Partida Rol por web

Atendiendo al llamado acudis al Eliseo.

Por las medidas de seguridad os dais cuenta enseguida de que no se trata de ninguna tonteria, ademas no estais solos, los primogenitos de cada clan, excepto el toreador van llegando uno a uno.

El Eliseo es un maravilloso museo de reciente restauracion. Toda la tercer planta a sido acondicionada para la reunion. 

En el centro una enorme mesa rectangular y presidiendola un sillon de cuero negro, destinado sin duda al principe. Por el hilo musical suave musica clasica suena como queriendo relajar un ambiente tan tenso que podria cortarse con un cuchillo.

James William entra tranquilamente en la estancia y ocupa el sillon que le estaba destinado. Saluda brevemente a los presentes.

Buenas noches-Dice con una inclinación de cabeza.

Llego acompañado de la bella Mary. Aunque le cedo el paso al entrar como todo buen caballero. No soy el primogenito de los Gangrel pero en ausencia de mi sire cumplo sus funciones lo mejor que puedo.

- Espero que nadie recuerde que mi sire se a largado sin despedirse... como a alguien se le ocurra preguntar que hago aqui podemos tener problemas los dos. Lo peor es que no tengo ni idea de donde a ido....

-¿Alguien conoce el motivo de esta reunion?.- pregunto esperando que el tema no se centre en mi.

Entro con Daniel mirandolo todo curiosa, mas que tranquila pues la verdad es que a mi no me preocupaba esto, mi comportamiento era sublime y mi poder me dejaba lo suficiente tranquila como para no temer un asalto.

Sonrei al Gangrel cuando me cedio el paso y observe curiosa a los que estaban alli.

Las puertas se abern de golpe y se hace un breve silencio. Un hombre vestido de negro, atrapado por la estética del Pop Punk de los 80, entra con paso firme. Su abrigo de cuero negro hace remolinos y sopmbras a su alrededor. Su baja estatura no hace más que remarcar la fuerza de su mirada. A su lado, gigantes parecen encoger hasta llegar al suelo. Se trata de Richard Doyle, príncipe Brujah de San Francisco.

Entro con decisión, sin mirar a nadie en concreto, caminando a paso firme hacia mi sillón. Sólo una mirada de reojo a Daniel, el chiquillo del primogénito Gangrel. De un salto, me coloco frente a mi sitio y, con un gesto, pido a los Vástagos presentes que se sienten. Permanezco de pie. En mis nudillos todavía quedan restos de sangre y de grava. Huelo a violencia y muerte. Hago un rápido reconocimiento visual para asegurarme de que están todos aquí, y empiezo a hablar con voz grave, ronca y metálica.

- Hermanos, amigos... Seré claro y directo, y no repetiré las palabras que voy a decir. Nos encontramos frente a una curiosa crísis, una que podría haberse evitado de no ser por la incompetencia de algunos. Sabed que mi humor está particularmente turbio esta noche, pues las noticias son malas. Nuestro problema es simple:  Hay un cazador suelto en la ciudad. - Vuelvo a alzar la mano, anticipando cualquier comentario que minimice el problema o pretenda banalizarlo.- Este cazador ha terminado ya con la existencia de nuestro primogénito Toreador, así que no es alguien a tomar a la ligera. Hace escasas horas, vino a verme un chiquillo, Benjamin Rox, prole de Grergor Brest. Había sido enviado por Owem, el príncipe de Oakland;  nuestro querido vecino. Al parecer, éste cazador ya había matado a unos cuantos 'seres insignificantes', según palabras de Owem, en Oakland, y tiene su guarida en la misma San Francisco. El joven Benjamin Rox, me pidió autorización para rastrear al cazador, y le di permiso y poderes como para hacerlo. Por lo visto, este molesto mortal se ha adelantado a los esfuerzos de Rox y ha abatido a uno de los miembros más queridos de nuestra comunidad. Señores... esta es la situación. ¿Preguntas?

