del todo consternados e incluso furioso por las múltiples muertes de agentes de policía y las heridas a inocentes, pero a pesar de todo las únicas imágenes accesibles son las grabaciones de un par de móviles, demasiado borrosas y oscuras para distinguir nada bien y mucho menos a vosotros... aunque Toxic aseguraría que vió a más gente grabando o fotografiando la escena.

Dejan claro que el único superviviente y testigo directo de los acontecimientos es un agente que todavía se encuentra en estado de shock, custodiado en una de las habitaciones especiales del hospital Santa Mónica aunque evidentemente no especifican cuál de ellas.

-¿Sabéis que Nica no volvió anoche?- pregunta Roman repentinamente cuando las noticias ya han cambiado a otro tema, demostrando total pasividad a pesar de la gravedad del asunto.

Entro en la sala de reuniones y veo a Toxic; Baal y a Quincey acompañados de Roman. Creo que están viendo las noticias pero realmente no le presto mucha atención.

- Buenas noches - los saludo brevemente y con un tono de voz bastante apagado

Me siento lo más alejado que pueda de la tele y me dedico a trastear un poco con el móvil. Ayer casi no lo encendí y no se si me habrá llegado algún sms o noticias a través de el. Mi red de contactos es bastante amplia y a veces olvido que la poseo.

Baal golpeaba con energía el castigado saco de arena, aunque sin demasiada técnica. Sonreía de puro placer, pues descargar adrenalina siempre es un ejercicio sano y satisfactorio.
Ya había planeado su noche, pero había omitido un dato importante, o tal vez su cerebro lo ovlidó a porpósito: el coche.
Putos policias...Dispararle a semejante obra de arte si es un crimen. Los pensamientos le enfurecían y los golpes empezaban a ser muy duros.
-Tendré que llevarlo a...arreglar, y-lanza un gancho de izquierda.-y el incompetente del mecánico que me toque aguantar...¡No tendrá ni idea joder!-había susurrado estas palabras para sí mismo mientas descargaba su furia, pero esa última maldición no pude contenerla. Su último directo provocó un pequeño agujero en el reparcheado saco y la fina arena empezó a caer suavemente al suelo formando poco a poco una pequeña montaña. El furioso Daeva se obligó a calmarse echando la cabeza hacia atrás y cerrando los ojos durante un instante, entonces fue a la barra y comenzó las series de dominadas.
Los músculos de su espalda se contraían a cada elevación del tronco formando la silueta de la perfección. Él lo sabía y lo sentía y eso le provocaba un inmenso placer. Ya estaba otra vez de buen humor.
Tras unas cuantas dominadas decidió que su ejercício físico había terminado, por no decir que la reunión no tardaría en comenzar, así que salió del gimnasio. Llevaba puesto tan sólo un pantalón de deporte largo y blanco, como el de un taekwondista, dejando a la vista su impresionante torso que armonizaba a la perfección con su cuidado cutis y su cabello, a pesar de no llevarlo extremadamente arreglado. Era una visión espectacular. El reflejo exacto de los cánones de belleza ansiados por toda la sociedad actual.
Antes de ir a la sala de reuniones se acercó a la habitación de Gabrielle.
-¡Eh pequeña!-dice en voz alta desde la puerta sin llegar a llamar o entrar. Estaba acostumbrado a llamarla así, aunque no se sabía muy bien si era por intimidación o por cariño.-Vas ha tener que limpiar la arena del gimnasio.- Ni siquiera espera una respuesta, pues no era una sugerencia...
Llegó al recibidor en el momento en el que Roman hacía su pregunta y se quedó de pie en la entrada a este.
-No tenía ni idea.-responde sonriéndo placenteramente.-A lo mejor se ha echado un nuevo amiguito que comparta tu mal gusto para vestir.-añade sin parar de sonreir.-Lo único que sabemos es que ayer no hizo nada...-dice simulando el gesto de suspiro y negando ligeramente con la cabeza, entonces recorre con la vista a los presentes y se detiene en Quincey.-Como tú Quincey-comenta sonriendo ante su pseudo-broma.

El alocado de Roman se encontraba en la sala jugando al billar.  Debía ser la única persona en la casa que se encontrase relajada en aquellos momentos. Yo, desde luego, no.

Ignoré su comentario para centrarme en las noticias que acababan de empezar. Más o menos lo que esperaba, muy a mi pesar. Aquel policía había muerto, el otro estaba en estado de shock y había varios heridosmás, supongo que a causa del caos de tráfico que se montó. Lo que no esperaba era que aquel preso hubiera desaparecido. ¿Habían conseguido finalmente atrapar el furgón de policía y hacerse con el condenado? ¿Significaba aquello que teníamos a aquel pobre infeliz encerrado en el sótano?

