Partida Rol por web

Creacion, una nueva Era.

El mundo.

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23/09/2011, 13:16
Selenia, Regente del Tiempo y los Vientos

Sus hermanos estaban creando... y ella no sabia ni como hacerlo, ¿acaso había heredado solo el miedo y la timidez de padre? peor aun ¿ realmente padre tenia esos sentimientos? era obvio que si, si no, ¿porque ella tenia que tenerlos? se acerco al puente mental para poder asomarse al mundo, Eve, Karodon y Eidolon ya habían plasmado su firma en aquella extraña esfera, un mar, una isla, un oráculo... incluso un lucero que daba luz a aquel lugar.
y ella? que podía hacer ella? cuales eran sus cualidades? al asomarse por el puente se precipito y llego asta la periferia del mundo, donde sus hermanos aun flotaban, terminando sus creaciones... oh no... pensó, estar tan cerca del mundo le producía inseguridad, así que busco a Eve, estar cerca de el disipaba sus dudas, como si su aura, pudiera responder a todas sus preguntas... dio vueltas alrededor del mundo, buscándolo, pero Eidolon ya lo había puesto a girar... "asi es un incordio, nunca llegare a darle la vuelta entera a este mundo... tardo demasiado" pensó, y sin darse cuenta, ya había creado, el tiempo, empezaba a contar... despacio e impasible, su tardanza alrededor del mundo, marco un patrón para contabilizar cuanto tardaba el mundo en dar una vuelta sobre si mismo, o el lucero alrededor del mundo, y esta abstracta creación, llego hasta las mentes de sus hermanos, y comprendieron. Solo entonces Selenia pudo por fin, terminar de dar la vuelta al mundo y encontrar a Eve, y como no, cuando llego, sus dudas se habían disipado, para que podia servir ella, era obvio, ya lo habia echo en su busqueda, habia creado el tiempo, algo que simplemente, parecia ridículo e innecesario, pero que sin el, toda la creacion estaria sumida en un caos.
-Eve...- dijo al llegar a su lado, pero entonces ya no tenia preguntas, solo respuestas, cogio aire, buscando alguna escusa para poder dirigirse a el, ahora que ya no sabia que decir y finalmente, hablo, soltando el aire- tus brumas no se mueven... quizas... podria intentar moverlas....-y en ese momento, su aliento empujo las brumas, empezaron a moverse, y un viento suave meció el mundo entero, moviendo el agua, que karodon habia creado, y creando una corriente de aires entre las brumas. Sobresaltada, comprendio por fin, que ella no era menos que el resto de dioses, sin siquiera siendo la menor, como ella creia.
Sin querer salir de la casa del cosmos, y por accidente, había desencadenado grandes progresos en el yermo mundo realmente, ¿habia sido sin querer? Era algo que ni el aura de Eve podia responder.

Notas de juego

pj pnejotizado, para darle ritmo y lo esencial al mundo, y para que selenia, novata en esto de ser un dios creador, aunque se que con mucho potencial, se sienta inspirada con este post.

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25/09/2011, 14:41
Eidolon, Señor de la Bóveda Celeste

La máquina de la creación había empezado a funcionar, y a Eidolon, el Majestuoso, el Poderoso y Brillante, le satisfizo el trabajo que había hecho su hermana. Había definido el concepto de "tiempo", que encajaba perfectamente con los cálculos que él había realizado para que Lucero girara alrededor del Mundo. ¿O acaso eran sus cálculos los que se habían adaptado a su labor? Quizás su hermana era capaz de atravesar el velo del Tiempo con tanta facilidad que se anticipaba a sus pensamientos...

Dedicó unos momentos a ver cómo sus hermanos terraformaban el lienzo en que se había convertido el regalo de Padre, y aplaudió su iniciativa. Pero eran inexpertos, pequeñas criaturas con un inmenso poder que podían destruír lo que con tanto cuidado estaban creando. Károdon había creado el Agua, que albergaba infinitas posibilidades... y Selenia había creado el viento. Pero Eidolon vio cómo la fuerza de giro del Mundo arrastraba las brisas convirtiéndolas en furiosas tempestades, y el inmenso lago de su alado hermano se evaporaba debido al calor de Lucero. Como un Padre protector, Eidolon abrazó al Mundo con sus musculosos brazos, y besó su superficie con cariño.

- Es una criatura frágil aún. Debemos protegerla.

Con ese, en apariencia, sencillo gesto, se desató una oleada de pura energía que recorrió el mundo, cubriéndolo como un manto. Una cúpula de varias capas de poder primigenio abrazó la esfera. Los vientos y las brisas podían moverse a su antojo, sin afectarles el giro del planetoide, y la brillante luz de Lucero sólo dejaba pasar el calor y luminosidad necesarios.

Y Eidolon se alzó majestuoso sobre el Mundo, y vio que había sido acertada su decisión.

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27/09/2011, 06:55

La Enigmática Diosa del Cambio, la cual todavía se encontraba sentada en su hermosa silla del Ruth Adum, permanencia con los ojos cerrados con un semblante tranquilo, sereno pero a su vez pensativo. Ella se tomo unos momentos en escuchar a sus hermanos debatir y a su vez tomar iniciativa en la creación de nuevas formas, elementos, y otros efectos que lentamente daban forma y color a aquel pobre y vacío planeta.

Simplemente concentrándose, transporto su su esencia hacia aquel planeta y lo recorría observando las creaciones de sus hermanos. Sus hermanos parecían crear algo para ellos mismos pero al mismo tiempo todos se veían afectados por los cambios realizados. Fue así como ella encontró un lugar alejado en ese aun vacío mundo donde establecerse.

Lo observo detenidamente desde las alturas calculando la ubicación exacta de cada una de las ideas que se formaban en su cabeza.