Abro los brazos, indicando que estoy dispuesto a escuchar. Cualquiera que me conzca un poco, sabrá que esta disposición es bien limitada, y que no tengo paciencia con las necedades ni las faltas de atención.

Se que soy el menos indicado para hablar pero no puedo evitar alzar la mano de forma timida.

- Señor... ¿Que sabemos de ese cazador y por que Benjamin no se encuentra presente?¿Tambien a sido abatido?

Con la entrada del principe algunas de las dudas del Ventrue parecen despejarse, ahora algunas de las piezas encajan perfectamente en los sucesos acaecidos hace apenas unos minutos. Así que un cazador, por lo visto bastante habil. Observa a su alrededor, un tímido chiquillo rubio toma la palabra. Decide esperar para hablar, siempre es mejor esperar la siguiente carta antes de decidir la apuesta...

Me quedo mirando fijo a Daniel por unos segundos, con una expresión que podría entenderse como de odio, desprecio, o absoluta indiferencia. Hago un leve gesto a Dudley, mi fiel ayudante, que escribe algo en una libreta. Sonrío de medio lado, cosa absolutamente inusual en mí.

- Buena pregunta, joven Daniel. No sabemos mucho del cazador. Sólo su nombre:  John. El chiquillo Benjamin Rox sabe más... su historia, su lugar de residencia y, si todo fuera como ordené, nuestro sheriff debería tener ahora mismo esa información. El hecho de que Rox todavía no lo haya apresado no es sorprendente; apenas hace seis horas que habamos y una operación como esta debe hacerse con cautela, si queremos evitar romper la mascarada o ahorrarnos posibles represalias de familiares y conocidos. Owem desestimó el peligro que entrañaba este nuevo enemigo y, por su falta de diligencia, ahora nos vemos en esta triste situación.

Mis ojos se desprenden de Daniel y abarcan a toda la concurrencia.

- No os he citado para que encontréis la forma de cazar a este John... El sheriff ya está trabajando en esa tarea. Aunque las buenas ideas son siempre bienvenidas, me gustaría que centráramos nuestras energías en otros dos asuntos prioritarios. El primero:  Nombrar a un nuevo primogénito Toreador. Necesito saber quién está dispuesto a ocupar ese cargo, quién cuenta con el apoyo de los demás ciudadanos y quién no, así que sed francos conmigo. Por otro lado, dado que John sólo es un mortal, un ser inferior, no podemos echarle a él la culpa de lo sucedido. El culpable directo es, en este caso, el príncipe de Oakland:  Owem. Apelo a vuestro sentido de la justicia para que aportéis ideas al justo castigo que debe recibir nuestro vecino. Por último, debo rogaros que os mantengáis alerta y alejados de la zona de los muelles. Según Rox, ese es el terreno de caza predilecto de John. Ahora si: ¿Ideas, sugerencias?

Vuelvo a esperar a que los otros tomen la palabra, dejando claro con mi actitud que seré amable y comprensivo con los que no sepan qué decir, y generoso con los que aporten algo útil.

"¿Represalias directas contra un principe de otra ciudad vecina? Este principito debe de haber perdido la cabeza, maldita la hora en la que los ventrue dejamos de gobernar ciudades para cederselas a tipos brutos, sin sentido de la diplomacia y demasiado influidos por ideas tontas y útopicas."

William escucha atentamente las palabras del principe y levanta la mano para pedir el turno de palabra:

Con todos los respetos, mi principe.-Dice mirando primero a los presentes, unos instantes despues directamente a los ojos del Brujah.- No digo que el principe de Owen no tenga que pagar un precio por su incompetencia, me refiero a una suma de dinero, quizás una destitución, quizás la suya propia...Pero en mi opinión, no se deben tomar represalias directas contra el principe de una ciudad gobernada por la Camarilla. Una guerra civil entre hermanos nos rebajará al nivel de los perros del Sabbat.

Echo una mirada gélida a Godfarth, mientras Dudley apunta en la libreta.

