Partida Rol por web

"El pecado siempre sienta bien"

Nicolás el vampiro

Despertáis en la penumbra del caserío que habíais encontrado la noche anterior. Una luz azulada y tenue se cuela por los ventanales del comedor, y toda la propiedad esta empañada con el olor de ceniza fría y ácaros. Ese peculiar aroma de las casas viejas y en desuso.

Uno a uno os vais despertando en silencio.

Algo os alerta. Hay luz en la cocina. Si había un lugar en desuso en los refugios de vástagos tenía que ser por fuerza la cocina y esta vez no era así. El crepitar de la leña os indica la presencia de un fuego y cuando os acercáis con cuidado por fin se desvela el misterio:

Darla suelta el cucharón y se lleva la mano al pecho asustada al ver al primero de los inquilinos cruzar la puerta de la cocina y salir de las sombras. La ghoul se las había ingeniado para recoger algo de carboncillo y encender un pequeño fuego sobre el que colgaba un puchero que estaba removiendo con cuidado hasta que llegáis.

 - Perdón, me habéis asustado. No os esperaba tan pronto.

Una nueva noche llega, y con ella una nueva prueba. Tengo por costumbre ser madrugador y esta noche parece que no es una excepción, los demás aun no han aparecido cuando entre en la cocina y me encuentro con Darla

-no hay nada que perdonar hermana, auqnue espero que no hayas cocinado mucho, me temo que nosotros ya no sabemos apreciar la cocina-

Me siento a una distancia prudencial del fuego observandolo con cierto temor irracional

-¿que es este miedo que nos embarga con el fuego?¿no es el temor de las bestias?¿no es el hombre el hijo predilecto de Dios y el fuego su arma y su don?, ¿es esta una prueba de que estamos apartados de la mano del Señor?- voy divagando en voz baja para nadie en particular, estas cuestiones teológicas me atormentan noche tras noche

Bernini se levantó aun cabreado.

El hombre habia sido en vida rápido para el enojo y lento para perdonar, en NO vida, aquello parecía haberse intensificado.

Sin apenas cruzar una mirada con la mujer que cocinaba, Bernini se dirigió a la mesa donde estaba Giani, individuo que venía buscando desde ayer, al llegar a donde este se encontraba, tomando una silla se sentó frente a él.

Y lo miro sin abrir la boca (y con cara de mal follado).

Sav se despertó y pudo notar como su cuerpo estaba mucho más descansado, sin duda hacía tiempo que no pasaba una noche en un refugio en el que poder despreocuparse.

Una vacilante luz acompañada de un crepitar de las brasas anunció la presencia de un fuego, el aire traiga olor a comida lo que sin duda parecía raro, pero pudo escuchar la voz de la mujer dandole sentido a todo. Se incorporó comprobando que era el último en despertarse para acercarse a la cocina.

Hace tiempo que deje de temerle a nada excepto a mi mismo

Bernini le lanzo una mirada de soslayo a Sav quien ahora entraba a la sala, por un momento se mantuvo en silencio con el rostro torvo, pero pronto cierta picardía maliciosa vino a su rostro al tiempo que comenzaba a hablar.

Pues congratúlate en ello, dijo sarcástico poniendo una coz finita y desagradable, podremos contratar a un bardo gitano y pedirle que cree una canción para asustar a los niños que no se comen su cena donde tu careto sea el monstruo bajo la cama.

Sav había sido bueno con él, en realidad Bernini estaba cabreado con Giani, muy pero que muy, cabreado.

Aricia al ver como el resto se iba encontrando en la cocina, entra sorprendida con el ceño fruncido y se relaja al ver a Darla quien parece no saber qué hacer otra vez.

Cariñosamente me acerco a mi ghoul y le paso un brazo por detrás de la espalda.

- ¿Estabas hambrienta, verdad?

La miro a los ojos para que se calme.

- Giani está en lo cierto. De todas formas, aprovecha para alimentarte tú.

Afectuosamente me separo de ella y dejo que siga con lo suyo.