Con un ligero movimiento de su mano, alzándola lentamente hacia la infinidad del espacio, utilizo las creaciones de sus hermanos para combinarlas a su favor. Con la ayuda del viento, del agua y la bruma creo una una mezcla de esos elementos encima de ella y formo una gran nube de color escuro, la cual empezó dejar caer sobre la zona una suave pero constante lluvia de agua pura.

La primera etapa de su obra maestra estaba tomando forma, este nuevo elemento comenzó a cambiar la textura, y composición del suelo a su alrededor. Todo a su alrededor comenzó a cambiar, tornándose de un color el verdoso y con una forma peculiar. Kira ahora estaba creando lo que en momentos se convertiría en la base de una pequeña forma vida. No paso mucho tiempo hasta que la extensión de tierra que ella controlaba comenzara a llenarse de plantas de diversas formas y tamaños.

No solo bellas en apariencia estas nuevas formas "plantas" debían servir un propósito, todo debía mantener el equilibrio del cambio. Por lo que genero que ellas se alimentase de agua pura y la luz creada por su hermano Eidolon y a su vez devuelvan en un gas respirable para las criaturas que ella crease en un futuro.

Se encontraba satisfecha con lo que habia logrado con sus poderes, en parte comenzaba a aprender el potencial de su poderio y la capacidad de su imaginación. Pero esta proeza la habia dejado con un vacio en su interior, sentia el peso de su obra sobre su cuerpo, como si las fuerzas la hubieran abandonado por un momento.

Notas de juego

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27/09/2011, 20:33
Eidolon, Señor de la Bóveda Celeste

Sus hermanos estaban dedicando sus esfuerzos en pequeñas zonas del mundo, y eso hizo que Eidolon, el Poderoso, frunciera el ceño. ¿Acaso no veían que aquello debía ser una tarea conjunta? La actitud de sus hermanos dejaba mucho que desear. ¿Cómo podían haber surgido todos de Padre, y ser él tan distinto a ellos? Él buscaba que todo fuera perfecto, y velaba porque sus hermanos no se perdieran en el camino de la transformación. ¿Acaso estaba equivocado?

No, Él no podía estar equivocado. Él era Eidolon.

Rechazando esos pensamientos como supérfluos y sobrantes de su majestuosa mente, dedicó su atención al mundo. Poco a poco, sus hermanos daban forma, pero el planeta seguía siendo gris, plano y sobrio. Era hora de que el mundo tuviera carácter.

Localizó mentalmente la creaciones de sus hermanos, y se alzó sobre el planeta con los brazos cruzados. Desde su punto de vista, el Mundo no era más que una mota de polvo en el espacio. Por unos instantes, permitió que su mente vagara, pensando si Padre había dejado en la inmensidad del Vacío algún otro lugar así. Ya tendría tiempo para comprobarlo cuando llegara el momento. Sonriendo levemente, se dejó caer.

Su cuerpo alcanzó una velocidad inimaginable, pero siempre controlada. Eidolon observó cómo su cuerpo se volvía incandescente por el roce con la atmósfera protectora que había creado para el planeta, y disfrutó de la sensación mientras su brillante piel volvía a enfriarse con los vientos de su hermana. Cuando quedaban sólo unos pocos metros para tocar la superfície, redujo la velocidad levemente para no atravesar el planeta de lado a lado, y golpeó el suelo con fuerza.

La explosión fue ensordecedora. La tierra tembló, como una onda que recorría la superfície, evitando deliberadamente las creaciones de sus hermanos y hermanas. Allí donde pasaba, la tierra se hundía y alzaba, creando cordilleras montañosas, grandes picos y profundas simas. Incluso esas grietas se unieron a las que ya había creado Karodon, haciendo que fueran mucho más tenebrosas. A Eidolon le disgustó aquella oscuridad, pero pensó que quizás alguno de sus hermanos las disfrutaría. Cuando el polvo se asentó, el infinitamente poderoso dios observó a su alrededor, y comprobó con satisfacción que se había creado una superfície rica y hermosa, con valles, cumbres y mesetas. También había llanuras, cauces y grandes huecos que esperaban ser rellenados.

El planeta ya tenía un rostro, esculpido con el poder del Señor de los Cielos...

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27/09/2011, 23:24
Éadaí

Éadaí asintio a Eve y cerro los ojos. No sabia exactamente como viajar a aquel planeta, pero lo descubriria. Se imagino a si misma caminando, con sus pies descalzos sobre la arena, y con el viento acariciando sus cabellos. Estuvo unos segundos sin moverse, hasta que lo que habia soñado en su mente le parecio real. Abrio los ojos, y alli estaba. Una extension de tierra enorme, y en el horizonte vislumbro el pico de la montaña de Karodon, y el Oraculo de Eve. Sonrio satisfecha, y empezo a correr, alejandose de las creaciones de sus hermanos. Queria que desde el lugar que iba a elegir, no se pudieran ver las demas creaciones. Un lugar apartado del resto. El problema era que no sabia que hacer. No deseaba repetir, no contruiria una montaña, ni un castillo. Tenia que ser una zona diferente a los otros, una zona especial.

Se sento sobre la arena, y empezo a trazar surcos con un dedo distraidamente. Al cabo de un rato, alzo la cabeza. Apenas soplaba viento, y empezaba a tener calor. Demasiado calor. Miro al cielo, y en cuanto vio al "culpable", fruncio el ceño.

-Lucero.-susurro pronunciando su nombre. Sabia que Eidolon habia hecho la esfera para dar calor y luz, pero aquello era demasiado. No iba a destruirlo, pero queria algo que equilibrara las temperaturas. Lo primero que hizo, fue crear otra bola. Pero al contrario que Lucero, daria frio. En cuanto aparecio frente a Éadaí, la diosa sintio como la tierra se congelaba, tomando un color azulado. Dividio la esfera en otras dos aun mas pequeñas. Una de ellas la mando al cielo, que empezo a girar de forma perpendicular a la trayectoria de Lucero. Ahora, solo faltaba amoldar la otra que quedaba. Cuando lo cogio entre sus manos, noto que parecia gelatina. No costaria nada hacer que tomara cualquier forma, pero decidio una sencilla, una que habia creado en la arena momentos antes. Cogio la masa y la estiro hasta que parecio una debil linea, y la doblo hacia dentro formando un arco.

