Partida Rol por web

¡BEEP BEEP! ¡BEEP BEEP!¡BEEP BEEP! ¡BEEP BEEP!¡BEEP BEEP! ¡BEEP BEEP!

Miráis el despertador de Maggie, son las 7:05 de la mañana y el condenado está sonando. Parece que fueron hace sólo cinco minutos que os habéis acostado. Ayer os quedasteis hablando de lo ocurrido durante el día tras ver un par de capítulos en la tele por cable de la universidad. No es que tenga muchos canales pero sí los suficientes, además por 25 dólares mensuales no se puede pedir mucho más.

Vuestra habitación doble está situada en Balch Hall, una residencia para chicas de primer año como vosotras. Es una buena residencia situada en el campus Norte. Está habitada por algo más de 230 estudiantes. La habitación es luminosa, está situada en la segunda planta al lado de los baños lo que es una ventaja ya que podéis ser la primera en coger ducha.

Tenéis vuestra primera clase a las 9 de la mañana pero antes debéis prepararos y sobre todo desayunar, y no hay mejor sitio que en la cafetería de vuestra residencia. Tras las primeras clases del día habéis quedado con Daniel y un par de conocidos suyos para almorzar. La tarde la tenéis libre ya que es la víspera de Halloween y eso significa que de noche habrá mucho ambiente en el campus. Será vuestra primera fiesta de Halloween universitaria. 

¡BEEP BEEP! ¡BEEP BEEP!¡BEEP BEEP! ¡BEEP BEEP!¡BEEP BEEP! ¡BEEP BEEP!

Mirás el ruidoso despertador, son las 7:30 de la mañana. Hora de levantarse, miras a tu compañero de la habitación. Su cama ya está hecha por lo que debe haber salido más temprano de lo normal ya que soléis desayunar juntos. 

Vuestra habitación no está nada mal, es luminosa y puedes dibujar perfectamente en tu mesa. La verdad las instalaciones de Jameson Hall son muy buenas, es una residencia mixta para estudiantes de primer año. La habitación está situada en la tercera planta, en el lado Sur por lo que es una habitación muy cálida. La residencia queda en el campus Norte del campus.

Tu primera clase no empieza hasta las 10 de la mañana pero has quedado a desayunar con un par de amigos que has conocido a través de tu compañero de habitación: Ryan y Mathew. Mathew es natural de New York City y estudia arquitectura al igual que tú; Ryan es natural de Lubec (Maine) y estudia ingeniería Agrícola. No son mala gente y te viene bien relacionarte con ellos aunque no siempre te llene el estar con amigos es un principio.

Pero antes de desayunar deberás asearte y las duchas quedan al final del pasillo, a ver si tienes suerte y no hay demasiada gente esperando.

En cuanto el despertador suena resoplo y protesto, como cada mañana, dolorida y algo incómoda. Estoy bastante acostumbrada a ello así que de lo único que me quejo es del sueño que llevo encima, levantándome muy despacio para no desequilibrarme mientras recojo la ropa que ya dejé preparada por la noche. Me recojo bien el pelo y me doy una ducha rápida en los baños contiguos aprovechando que el resto de chicas casi no han llegado, regresando a la habitación enseguida para reunirme con Maggie ya vestida, empezando a cepillarme la larga y alborotada melena con insistencia.

-¿Crees que deberíamos decirle a Dan y al resto si harán algo esta noche o mejor a nuestra bola?- pregunto un tanto dubitativa. Mi teoría es que cuantos más seamos más divertido pero tampoco quiero parecer una entrometida o algo así -¿Al final de qué te disfrazas?- pregunto con curiosidad, mirándola de reojo -Sea lo que sea no pienso aprovechar la oportunidad para vestirme como una buscona- le aclaro riendo por lo bajo a pesar de que es algo que ambas tenemos muy claro. Además, ¡si hace frío!

-Yo me pondría uno de esos monos afelpados para ir de conejito o algo así y tan a gusto... Aunque supongo que para ser "guay"- dibujo las comillas con los dedos -debería de ser el conejio Playboy- hago girar los ojos exageradamente y finalmente recojo mi bandolera ya preparada y el carpesano. Hoy me siento bastante bien así que prescindo de las muletas.

