Partida Rol por web

Larry salió tras la señorita Bohr con un pañuelo que había encontrado tirado por el suelo, un pañuelo o una servilleta sucia, eso no estaba claro, pero Larry lo agitaba fuertemente mientras salía corriendo tras ella. No podía permitir que una bruja como ella fuera capaz de querer llevar su ropa a la tintorería. ¡Con lo peligroso que era!

Rosita, ayudemos a Aurora, la veo preocupada por su túnica, no podemos dejarla que la lleve allí. Además ha decidido ir a por un sombrero, ¿no habíamos quedado que era una espada? No entiendo nada, pero vamos, apresurate y no te quedes allí, sigamosla.

Si alguien miraba en ese momento al joven Clotter podría ver como si en el interior de su cabeza estuviese pensando algo muy importante, como si estuviese maquinando algo..

Romitelli tomo la delantera hacia el pasillo en que los malhechores habían atacado a las representaciones de piedra de los famosos magos. Aurora, impulsada por un torbellino de cólera, logro superar sus pasos al poco tiempo, seguida de cerca por Billy y también un apenado Larry que aún pretendía remediar el error cometido. Cerrando el extraño grupo que se había formado en el comedor, apoyando su peso sobre una retorcida rama, Ramirus avanzaba a paso firme seguido de cerca por los ronquidos de Oz y Link.

Larga galería del ala dextro  consiste en un largo trayecto decorado por amplias arcadas con una bonita vista al patio interno de la Universidad, sin embargo ya no era transitado tan asiduamente como antaño. Hoy día los estudiantes preferían circular por sectores en los que no tengan necesidad de exponerse a los interminables cuentos de los viejos melancólicos allí apostados recordando sus glorías pasada.

A pocos pasos de la maciza puerta de entrada al ala dextro, tallados en la piedra de los muros, una serie de nichos daban cobijo a cuatro estatuas de antiguos magos. Dos de ellas en pose magistral, ajenas a todo movimiento, mientras que las dos restantes se encontraban completamente vacías, salvo por los restos de pequeñas piedras, lo que no resultaba llamativo para ninguno de los que habían estado en el comedor y que aún mantenían la habilidad de ver más allá de dos palmos, viendo en una coqueta placa de bronce los nombres de Dospar y Nhargo tallados en ellas.

Pero eso no era todo, claro que no, ya que si fuese así esta historia iría mucho más lenta de lo que por momentos parece ir, pero eso no es culpa de este humilde narrador que hace todo su esfuerzo por avanzar; sino de las innumerables huelgas promulgadas por los sindicalistas del rubro. Sin embargo como los domingos están en sus quintas preparando barbacoa con sus niños podemos continuar, por lo tanto…

Tras la puerta de bonitas tallas un susurro se abría camino hasta los oídos de nuestros héroes, pero la poca higiene de los mismos no les permitía distinguir con claridad lo que aquellas palabras querían decir; impulsada por la curiosidad y cegada por la furia, la pequeña Aurora atravesó el portal de madera que los separaba de las voces sin detenerse en segundo en el recelo de sus compañeros. Encontrando un panorama por demás curioso, dos hombres de avanzada edad y exageradamente musculosos para ser magos de la universidad manipulaban una enorme tenaza sobre el rostro de una criatura envuelta en una túnica de piedra. ¡Momento!, toda la criatura parecer ser de piedra. Al detenerse en aquel detalle no fue difícil para tan hábiles magos, expertos en las ciencias de la observación, detectar, deducir y señalar el hecho de que aquella criatura parecía Nhargo y aquellos dos grandes hombres los albañiles de la institución...

A ver si lo he hecho bien :)

tengo 6 de percepción + nivel 3 de Advertir/notar ---> 9

Link se estaba empezando a impacientar porque no le pagaran los cafes, todos habian disfrutados de los mismos, se habian marchado y ahora tenia que estar persiguiendolos.

- Señores!! se que tienen asuntos que antender y yo solo soy un cafetero, pero...PODRIA ALGUIEN PAGARME LOS CAFESSS!!!!

Con este ultimo grito llegaron a la habitación donde se encontrarón con el nuevo espectaculo, mientras tomaba aire sabia que nadie le daría bolilla, ahora tenian su atención volcada en el nuevo acontesimiento, acababan de encontrar a la otra estatua y seguramente querrian hablar con ella.

El cafetero se volvio a calmar y esperar a que alguien se dignara a pagarle, antes de qeu tuviera que tomar acciones en el asunto.