La coloco, fuera del planeta, pero se podia ver prefectamente desde alli, justo encima suyo. Permanecia quieta en el cielo, sin moverse. Éadaí sonrio al verla, pero su sonrisa desaparecio pronto. Durante unos instantes, experimento un gran vacio dentro suyo, y se desplomo al suelo. Parecia que Dubh (el nombre de su creacion) le habia quitado gran parte de su fuerza. Pero eso no la haria desistir. Se levanto como pudo, y concentro sus fuerzas en crear mas, algo que todavia no existia. Sabia que seria mas dificil, pero lo intentaria. Fijo su mirada en el suelo, sin pestañear nisiquiera. Poco a poco, aparecio en una rendija del suelo una pequeña rama que empezo a alzarse, pero cuando apenas habia crecido diez centimetros, tomo un color grisaceo, y dejo de crecer. La planta ya no estaba viva. En cuanto la diosa la acaricio con su mano, esta se hizo polvo y desaparecio ante sus ojos.

Notas de juego

La zona que ha creado esta llena de hielo, por lo que es poco probable que crezca alli alguna planta

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28/09/2011, 09:43
Károdon, el Guerrero Dorado

      La creación del mar y la montaña habían dejado a Károdon con una sensación de vacío, asique durante un tiempo se dedicó a observar, sentado en la cumbre de su montaña, los trabajos de sus hermanos... Algunos resultaban satisfactorios a sus ojos, otros no tanto, pero cuando vió cómo Eidolon imitaba su actuación pero causando un trastorno mucho mayor sobre la faz del planeta, como si su poder fuese superior al del propio Károdon, algo extraño se sacudió en su interior, y cuando sintió el frío extenderse tras la creación de Éadai, esa sensación se acrecentó o y afloró hacia el exterior poco a poco, al mismo tiempo que la cumbre del que en su mente ya se llamaba "Monte Károdon" se cubría de hielo... ira.

     El aspecto del dios comenzó a cambiar poco a poco, su bello rostro se tornó en una máscara terrible, retorcido por la ira. Sus ojos, habitualmente de un extraño y místico tono que parecía variar entre todas las tonalidades de azul y verde, se tornaron rojos completamente, solo unos instantes antes de comenzar a llamear... y entonces las llamas se extendieron también a sus cabellos y sus alas, convirtiéndose en un avatar de fuego. Su ira estalló en un grito de rabia que sacudió nuevamente toda la superficie del planeta, alterando los vientos y paralizando durante unos breves pero agónicos instantes la rotación creada por sus hermanos... y entonces, sus visiones de ira, fuego y destrucción parecieron quedar sofocadas, quedando todo sumido en un extraño silencio... la calma que precede a la tempestad.

     El Monte Károdon comenzó a temblar, pero también lo hizo el interior del cráter que había creado Eidolon, y del mismo modo otras muchas montañas. Tras unos breves instantes de expectación, todos ellos, a voluntad del dios, explotaron al unísono: el pico del Monte Károdon salió volando hacia el espacio exterior a toda velocidad, seguido por una larga columna de humo y roca fundida, y el magma y las llamas inundaron el cráter de Eidolon, y, en menor escala, muchas otras montañas siguieron, sin resultar tán impresionantes, el ejemplo del primero. En su repentino acceso de ira, Károdon había concentrado sus esfuerzos en calentar el interior de la esfera, hasta tal punto que todo el núcleo se convirtió en roca fundida, que había aflorado al exterior a la para que lo hiciese la ira del dios.

      Los negros nubarrones de humo se fundieron con los que crease su hermana, Kira, tornando en muchos puntos su lluvia en una lluvia negra a causa de las cenizas. El mar que Károdon había creado aumentó su tamaño al hundirse más los terrenos circundantes, y el agua se expandió, rugiendo, por algunas de las grietas que entre el y Eidolon habían creado... pero sus aguas comenzaron a levantar grandes nubes de vapor cuando enormes rocas incandescentes procedentes de la isla central calleron en su interior, creando una sinfín de pequeñas islas e islotes alrededor de la isla principal. Y todo ese vapor y esos nubarrones convirtieron las lluvias de Kira en una auténtica y furiosa tempestad que anegó muchas regiones de la esfera, creando nuevos mares y ampliando los existentes, y, finalmente, apagando los fuegos que se habían extendido por casi toda la esfera.

      En su ira, el dios se encontraba flotando en el aire, sobre la cúspide de su montaña, rodeado por el humo y el fuego, siendo su brillo incluso más intenso que el de las llamas que saltaban a su alrededor... y cuando los fuegos del planeta se aplacaron, también lo hizo así su ira, dejando al dios terriblemente agotado... y Karodon calló, calló directamente por el interior de su montaña, hasta el pequeño lago que la explosión y las lluvias subsiguientes habían dejado muy dentro en el interior del, ahora, volcán... Y allí, en una orilla, apagada ya su ira y retornado a su antiguo aspecto, el dios quedó dormido, agotado.

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28/09/2011, 14:58
Eidolon, Señor de la Bóveda Celeste

Cuando Karodon cayó, agotado tras su increíble demostración de poder, unos férreos brazos lo sujetaron para que no se lastimase contra el suelo. Con el rostro ceniciento y el brillo de sus ojos levemente apagado, Eidolon, señor de la Bóveda Celeste, descendió con su alado hermano en brazos, depositándolo suavemente en la orilla de sus tierras. Estaba maravillado por la transformación que Éadai y Karodon habían provocado al mundo, y ciertamente satisfecho. Finalmente habían dejado de lado su egoismo, y habían luchado por crear una obra común. Padre estaría muy orgulloso.

