Partida Rol por web

Crónica del Heredero - Episodio II - El Ascenso.

II - El Atolón de la Sirena Muerta

Cargando editor
18/11/2014, 23:38
Director

Contenido del cofre:

Cinturón de múltiples bolsillos.
Carrete de cuerda interminable.
Estatuilla de Poder Maravilloso (Perro de Ócine)

(3) Pociones de descanso reparador. (Una vez ingerida se ese día se recupera el doble de puntos de golpe por descanso)
(2) Pociones de curar heridas leves.
(4) Pociones de Astucia de Zorro.
(5) Elixires de visión. (+10 a buscar durante 1 hora)
(1) Poción de visión verdadera

 

3 Perlas perfectas. (3000 p.o)




Cargando editor
18/11/2014, 23:48
Kormack Quebrantahuesos

Perrrro, peerrro.... que mierda es esta! - Dijo el enano rebuscando en el cofre. Bah! - dijo perdiendo el interés. Luego se puso a mirar las armaduras y escudos de gran calidad en la habitación cercana. Se dio la vuelta y miró al duendecillo. Aquellas armaduras estaban impolutas. Se quitó su armadura... Sus compañeros tendrían para rato con su nuevo amigo. Eh... siento lo de antes. Dijo quitándose las botas. ​A veces...a veces soy un hmppf. Un poco pasional... P-pero ya te acostumbrrarrrás... dijo ya con una idea en su cabeza. Porrr favorrrr estimados compañerros. No hagáis daño a... ¿Como te iamas? empezó a decir con modales y educación totalmente alejados de lo que era kormack.

Notas de juego

Hay armadura completa? Y escudo pavés de GC?

Cargando editor
18/11/2014, 23:58
Cuinthere

Cuintherenta´Nether´klerilthakan - Ladró tan pronto recuperó el aliento. Aunque todos me llaman Cuinthere. - El pequeño personaje veía cómo el enano se desnudaba en la sala contigua y echaba mano de una de las armaduras que tanto tiempo y esfuerzo le había llevado pulir. Como era de suponer, no protestó, aunque con ganas se quedó.

Cargando editor
19/11/2014, 00:03
Kormack Quebrantahuesos

Cuntaquinte! Ayúdame...dio su primera orden el enano a Cuinthere para que le ayudase a poner una armadura de placas completa de gran calidad.

Notas de juego

YEEEEEEAH!

Cargando editor
19/11/2014, 00:08
Davros Zokk

Uno a uno iban abandonando la actual posición en la muralla para seguir a Zanc, a pesar de que no había dado señal alguna - Parece que otra vez la impaciencia impera en el grupo...- Sin más remedio, hizo lo propio y siguió a Morwing y Kormack, que parecía totalmente despreocupado por la posibilidad de alertar al enemigo, aunque Davros prefirió no decirle nada por temor a que comenzase a cantar o alguna locura parecida, así que fue tras él observando los puntos por los que podría sorprenderlos algún enemigo. Llegaron a la casa, cerró despacio la puerta tras cruzarla, todo estaba en silencio a excepción de unos murmullos de conversación en la habitación contigua, donde se dirigieron de inmediato, no sin deleitarse con aquellas armaduras y armas - Mmmmmm... -

Al llegar al dintel de la puerta, se detuvo para enterarse de lo que estaba pasando, mientras miraba atrás de vez en cuando para asegurarse que no venía nadie. Escuchó con atención a Morwing y a aquel kobold, parecía inofensivo, pero cualquiera podía ser un peligro dentro de aquella isla, y más dentro de ésta fortaleza, un grito y tendrían encima a los piratas que aún la rondaban.

El enano estaba fuera de sí... o más en sí que nunca, según se mirase. Tras hacer de las suyas, comenzó a sopesar las opciones: - Está claro que esa información, al menos parte de ella sería muy valiosa para organizar una defensa adecuada ante el inminente ataque, el propio kobold sería útil allí también, pero no estoy seguro de que quisiera acompañarnos voluntariamente, a parte del riesgo que conllevaría llevarlo con nosotros, para él mismo y nuestras propias vidas, quizás fuera mejor coger los tomos adecuados y dejarle aquí en paz... por otro lado... sería un riesgo aún mayor que soltara la lengua en cuanto nos fueramos... podríamos dejar a Kormack que acabase con él... no habría testigo, no hablaría, Kormack se quedaría agusto y podríamos recordárselo la próxima vez que tengamos que acabar con la vida de algún enemigo que se haya rendido... ... ... ¡Joder! El problema es que éste kobold parece ser más una rata de una biblioteca olvidada, por mucho que se encuentre haciendo cuentas y limpiando armas para los piratas... ¡Maldita conciencia! -