Los despertares pueden llegar a ser lo peor del mundo, por lo general no he sido problemática para ellos pero es evidente que lo que nos entretuvimos anoche ha tenido que ver con el hecho de que hoy sea la excepción. Aun así todavía puedo permitirme un rato más entre el gustoso calor de las sábanas y para cuando la puerta suena todavía no he salido de ahí aunque sí he empezado a destaparme gradualmente en un intento por desperezarme tranquilamente. Puedo ahorrarme la ducha por la mañana porque ya lo hice ayer antes de las series así que mi viaje al baño es rápido, después de eso me doy prisa en vestirme y peinarme.

-Podríamos decirles, seguro que tienen algo previsto. -Llego a suponer mientras ya estoy sentada sobre la cama abrochándome los zapatos. -Y siempre podemos terminar optando por lo otro según el plan. -Añado encogiéndome de hombros y mirando los cordones para asegurar que están bien atados. -No está claro, pero tengo el mono de calavera del año pasado como plan B. -Termino por reírme con ella porque está claro que el elemento “buscona” nunca falla en las fiestas así.

-Seguro que te queda adorable. -Comento de manera graciosa con una sonrisa, animando la idea, mientras me levanto y tomo mi mochila. Ya hemos salido de la habitación y caminamos por el pasillo a las escaleras para bajar hacia la cafetería, estoy deseando mi café de la mañana.

-Por mí genial, siempre estamos a tiempo de limitarnos a ver pelis de terror cutres con un cuenco gigante de palomitas- me encojo de hombros sin darle mayor importancia al asunto de la supuesta fiesta de Halloween. Para mucha gente de nuestra edad lo de no salir y desfasarse en una noche como hoy es prácticamente un pecado pero supongo que nosotras nos conformamos con poco y de todas formas yo ya no puedo permitirme ese tipo de cosas. La verdad es que cuando me paro a pensarlo de ese modo me siento vieja... por eso es mejor limitarse a seguir adelante sin más.

-Pues estaba guay el de calavera, al menos vas así como de miedo- comento mientras llegamos a la cafetería y allí nos servimos prácticamente lo mismo de cada mañana con nuestro ticket de residentes, bostezando muy a menudo y todavía medio adormiladas -¿Le vas a decir algo a Jerry de una vez o qué?- le pregunto mientras muevo la cucharilla dentro de mi café con leche, dedicándole una sonrisilla más traviesa. Ella se empeña en decir que no le gusta y yo estoy convencida de que hay química por cómo se miran. ¡Que no intente engañarme! Además es demasiado divertido intentar picarla y decir tonterías relacionadas con el tema -Y por cierto, te toca tomar los apuntes de Historia Colonial, que luego te escaqueas- le recuerdo señalándola acusadoramente. Ventajas de compartir habitación, carrera y amistad, a veces nos dividimos el trabajo.

El estridente sonido del despertador hizo que me despertara del ensueño en que me encontraba, más lo hizo poco a poco, tirando de los pensamientos en los que estaba sumido hacia la cruda realidad. Hacía unos minutos, tal vez más, que me había despertado, sumido en un estado de extraña tranquilidad mientras mi mente intentaba aferrarse a los últimos vestigios del sueño que había tenido. Una luna grande y estilizada teñía débilmente de carmín el potente oleaje de una playa. Las notas de una melancólica melodía perdían irremediablemente su significado entre los "beeps" del despertador...

Ya consciente, lo apagué y miré al lado: Gary ya no estaba. - Raro, - pensé - debía tener algo urgente que hacer. Me levanté de la cama y abrí del todo las persianas de la habitación. Afuera el Sol lucía ya en el horizonte y sus rayos se colaron de inmediato en cada rincón. Sin prisa pero sin pausa, cogí mi neceser, toalla y algo de ropa y me fuí directo a la ducha. El placer del agua caliente me recordó de alguna forma a la sensación que había tenido justo antes de despertarme, pero, por más que lo intenté, no pude recordar más que aquello. Dándolo por perdido, me terminé de duchar y ya a plena energía me sequé, me vestí y cogí mi mochila para ir a reunirme con mis compañeros. - Amigos - pensé - sí, supongo que deben ser amigos...

Llegas a la cafetería donde has quedado con Ryan y Mathew. A lo lejos ves a Ryan hablando con un par de chicas pero no ves a Mathew. Es posible que aún no haya llegado o que esté guardando una mesa porque a estas horas a veces es difícil coger sitio.

Te ve a lo lejos y te hace gestos con la mano para que te acerques a donde está. Dice algo a las chicas que les hace bastante gracia y se despide de ellas.

- Buenos días Dan... - te saluda con un fuerte apretón de manos.