Apoyando su espalda sobre una roca, y con la cabeza de Karodon sobre su regazo, el Señor de los Cielos se permitió relajarse, ya que, aunque nunca lo admitiría, estaba cansado. Muy cansado.

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29/09/2011, 20:36
Selenia, Regente del Tiempo y los Vientos

Desde Ruth Adum la Diosa del Viento y el Tiempo, ahora mayor, miraba la esfera con curiosidad. Su silla era de arena y pequeñas brisas hacían que se mantuviera en el aire.
Selenia utilizó su mente para trabajar el mundo, escogió una de los continentes que no habían sido tomadas por sus hermanos y la partió en siete pedazos, sepárandola en ese mísmo número de islas. Una por cada uno de ellos, y otra más para el dios cuya silla estaba desocupada.
Llenó las islas de llanuras fertiles y de bosques, dejando pasar el tiempo suficiente para que pudiera erosionarse la tierra y para que pudieran crecer más organismos cuando ella quisiera.
Aun así cedía el poder de los vientos a sus hermanos sin que ellos tuvieran que pedírselo siquiera. Y ella esperaba poder usar parte de los poderes de sus semejantes de igual manera para su archipiélago.

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30/09/2011, 00:04
Eve, Artífice de pensamientos

Observo las creaciones de sus hermanos a la vez con interés y con indiferencia. Con interés, pues todos los cambios que ocurrieran el la esfera le parecían importantes, pero lo que no le interesaba es que todos estos cambios fuesen meramente físicos.

Había algo que no encajaba, sus hermanos habían creado y se debilitaban. ¿De que servia un mundo que moldear si el precio era perder tu propia esencia? No tenia sentido, estaban haciendo algo mal...

Pero entonces lo vio claro, los primeros seres vivos se manifestaban, algunos habían sido creados voluntariamente y otros como consecuencia de las creaciones del resto de dioses y de las suyas propias. Eran las primeras plantas y animales simples pero todos tenían algo en común. Poseían parte de la esencia divina que los había creado, puede que existiese una forma de que la devolvieran e incluso en mas cantidad... ¿Pero como? Debían desarrollarla.

Eve dividió su esencia en una bandada de cuervos infinita que envolvió el mundo por un instante, haciendo que la deidad tocase toda la creación a un tiempo.

Luego la bandada desapareció para formar de nuevo a Eve, aunque este poseía un aspecto mucho mas deteriorado. Pero había dejado su huella en toda la creación, aunque no de una forma que se pudiese ver a simple vista.

-Selenia les ha otorgado el don del tiempo y yo me asegurare de que la aprovechen. Desde este momento todos los seres vivos poseerán la capacidad latente de pensar y de sentir. Hasta el punto que la desarrollen dependerá solo de ellos mismos. Esta evolución, estará dictada por los que posean las mentes mas afiladas y mejor puedan controlar sus sentimientos. Su limite solo serán ellos mismos.

 

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30/09/2011, 06:09

A medida que pasaba el tiempo mas y mas cambios ocurrían en el planeta, todos queríamos experimentar nuestros poderes, algunos los llevaban al limite, otros intentaban de una forma mas precavida pero era innegable la ansiedad de cada uno por moldear y crear algo en aquella esfera en el espacio.

La destrucción causada por Eidolon y la ira desencadenada de Karodon, hicieron que el planeta cambiara por completo, pero lo que mas le llamo la atención fue esa sensación de presenciar a Eve con sus ojos, mientras miraba la incontable cantidad de seres voladores que el llamaba cuervos.

Pareciera que había descubierto algo importante, si con nuestra esencia podíamos moldear el planeta, acaso podríamos crear vida como nosotros? o al menos otros seres inteligentes? era una pregunta importante en la cabeza de la Diosa del cambio, ya que era algo que deseaba explorar mas a fondo.

Su primer intento en cambiar el planeta aunque pequeño había sido un éxito y una prueba fehaciente de los poderes y habilidades que ella y sus hermanos poseían Kira la cual se encontraba flotando a gran altura sobre la llanura verde la cual ahora estaba cubierta de plantas y otras con colores diversos decidió continuar con su obra.

Alzando los dos brazos al cielo cerro sus ojos y por unos instantes se quedo inmóvil como si estuviera canalizando energía. Unos segundos mas tarde comenzó a mover sus brazos como si danzara sobre el planeta, dibujando lineas y ondas y estas se convertían en grandes surcos a través de la tierra.

Gracias a sus tormentas de agua pura los surcos serpenteantes que ahora recorrían el planeta, se comenzaban a llenar de agua la cual servirá para que nuevas zonas de vegetación crezcan a través del globo.

Plantas de gruesos troncos y verdes copas comenzaron a emerger de la tierra, tan altas que hacían una gran sombra en el suelo a su alrededor, "Arboles" pensó la Diosa.

Estos arboles serán útiles para el futuro, puedo sentirlo.

Con su ultimo aliento decidió intentar lo mismo que su hermano, crear de su esencia una nueva criatura que habite el planeta. Concentro sus fuerzas restantes e imagino una criatura simple que habite las verdes llanuras y arboledas que había creado.

Notas de juego

(con lineas y ondas me refiero a crear rios de formas ondeantes)

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30/09/2011, 15:19
Eidolon, Señor de la Bóveda Celeste

Eidolon abrió los ojos. No supo cuánto tiempo había estado dormido, pero sabía que se habían sucedido cambios en el mundo. Ahora había brazos de agua recorriendo la tierra, y nueva vida se extendía a lo largo y ancho de la superfície. Criaturas aladas surcaban su reino, y especies de vivos colores daban vida y alegría al paisaje. Al Señor de la Bóveda Celeste le satisfizo todo esto, y pensó que era momento de regalar al mundo también algo de su poder.