- ¿No os dais cuenta de la oportunidad que tenemos aquí? - susurró - Parte de ésta información sería crucial en manos de los ejércitos defensores, por no decir necesaria. Eh, tú, pequeño, si nos indicas los tomos que nos serían más útiles, con más información sobre lo que se le va a venir encima a Athkatla y a toda la costa de la espada, te dejaremos aquí, en paz... Aunque, estoy pensando que cuando te quedes aquí sólo, no tendrás muchas cosas que contar, ¿en qué ocuparás tu tiempo entonces? Quizás te interesaría seguir haciendo lo mismo que estás haciendo hasta ahora... Imagínate la cantidad de tomos que podrías rellenar en una gran ciudad como Athkatla... Nosotros venimos de allí, conocemos a gente... podríamos, fácilmente, convercerles de tu utilidad... -

Cargando editor
19/11/2014, 06:17
Cuinthere

¡Todos son valiosos! ¿Cómo podría elegir cual? - Se preguntó turbado por la decisión de elegir alguno de ellos y dejar el resto a la merced del moho. Para el kobold aquella elección era como preguntar a una madre con cual de sus hijos quedarse, todos ellos eran un pedazo de sí mismo. Resopló acariciándose las escamas de la garganta allí dónde la mano de Kormack se había cerrado fuertemente y dónde Zanc había apoyado la punta de su afilada espada-daga. No sé, no sé... - Decía para sí mismo con nerviosismo hasta que Davros mencionó la posibilidad de viajar a Athkatla. ¡Sí! ¡Iré con ustedes! - Exclamó exaltado ante la propuesta de abandonar aquel sitio en el que nadie parecía apreciar su don. ¡Yupiii! ¿Has oído Gus? ¡Nos vamos a una ciudad! - No es que el escriba lo hubiese decidido sin más por supuesto. Inmediatamente después de que el bárbaro plantease la posibilidad de ir allí, el acelerado cerebro de Cuinthere sopesó todas las ventajas e inconvenientes de quedarse allí o ir junto con aquellos violentos hombres, e incluso le sobró tiempo para preguntarse qué ropa ponerse. Desde luego los modales del grupo de aventureros no eran nada refinados y en cierta medida temía por su vida y por la de su emplumado compañero pero la posibilidad de ir a una ciudad grande, como lo era la Luskan de su infancia sirviendo bajo las órdenes del mago, era demasiado tentadora como para no aprovecharla.

Debo empacar todo. A ver, a ver, los tomos...la casita de Gus, mis perte...- Para cuando quiso darse cuenta uno de los elfos, el gnomo y la muchacha de la ilusión echaban mano a sus queridas posesiones. Inocentemente pensó que se apresuraban a ayudarle pero cuando vio que hablaban sobre quien debía llevar cada uno de ellos se percató de que estaban robándole delante de su cara. Pero pero eso es mío... - Susurró cabizbajo y dejando caer sus esqueléticas extremidades a lo largo de los costados sin fuerza. Arrastrando los pies totalmente alicaído se acercó hasta la cama y recogió a la gaviota para sujetarla bajo uno de sus brazos y con su otra garra alisó todo lo que pudo la colcha. No quiso mirar al suelo por miedo a lo que podía encontrar.¿Cuándo nos vamos? - Preguntó ahora sin el menor atisbo de ilusión en sus palabras. Cerró los ojos tras la pregunta para no ver como el enano se cambiaba de armadura y dejaba las huellas de sus dedos sobre el brillante pectoral que luchaba por abrocharse. ¡Ah! Esto es mío. - Se dijo al tomar la pluma de cocatriz que reposaba en su soporte metálico.

Notas de juego

Kormack: ¿Armadura con o sin escudo de una de las ciudades? En caso de que lleve blasón, indícame cual.

Indicad en vuestros post lo que cogéis del equipo de gran calidad que hay en la habitación de al lado. 

Cargando editor
19/11/2014, 07:20
Allen Shesar

Cuando el gupo fue alertado para que siguiesen a la avanzadilla, caminaron de la forma más sigilosa posible hacia el edificio, eso no incluía por supuesto al enano, quien parecía ajeno a la posibilidad de ser descubiertos, o quizás es lo quería ¿quien sabe?.

Al cruzar la primera puerta y comtemplar aquella inmensa cantidad de armas y armaduras, el paladín recordó que esta podría ser una de las pruebas que la guardia que les contrató necesitaba para confirmar aquello que sospechaban desde un principio, pero eso cambió al entrar en la siguiente habitación y ver lo que Losse y Zanc retenían contra su voluntad. Aquel kobold no era un ser maligno. Parecía ser lo que contaba a sus captores, sólo una rata de biblioteca con una pequeña obsesión por la limpieza y el trabajo. Sus compañeros realizaban preguntas a diestro y siniestro y el pobre Cuinthere las respondía como buenamente podía. El paladín, ducho en el arte de detectar mentiras, dedució que decía la verdad.