Aparezco con cara de pocos amigos. No había dormido bien y empezar la noche con las excentricidades del nuevo renacuajo de Giani era levantarse con el pie izquierdo con todas las de la ley.

No digo nada directamente pero le lanzo una mirada a Sav después del último comentario de Bernini como diciéndole "¿Es que no vas a decirle nada?"

Estaba claro que alguien debía darle una lección de modos a Bernini y personalmente me sentía muy orgulloso conmigo mismo por haber aguantado tanto sin ser yo mismo quien propinara dicho tirón de orejas.

Meditando sobre sofismas metafísicos tardo un poco en reparar en la presencia de los demás, incluso Bernini plantado delante de mi con cara de pocos amigos parece haberme pasado desapercibido

-Buenas noches- digo a todos en general aunque ahora observo a Bernini

-Creo que ayer tenías algunas dudas ¿no?, planteadas de forma bastante indiscreta he de decir, has de cuidarte de donde hablas de segun que cosas-

Me acomodo un poco mas para seguir hablando con expresión adusta -Me preguntabas por algo llamado diosescuros o así creo, lamento decirte que no conozco nada llamado así, y que tomar el nombre de Dios vanamente es una peligrosa blasfemia que te desaconsejo-

El comentario de Bernini como de costumbre carecía de sentido, Sav no respondió nada seguramente por miedo a que las estupideces de Bernini acabaran por cabrearle lo suficiente como para arrancarle su puta boca... confiaba en que Giani pudiera mantenerlo a raya porque si lo tenía que hacer él sería duro...

Bueno contarme que me he perdido durante estos días, ¿habéis podido averiguar algo?

¡Diosucro eres tu MAESTRO! , le dijo Bernini ofendido a Giani, ¡tú!, y el, y ella y aquel, ¡Dioscuro soy YO!, y no importa que sea Dioscuro, o Silla, o lacosadelanoche, o el chupón, o lo que sea…lo que importa es ¿Qué soy, que eres, que somos?.

Y más importante aún, ¿Qué podemos hacer?, pregunto completamente interesado por aprender de su – según el -, muy sabio MAESTRO.

¿Puedo llamar yo a las ratas con silbidos mágicos misteriosos?, consulto silbando hacia los costados como si hubiese por la sala un perro invisible, ¿puedes tu MAESTRO?, le consulto mirándolo, ¿O acaso tus dones oscuros son otros?, ¿Cuáles son?, ¿puedes enseñarme?, ¿puedes?.

Bernini se notaba alterado, deseoso de información y un tantinto alocado.

Un tantito.

Por ahora.

Dejando un poco de lado la discusión pupilo-maestro entre Giani y Bernini, me centro más en la conversación con Sav y trato de ponerle al día.

- Nos hemos presentado al príncipe Mithras que esta investigando el asesinato de un vástago llamado Vance, o quizás solo sea una excusa para tenernos controlados, no sé. Nos pidió ayuda para resolver el caso. Como si nosotros no tuviéramos suficiente con los recados de Hardestat.

Bufo ofendida

- Luego nos reunimos con la arconte Violetta, una toreador que por lo visto está en contacto con la vieja Durga Syn. Parece que está de nuestro lado, pero tampoco nos ha ayudado mucho. Aunque gracias a ella sabemos de la existencia de refugios como éste.

Ya un poco cansada de tanto discurso, intento terminar rápido.

- Y bueno, al final encontramos la dirección de ese Mallote y sus criadas o algo así nos invitaron esta noche a una fiesta de su club de caza.

La cuadrilla se reúne al completo en la cocina y poco a poco van saliendo los intereses e inquietudes que no hubo tiempo de resolver la noche anterior.

Tranquilamente, Darla se sirve un plato de estofado y se lleva un taburete a un rincón donde empieza a comer en silenciosa educación y sin quitaros los ojos de encima en una mezcla entre el respeto y la curiosidad.