Empezó a caminar, notando cómo a cada paso, una miríada de pequeñas y brillantes flores surgían de la suave hierba, creando hermosos y multicolores campos. Lucero brillaba sobre ellos, haciendo que una sinfonía de suaves destellos compitiera con las cristalinas aguas de los ríos. Eidolon pasó la mano por el líquido elemento, y la alzó, moviéndola suavemente en el aire como danzando con la brisa. Y de sus gestos surgió la primera criatura de su reino, un serpentino y majestuoso ser que parecía estar hecho de luz, pero que lo miraba con inteligentes ojos de múltiples facetas.

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30/09/2011, 20:02
Károdon, el Guerrero Dorado

      Cuando despertó, Károdon estaba mirando hacia el cielo, y se quedó unos instantes así, maravillado por la belleza del ojo azul que se recortaba en lo alto del cráter. Todo a su alrededor, aun subían algunas nubes de vapor, pero cuando se incorporó y caminó hasta las aguas, la temperatura de estas ya había bajado, convertida en una agradable tibiedad, pero soportable. Extendiendo sus alas, el dios subió hasta la cima, una ascensión de casi 5.000 metros (poco menos de la mitad de la altura total del monte) en línea recta por el interior del cráter... hasta alcanzar la cumbre.

      Desde ella, sobrecogido por los fríos vientos, contempló sobrecogido la belleza de la obra que estaban realizando sus hermanos, consciente de la parte que él había aportado a todo el conjunto, pero maravillado aún más por las aportaciones de los demás. Cuando miró la isla que consideraba su propia y exclusiva creación, se sobresaltó al ver que la vegetación creada por sus hermanos ya había comenzado a extenderse por ella y que, del mismo modo, ríos, arroyos y lagunas habían surgido por doquier. Sus ojos se llenaron de lágrimas al contemplar tal belleza, y se decidió a potenciarla acelerando y mezclando a su gusto la creación.

      Al principio, se limitó a vagar por su propio archipiélago, tomando prestadas las creaciones menores de sus hermanos para crear diversos ecosistemas en función de la altura, pero también se decidió a crear algunas propias, buscando competir en belleza con las de los demás, pues su orgullo y su afán combinados le impedían utilizar únicamente las creaciones de otros. Cuando terminó, se sintió muy satisfecho con sus creaciones, asique ascendió hasta lo alto con varias semillas de cada una de las especies que el había creado, y dejó que se esparciesen por toda la esfera gracias a la sutil, invisible pero impresionante creación de Selenia: el viento.

     Al poco de soltarlas, una extraña criatura que no había observado antes llamó su atención, una pequeña criatura que sobrevolaba sus bosques, y fue en ese preciso instante cuando se dio cuenta de lo que sus hermanos estaban haciendo... y se maravilló con las implicaciones que su nuevo trabajo tenía, y cómo no, decidió aportar su pequeño granito de arena... pero para ello necesitaba un lugar en el que experimentar, un lugar propio, al modo de su hermano Eve... y cuando miró al interior del cráter del Monte Károdon, lo vió: en respuesta a sus deseos y su voluntad, una isla había crecido en medio del lago interior, y en ella se alzaba un palacio a la imagen del Ruth-Adum que había contemplado, pero mucho menor en dimensiones. En él, Károdon comenzó a trabajar en varios diseños basados en un mismo esquema: comenzó creando un esqueleto básico, e hizo varias versiones hasta alcanzar una que le resultase satisfactoria, y después, trabajando sobre ella, creó variantes más grandes o más pequeñas, con distintas modificaciones. Una vez creadas esas estructuras básicas, recubrió los cuerpecillos con músculos y los protegió con una piel cubierta de pequeñas y brillantes escamas de todos los colores imaginables, dependiendo de cada diseño... y, finalmente, tomó sus creaciones en sus manos amorosamente y se acercó a mares, rios y lagos, y fue repartiendo esas criaturas por todo el mundo (algunas) o reservando las mas bellas y singulares para aquellos rincones que le parecieron más especiales. Cuando las criaturas eran depositadas por el dios en las aguas, cobraban vida y pronto comenzaron a multiplicarse...

"Peces"

      Así los llamó el dios, y supo que su nueva creación sería de una gran relevancia para el futuro. Al igual que con las plantas y, sobre todo, las flores, guardó algunas de sus favoritas para su propia isla, y allí se recogió nuevamente para meditar en su nuevo proyecto, pues había poblado las aguas y sus hermanos habían comenzado a poblar el aire (donde deseaba reservarse para dedicar a ese campo sus creaciones más perfectas), pero la tierra y las ramas de los árboles aún estaban muy vacías...

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03/10/2011, 13:21
Amarantina

Amarantina llego al planeta y se encontró en un punto entre la tierra y el mar. Una costa perfilada donde la tierra recibía suaves besos de las olas que tocaban la orilla. El paisaje podría resultar hermoso a algunos, pero los limites estaban predefinidos, la tierra separada del mar, y este encerrado en si mismo.

Amarantina paso sus delicadas manos por la tierra, dejando surcos en la fina arena, y el calor de su roce fue suficiente para convertir los granos de arena en opacos cristales resplandecientes.

De los surcos que de forma fortuita había creado la diosa del caos, brotaron hileras de montañas que desde la propia tierra se introducían en el mar. Estas heterogéneas estructuras, estaban cubiertas del cristalino material, y este reflejaba las aguas que corrían sobre el mismo, haciendo que las partes que quedaron bajo las aguas fuesen indistinguibles de las que estaban por encima de las mismas. Las montañas resultantes eran un mar vivo, que parecía cambiar de forma a cada instante, y en el que resultaba imposible diferenciar la tierra del agua.

Los pies descalzos de Amarantina, caminaron sobre la resbaladiza superficie hasta llegar al punto más alto. Y en el se sentó, y al hacerlo se desprendió un trozo de aquella montaña, apenas una piedra, azulada, cristalina y sin forma.