- Por lo visto, algunos miembros de esta comunidad no calibran la importancia de los cargos. Y no hablo del mío, como comprendereis... El primogénito Toreador ha muerto, y lo primero que oigo es que no es buena idea tomar represalias. Entonces, dejemos que los fallos de Owem nos persigan y nos aniquilen sin levantar un dedo, dado que es un hermano de la Camarilla. ¿Quién ha hablado de guerras civiles?  ¿Quién ha dicho nada de tomar represalias directas? Señor Godfarth, si esa es vuestra manera de proponer ideas, os sugiero que procuréis ser más directos en el futuro. He pedido sugerencias, no censura ni bloqueos. Cuando quiera que alguien me contradiga, tened por seguro que seréis la última persona a la que llamaré. ¿Debemos permitir que la falta de visión y prudencia de nuestro vecino acabe con las vidas de aquellos a quienes más queremos. Ahora y siempre digo lo mismo:  No. Owem debe pagar por esto. ¿De qué manera?  Eso es lo que estoy preguntando. No os he pedido que nos levantemos en armas contra Oakland. Si todavía seguís pensando que esa es mi forma de actuar, acaso por naturaleza o por costumbre de clan, es que apenas me conocéis o que habéis vivido en un lugar ajeno a San Francisco durante los últimos años, época marcada por la paz. Por favor, haced uso de vuestra astucia y recordad quién es vuestro enemigo. Hoy es un cazador ¿Quién nos dice que mañana no vendrá un enjambre de bastardos del Sabbat infiltrados desde Oakland? La indolencia de Owem ya ha demostrado ser peligrosa; ya se ha cobrado una víctima de peso en nuestra ciudad. El cazador lleva ya tiempo actuando en sus dominios, pero no fue hasta hoy que recibí noticias de ello. Casualmente, el mismo día, perdemos a uno de nuestros primogénitos. Si os gusta creer en la casualidad, mantened vuestra boca cerrada y considerad mis actos fruto del azar. Sin embargo, si consideráis que vuestra voluntad y capacidades sirven para algo, aportad algo útil, en lugar de negar y refugiaros en el miedo.

Suspiro mahumorado y paso una mano por mi pelo. De él, caen cenizas y goterones de un líquido oscuro y espeso.

- Nadie discute la incompetencia de Owem, hasta yo que apenas tengo 10 años de existencia vampirica me doy cuenta de ello, pero pienso que deberiamos centrarnos antes en eliminar el peligro. No se que habra descubierto Benjamin pero es muy raro que un cazador trabaje solo y mas que logre matar a un primogenito el solo.

- El primogenito de los toreador era antiguo y poderoso, ¿Como un hombre solo pudo lograr tal azaña?

Kaulits entro en la sala y miro a todos por igual colocándose a la derecha del Príncipe, miro al resto y noto que aun faltaba alguien… - Les responderé, John el tal cazador esta muerto.. Rox paso por mi refugio para decirme que este tío estaba causando alboroto en la ciudad y ya me ocupe de ello….- Comento mientras se acomodaba en el sillón.

Pero no nos pasemos de listos tengo el lugar donde parece estar su aprendiz, un taller que seguramente es una tapadera – quedo en silencio – Aunque el príncipe de Okland quiere echarnos la culpa de toda la mierda que esta pasando allí afuera… -

Espero silencioso a que Victor termine con su resumen, mientras miro distraído por la ventana. Cuando calla, me giro de golpe.

- Estupendo, señor Kaulits... todo perfecto pero... ¿Quién dio la orden de matar al cazador? Creo que fui muy específico cuando dije que le quería vivo. Sin embargo, había que matarle. Siempre es más sencillo así, ¿no? Una simple ejecución y asunto resuelto. Ahora nos enfrentamos con su aprendiz, exclusivamente por tu culpa. Muy bien. Si se me ocurriera ordenar que le mataras... ¿Qué harías? ¿Eliminar a sus hijos, nietos y bisnietos? - Mis ojos arden, llenos de odio.- ¿Qué sabemos de este aprendiz? ¿Cuál es su nombre? 