Es un chico alegre y bastante abierto, como casi todos los chicos de Maine que conoces. Juega al hockey sobre hielo en el equipo de la facultad aunque como el dice de momento chupa demasiado banco aunque sabe que pronto será titular ya que lleva los genes de la familia Duhamel. Sus dos hermanos mayores juegan en el equipo de hockey y son las estrellas de este, él completará el trío tarde o temprano.

- Mathew tuvo que volver a la habitación que el mendrugo se olvidó un trabajo que tiene que presentar...¿Qué tal se presenta tu mañana?

No tardé en ver a Ryan al llegar a la cafetería, aunque en el lugar de Mathew, que no parecía estar por allí, se despedían ya dos chicas a las que no supe identificar muy bien de lejos. Cuando me acerqué le devolví el apretón de manos junto con una palmada en el hombro.

- ¡Buenos días Ryan! - le saludé, con una sonrisa perfecta en mis labios - Ay, Mat... Pues la verdad es que no tengo clase hasta más tarde, así que creo que tengo tiempo para desayunar tranquilamente hasta entonces. ¿Tú cómo lo llevas? Por cierto, ¿Y aquellas chicas? - le pregunto con una sonrisa picarona y un pequeño codazo.

Como de costumbre cargo mi café de azúcar, y lo de los silencios más o menos extensos tampoco es que sea algo nuevo entre nosotras especialmente a primera hora cuando el cansancio aun es cargante, por eso no digo nada mientras muevo la cucharilla y aprieto el bollo para hacer salir el chocolate a borbotones como a mi me gusta, hasta que es ella la que menciona a Jerry haciéndome apretar más de la cuenta por el leve "susto", es innegable que esos temas por lo general me ponen un tanto nerviosa sean o no con razón. -¿Decirle el qué? -Procuro responder con la mayor naturalidad que puedo permitirme, tras lo que entrecierro los ojos y niego con la cabeza porque sé que quiere picarme mientras me dedico a limpiarme la mano del chocolate con una servilleta, por suerte solo he llegado a manchar eso. -No me gusta. -Afirmo porque en parte lo creo así, aunque a veces me confunda. -Es majo pero... eso, solo. -En realidad es lo que le digo siempre. -Sí Señora, por hoy seré una buena alumna. -Me río y agradezco internamente el cambio de tema.

-Hablando hacía un momento de Dan... -Indico porque al levantar la mirada a lo lejos me percato de la presencia de Daniel, a lo que en un intento por captar su atención le hago señas a modo de saludo aunque no sé si nos ve porque no está solo. -Podemos hablar ahora eso. -Propongo antes de dar un sorbo a mi café pero aún está muy caliente y me sobresalta, volviendo después la mirada nuevamente a nuestro amigo. -Si se digna a mirarnos. -Bromeo.

Notas que una chica te está haciendo gestos, en ese momento Ryan se da cuenta y te dice:

- Esas dos son seguidoras del equipo de hockey...pero cuéntame tú quién es esa chica rubia que te hace señas - añade sonriendo

Están lejos pero reconoces a Maya y Maggie. Maya es la novia de Gary tu compañero de habitación.

- Así que "seguidoras" del equipo de hockey, eh... - continué bromeando intentando sonsacarle algo más, pero al mirar en la dirección que me señalaba Ryan me percaté de Maya y Maggie, la cuál hacía señas para que me acercase - Oh, no las había visto.

Saludé a las chicas con un gesto de la mano y mi mejor sonrisa. - La del pelo castaño es Maya, la novia de Gary. La otra, si no recuerdo mal, es Maggie, una amiga suya. - comenté volviendo a mirar a Ryan - podemos tomar el café con ellas, ya que Mat no vendrá.

Nos acercamos a la mesa dónde estaban sentadas y las saludé al llegar, realizando las cordialidades pertinentes. - Buenos días chicas ¿Cómo va? Oh, por cierto, éste es Ryan. Maya y Maggie - las presenté con un gesto de mi mano.

-¿Segurooo....? No sé yo si me convences...- arqueo una ceja de forma exagerada aunque en realidad sólo es para picarla pero con Maggie eso es bastante imposible, a menos que se trate de algo que realmente le importe o interese y evidentemente no es el caso así que quizá tenga que reisgnarme. Así no hay quien haga de celestina.