-ah, ya entiendo- digo finalmente, parece que no hay blasfemia en las preguntas de Bernini, solo confusión

-el término habitual es vampiro o vastago, con eso te entenderás mejor. Respecto a nuestros dones, son muy variados. Nunca he sido capaz de influir en mas animal que mi montura, y eso con dificultad desde que soy así. Mi principal don es el de la percepción, sin duda ya la habras experimentado sin comprenderla plenamente. Todos tus sentidos se pueden agudizar al máximo, siendo capaz de percibir los pasos de un ratón o detalles en la ropa de un viajero a cien metros. Pero mas aun puedes llegar a ver el alma de vivos y no vivos, e incluso el pasado de las cosas. Y finalmente serás capaz de vislumbrar las sombras-

hago una pausa y miro hacia los lados, solo siguiendo a medias la narración de los hechos de Aricia a la que no tengo nada que añadir

-las sombras de los difuntos, siguen con nosotros, nos rodean, nos acompañan y a veces me atormentan a mi que puedo verlas-

Hago un gesto como intentnado despedir o alejar a algo a un lado de la mesa

-pero eso no se si serás capaz de verlo tu, yo tuve ocasión de vislumbrar mas alla del velo el día que murio Cappadocius, entre en ese terrible mundo de sombras y vi que espera a todos los hombres-

Con los ojos muy abiertos quedo en silencio, reviviendo una vez mas esos fatídicos momentos

La cara de Bernini era un poema.

Un poema a la decepción.

Ya se había imaginado comandando una legión de ratas con tutú y sandalitas de ballet yendo de ciudad en ciudad con su bizarro espectáculo lo cual iba a hacerlo famoso y rico. Deseado por muchas mujeres y hombres y quién sabe, incluso un ídolo entre los mortales.

Esa era la primera de sus opciones, la segunda tenía que ver con entrenar una colonia de hormigas negras y usarlas como agentes encubiertos para robar bóvedas de bancos. Todo el mundo sabía que las hormigas podían cargar mucho peso y seamos sinceros, ¿Quién iba a fijarse en unas hormiguitas de morondanga que habían decidido vivir entre bolsas de dinero y lingotes de oro?.

Por lo tanto, el descubrir que sus poderes tenían que ver con el hecho de poder escuchar si en el cuarto de lado alguien se tiraba un pedo o cuantos granos tenía en el rostro una colegiala a cien metros de distancia no eran para nada interesantes.

Y si a eso le sumábamos “ver las sombras”, o mejor dicho sus almas que como ladillas se pegaban a los pasos que uno daba por el mundo mientras lloriqueaban incesantemente o suplicaban desde sus grises mundos la lista de cosas “obsequiadas” por su MAESTRO se acercaba peligrosamente al límite entre los dones pésimos y los dones de mierda.

Estos eran dones de mierda.

¿Seguro que no puedes amaestrar hormigas MAESTRO?, le pregunto sin un ápice de mofa en su voz, ¿aunque sea un grupito de ellas?, porque, ¡vamos!, exclamo alzando los brazos, eso de andar viendo a los muertos suplicantes no es muy grato a decir verdad.

Parpadeo y vuelvo a enfocar la vista cuando Bernini sigue con sus extrañas preguntas

-¿Hormigas?, nunca me he fijado en las hormigas- Bernini parece tener una extraña fijación en los animales, es raro

-no, no es un don especialmente grato, ni siquiera útil. Pero no hemos despreciar los dones que nos ofrece el señor-

El desinteres de Bernini tampoco me decepciona demasiado, para empezar tampoco esperaba mucho de el

-tambien tengo el don de ocultarme en las sombras, haciendome casi invisible mientras no llame la atención, tal vez eso sea mas de tu gusto-

¿Ein?, Giani sin dudas le estaba tomando el pelo, ¡eso!, quizás era una broma al novato pensó Bernini.

Porque, “esconderse en las sombras y pasar desapercibido, si NO LLAMABA LA ATENCIÓN”, era como decir que la masa de harina seca y dura como piedra que solía comer cuando vivo podía ser una pizza suculenta si se lo imaginaba con mucho empeñó.

No me jodas.

O tal vez Bernini no entendía, tal vez había algún poder en eso de “esconderse” que escapaba a la comprensión del simple cerebro del pobre Bernini. Tal vez, solo tal vez, podía poner aquella capacidad a prueba.