Los albañiles se movían con presteza intentando sacar un prisma de metal negro de lo que en algún momento supo ser el rostro de mago. Las tenazas se movían de un lado a otro mientras pequeños cinceles y martillos de bajo calibre ayudaban con la tarea, aparentemente sin éxito.

Pocos metros detrás de aquellos hombres una serie de puertas y escaleras se abrían paso hacia  habitaciones y laboratorios privados. El camino hacia los aposentos del Gran Merlingo eran más que conocidos por todos, no había estudiante en esta universidad que no haya intentado hacer realidad una de las tantas leyendas que corrían sobre aquel sitio. Sobre todo aquella que decía que si un mago mantenía durante treinta y tres soles su pie derecho apoyado sobre el picaporte de la puerta, mientras su pie izquierdo tocaba los grabados rúnicos de la derecha y su cabeza enfundad en un resplandeciente sombrero amarillo se centraba en el pentagrama del piso, frente a la puerta; esté, el aprendiz de mago, absorbería todos los conocimientos necesarios para pasar los exámenes finales de sus cursadas.

En definitiva era común conocer aquella importante locación dentro de la universidad, que consistía en bajar por una de las tantas escalerillas en forma de espiral que daban al piso inferior, previo a las catacumbas, y luego transitar a través de los laboratorios hasta el final del pasillo. En ese punto, ni más ni menos, se encontraban frente a los aposentos de los que tanto hemos hablado.

Con el afán de ver nuevos clientes Link se lanza en dirección a los albañiles, sabía por su amplia experiencia de que aquellos hombres eran potenciales clientes, pero también sabiendo que era peligroso arrimarse por detrás a tan inmensos hombre decidió rodearlos para encarar su venta desde un ángulo más apropiado.

Sin embargo al intentar dar vuelta por detrás del dañado hombre estatua, Oz comienza a moverse con dificultar, en un inicio parecer ser un ataque epiléptico tras despertar de su sueño producido por las drogas, pero al ver que no pronuncia una palabra te percatas de que el problema proviene del gran trozo de madera que se le ha incrustado en las ruedas.

Al intentar esquivar la mirada de furia de Aurora optas por girar alrededor de la estatua del viejo Nhargo y los dos corpulentos albañiles para mantenerte lo más alejado posible de uno de los ataques de rabieta de la jovencita. Lo que en cierta forma dio sus frutos porque al voltear para ver qué es lo que hacia la pequeña de grandes ojos te vez al cafetero Link intentando quitar un trozo de madera atascado entre las ruedas de su carro.

Era extraño ver mis manos tan grandes si ya no tenia ojos... a decir verdad, era tan raro ser la muerte... tal vez era divertido, aunque no sabía si era inmortal realmente; es decir, a veces me desarmo y lanzo huesos a las comidas de otras personas para que se muevan en los platos pero... ¿Eso no lo hace todo el mundo?. Debería ponerme mas pendiente de lo que pasa alrededor.

Me agarro de la túnica de Aurora y camino detras de ella. Por alguna razón no logro concentrarme... tal vez solo necesito algo de comer, un brownie, un par de hongos de la clase de pociones... Tal vez en el cerebro de Clotter consiga algunos jajaja... em... ¿que pensaba? AH SÍ! bueno... no importa, igual andaba tan poco concentrado que podría haber visto un cadaver a traves de cualquier reflejo en los espejos y no me habría dado cuenta de que era yo...

El paseo a toda velocidad no había sido suficiente para serenar el ánimo de Aurora. Larry seguía empeñado en ayudarla con la limpieza de su túnica y no hacía más que perseguirla con un tonto pañuelo en mano. Por si esto fuera poco, Billy se había zombificado y venía caminando detrás de ella sujetando su túnica lo cual hacía que la parte mojada se le pegara más al cuerpo, provocándole escalofríos y restándole velocidad al andar.

Sin embargo al llegar a las hermosas puertas al final del ala dextro la muchacha se detuvo en seco. Unos ruidos extraños se escuchaban detrás de aquellas. Con cuidado se asomó, intentando no hacer mucho ruido y no revelar su presencia. Sin embargo los gritos de Link reclamando su pago hicieron que aquello fuera imposible.

-Buf! así no se puede. Son todos unos improvisados!!!- con los puños apretados entró y vio a los albañiles encargados del mantenimiento muy ocupados tratando de restaurar la estatua del viejo mago que había intentado conversar con los ladrones.