Mientras, el enano abrió el cofre y sacó de mala gana los objetos que contenía. Supongo que su frustración se debía a que aquel cofre no albergaba en su interior ninguna armadura a hacha de guerra enana, pero se fijó en aquel objeto que parecía contener un espacio mágico donde podía almacenar objetos que no pesaban al ser introducidos en su interior. -Usemos esto para llevarnos los libros y los objetos que nos puedan ser de utilidad. Con esto, la recompensa en Athkatla, a falta de capturar a quien ya sabeís, está asegurada- dijo mientras sostenía aquel objeto lleno de bolsillos.

Se acercó al kobold, se agachó para ponerse a su nivel y le preguntó, -Ese barco que vuela sobre la fortaleza es propiedad de Steznag, ¿verdad?- dijo con voz tranquila para continuar diciendo, -¿Hacia dónde se dirige?, ¿dónde se reunirán para lanzar el ataque contra Athkatla?,¿Dónde está el tuerto?-

 

Notas de juego

Por mi parte, si es posible, meto un escudo de acero de gran calidad, una espada larga de gran calidad y una lanza de caberllería de gran calidad.

Cargando editor
19/11/2014, 11:36
Morwing

El pequeño Kobold estaba por la labor de colaborar con tal de mantener su particular imperio del orden a salvo. Ya estaba respondiendo a todas las preguntas, cuando de pronto Morwing notó un contundente golpe en su espalda. - ¿¡Pero qué demonios!?. Kormack había atropellado literalmente al hechicero. El fuerte empujón lo empotró contra la estantería haciendo caer numerosos tomos de contabilidad y convirtiendo lo que antes era una estantería meticulosamente ordenada en una pila de libros entreabiertos en el suelo.

Esto hubiese matado de un infarto a Cuinthere si no fuese porque estaba más preocupado por no perder la vida a manos del enano. Kormack apretó el cuello del pequeño kobold, amenazándole y pidiéndole tesoros… - ¿Es posible no pueda pensar en otra cosa?, se decía el hechicero, indignado una vez más con el enano al cortar de raíz la posibilidad de recopilar información valiosa.

Luego la actitud del enano cambió radicalmente, ahora parecía sentir cierta simpatía por aquella criatura e incluso le animaba a unirse al resto del grupo. Esa conducta bipolar sorprendió a todos, Morwing ya empezaba a pensar seriamente que la maldita isla afectaba a las mentes más débiles. Por un lado Ogna se empeñaba en hablar con su espada, el propio hechicero ya duda hasta de su nombre, el estrambótico Irithan se había enamorado de una cucaracha gigante, la sonrisa pícara de Zanc cada vez estaba menos presente, Davros se enfrentaba en solitario a sus rivales aunque le triplicasen en tamaño, el amable caracter de Losse cada vez se reflejaba menos en sus acciones, Allen intervenía menos en la decisiones del grupo, y no hablemos de Kormack, el enano tan pronto estaba besuqueando y abrazando a alguien como amenazándola de muerte.

Con los ánimos más calmados, Morwing se propuso en reconducir la conversación y conseguir la información que tanto necesitaban. Sin embargo, Allen se adelantó y expuso las mismas preguntas que el hechicero formuló anteriormente. – Y no te olvides de la cueva, añadió, que nos cuente todo lo que sepa de ese sitio.

Notas de juego

Contenido del cofre:

Cinturón de múltiples bolsillos.
Carrete de cuerda interminable.
Estatuilla de Poder Maravilloso (Perro de Ócine)

(3) Pociones de descanso reparador. (Una vez ingerida se ese día se recupera el doble de puntos de golpe por descanso) (Morwing)
(2) Pociones de curar heridas leves.
(4) Pociones de Astucia de Zorro. (Morwing)
(5) Elixires de visión. (+10 a buscar durante 1 hora) (Morwing)
(1) Poción de visión verdadera (Morwing)

 

Por los objetos del cofre no tiro...no vaya a ser que me lleve alguno y me lleve algun flechazo o furtivo por la espalda xDDD

Lo suyo es que las pociones os la tomeis los que aun no esten a tope de vida. Si alguno necesita más aun me quedan 3 cargas de la varita...pero de aquí debemos salir al máximo.

De la armería pillo 2 carcaj de flechas de GC y dejo el que llevo incompleto. Cambio mi arco por otro de GC tmb...

¿Me puedo apuntar ya las pociones que habia en la caja de la entrada? Bendecir y Curar Heridas eran

Cargando editor
19/11/2014, 12:11
Ogna

Aquel pequeño kobold no parecía ser cualquiera. Enseguida vio cómo sus inquietos ojos traspasaban el disfraz que había conjurado.