Mientras hablo, paseo furibundo por la sala, casi echando chispas.

La puerta se abre de subito y Benjamin, el herado de las desgracias, entra con paso firme.

Entro con decision y al encontrarme con la reunion comenzada me detengo para hacer una leve reverencia.

- Disculpe la entrada.- digo como unica disculpa.- Señor, nosotros no matamos al cazador, el toreador le hirio gravemente y cuando llegamos apenas logramos sacarle que tenia complices. Puede corroborarlo. Me ocupe de que parecia un infarto pues el cazador tenia familia que podia hacer preguntas...

Su hijo es un soplapoll... perdon... es un joven prometedor en el mundo de los negocios, es su unico descendiente. Luego tiene una niña adoptada...ahora tendra unos 23 o 25 años. Su exmujer hace años que no sabe nada de el, su hijo tampoco. La chica era su ayudante en el taller y creo que tambien su complice.

Ahora recaía la culpa sobre la persona de Kaulits por culpa del pomposo Toreador que se había cargado al cazador… menuda suerte, seguramente si jugaba a la lotería se ganaría el premio Gordo de un par de millones; el ceño fruncido hasta que Benjamín ingreso en el lugar explicando las cosas y dejándole nuevamente con las palabras en la boca. El Gangrel ya estaba con los cojones por el piso y con esto parecía que habían saltado sobre ellos un par de veces…

Ahí esta la confirmación, no tuve nada que ver con esto Mascullo las palabras que salian de su boca

Gruño sonoramente, aprieto los puños, y cierro los ojos, a punto de arrancarle la cabeza a alguien. Respiro con profundidad un par de veces, y vuelvoa abrir los ojos, con una sonrisa casi pícara en la cara. Palmeo la espalda de Kaulits.

- Si eso es así, te felicito por un trabajo bien hecho, mi buen amigo. La próxima vez, procuraré escuchar la historia al completo antes de juzgaros. - Me vuelvo hacia Rox y asiento con la cabeza, como reafirmando su confianza.- Ambos habéis hecho bien. Ahora queda cortar los flecos. A la aprendiza, a la hija adoptiva y al hijo... los quiero vivos. Tenemos mucho que aprender de gente así, con una voluntad tan poderosa como para enfrentarse a nosotros. Necesito sus nombres, direcciones y todo. Entregadle esos datos a Dudley y seguid con vuestro buen hacer. - Vuelvo a enfrentarme al resto de la concurrencia.- Como véis, el asunto del cazador apenas os concierne. Mi buen Kaulits y nuestro nuevo amigo, Benjamin Rox, ya se están encargando de ello de forma sobresaliente. Lo que nos lleva de vuelta a los motivos reales de esta reunión:  Encontrar a un nuevo primogénito Toreador, y encontrar el justo castigo para Owem por su incompetencia. Antes de que nuestro querido Godfarth hable, aviso que rechazaré de plano cualquier sugerencia que pase por avisar a los poderes superiores de la Camarilla o lanzarse hacia una estúpida guerra civil. No es un asunto de tanta importancia. Recurro a vuestra imaginación e ingenio para idear un castigo ejemplar, que exponga a la luz sus faltas sin tener que lamentar daños entre los nuestros o entre los suyos. Por favor, recurrid a vuestro sentido poético, y dejad de soñar con la guerra.

Mi actitud se ha suavizado, pero un fuego abrasador sigue ardiendo dentro de mi pecho. Alguien pagará los platos rotos. Pronto.

- ¿Que tal mandarle a los cazadores en su contra? Podiamos ofrecer datos a su hijo.. Ellos ya saben que existimos ¿Por que no utilizarlos?

- Le podiamos decir ese rollo de que hay vampiros buenos y malos, que a su papi se lo cargo uno muy malo que se llama Owem...- Digo buscando una forma sencilla y rapida, ademas no nos ensuciariamos las manos porque no somos responsables de lo que hace un cazador ¿Verdad?

- Podemos manipularlo, solo es un humano que ahora estara sensible porque alguien mato a su papa.