-Mmmm, tal vez no todo esté perdido. ¡¡¡Shhh!!!- dijo la chica haciéndole señas a los que la seguían para que dejaran de hacer ruido. -Tenemos el camino despejado, si no hacemos ruido nadie notará que nos estamos aventurando a los aposentos de Merlingo y nos dejarán el camino libre- con el ánimo más tranquilo comenzó a andar de puntillas por la habitación, dispuesta a alcanzar la escalera que conducía a los aposentos del archifamoso mago.

Larry no dijo nada, solo escuchó a su querida Aurora, dejó sus manos quitas llevó su dedo índice a su boca e hizo un ligero "ssssh!" para que nadie hiciese ruido. Entonces levantó una mano, abrió ampliamente los ojos, puso una sonrisa excesiva y empezó a andar lentamente dando grandes pasos, grandes dentro de lo pequeño que era el joven mago, después de esa pose tan extraña llevó la mano a su "varita" tratando de no pincharse por quincuagésima vez, la sacó y empezó a hacer círculos con ellas apuntando al área que rodeaban a la bruja y a él. Entonces susurró una única palabra: - Silencius...

"Merlingo?" Mi cerebro (o lo que quedaba de él) reacción "Diablos... a donde nos venimos a meter" Sacudí mi cabeza y me puse alerta - quítate Clotter, ocupas demasiado espacio para ser una alimaña - estiré mi hoz y lo jalé por el estómago para adelantarlo e ir detras de Aurora - Consíguete un pesticida

Puse la hoz en mis manos al frente y me puse la capucha para parecer mas misterioso, luego empecé a tararear suavemente una cancion que me vino a la cabeza...

El cafetero con todo su amor saco un trozo de madera incrustado en las ruedas de Oz, lo observo unos segundos y lo dejo a un costado para dedicarse a su profesión.

- Amigos! veo que estan muy abocados a su trabajo, no creen que sería un buen momento para un descanso y disfrutar de un buen cafe y bocadillos.....tal vez de algun cara de pes de... -le agrego suspenso- pepinillo...

Mientras hacia un gesto elevandno y bajando sus cejas mientras una sonrisa de oreja a oreja lo adornaba.

Romitelli se había adelantado, pero pronto varios magos lo alcanzaron. Si bien se mantenía muy bien para su edad, la verdad es que ya no tenía el vigor de hacía unos años, y además sus piernas tampoco eran demasiado largas.

El curioso grupo no agradaba demasiado a Romitelli. No solo eran muy escandalosos, sino que le robarían el crédito por la resolución del caso. ¡Justamente ellos! Una hechicera con alergia a la magia; un mago que nunca había hecho nada bien, ni siquiera morirse; un niño que parecía vivir en una especie de mundo alternativo; un cafetero que no conseguía hacer que nadie le pagara los cafés; y finalmente un anciano que... diablos, el anciano ni siquiera estaba allí, probablemente se hubiera quedado dormido en el camino.

Verlos jugar al Servicio Secreto ya fue demasiado. Con su habitual simpatía, les dijo con una sonrisa:

_Olvidé algo, enseguida regreso.

Y en realidad no mentía. Es que no se había detenido a hablar con Nhargo, quizás el pudiera darles algún dato más. Si no estaba equivocado, Nhargo hablaba mucho mejor que Dospar, así que no se demoraría demasiado. Al llegar al lugar donde estaban trabajando sobre el rostro del mago de piedra, algo le dijo que era mejor mantener la distancia. Algo no le gustaba en esos hombres, así que se dirigió a Nhargo desde lejos.

_Nhargo, viejo amigo, ¿cómo te encuentras? El viejo Harris me contó que tuviste un pequeño altercado con unas personas. ¿Sabes a dónde iban, o puedes describirlas? No me gusta que se metan con mis amigos. ¿Está todo bien allí, no?

El anciano mago llegó el último a la sala donde los albañiles arreglaban la estatua, o eso parecía. Y no; no se había quedado dormido como se podría pensar, ya que el segundo café lo había despejado (casi) del todo. Lo que ocurría es que los lustros no pasan en balde y su reumático caminar apoyado en la rama-bastón había hecho que le adelantase hasta el del carrito del café.

Llegó justo cuando Romitelli iniciaba la conversación con Nhargo y pegó la oreja, a la par que asentía a lo que Romitelli decía.

- Estamos buscando a los de la lavandería, Nhargo... -le aclaró en susurros, tapándose la boca con la palma de la mano y en un tono de complicidad- Ya sabes a qué me refiero... -Entonces se detuvo, mirando extrañado la cara del mago de piedra- Por cierto, ¡¿qué es ese trozo de metal que te has puesto en la frente?! -le amonestó- Yo creo que ya no tienes edad para esas cosas; acéptame un consejo: quítatelo, no te queda nada bien.