MAESTRO le imploro suplicante, ¿podría usted mostrarme esa habilidad?, le imploro mientras se tapaba los ojos como un niño pequeño jugando a las escondidas.

Sav intentaba centrarse en la conversación con Aricia y entender los avances de los últimos días, pero la voz de Bernini y sus estupideces resultaban ser de lo más molestas. El gangrel miro Jager con una mueca de cansancio mental que sin duda compartían.

Así que una fiesta dijó Sav mientras miraba su atuendo Esperemos no asustar a nadie pero sin otra pista que seguir es la única opción. Giani, ¿alguna sugerencia para que Bernini no empiece a subirse a las mesas en la fiesta?

Las reacciones de Bernini empiezan a aburrirme y empiezo a replantearme la senda que tomo mi propio sire

-es un don para el sigilo Giani, para pasar desapercibido o despistar perseguidores, no para jugar al escondite, ya tendrás oportunidad de probar tus propias habilidades, que podrían no ser igual que las mias-

Porque que el comparta mis dones de momento es solo una teoria, aun no entiendo bien como funciona esto de crear a otros

Por suerte Sav me da la oportunidad de enfrentarme a un asunto mas práctico y apremiante

-El tal Mallotte parece que debe tener alguna información útil, o sobre Ambrogino o sobre el texto que robo, pero no es nuestra única opción. En Lombart street esta la sede de los Giovanni en esta ciudad, dirigidos por un tal Gillespi, sería interesante hablar con ellos, aunque es una misión que puede requerir mucha diplomacia-

Al pensar de nuevo en nuestra misión caigo en la cuenta de algo, puede que Bernini resulte útil después de todo

-tu trabajaste para los Giovanni en Roma, sabes cosas de ellos y de sus operaciones, tal vez puedas ayudarnos-

Bernini se había mantenido con ambas manos sobre los ojos como un niño grande y feo que contando en silencio esperaba a que sus amigos se escondiesen.

Y en aquello le encontró la voz primero de Sav y a continuación la del propio Giani.

Se imaginaba algo estrambótico. No sabía bien que pero seguro ahora retiraría sus propias manos de sus ojos y Giani habría desaparecido o quizás se hubiera convertido en alguna criatura mágica y hermosa.

Después de todo, si Sav podía silbarles órdenes a las ratas quizás Giani pudiera hacer alguna otra cosa que aún no le había contado.

Alguna cosa genial y única.

Algo increíble.

Sin embargo, al abrir los ojos la cruda realidad le demostró – una vez más -, que su MAESTRO o le mentía maliciosamente o que no era tan “megaincreible” como él creía pues Giani seguía sentado en el mismo maldito lugar en el cual le había encontrado al llegar a la sala.

Desilusión.

Todos los presentes fueron conscientes de aquel sentimiento  grabado con fuerzas en el rostro de Bernini.

Giani le había desilusionado.

Una vez más.

Bernini frunció el entrecejo mientras sacaba “trompa” como un crio y encorvando la espalda bufo molesto ante el desaire que sentía por la actitud de Giani.

¿Por qué se negaba a enseñarle si el era correcto y amable para pedir el conocimiento?, ¿para qué le había creado si ahora le negaba las herramientas que necesitaba para sobrevivir en este nuevo mundo en el cual debía moverse?, ¿es que acaso se burlaba de el?, ¿era cruel Giani, como lo habían sido sus antiguos AMOS?.

Quizás sí y Bernini tan solo había sido un estúpido ilusionado con un cambio que no era real.

Profundamente ofendido y hosco, Bernini se cruzó de brazos quitando su vista de la de Giani mientras adoptaba una postura del tipo “berrinche nivel 1” y así se mantuvo hasta que su MAESTRO le volvió a dirigir la palabra.

Se TODO lo que hay que saber de los Giovanni dijo Bernini sin mirar a nadie en particular y contestando con desgano…absoluta, directa, íntima y totalmente, TODO, lo que hay, que saber, de ellos, concluyo mientras remarcaba cada palabra de la frase.