¡Será...- Se sentía como si le hubiera levantado la falda o desgarrado el vestido y dejara expuestos sus diminutos pechos a la vista de todos. Era curioso ver a Khizmiram recolocarse la ropa para no dejar a la vista su plano pecho de hombre. Además Cuntaquinte mostraba sentimientos hacia la gaviota tullida, lo cual sólo podía significar que su fondo era bueno. Qué decir sobre que Ogna no estaba de acuerdo con el comportamiento del enano, no era ninguna novedad para nadie. En cuanto llegó a la habitación lo puso todo patas arriba. Ogna lo observaba con un gesto de asco, como si oliera mal, que también, preguntándose si no había aprendido nada de sus dos experiencias próximas a la muerte. Miraba a Allen y después a Losse, incluso a Davros, buscando en ellos la paciencia que ella no lograba tener. Nadie parecía decirle nada, como a un niño malcriado, pero Ogna no podía evitarlo, era superior a sus fuerzas.

- Kormack, nos van a descubrir por tu culpa. ¿La única forma de que no armes jaleo es que estés muerto? Lo digo porque hace un momento no ha faltado mucho para que te reúnas con los tuyos.- Era curioso como el fanfarrón enano obviaba el hecho de que acababa de sucumbir ante sus enemigos y ya estaba pidiendo a gritos que le pasara lo mismo. ¿De dónde sacaba esa confianza en sí mismo? Ogna le había visto caer ya dos veces en combate.

¡Necio!Si yo fuera tan negada tendría la autoestima por los suelos.

El enano podía ser indomable pero Ogna también. No le tenía ningún miedo ya, mucho menos visto lo visto. Se dirigió también al kobold cuando vio que Kormack ya cambiaba de opinión y se mostraba más receptivo.

- Yo también conozco mucho cuentos, amigo.- No iba Kormack muy desencaminado al llamarlo de esa manera.-Precisamente Kunta Kinte era un kobold al que esclavizaron los Drows llevándoselo al Inframundo. Un personaje peculiar, como tú. ¿Te sabes ese?- Le dijo  al inteligente kobold tratando de interesarle por la historia y a la vez mostrarle que no todos en aquel grupo eran unos violentos saqueadores. Al menos ella era uno de "guante blanco".- Nosotros no queremos que haya esclavos, ni que tú lo seas de nosotros. Podemos ayudarnos mutuamente. Responde a mis compañeros y perdona nuestros modales, pero la situación los requería así, seguro que puedes entenderlo. - Ogna estaba totalmente de acuerdo con Davros y Allen. El kobods mismo, si conseguían que colaborara, sería una gran fuente de información y prueba de todo lo que se estaba cociendo en la isla, así como las armaduras. Lo que veía difícil era llevarse todos aquellos tomos, aunque tuvieran con ellos ese magnífico cinturón.- Creo que podríamos quemar todo esto.- Dijo alejándose de Cuntaquinte.- Aquí hay mucho material útil para los piratas además de que un incendio podría servirnos como distracción para adentrarnos en la cueva. Si no nos podemos llevar los tomos pueden servirnos para que todo esto arda.- Lo que más le preocupaba es qué harían los barcos que ya habían zarpado a ver una columna de humo.

 

 

- Tiradas (1)
Cargando editor
19/11/2014, 15:47
Cuinthere

¡Oh Steznah! ¿Lo conocéis? - Preguntó con su sonrisa reptiliana en el rostro. - Sí, él me liberó de las cocinas en la Serpiente de Mar. Vi su barco hace muchos años, pero nunca subí a él. Seguro que debe ser un lugar realmente interesante. ¿Os imagináis? ¡Un barco volador!  Justo estaba mostrándoselo a Gus cuando...cuando llegasteis. - Dijo señalando a la ventana del cuarto. ¿Van a atacar Athkatla? ¿Allí donde queréis llevarme? - Cuinthere abrió los ojos como platos - ¡Oh será fantástico! ¿Has oído Gus? !Una batalla! ¡Y promete ser de las grandes! Necesitaré barriles de tinta para narrar todo... - Apuntó tras la mención de la posible nueva experiencia.

No sabía que fuesen a hacerlo, la verdad es que no hablo mucho con mis vecinos ¿sabéis?. Normalmente solo hacen como él. - Señaló a Kormack. - Vienen, cogen lo que desean, desordenan todo y se van. Dicho esto se agachó y con la garra que no sujetaba a Gus colocó los tomos que se habían caído debido al empujón de Morwing. Cada uno de ellos fue colocado en su sitio respetuosamente como si de seres vivos se tratara. Llevan exactamente cuatro días partiendo barcos sin cesar de la isla. Hoy nueve, ayer seis, antes de ayer doce y hace tres día dieciséis. Y tan sólo han llegado seis en estos cuatro días. Los dos últimos ésta mañana temprano, cuando preparaba el desayuno a Gus. - Una vez colocados los libros se detuvo a observar su colosal obra. No sé a donde se dirigen, pero sí sé que en esta dekhana deberían partir todos los barcos. - A lo que después añadió en voz baja. - Ya estaba pensando hasta el color con el que iba a pintar las paredes una vez se fueran pero supongo que ya no podré. 

