Partida Rol por web

Cruce de Historias

Toma 1.4: Doggie

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24/09/2007, 12:18
Director

Este es tu guión para la historia de Cine Negro:
1.- Una mujer aparece asesinada, con el rostro desfigurado.
2.- Se comete un asesinato en un circo
3.- La búsqueda de pistas deja claro que la caja fuerte está intacta: el ladrón conocía la combinación.
4.- Los trabajadores del espectáculo quedan descartados como sospechosos
5.- Se demuestra la inocencia del sospechoso
6.- La mujer es finalmente asesinada.

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10/10/2007, 22:19
Doggie

Cita:

1.- Una mujer aparece asesinada, con el rostro desfigurado

Soy comprensiva. Sabía desde hace mucho tiempo que mi marido tenía una amante. Nunca me importó. No sé si me era infiel cuando yo estaba enamorada de él, pero, para cuando me enteré, ya no sentía nada. Pensé que lo correcto era montar una escena, pero me di cuenta de que me daba igual. Llegados a aquel punto, mi marido había dejado hasta de darme asco. Nuestro matrimonio y nuestra vida bajo el mismo techo no eran ya más que fruto de la conveniencia. Después de nuestro idilio inicial -que terminó en una precipitada boda- y, tras menos de un año, los roces que desembocaron en el odio y la repugnancia, y luego desapareció cualquier tipo de sentimiento mutuo. Éramos dos extraños. No había ningún interés del uno por el otro. O eso creí siempre.

Conocí a la amante de mi marido demasiado tarde. Llegué a casa y la encontré en mi cama, tendida, inmóvil. La contemplé con curiosidad y asombro: había abierto mi armario y vestía con mi propia ropa. Camisa, chaqueta, medias y tacones. Mi falda negra, levantada casi a la fuerza y dejando ver, apartada a la fuerza, mi propia ropa interior, manchada. Su peinado era el mío. Su estatura y complexión, muy semejantes. La cara -quizá aquello en lo que nos diferenciábamos- había sido desfigurada a golpes. Me asombró la brutalidad mostrada.

Con cuidado, como si ella durmiese, salí y cerré la puerta. Me preparé una copa y me la bebí, sentada en el sofá, absorta en mis pensamientos. Me encendí un cigarrillo y me lo fumé lentamente. Fuera anochecía. Un par de niños jugaban en la acera de enfrente.

Cita:

2.- Se comete un asesinato en un circo

Dormí en el sofá. Por la mañana encendí la televisión. Había algo rondando mi cabeza que no podía precisar, algo extraño y elusivo. Las noticias me lanzaron otro cabo, y escuché: una mujer había sido asesinada a golpes, su cara desfigurada. Su cuerpo había sido encontrado en un circo. Una fugaz imagen me mostró, en una especie de bucle repetido, mis ropas. En este caso se trataba de un vestido blanco y largo, de verano. Un crimen sexual, dijeron los comentaristas. Se ignoraba la identidad de la víctima todavía. Yo tampoco sabía quién había sido, pero no tenía dificultad alguna en imaginar quién habían querido que pareciese. Un fotograma dramático, la mano de la mujer cayendo lánguida hacia el suelo desde una camilla transportada por dos enfermeros. En su muñeca, una ajorca de oro adornada con tres flores entrelazadas. Mi madre solía llevarla cuando era joven, y, cuando la heredé, yo también.

Un circo. Todo tiene la coherencia de esas historias surrealistas. Se sospecha de los payasos. Al parecer, un par de ellos tienen antecedentes por abusos sexuales.

Yo no conozco ningún payaso.

Cita:

3.- La búsqueda de pistas deja claro que la caja fuerte está intacta: el ladrón conocía la combinación

La caja fuerte está en el despacho de mi marido. Al pasar por delante de mi habitación aspiro fuerte, intentando captar el más mínimo olor de putrefacción, pero no lo consigo. ¿Cuándo empieza a oler un cadáver?

Abro la caja fuerte y miro dentro. Mi joyero sigue dentro, pero la ajorca ha desaparecido. Algunas otras también. No las he visto en la mujer muerta, pero las imágenes han sido pocas y de escasa calidad. Podría llevarlas encima perfectamente. O podrían estar adornando cuello y muñecas de otra mujer -muerta también- vestida con mi ropa.