Amarantina cogio la piedra y la cubrió con sus manos, y al momento esta comenzó a brillar. Con un leve empujón de su mano derecha, la piedra, ahora convertida en una esfera, se elevo hacia las alturas, y cuanto mas se elevaba mas crecía, por lo que siempre parecía tener el mismo tamaño. Cuando por fin se detuvo, se encontraba a mucha distancia de la tierra, quieta sobre la posición de la diosa.

Permaneció en esta posición durante unos instantes, y entonces comenzó a trazar una orbita alrededor del planeta, pero en lugar de una orbita perfecta, cada pocos segundos, su orbita se alteraba. No mucho, sino simplemente la milésima parte de un grado, pero lo suficiente para que su siguiente posición fuese imposible de determinar.

El nuevo satélite recibió el nombre de Vorgine, aunque si el nombre tenía algún significado, este se perdió en algún lugar de la mente de Amarantina.

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03/10/2011, 18:07
Amarantina

Amarantina seguía sentada sobre la cima de la montaña de la que había nacido el nuevo satélite, bañado por sus reflejos en el cristalino suelo de la montaña. Y en ese mágico momento percibió el dolor, y la desesperación, y sintió la vida bajo la montaña.

La transformación de la montaña había dejado atrapado a un pequeño ser con escamas. Parecía uno de esos seres que había visto crear a Károdon, un “pez”.

Aquel ser había quedado cubierto por el material cristalino, atrapado e inmóvil bajo la montaña. La diosa quiso llegar hasta el sin destruir su obra. Concentro su poder en dotar a los satélites que había sobre ella de una fuerza que atrajese el agua, alterando el estado de las gran masa azul por medio de mareas, y al hacerlo, la fuerza combinada de los tres satélites elevó las aguas durante un instante, tiempo suficiente para que Amarantina pudiese recoger a aquel pequeño ser, y liberarlo de su prisión.

Sujeto a la vida por un fino hilo, el animal permaneció quieto, con los ojos en blanco sobre la calidad palma de la diosa. Al ver al ser en este estado, Amarantina sintió compasión, y acerco sus negros labios hasta la criatura, besándola con ternura. La oscuridad se desprendió de los labios de la diosa cubriendo a aquel ser con un manto negro, pero la vida quedo envuelta bajo este manto, incapaz de separarse de aquel pequeño cuerpo.

Los ojos del animal se cerraron para siempre pero del centro de su cabeza broto un fino tallo carnoso y oscuro, y al final del mismo una pequeña luz, apenas brillante en el exterior, pero suficiente para iluminar la oscuridad de las profundidades.

Cuando la diosa libero al pez en el mar, este se hundió hasta la zona más honda y oscura, y una vez allí, puso los blanquecinos huevos que darían lugar a toda una nueva especie.

Pero el desgaste para la diosa había sido terrible, transformar a aquel ser y más aun alterar las creaciones de sus hermanos. La diosa comenzó a desaparecer, dividiéndose en miles de pequeñas luces, que poco a poco se fueron apagando.

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03/10/2011, 21:10
Éadaí

Desolada por la muerte de esa planta, Éadaí comprendio que aquel no era un territorio para fragiles criaturas. Asi que decidio crear una fuerte, una que pusiera sobrevivir en Oaghear. Estuvo trabajando hasta que su piel se volvio azul debido al frio. Pero su creacion ya estaba terminada. Miro al thestral mientras este daba sus primeros pasos. Parecia estar como en casa, y la diosa sonrio satisfecha. Decidio crear otra criatura como esa, para que le hiciera compañía. Los dos thestrals, al verse, desplegaron sus alas y las colocaron justo enfrente, como si cada uno temiera al otro. Divertida ante la situación, puso sus manos en la cabeza de los dos animales. Al instante los dos parecieron tranqulizarse. Cuando aparto sus manos, empezaron a correr con pasos torpes por la helada estepa.

De repente, se volvio hacia el cielo de un rapido movimiento. Sentia que algo estaba pasando en Ruth-Adum. Cerro los ojos y se volvio a imaginar en su palacio. Esta vez, Éadaí siguió en el planeta, con un fuerte mareo. Pero una segunda diosa, igual en fisico y por dentro a la primera, habia aparecido en Ruth-Adum.

La diosa volvio a girarse hacia los thestrals, y decidio crear mas. Otras dos criaturas aparecieron, exactas a las anteriores. Pero la diosa estaba mareada y esta vez, los dos animales huyeron fuera de Oighear. Sus pieles no eran tan resistentes al frio, y buscaban zonas mas calidas. Ella les siguio a paso lento y cuando el hielo fue sustituido por tierra, creo arboles y arbustos, cogiendo muchos a partir de los que habian creado sus hermanos. Pero no paro alli. Creo varios rios, y mojo su dedo en uno de ellos. Soplo, y una pequeña criatura aparecio. Le bautizo litfly, y observo como se alzaba hacia el cielo, y planeaba, probando sus alas.

Sujeto un pequeño arbusto, y al instante cambio en una forma humanoide. La zona de sus ojos se incendio, y la criatura salto de su mano y empezo a correr con otros Fivils iguales a él, que iba creando Éadaí.

Luego eligio tres arbol enorme, de los primeros que habia creado, cuyas ramas mas altas parecian tocar el mismo cielo. Les dio vida, y les solto las raices que les sujetaban al suelo. Ahora podria viajar por si mismo, no serian tan solo plantas inmoviles. Se subio a uno de ellos, escalando sin prisas. Al llegar arriba, se hizo un ovillo, y agotada, se durmió.

Cuando desperto, ya estaba de nuevo con Oighear. Dio un salto desde la cabeza del Foant, y aterrizo con suavidad en el suelo. Durante su sueño, habia tenido otra idea. Creo una criatura alargada, con dos aletas y de color rosado, que a pesar de que no tenia escamas como los demas peces, viviria en el agua. Acerco su mano a la cabeza del animal, y esta desaparecio bajo el hielo.