Al que sí que presté más atención fué al segundo comentario de Roman. ¿Nica no había vuelto? ¿Porqué? ¿Qué le había pasado? Aquello sí que podía ser un problema. Solo que la policía la hubiera capturado o algo...

Baal interrumpió mis desbordados pensamientos. Para variar. Y de forma "no muy agradable", precisamente. Para variar. Pero su última broma cruzó la ralla de mi paciencia.

- Maldito hijo de la gran...

Casi sin poder controlar la rabia que hervía en mi interior me acerqué a grandes zancadas y me planté en un instante ante él. Mis ojos irradiaban un odio inmenso.

- ¿LO DICE EL QUE CONSIGUIÓ EL MALDITO GAS "SOMNÍFERO"? - le espeté dándole un fuerte empujón (puesto que, por desgracia, pude aguantarme de darle el gran puñetazo que tenía ganas de darle) - ¿O EL QUE TENÍA GANAS DE "DESTROZAR" A UNOS CUANTOS POLICÍAS?

Cuando terminan las noticias se levanta y le da una débil patada en la espinilla a Roman, algo más calmada al ver que los videos son todos muy borrosos - No te rias bobo! Gmpuffff..- pero justo cuando tonteaba con él como de costumbre, Baal suelta uno de sus comentarios ácidos que por mucho que le pese está de acuerdo con él, aunque quizás no con las formas.

Tú ibas para controlar lo que compraba ¿Qué hacias mientras las compraba? Es más.. desapareciste dejándonos tirados cuando las cosas empezaron a salir fuera de lo esperado..

Hu...Chicos... calmaos..

Al ver el repentino ataque de ira de Quencey , Toxic se aleja con cuidado de los dos hacia la sala de reuniones, para avisar a Odín y que parara la inminente pelea pues Baal no era de los que ponian la otra mejilla..

Paso de todo comentario que salga por la boca de los presentes. Sigo concentrado en el móvil aunque estoy atento por si estalla una pelea entre no-muertos sobre todo para ponerme lejos de los golpes, ya que no es plan ensuciar la ropa que lo mío me costó. Veo como Quincey se levanta y se planta delante de Baal. Está a poca distancia de Baal, creo que demasiado cerca de el...

Me da que al final tendremos pelea...Baal no creo que sea de los que agachan la cabeza..

Levanto un poco la vista para ver como se desarrollan los futuros acontecimientos.

Ya lo esperaba. Sabía lo que iba ha hacer, y como reaccionaría. Por eso su expresión y su sonrisa no se alteró lo más mínimo, incluso cuando Quincey le dió el empujón. Baal tiene grandes conocimientos sociológicos, pues su trabajo se acerca mucho a las relaciones públicas. Pero hay una máxima que el Daeva sabía de sobra, y es que a nadie le gusta escuchar la verdad.
Capullo...eres demasiado previsible. Te podría matar sólo con mis palabras...
-Sí, exacto. Auqnue yo lo veo de otra manera.- lanza una mirada a los presentes extendiendo los brazos en símbolo de evidencia.-Gracias a mi ya no le debes ningún favor a Anastacia-no era del todo cierto pues cuando hablara con ella algún día le explicaría toda esa noche recalcando su propia actuación y la dejadez de ciertos miembros de la cuadrilla.-y ese poli no te llenó de plomo también gracias a mi. Además...-justo cuando estaba a punto de añadir algún argumento más intervino Toxic de una manera cuanto menos sorprendente. Eso si que no se lo esperaba Baal, y casi le responde a la defensiva en automático, pero al descubrir que lo estaba defendiendo sonrió más ampliamente si cabe.-Bueno, eso pensaba decir.-parecía que hoy si que era su día de suerte. No todos los días tienes la oportunidad de rebatir con tanta efectividad temas tan delicados, y encima con apoyo.
En ningún momento el vampiro parece tomar posición para enzarzarse en una estúpida pelea. Baal no se pelea con donadies. Cuando se interponene en su camino los mata directamente.

El colmo. Ahora resultaba que era yo quien tenía la culpa de que aquel maldito desquiciado hubiera comprado un gas mortal. Y lo mejor, de haber desaparecido cuando la "misión" era un completo fracaso, al menos para los miembros del grupo del primer camión. Aquello era penoso. En cuanto a Baal... ese pobre hombre estaba aún más loco de lo que pensaba.

- A ti no te debo una mierda - le solté a Baal, escupiendo a su "magnífico" torso y girándome en seco para dirigirme hacia la sala de reuniones. A Toxic no le dediqué más que una mirada de lástima en mi camino hacia aquella asquerosa reunión. Me esperaba otra larga noche...