Cierro la puerta blindada y la observo. Ni siquiera está manchada. El ladrón conocía la combinación. El recuento de los que la teníamos es corto: mi marido y yo. Ya está. Mi marido no ha podido ser, así que alguien más la ha conseguido. Cómo, no lo sé. Pienso en las mujeres. Quizá hay alguien por ahí que me odia y me desea a la vez con tanta fuerza como para hacer lo que está haciendo. Es una posibilidad. Me siento halagada: llevo tanto tiempo en esta gris monotonía que incluso algo como esto me produce placer.

Cita:

4.- Los trabajadores del espectáculo quedan descartados como sospechosos

Pronto descartan a los trabajadores del espectáculo. Los payasos tenían coartada. Al parecer, habían pasado la noche en un club de carretera. Una prostituta lo confirma: los dos estuvieron con ella. No se separaron en toda la noche. Además, estaban tan borrachos que no podría ni moverse. Un camionero asegura que uno de ellos le vomitó en la camisa, y que le partirá cara en directo si los cámaras se lo ponen delante. Durante unos minutos lo buscan, pero todavía está siendo interrogados por la policía, así que desisten.

Los payasos no han sido. Mirando las cosas de cierta manera, me sorprende su inocencia. No sé la razón, pero a estas alturas me parecían los culpables más lógicos en este asunto.

Cita:

5.- Se demuestra la inocencia del sospechoso

Si mi marido estuviera vivo tendría un sospechoso, pero hace casi una semana que fue apuñalado en su coche. La policía estuvo aquí, buscando alguna pista o móvil. No supe qué decirles. No tenía ni idea de en qué cosas podría haber estado metido. No hablábamos. No nos mirábamos. Vivíamos en mundos separados. Era como cohabitar con un fantasma. A veces veíamos la televisión juntos. Quiero decir, en el mismo sofá. Uno se levantaba y se sentaba sin saludar. Sin rozarnos. Ni siquiera era como tener un perro.

Mi marido está muerto. Eso, entre otras cosas, le descarta. Si no lo estuviera, tampoco podría pensar durante mucho tiempo en él. Hace mucho que yo no le interesaba.

Cita:

6.- La mujer es finalmente asesinada

No sé qué pensar. El recuerdo de la mujer muerta en mi habitación me turba. Me siento extraña. Pienso en el asesino: alguien capaz de matar y de forzar a una mujer después de hacer que se parezca a mi. Vuelvo a sentirme extraña. Me hormiguea el estómago.

Subo las escaleras y entro en la habitación. Ya ha comenzado el olor. Envuelvo el cuerpo en las mismas sábanas sobre las que yace y la arrastro por el pasillo, hasta el baño. Intento meterla en la bañera -me parece el sitio apropiado- pero no lo consigo, así que la dejo en el suelo. Cierro la puerta del baño y, el la habitación, abro la ventana. Le doy la vuelta al colchón y vuelvo a hacer la cama.

Abro el armario. Faltan algunas de mis ropas. Elijo, de entre las que quedan, las más bonitas. Me desnudo y me las pongo. Me maquillo. Apago la luz y me tumbo sobre la cama, vestida. Hay una tensión de anticipación en mi estómago que no sentía desde que era niña. Me giro y miro la luna. Su luz entra a través de la ventana abierta.

Detrás de mi, la puerta de la habitación se abre. El vello de la nuca se me eriza, pero no de miedo. Cierro los ojos y, casi inconscientemente, me muerdo los labios. Quiero imaginarme el deseo de la persona que se acerca. Hay alguien que me odia y me ama a la vez, y se acerca, y nada es gris ni monótono, y el mundo tiene una profundidad infinita. Hay una tensión casi insoportable, como cuando fingía dormir cuando mis padres dejaban a los pies de mi cama los regalos pretendiendo ser Papá Noel.

Se acerca a mi, y yo araño las sábanas con mi mano izquierda. Aprieto con más fuerza los párpados y espero.

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20/10/2007, 06:12
Director

Una buena historia, bien llevada y fácil de leer.
Si, es que no se que decir así que intento ser políticamente correcto :)