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04/10/2011, 01:00

 

Con asombro e interés kira había estado observando las creaciones de sus hermanos una a una, todas eran únicas y magnificas en una categoría diferente. Rápidamente el planeta estaba tomando forma como una hermosa pintura apunto de terminarse. Nuevas formas de vidas plagaban las regiones por lo que ella decidió añadir unas cuantas mas a aquel ecosistema.

Nuevamente alzo sus brazos hacia el espacio y comenzó a moverlos en una forma fluida delante de ella, como si estuviera acariciando el mismo aire. Momentos después ,de la nada comenzaba a materializarse una pequeña criatura alada, una mezcla entre un insecto y un ave.

Kira había creado lo que de ahora en mas se llamaría Arcorea Stinga.

 

Un ser que ayudaría a mantener la vegetación y las flores del lugar, ayudando a esparcir sus esporas para crear aun mas campos de ellas. Separó sus brazos y la criatura inmóvil se quedo flotando delante de la diosa. y con un gesto simple de su mano, la criatura se desvaneció de la misma forma en la que había sido creada solo que ahora grandes cantidades de aquel insecto se encontraban esparcidos por doquier.

De la misma forma que había aparecido aquel insecto, con cada una de sus manos comenzó a hacer aparecer nuevas criaturas que traerían un balance al ecosistema. Comenzó a esparcirlas a través del globo como seleccionando en la zona que que creyó mas adecuada, pero a donde migrasen estos animales era solo cosa del tiempo y observar sus movimientos.

Sus creaciones la estaban volviendo a dejar cansada pero esta vez la pesadez en su cuerpo era tolerable, pareciera que estaba comenzando a acostumbrarse a tal desgaste aunque seguía insatisfecha con sigo misma, quería crear mas, añadir mas aa la obra de arte conjunta que era este planeta. Recordó una de sus primeras creaciones y decidió formar otra especie de flora que para inundar los paisajes de colores y nuevas formas.

La Diosa tomo uno de sus cabellos oscuros y lo corto de suave y sedoso pelo. Aquel filamento parecía tener vida propia ya que este se movía ondeantemente mientras Kira lo sostenía en su mano. Acerco su mano hasta su boca y soplo haciendo que el pelo flotara y se alejara de ella, mientras lentamente se transformaba en un objeto cada vez mas grande, hasta que se convirtió en una hermosa flor de un color violeta que parecía hipnotizar hasta la mismísima Diosa del Cambio.

 

 

De ahora en mas te llamaras Veridian Lázuli, crece y espárcete por todo el planeta mi pequeña.

Ya hay muchas plantas y animales en este planeta pero veo que carece de nuevos elementos. Elementos como los cristales con los que esta echo mi hermoso trono.

Acto seguido Kira arranco la pequeña gema azul que colgaba de su cuello la apretó tan fuerte que esta misma se hizo polvo en su mano. Como si se estuviera preparando a dar una danza, empezó a girar en el lugar sobre uno de sus pies mientras abría su mano y dejaba que el polvo de su collar cayera sobre la superficie del planeta, y donde tocaba el suelo grandes formaciones de cristales comenzaron a crecer del suelo.

 

Grandes cristales de todo tipo de colores emergian por toda la esfera, tocando todos los rincones del planeta, mezclándose y formando nuevos paisajes con las creaciones de sus hermanos.

Cientos de cadenas montañosas ahora brillaban con un color único dependiendo del clima o la zona en la que cayeran.

Satisfecha con su ultima coerción, sintió como los éxitos de su labor le agregaban aun mas peso a a su ya cansado cuerpo, pero antes de poder relajarse sintió como algo en la casa del cosmos interrumpía su concentración forzándola a volver al salón del Ruth Adum.

Notas de juego

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04/10/2011, 11:48
Eidolon, Señor de la Bóveda Celeste

A su alrededor, el Mundo había empezado a coger forma, y decenas de especies empezaban a poblarlo, desde las más pequeñas hasta las más gigantescas. Pero aún había mucho que hacer, y Eidolon no estaba satisfecho con lo que veía. Sus creaciones, perfectas criaturas diseñadas hasta el más mínimo detalle, eran preciosas a la vista. Sus aspectos cristalinos y delicados contrastaban con las sucias aberraciones de su hermano Eve. ¿Cómo podía permitir que existieran esos seres que se alimentaban de sangre, o se hinchaban hasta casi reventar?

Desterrando esa idea de su mente, apareció subitamente en medio de una llanura localizada al sur del planeta, donde los vientos acariciaban suavemente la hierba. Allí, suspiró de placer viendo la perfección de la vida que allí se encontraba. Con profunda emoción, derramó lágrimas de alegría. Esas lágrimas recorrieron sus brillantes mejillas y cayeron hacia el suelo, pero antes de tocar la verde hierba, estallaron en un sinfín de destellos, y surgieron dos pequeñas criaturas con dos pares de alas: una con alas plateadas, que danzaba en el viento como si fueran amantes, y otra con un cuerpo color carmesí, que atravesó el cielo como un destello.

Pero aún no había hecho suficiente. Esas llanuras parecían hechas para ser recorridas; para disfrutar del viento en el rostro y para notar la melena ondeando con fuerza. Y juntando las inmensas manos, las posó en la hierba durante unos segundos. Al retirarlas, surgieron como una exalación una manada de criaturas cuadrúpedas de blancos cabellos largos y suaves, que relincharon de alegría mientras se dirigían al horizonte.

Y Eidolon, Señor de la Bóveda Celeste, volvió a sentirse cansado, pero la satisfacción de ver a tan hermosas criaturas poblando las tierras le llenó de orgullo.