Baal da con Gabrielle fácilmente por uno de los pasillos de la primera planta, transportando tan silenciosamente como es habitual en ella un cesto lleno de ropa sucia, probablemente de Bastian, Quincey o quizá de ambos. Se detiene para prestar atención al daeva, aunque se la nota algo tenso.
Enseguida asiente obedientemente a su petición y le sigue con la mirada hasta que se aleja lo suficiente como para poder volver a respirar tranquila y proseguir con el cúmulo de tareas nocturnas.

En contraste con ésta actitud tranquila y sosegada, el ambiente en la Sala de Estar se empieza a caldear con rapidez y cualquiera diría que a punto están de saltar chispas.

Roman mira a ambos "combatientes" alternativamente, dejando el taco sobre la mesa de billar dado que el nuevo espectáculo es mucho más interesante, entretenido y real.
Al principio sonríe divertido y se limita a poner los brazos en jarra mientras se deja deleitar con la sorpresa que le produce la actitud de Quincey. Al parecer no es el único extrañado pero para él ahí está la gracia. Se ha picado de lo lindo...

Para su desgracia y decepción Baal no se muestra todo lo agresivo que cabría esperar, aunque quizá sea mejor así porque podría apostar a que si el daeva decide devolvérsela será para cargárselo y comserse sus entrañas directamente. La verdad es que eso ya no le molaría tanto.

-Eh tíos, tranquilos...- dice perplejo ante el escupitajo de Quincey, acercándose a ambos para interponerse en caso de que algo más grave sucediera pero al parecer eso no ocurre y el mekhet ofendido se retira a la Sala de Reuniones junto con Toxic.

-Hay que joderse...- murmura quedándose unso segundos pensativo antes de girarse hacia Baal -¿Seguro que no quieres un poco de diazepan? Os hace falta- ofrece sin ningún atisbo de burla o sarcasmo. Para él suena a buena idea para relajaros.

Toxic acaba de abrir las puertas que dan acceso a la Sala de Reuniones ya que éstas se encontraban entrecerradas, aunque no del todo.
Dentro encuentra sentado a Odín con actitud pensativa, apoyando los codos sobre la reluciente mesa con las manos entrelazadas y la frente apoyada en ellas.

Cuando la daeva hace acto de presencia baja los brazos con lentitud y la mira con ojos furiosos y fríos que helarían la sangre a algunos.
Es difícil conseguir hacerle enfadar pero al parecer esta es una de esas veces a pesar de que ayer estaba bastante tranquilo. O al menos controlado.

Toxic apenas llega a abrir la boca cuando Quincey también entra como una exhalación en la sala, momento en el que Odín se levanta con rapidez de su habitual butaca.
-¿Por qué nunca hay paz en este Refugio?, ¿tengo que pedir un milagro para que os respetéis?- mira al mekhet de forma directa, se puede percibir algo de decepción en él ya que al fin y al cabo confiaba en Quincey como el segundo más antiguo de la cuadrilla pero sólo ha demostrado ser igual de impulsivo que el resto. Quizá sea debido a su excesiva atadura a la humanidad. Habría que estar ciego para no darse cuenta de cómo mira a su ghoul.

-Supongo que ahora será el turno de las deserciones...- si recordara como se suspira probablemente lo haría, pero al final sencillamente vuelve a tomar asiento con resignación y acopio de paciencia.

La sala de estar parecía un patio de colegio. Sólo faltaba que se hiciera un corro y empezaran a gritar. Al parecer Quincey estaba sacando toda la valentía que le faltó la noche anterior, y precisamente contra un rival al que era mejor no cabrear. Siendo psíquicamente inestable Baal podía reaccionar de cualquier manera, incluso ante una afrenta "menor" como es un escupitajo. Y esta vez hubo suerte, pues no hizo nada repentino. Simplemente cambió su expresión por una de absoluta seriedad y frialdad, y siguió con la mirada a Quincey mientras se marchaba. Si las miradas pudieran matar en ese momento la cabeza de el mekhet habría explotado violentamente llenando la sala y a los presentes de sangre, trozos de hueso y pedacitos de cerebro. Y realmente parecía que Baal pretendía conseguir algo por el estilo.
Con una mueca de asco se limpió el escupitajo.
Pase lo que pase te aseguro que me las pagarás...aunque sea de una manera u otra...
Mientras estaba inmerso en sus propios pensamientos Roman interviene sin mala intención pero en el momento inadecuado. Baal gira lentamente su cabeza hasta clavar su helada mirada en el ghoul. Se queda así durante unos instantes que parecen una eternidad para desgracia del pobre protector del refugio. Pero por suerte Baal termina relajando la expresión y dedicándole su sonrisa condescendiente habitual.
-Voy a ponerme algo para la reunión.- le responde sin más mientras se dirige a su habitación para ponerse unos pantalones adecuados y una camisa blanca.