Recuperando el hilo de la conversación, el kobold continuó con la información acerca de los barcos. Según él, todos los barcos se reunían en la cueva marina conocida como la Boca de la Sirena. Era el único fondeadero de la isla preparado para tal cantidad de barcos. Ésta se adentraba en el interior de la isla centenares de metros y sus altos techos permitían que hasta los barcos con los mástiles más altos navegasen sin problema por el interior. Sus palabras fueron claras acerca del número de barcos que podía contener aquel lugar, noventa y seis amarres. Eso sin contar aquellos barcos que pudiesen estar anclados en el centro de la bahía y de los que la tripulación salía en botes de remos.

Hace mucho tiempo que no voy por allí ya que desde hace unos meses no dejan pasar a nadie sin permiso al interior. - Comentó como si eso le molestase. - Sólo pueden acercarse los hombres de confianza del semielfo tuerto. Supongo que a ese es al que os referís. Se llama Todler y siempre está dando voces. Es espantoso.- Un escalofrío recorrió su escamosa espina dorsal. El puerto está protegido con una enorme y pesada cadena que va de lado a lado de la entrada para que ningún barco pueda entrar o abandonarlo. La levantan o la bajan desde dos torres. ¡Cada una con unas poleas enormes! 

Su historia cesó cuando Ogna comenzó a hablar con él acerca de cuentos. ¡Oh no! ¡Ese no lo conozco! - Exclamó entusiasmado agitando el brazo que no sujetaba a Gus. ¿Cómo es posible que no conozca ese cuento? Y de un kobold nada más y nada menos. Suena interesante. - El pequeño draconiano sonrió sinceramente. Os comprendo. - Añadió a continuación de una forma no tan amable. Iba a pedir alegremente que le contase el cuento cuando pudiese pero la chiquilla pronunció la única cosa que podía hacer perder los nervios a Cuinthere. ¿Quemarlos? - Preguntó incrédulo y sin saber muy bien aún a qué se refería, o más bien no dando crédito de ello. - ¡Nooooo! ¡Mis tomos de cuentas no! ¡No podéis quemarlos! No por favor... - El kobold soltó a Gus, quien revoloteó en busca de su cobijo de madera, y de rodillas se arrastró hasta Ogna con lágrimas sinceras en los ojos. ¡No por favor! ¡No los queméis! - Lloraba desconsoladamente.

 

- Tiradas (2)

Notas de juego

Apuntaos las pociones y las pertenencias que ya tengáis confirmadas como vuestras.

Una vez esté todo repartido y sepáis qué vais a hacer indicadme a dónde vais.

La puerta donde Kormack está enfundándose en la armadura tiene una puerta más que da al interior del edificio y otra que es por la que habéis entrado desde la muralla, aparte de la que da a la habitación de Cuinthere.

Cargando editor
19/11/2014, 16:39
Losse

Abochornado por el trato que le había dado anteriormente, Losse se acercó al kóbold que se arrodillaba junto a Ogna y, agarrándolo del brazo lo levantó. - Tranquilo amigo. Te pido disculpas por mi comportamiento anterior, comprende el tipo de gente del que has estado rodeado en este fuerte. - El elfo pasó la mano por encima de su cabeza para tranquilizarlo y añadió - Nadie va a quemar nada aquí. Es más, intentaremos llevarnos cuantos libros podamos para que puedas sentirte de la mejor manera posible. Sin duda tienes mucho por descubrir a nuestro lado, pero no hay que olvidar el pasado, ¿verdad? - mientras una leve sonrisa brotaba en el rostro del elfo.

Poco a poco lo apartó de Ogna echándole una mirada severa ante la poca delicadeza y se dirigió al resto de sus compañeros. - Coged los que creáis que son los mejores libros y continuemos con nuestra labor - Por un segundo Losse vio como el enano agarraba una especie de carrete del que brotaba una cuerda con cierta envidia. - mmm, parece muy ligero -

La comodidad del kóbold en el grupo, si es que decidía acompañarles, era primordial para Losse, y quiso interesarse más por él - Cuéntame Cuinthere, ¿cómo has logrado saber que sirvo a Mielikki? Me parece una habilidad excepcional. ¿Dónde conseguiste aprenderla? - Y con un silbido y gesto de manos, llamó a la gaviota que rápidamente se acercó con su débil aleteo y pequeños saltos hasta su mano, la cual había agachado hasta casi el suelo para recibirla. *

- Tiradas (1)

Notas de juego

* Hay que ganarse al lagarto XD

Cargando editor
19/11/2014, 18:23
Morwing

Morwing tuvo que taparse la boca disimuladamente para evitar reír al ver como Losse regañaba con la mirada a Ogna y hacía más caso a aquel pequeño reptil que a la joven bardo.

- Esperemos que no termine como la historia de amor entre Irithan y Thantarela, ja ja ja, imaginaba entretenido el hechicero.