En ese momento Dan se acerca junto a otro de sus amigos. Les he visto varias veces juntos pero no hasta el punto de hablar demasiado -Buenos días- sonrío amigablemente a ambos y entonces me encojo de hombros -Medio sopa, como cada mañana, pero bien- bebo un sorbo moderado de mi taza de café con leche y entonces asiento a la presentación -Encantadaa- respondo cantarinamente dejando que ambos tomen asiento con sus propias bandejas de desayuno mientras doy el primer mordisco a mis tostadas con mantequilla.

-Queríamos hablar contigo, señor Torquemada- siempre me ha resultado curioso su apellido, suena super raro y aún no he aprendido a pronunciarlo pero suena como distinguido o a marqués, tiene su gracia -No tenemos muy claro si hay plan para esta noche para lo de Halloween. ¿Habéis hablado algo?- evidentemente me refiero a él, mi novio y la gente que conocemos entre todos. Es un grupo bastante variopinto porque a veces se agrega gente que no conoces de nada y cosas así pero lo importante es que nos llevamos bien -Y hablando de eso, ¿dónde se ha metido Gary?- inquiero entonces francamente extrañada. No voy a atosigarle llamándole por el móvil o algo así, no soy tan pesada, pero sigue pareciéndome raro que no haya bajado a desayunar con él.

Tras las presentaciones, propuse ir a coger el desayuno para Ryan y para mi, pues ninguno de los dos habíamos tenido aún la oportunidad y la verdad es que mi estómago empezaba a pedírmelo: el ritual del vaso de leche caliente por la mañana era sagrado. - Oye una cosa, venimos en un segundo, vamos a coger algo para desayunar.

Al momento volví con una bandeja sobre la que había una taza de leche humeante y un "muffin" de frutos del bosque. La bandeja de Ryan era más completa: se notaba que hacía deporte. - Pues hablamos de que... haríamos algo. Pero como siempre pasa, no acabamos decidiendo nada concreto.

Halloween. Otro año más. Otra celebración más. ¿Qué sentido tenía? Gente borracha que no conoces hablándote de banalidades durante toda la noche. ¿Por qué demonios no podría ser banal, yo también? Feliz y estúpidamente banal...

- Comentamos de ir a la fiesta que organizan los de medicina, que por lo visto este año la han montado a lo grande... - continué dando un sorbo a la leche para alejar aquellos pensamientos sombríos. - No sé dónde está, esperaba que tú me lo dijeses. Esta mañana cuando me he levantado ya no estaba.

-¡Buenos días! -Saludo de manera cantarina en cuanto los chicos están frente nosotras. -Un placer. -Respondo al nuevo conocido, extendiendo la mano por si se enrolla a chocarla o algo.

Me dedico a tomar mi desayuno sin dejar de prestar atención con bastante interés a la conversación sobre la fiesta de Halloween. -Se habrá quedado dormido. -Comienzo deduciendo respecto a Gary, por restarle importancia a la cuestión, aunque Torquemada tiene la última palabra. -Contra más grande más gente... -Comento porque personalmente no es que me gusten las aglomeraciones, pero las fiestas universitarias son... parte de la universidad. -Aunque si al final ese es el plan puede que sea divertido, ¿verdad? -Paso a buscarle el punto bueno al hecho de juntarnos todos esbozando una sonrisa, mirando a Maya para afirmar si ella está también de acuerdo o tiene otra opinión.

Lo curioso sigue cuando compruebo que mi teoría no es cierta, Gary no estaba en su habitación, entonces sí es extraño. Llego a plantearme que pueda tratarse de una broma en proceso por las fechas o algo así, decido no decir al respecto de momento. -¿Seguro que miraste bien, Torquemada? -Inquiero entrecerrando los ojos a modo de coña para terminar sonriendo con gracia, además creo que yo tampoco he aprendido aun a pronunciar bien su apellido. Con mi desayuno terminado recojo bien los restos sobre la bandeja mientras espero a los demás. -¿Y el disfraz? ¿O es un secreto muy secreto? -Decido cotillear un poco lo que han podido decidir ellos.

-Típico- río despreocupadamente en cuanto admiten que ellos tampoco tienen un plan concreto y admito que me extraña un poco que Gary se haya marchado sin dejar rastro, porque no es muy propio de él, pero tampoco le doy demasiadas vueltas porque por una vez que lo haga no pasa nada. Quizá se encontraba mal y fue al médico o algo así, seguro que durante el transcurso de la mañana termino enterándome así que no me preocupo.