Entré a la sala de reuniones más o menos calmado, pues, a pesar de lo incómodo de la situación, no me arrepentía de nada de lo que había hecho, ni aquella noche ni la anterior. Excepto de haber participado en aquella maldita locura... Me senté en una de las sillas, en mi puesto habitual, y apoyé los codos sobre la mesa, entrelazando los dedos al nivel de mi frente.

A la vez que me calmaba mi cerebro iba analizando lo ocurrido y todo aquello se ponía más divertido por momentos. Por si no tenía suficiente con los problemas que pudieran haber causado las acciones del día anterior, ahora, además, tenía a un pirado megalómano en contra. A pesar de que mi mente había empezado ya a perfilar la solución a aquel problema, el solo hecho de tener que contar con otro factor en aquel mar de indefinición era desesperante. De momento había una reunión al caer. Esperaba aclarar gran parte de ellos, pues, en unos instantes.

- Lo siento, Odín. - dije ya tranquilo recostándome hacia atrás - No había pasado nunca y no volverá a pasar.

Sigo callado mientras presto atención a la posible pelea. Cuando veo que la cosa se relaja lo suficiente y Baal decide ir a cambiarse de ropa bajo la mirada y sigo a lo mío.

Mando un par de mensajes a algunos de mis contactos a ver si saben de alguna fiesta que vaya realizarse en Halloween o de algún rumor interesante. Siempre viene bien estar informado y más cuando se acerca una de las fiestas más grandes y multitudinarias de EEUU: la víspera de todos los santos.

Una buena noche para no tener que gastar sangre en sonrojar el rostro y hacerte pasar por un vampiro sacado de las películas de la Hammer.

Ya me tarda esa noche...puede ser interesante...famosos...chicas lindas...y no hace falta que ocultes tu naturaleza mucho...podrías decir que eres un vampiro y todos te toman a broma...

Tras mandar los mensajes levanto la cabeza y observo a ver si empezamos la reunión o seguimos un poco de cháchara.

¿por que me mira a mí así? Si los que la han liado son ellos!

Evita la mirada de Odín y decide tomar asiento ya en su butaca preferida, que aunque era de las mas viejas y deshilachadas le tenía un cariño especial. Cuando Baal dice que va a cambiarse ella también parece pensar que es buena idea pero siendo sincera no tardaría 15 minutos y seguramente Odín y los demás se cabrearían más aún si tuvieran que esperar una hora y pico asíque era mejor quedarse como estaba. Total, eran como de la familia y no tenía que seducir a nadie.

Tras un vistazo general posó su mirada en Bastian , sonriendo para sí misma.

Parece una avestruz, hundiendo la cabeza en su móvil cuando las cosas le van jodidas.. hum..hum..

El turno de las deserciones, eh? Si, supongo que ya es un milagro para algunos haber durado tanto aquí.. Pero yo no me pienso largar..-murmura.

He estado mirando la tele y al parecer no hay ningun video o foto que nos implique.. solo el poli que escapó, está en el Santa Monica, quizá deberiamos hacerle una visita para que se tome unas vacaciones por un tiempo..

Los presentes en la Sala de Reuniones toman sus asientos en relativo silencio, Odín acaba por asentir a a las palabras de Quincey mirándole todavía unos segundos más, preguntándose ahora si puede realmnte confiar en lo que acaba de decir después de todo lo sucedido. Por el momento le dará otra oportunidad...

Al cabo de varios minutos Bastian entra en la sala sejándose caer en su butaca sin siquiera mirar a nadie, centrándose en su "aparatio electrónico" que provoca que Odín emita un gruñido de disconformidad por lo bajo a pesar de que no diga nada.

Más tarde entra Baal cerrando la puerta tras de él con un nuevo conjunto, probablemente de Armani. Cuando él toma asiento, Odín vuelve a levantarse con lentitud, podría decirse que incluso cierta desgana. Le está costando más de lo habitual controlar sus emociones y eso es algo que enseguida se nota en el nosferatu.

-Espero que todos estéis atentos a lo que hablaremos hoy aquí, porque por el contrario de lo que pueda parecer a algunos para mí los asuntos que trataremos son de vital importancia- su mirada se desvía al joven Bastian, pero por suerte éste ya ha dejado de lado su teléfono y parece que ese gesto consigue relajarlo un poco, aunque su atención sigue puesta en el muchacho.

-Empezaré por preguntar a Bastian porque decidió actuar por su cuenta sin avisarnos y deshacer los escasos planes que habíamos concebido en un principio- su tono es neutro y algo distante, tras formular su pregunta vuelve a sentarse y espera una respuesta suficientemente satisfactoria.