Mientras el elfo druida estrechaba los lazos con su nueva “mascota”, Morwing aprovechó para cambiar su arco y sus flechas por otros de la armería que sin duda serían de mejor calidad. Mientras terminaba de equiparse, cayó en la cuenta en que no tenían la menor idea del edificio en el que se encontraban. – Espera Cuinthere, háblanos de este edificio. ¿Qué hay en los niveles inferiores?¿Hay alguna forma de poder llegar a la cueva del oeste sin llamar la atención? Háblanos del resto de la fortaleza… ¿Qué hay en todos esos edificios?, preguntaba mientras señalaba los tejados que podían divisarse desde su ventana.

Cargando editor
19/11/2014, 19:22
Zanc Piesligeros

El pequeño Gnomo finalmente optó por soltar al Kobold al ver la reacción de los demás, no creía que hiciera alguna estupidez con todos rodeandole, pero el había visto al bicho usar magia, no se fiaba ni un poco del reptil, pero debería tener un ojo sobre el, nunca está de más un poco de precaución. Con curiosidad observó los objetos del cofre, lo que más le llamó la atención fue aquel extraño cinturón de múltiples bolsillos, ciertamente le sacaría gran utilidad. Asintió a la propuesta de recolectar la mayor cantidad de documentación posible y guardarla en aquel cinturón mágico, así mismo guardo las pociones que llevaba en la mochila y los objetos alquímicos, así como sus herramientas de trabajo y los proyectos en los que estaba trebajando, aquellas pequeñas trampas activables por presión. Así mismo también fue hasta la habitación de intendencia y se equipó algunas de las armas que allí habían. Esperó la respuesta del lagarto para decidir su próximo paso a seguir.

Notas de juego

Si encuentro estoque de tamaño pequeño, cojo uno, de lo contrario cojo una daga de tamaño mediano. Tomo algunas flechas de gc de mi tamaño, si no, le digo a Losse si puede adaptar algunas al tamaño de mi arco, con 40 serían suficientes.

Cargando editor
19/11/2014, 19:40
Kormack Quebrantahuesos

El enano sonreía con su nueva armadura y su nuevo escudo. Iba inmaculado, casi parecía Allen entero plateado. La sonrisa y el buen humor volvían al rostro del enano. Para variar Ogna le echaba la bronca...
PUES DECIDIDO! dijo golpeando su armadura. Ia tenemos porta-antorchas! dijo cogiendo al mierdecilla entre sus brazos. Tus tarrreas serán mantenerrrrme limpio, cocinarrrr, darrrr consejo, escribirrrle poemas a Ogna... le ha dado porrrr cantarrrr, sabes? Es incómodo, me pone de mala uva. Porrrr cierrrto, perrrdona lo de antes... Me caes bien! Segurrro que erres muy útil y cocinas genial. desde luego la idea de que alguien cocinase le seducía, pues pese a tener una mujer en el grupo parecía que sólo comiese ramitas del bosque como su amor. Ia verrrás, lo bien que nos llevamos! Estarrrás a mi cargo!!! dijo con una sonrisa, palmeando suavemente la espalda de Cunta. Cunta el contadorrrr... 

Notas de juego

Si hay púas se las pongo al escudo Pavés de GC y a la armadura completa GC.
Y voy si blasón.

Cargando editor
19/11/2014, 21:09
Ogna

- Si tiene que mantenerlo limpio no va a tener tiempo para mucho más, el pobre  jijiji.-  Le dijo a Davros dándole un pequeño codazo en las costillas a modo de complicidad. Era mejor tomárselo con humor. Si no iban a acabar agriándole el carácter.

Cargando editor
19/11/2014, 21:55
Cuinthere

Disculpas aceptadas. - Respondió aún receloso Losse. Sí, sé que hace cosas malas con la gente. - Añadió un tanto avergonzado por la actitud de aquellos con los que compartía alojamiento. Por eso no me hablo con ellos apenas. Si no fuese por el señor Steznag yo no podría vivir aquí. - Recordó de nuevo la liberación por parte del tiflin de su servidumbre hacia el capitán del la Serpiente de Mar. - Alguna veces quieren hacerme daño pero Gus y yo procuramos evitarlos. Por eso si no estamos en la habitación, caminamos por los alrededores para que Gus aprenda el lenguaje de los suyos. He intentando enseñarle a hablar nuestro idioma, pero parece que no quiere aprenderlo. No he conseguido si quiera que diga mi nombre. - Dijo encogiéndose de hombros.

Adiviné que eras un seguidor de Mielikki por ese tatuaje de tu mano derecha. Nadie que no sea un seguidor de la Señora de la Naturaleza suele llevarlo. - Respondió de nuevo a la otra pregunta del elfo. - Cuando era una cría y Tuldren me ensañaba a leer, tuve que aprenderme la historia de los dioses. Fue un libro muy interesante. ¡Qué pena tener que dejarlo en aquella torre! - Exclamó al recordar su precipitada huida de la torre del mago una vez éste fue asesinado.