-Uff... no sé, ¿eh? A mí las fiestas grandes no me gustan- admito abiertamente mientras niego con la cabeza y observo algo más enfurruñada a Maggie. Ambas sabemos lo que pasa cuando hay mucha gente borracha y desconocida a mi alrededor, tarde o temprano empiezan los comentarios impertinentes y es muy incómodo. A parte que de por si no me emocionan las multitudes y creo que compartimos esa idea así que no veo porque forzarnos.

-Creo que nos divertiremos más si simplemente nos juntamos los de siempre- y con eso me refiero a nosotros y los típicos "amigos de mis amigos". Con eso podemos llegar a formar un grupo bastante extenso de más de diez pero aún así sin ser demasiados y más o menos afines -Puedo buscar por internet lo que han montado por la ciudad, seguro que algo interesante habrá sin necesidad de acabar en latas de sardinas con música que no nos gusta. Y si no a malas vamos a ver una peli de terror al cine con los disfraces- me río abiertamente pero en el fondo la idea no me desagrada. Es tranquila y entretenida a la vez, muy de mi estilo y el de Maggie aunque quizá no tanto el de los demás.

-Eso, eso, darnos la exclusiva... pero que no sean muy guays que los nuestros son bastante penosos- admito arrugando un poco la nariz cómicamente mientras apuro mi taza, dedicándome a unir la bandeja con la de Maggie en cuanto ella termina para transportarla fácilmente luego.

Ryan os saluda a ambas, aunque se mantiene en un segundo plano dejando que sea Daniel el que hable con vosotras. Lleva puesta una sudadera con capucha de la universidad (como muchos estudiantes, sobre todos aquellos que hacen deporte). Por fin decide abrir la boca al ver que habláis de disfraces.

- Mmm...ver a Daniel disfrazado podría ser divertido... - dice mientras mira a Daniel con cara de perversas intenciones - ...si buscáis una fiesta poco concurrida tenéis la de mi facultad...no suele ir demasiada gente pero por lo menos es agradable, y además es al aire libre así que agobios los justos...

Me reí al pronunciar Maggie mi apellido. La verdad es que la broma estaba ya gastadísima, pero ella tenía una cierta dulcura especial al hacerlo... - Pues no lo sé, a lo mejor estaba tan dormido que le confundí con el almohadón... - bromeé.

A medida que Maya hablaba mi mente se imaginó la situación: una fiesta enorme, llena de gente, con música a todo volumen, todo el mundo borracho, bailando aquellas horrorosas melodías... Era lo que menos me apetecía. Aunque por otra parte, al menos allí podría pasar más desapercibido y abstraerme en mi mundo. En una fiesta más privada, por otra parte, habría gente conocida, y la verdad es que de vez en cuando no me encontraba del todo mal compartiendo momentos con aquella gente, especialmente con Maggie, ahora que empezaba a conocerla... Pero significaba también un montón de juegos aburridos y conversaciones estúpidas.

Sentí unas ganas irreprimibles de ir a casa a tocar el violín.

- Me parece bien, la verdad es que a mi el plan ni me iba ni me venía, igualmente. - Respondí a Maya con mi inquebrantable sonrisa, capaz de ocultar a la perfección cualquier lucha interna que pudiese tener. - A ver si encontramos alguna otra cosa.

- El disfraz... jummm... - hice como que pensaba, haciéndome el interesante - sólo os puedo decir que conseguirá daros mal rollo. - terminé con una enigmática expresión.

-Si lo veis lo veo. -Admito mientras asiento con la cabeza porque finalmente todos están de acuerdo con descartar la gran fiesta y, personalmente, también lo estoy, aunque de haber sido de otro modo habría sabido adaptarme. Los nuevos planes parecen ser más a nuestro rollo, y la propuesta de Ryan tampoco suena mal. -No suena mal, siempre podemos pasarnos y sino irnos hacia la ciudad o el cine. -Se le puede dar una oportunidad a la fiesta de los ingenieros agrícolas. De repente hay demasiadas opciones, pero creo que se puede ir viendo porque la noche es joven.

-Espera... -Frunzo los labios y entrecierro los ojos lanzándole una mirada directa a Daniel mientras niego levemente con la cabeza demostrando desaprobación, mi cara debe ser de risa así que reprimo la propia. -No puedes decirnos eso y no decir más, eso es generar expectación. -Como si no lo supiera el maldito. Por eso le señalo de manera acusadora. -Escupe...No literalmente, ya sabes. -Empiezo a bromear antes de ponerme a reír, ahora sí normalizando el gesto nuevamente. -Y no importa Maya, son penosos pero cuquis y cómodos. -Comento con gracia y me encojo de hombros.