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04/10/2011, 16:14
Selenia, Regente del Tiempo y los Vientos

Selenia se materializó en el mundo que creaban. Formó una isla nueva, algo alejada de las que creó tiempo atras. Y construyó una fortaleza en el lugar. Sabía lo que tiempo después acabaría creando y sabía que debía encerrarlo de alguna manera. Tras dar forma a la prisión miró hacia las otras islas y comenzó a pintar paisajes en ella, y mientras lo hacía, se le ocurrían ideas y las plasmaba en forma de seres vivos. De nuevo todo lo que hacía lo hacía en forma de regalo para su máxima creación, a la que no le quedaba mucho para ser inventada.

Cuando todo estaba dispuesto, durmió en la prisión que ella había creado, tratando de saber si aquel ser sentiría soledad cuando lo encerrara por tanto tiempo. 

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04/10/2011, 16:30
Amarantina

Amarantina apareció en algún punto de Esfera, una zona montañosa y escasamente poblada. Sentada en medio de aquel lugar yermo con las piernas cruzadas, comenzó a soñar con un mundo lleno de vida, y de su piel comenzaron a brotar pequeñas gotas de todos los colores, que caían a tierra, rodando por ella, y mezclándose en una herejía de colores de la que surgían nuevos seres.

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04/10/2011, 16:37
Károdon, el Guerrero Dorado

      Cuando Károdon reapareció sobre la esfera, lo hizo sobre las junglas de la isla que crease en un primer momento, y allí, depositó cariñosamente la cría de Balam sobre la hierba y, acariciando su cabezita, la dejó marchar, musitando unas palabras cariñosas.

Aquí comienza tu odisea, pequeñín.

      Apenas dió sus primeros pasos, respondiendo a la voluntad del dios, la criatura comenzó a crecer con rapidez, y pronto surgieron otros seres semejantes a su alrededor. Este primer ejemplar sería el líder de la primera manada, pero el dios concentró su poder para que surgiesen otros líderes y otras manadas en distintos puntos del planeta. Terminado éste trabajo, tocaba emprender el siguiente. Con una mirada al cielo, decidió que aún era pronto para tratar de poblarlo, asique bajó su vista y se concentró en los árboles.

      Cuando vió una de las ardillas corretear saltando de rama en rama, supo que esas pequeñas criaturas correrían mucho peligro si no ampliaba la población de potenciales presas para la última de sus creaciones, y deseó crear una nueva criatura, mayor en tamaño pero igualmente ágil, dotada de suficiente capacidad como para esquivar a los Balam la mayoría de las veces... pero no siempre. Al dios le dolía sólo en parte crear especies para alimento de otras, pero en su interior, sabía que era necesario... además, se deleitaba con la idea de ver cómo las distintas especies se planteaban desafíos mutuamente, a riesgo de sus propias vidas... eso las haría más fuertes.

     Mientras pensaba en todo eso, se miró la mano y apreció lo ingenioso de su forma, una forma que no había aplicado hasta el momento a ninguna de sus creaciones... Entonces una idea hilarante se materializó en su mente... había creado un ser poderoso, un superdepredador... ¿no sería divertido ver a esos predadores humillados por la más irritante criatura? Y Károdon, viendo de forma anticipada lo que había de suceder, se echó a reir... y su fuerza interior escapó con esas carcajadas, aferrándose con manos y pies a las ramas de los árboles, y los Txim respondieron a las carcajadas del dios con las suyas propias.

     Satisfecho, Károdon extendió el brazo y uno de los Txim, curioso, bajó al suelo y trepó por él. Con el pequeño, apenas una cría, Károdon emprendió el camino hacia la cima del Monte Károdon. Conforme ascendía caminando, el clima se volvía más frío, y para proteger a la fiel criatura, que no abandonaba su lugar en su hombro, el dios imbuía a la criatura con su poder, mutandola levemente, tornando su pelaje más largo... y blanco, blanco como la nieve que comenzaba a extenderse a su alrededor. Finalmente, ese Txim era en apariencia totalmente diferente de sus hermanos, y sólo abandonó el hombro del dios cuando una fuente de aguas termales apareció ante ellos... y el Txim Níveo corrió para introducirse en sus aguas, donde Károdon envió a otros como él para hacerle compañía.

      El dios, agotado pero satisfecho, siguió ascendiendo un tiempo, hasta alcanzar una zona en la que ya no crecía nada y apenas algunos de los seres voladores de sus hermanos se atrevían a acercarse... y allí concentró sus últimas fuerzas sobre la montaña. Esta tembló y varias rocas calleron rodando, sin causar grandes percances en la isla... y entonces, una negra abertura comenzó a abrirse, como las fauces de una bestia descomunal, y Károdon franqueó la entrada. Frente a él, el monte seguía abriendose, en un camino de absoluta oscuridad, rota por la luz que emanaba el mismo dios. Arroyos subterráneos, bruscos giros... el camino se retorcía sobre si mismo, se dividía en distintos caminos que desembocaban en otros caminos, en grandes cavernas, en lagos subterráneos... subía y descendía y, finalmente, desembocaba en una jungla tras la cual se veía el palacio del dios.

      Károdon no deseaba que cualquier criatura pudiese alcanzar su santuario, y sabía que tanto el como sus hermanos habían dotado a sus criaturas con la suficiente astucia o perseverancia para hacerlo, y él acababa de crear un camino que les permitiría invadir su territorio... Esos negros pensamientos comenzaron a materializarse alrededor de Károdon en forma de negras sombras, y estas sombras comenzaron a moverse y agitarse sobre si mismas, tomando la forma de grandes esferas... y de cada una de esas esferas estallaron ocho extensiones, largas como ramas, y fueron materializándose en una negra y terrible criatura que miraba con muchos ojos al dios. Las sombras parecían temer la luz y comenzaron a retraerse sobre si mismas, antes de huir corriendo hacia el interior de la gruta.

Id... guardad mi santuario para que sólo los mejores puedan alcanzarlo.

      Y así se agotaron las últimas fuerzas que restaban a Károdon, que por segunda vez, calló dormido, con la mano dentro de un pequeño arroyo.