Abrió un cajón de su cómoda y extrajo un par de prendas de su tamaño para introducirlas en su petate de cuero. Morwing aprovechó ese momento para acercarse hasta él e interrogarlo acerca de los edificios que formaban parte de la fortaleza. 
¡Oh! Saliendo por esa puerta - dijo refiriéndose a la puerta de la habitación contigua que daba acceso al interior del edificio - es donde duermen algunos de los hombres de la guarnición, y las plantas de abajo también son usadas para lo mismo. No bajo nunca a la planta baja porque a Krondar Negraestela no le gusto y él tampoco me gusta a mi. Es un enano gris y vive con el resto de los de su raza. No son miembros de la Serpiente del Mar pero el Capitán Latham se llevaba muy bien con ellos y los trajo con nosotros cuando llegamos. No me gustan los enanos grises, son muy malos y no me agrada como miran a Gus - Añadió arrugando el hocico.

Al otro lado de la casa hay un establo y un corral, que es donde guardan las vacas, caballos y dos ovejas. También viven gatos y perros pero no nos acercamos mucho por allí ya que hay un perro grande que también me mira mal y no me fío de los gatos que nos vigilan desde las vigas. 

A ver... aquel de allí son las cocinas. ¡De vez en cuando hay bollos dulces que están deliciosos! - Ladró animadamente. Aquello son donde viven los marinos, y hay un par más de casas que no se ven desde aquí que también son donde duermen y comen ya que tienen dos comedores porque en uno no caben todos.

¡Ah bueno!  Aquella torre es donde vive un mago que me da muy mala espina y donde el Capitán Latham tiene su habitación. Allí tampoco me dejan ir. - Quiso continuar pero Kormack, quien ya estaba totalmente equipado con su nueva armadura llegó por desde atrás y lo levantó en brazos. Gus escapó por los pelos del mortal abrazo del enano quien cuando era cariñoso podía ser igualmente peligroso que cuando estaba cabreado. Sin embargo el pequeño Kobold le agradeció el gesto de disculpa con una sonrisa. Por suerte aquel duro acento del enano era difícil de entender y el kobold no enteró demasiado bien de cuales se suponían que eran sus funciones mientras estuviese con los aventureros, o si se enteró prefirió no hacer comentarios al respecto viendo lo voluble que el pelirrojo podía llegar a ser. 

Sniff, sniff - Olfateó. ¿Por qué oléis tanto a vino? - Preguntó para acto seguido continuar guardando sus pertenencias, o al menos aquellas que los compañeros no le habían robado.

Notas de juego

1 - Edificio de tropas: (1ª planta viviendas duergar. 2ª planta habitaciones de piratas, 3ª planta vivienda de Cuinthere, sala de intendencia, trastero y almacén)

2 - Establos

3 - Edificio de tropas y comedores.(1ª planta comedores. 2ª planta habitaciones de piratas)

4 - Pozo y acceso al aljibe.

5 - Edificio de tropas y comedores: (1ª comedores. 2ª planta habitaciones de piratas, 3ª planta habitaciones de piratas y sala de armas)

6 - Cocinas

7 - Edificio de tropas

8 - Torreón. (Vive el Capitán Lathan, sus hombres de confianza y el mago del bastión) No sabéis en qué disposición porque el kobold no entra ahí nunca.

9 -Almacenes (Guardan provisiones en su interior así como carros de transporte)

10 - Entrada principal

11 - Torres de guardia

 

Cargando editor
20/11/2014, 11:47
Morwing

Morwing escuchó atentamente las detalladas indicaciones del kobold acerca de la fortaleza. Había muchos puntos a tener en cuenta, pero lo más urgente era como salir del punto donde se encontraban. – Bajar a los niveles inferiores sin llamar la atención creo que va a ser muy complicado, apuntó el hechicero, - Y más teniendo que cargar con nuestro nuevo “amiguito”, pensó. – Cuinthere, ¿sabes cuantos guardias permanecen en las torres de vigilancia?, preguntó al pequeño kobold, - Había pensado que algunos de nosotros podríamos ir allí con algún pretexto, ya se me ocurrirá algo. Una vez dentro los reducimos y avisamos al resto. Si lo conseguimos podremos bajar hasta el patio principal y avanzar desde allí. ¿Qué os parece?

Notas de juego

La idea es ir yo junto con 2 o 3 o 4 de vosotros disfrazados como si fuerais mi guardia personal. Cuando entremos los matamos y avisamos al resto. Una vez que nos hagamos con el control de la torre pues ya vamos viendo por donde avanzamos.

Lo de ir yo es sólo por la tirada de Engañar. También podría ser Ogna…

Cargando editor
20/11/2014, 12:18
Ogna

Mientras planeaban, Ogna formaba parte de a cadena "humana" que iba vaciando las estanterías tan púlcramente ordenadas por Cuntaquinte. Todos esos datos, unidos al kobold y lo que ellos mismos habían averiguado, serviría para denunciar que Stenzag era un peligro para la Ciudad de los Comerciantes. Miraba con desconfianza cómo el gnomo se apropiaba de algunos objetos pero, después del bochorno que había pasado con el tema de la poción, no se atrevió a decir nada. Hasta repartía objetos entre unos y otros, con el descaro propio de los de su raza, ignorando en dicho reparto a Ogna, por supuesto. Como si no lo viera. Tanto Kormack como Zanc eran unos despechados. No soportaban que Ogna hiciera buenas migas con sus otros compañeros.

Celos, son puñales que se clavan en el fondo de tu alma...

Por su parte le sudaba el coño, hablando claro y mal, que nadie dijera nada al gnomo. Como si querían poner en sus manos las cuentas del grupo. A ella el dinero no le interesaba para nada, aunque tampoco iba a permitir injusticias en cuanto a su reparto. Otra cosa eran los objetos raros y el conocimiento. Consideraba que su sapiencia, que su vasto conocimiento del mundo, le hacían la más apropiada para que todos los objetos raros cayeran en sus delicadas manos. Ella era Ogna, Manos-Delicadas, como la llamaba Vishna. Y hablando de objetos raros echó un vistazo a una estatuilla de un perro de ónice que le llamó la atención por parecerse a su delgaducho perro Pino. Lo tomó entre sus brazos y lo abrazó fuerte, mientras giraba sobre sí misma.

¡Oh Pino, por fin nos encontramos de nuevo!- Tras estudiarlo un poco vio que era un maravilloso objeto que le sería muy útil si alguna vez tenía que deshacerse de Losse. Se sorprendió a sí misma con ese pensamiento y se mordió el labio inferior atormentada por la culpabilidad. Después de todo el elfo de cabellos plateado la había protegido en múltiples ocasiones.

No seas tonta Ogna. Sólo es un poco seco. Eres más fuerte que todo esto.

Dejó algunas de sus viejas armas allí, mientras cogía otras de mejor calidad. Se hizo con mejores flechas, guardando en un lugar especial las cuatro que le había hecho Losse. Esas cuatro flechas estaban imbuidas, al menos en la imaginativa mente de Ogna, con la magia del amor sincero. Un amor que sobrepasaba todos los obstáculos, incluso entre razas, dotándole de una fuerza y determinación inconmensurable. ¡Cuán inspiradores eran los estados alterados del alma! Si cuando pertenecía a los Ocho de Valigar la inspiración le venía de continuas incursiones en el sombrío, y frío pozo de la depresión, ahora las musas la visitaban gracias a un sentimiento mucho más agradable y cálido, el amor, pero no por ello le atenazaba menos la boca del estómago. 

Escuchó a Morwing plantear su propuesta. Ogna no iba a opinar sobre el camino a seguir para llegar hasta El Tuerto, pero sí le gustaba señalar las obviedades.

- No tendremos mucho tiempo hasta que se pongan a buscarnos por aquí. En cuanto descubran los cadáveres de la muralla.- Ninguno de ellos se había molestado en ocultarlos demasiado. Aunque fueran disfrazados, si había una alerta, acabarían descubriéndolos.- Necesitamos una buena distracción y movernos lo antes posible.- El incendio, una vez puestos a salvo los tomos, le parecía la mejor solución.

 

 

 

Notas de juego

¿La entrada al camino que lleva a la cueva es la posición 10?

Cargando editor
20/11/2014, 19:25
Kormack Quebrantahuesos

Ecuchásteis!!! Le gusta el vino! JA! Qué bien nos viamos a ievarrr! decía con una mueca que bien recordaba a una sonrisa.  Bueno, cuéntame... y cual es tú especialidad? decía mirando al lagarto, igual sabía hacer algo fuera de lo común que el enano debía saber Erres bueno escondiéndote? Con arrrrcos? Acaso dar cerra con hachas? Habla trrranquilo, pequeñajo. Ahorrra estás a mi carrrgo, sabes?

Cargando editor
20/11/2014, 19:32
Davros Zokk

Davros comenzó a inspeccionar las armas y armaduras expuestas, observándolas con detenimiento y deleitándose con ellas, a la vez que lamentándose no poder coger una de cada, ¡cada una era ideal para una situación en concreto! Aún así se cargó de armas lo que pudo, mejorando las que tenía y equipándose con algunas nuevas, un arco que quería hace tiempo, una ballesta, que se ocupó de cargar el virote, una lanza nueva, que la que usó con el elemental estaba algo astillada, y algunas cosas más, al final parecía un vendedor de armas de los mercadillos ambulantes que recordaba del continente. Probablemente tendría que librarse de muchas de las armas que acababa de elegir, pero eso no le llevaría mucho tiempo. Las armas con intención de librarse de ellas, si era necesario, las guardó juntas en un saco y se lo echó al hombro, pesaban mucho, pero era un estorbo soportable teniendo en cuenta lo útiles que pensaba que podían llegar a ser en sus manos.

Volvió a reunirse con los compañeros para intentar continuar con la misión y llegar a un acuerdo sobre cual sería la mejor forma de seguir su camino hacia el tuerto.