Partida Rol por web

Estridentes sonaron los pasos de los pequeños simios liberados por el usurpador de sombrero al chocar contra el pulido mármol, mientras se dirigían sin expresión ni rastros de vida en sus ojos contra el grupo de magos.

Las reacciones fueron rápidas, si no tenemos en cuenta lo que tarda el master y los jugadores en cada post, la vara de Ramirus se extendió en el aire tan erguida como su vieja columna para transformar una de aquellas pequeñas esferas en la ceniza de lo que podría haber sido un lindo monito.

Pero como era de esperarse eso no fue todo, la reacción de Billy fue aún superior al del viejo retorcido, digo la vara retorcida. La guadaña de la muerte (esperen a que la muerte venga a reclamarla, eso si va a ser divertido…) se agito en el aire generando una onda subsónica que golpeo con fuerza contra un grupo de primates que saltaba para hacerse con aquellos huesos tan apetitosos para un Pekinés macho. Mientras Link mantenía su seguridad tras los mordiscos amenazantes del carro de café Larry y los poderosos tentáculos ectoplasmicos controlados por Romitelli que aplastaba a cuanto enemigo se acercara al lugar.

Lo llamativo de todo aquello no era el gran poder mágico desatado por aquella batalla, sino la actitud de la pequeña hechicera que comenzó a danzar como si de una competencia olímpica se tratara, explicando fehacientemente porque la presencia de mujeres en la universidad había estado completamente prohibido. A pesar de ello había que reconocer que Aurora contaba con algo de gracia para aquellas cosas, eso o que las piruetas dejaron a la vista otras “cosas” que paralizaron a los hechiceros allí presentes. En definitiva le permitió llegar frente a al grupo de encapuchados moviéndose ágilmente entre los monitos azabache que pretendían hacerse con un trozo de su vestido, y no eran los únicos, lanzando estocadas al aire con sus pequeños chuchillos.

Menudo susto se llevo la joven al intentar tomar el sombrero de Merlingo de las manos de los lavanderos y encontrarse con un rabioso chimpancé en posición de ataque. Su cuchillo al frente, sus ojos de peluche mirándola fijamente y sobre todo su pétrea postura. ¡Momento! En verdad era de piedra aquel monito. Larry resurgiendo de la oscuridad de la túnica del huesudo, motivado por el cosquilleo de la magia que estaba experimentando y no podía abandonar, había convertido al atacante en una bonita escultura de piedra salvando a la joven de una muerte segura.

Por momentos aquellos monitos parecían ser criaturitas de la creación, simpáticas y amigables, pero por lo visto este no era uno de aquellos momentos porque varias de ellas se lanzaron contra el grupo intentando una incisión en sus cuerpos. Al tiempo que el resto los rodeaba evitando que se acercaran a sus malvados amos.

La lucha parecía en desventaja para nosotros; aunque golpearamos a uno salían 5 mas de ellos. Empezaba a defenderme yo cuando Aurora, en un arrebato de... ¿drogas? decidió hacer piruetas y acercarse a donde estaba el sombrero. Con agilidad lo agarró y casi recibe una puñalada del monito que Larry había logrado congelar en piedras "muy bien..."

regresé mi hoz de nuevo y los miré a todos... era momento de un plan final... Busqué entre mis ropas aquel verso que desaparecía monos pero de seguro me lo "fumé" con algo del herbolario. Cansado y algo confundido simplemente levanté la hoz y recité algo que, esperaba, sirviera

Hoy te pide con fervor
Aquel que no tuvo mañana
Que le des a cada uno de los monitos
Una pequeña y Explosiva Banana

Link al ver que unos monos se acercaban para atacarlo, sin darse cuenta de lo que hacia, lanzo al carro contra los agresores y contra los lavanderos uno de los termos de cafe (que gracias a uno de los profesores, no se romperia, amaban su cafe y habian hecho sus termos inrompibles).

- Vamos muchacha...apurate!!

Fue todo lo que dijo alentando a que Aurora saliera de allí mientras esperaba qeu el termo distrajera a los lavanderos, quienes milagrosamente no eran orientales.

Casi lo había conseguido. Apenas unos centímetros más y el sombrero habría estado en sus manos. Pero como pasa siempre en las películas cuando recién van quince minutos de acción, una interrupción evitó que la joven hechicera se hiciera con el trofeo y allí se acabara la trama.

Por un momento Aurora creyó que sería carne para alimentar monos, pero su oponente se transformó en roca gracias a la magia de Larry. Sin embargo ello provocó que la chica se pusiera a estornudar frenéticamente. Un estornudo tras otro salía de su cuerpito, impidiéndole mantener los ojos abiertos más de un segundo cada vez y mientras tanto, los malhechores se aseguraban de alejar el amuleto de ella, arruinando su posibilidad de convertirse en una heroína y que los bardos compusieran historias para contar en las hogueras sobre su maestría.

Pero como por cada una de cal, en este mundo chato que descansa sobre el lomo de cuatro elefantes que habitan sobre el caparazón de una tortuga gigante también conocida como Gran A'tuin (aunque en realidad no se sabe si es tortuga o tortugo, pero ese debate es tema para otro post que nada tiene que ver con lo que le ocurre a la chica y sus amigos), hay una de arena, el hecho de estornudar a tontas y a locas... bueno y a magos y truhanes también, evitó que el primo hermano de la nueva estatua decorativa del lugar le diera un par de golpes en venganza por haberse metido con alguien de su familia.

Con la misma gracia de un pato fuera del agua, Aurora esquivó los golpes del monete y propinó unos cuantos también, aunque su puntería tampoco fue muy buena, ya que estornudando era difícil apuntar.

Esto ya no da para más!!! o hago algo en serio, o se me saldrán los pulmones hacia afuera! y también los pepinillos del desayunalmuerzo! eso no lo voy a permitir!!!

Haciendo acopio de valor, la chica comenzó a concentrarse. Si lograba derribar a los monitos, estos no molestarían más y ella podría dedicarse otra vez a rescatar el sombrero de Merlingo.

-Dummmm, saca dummmm, babadummmm... Zummmm.... ratapummmmmm, dudummmmm...- murmurando los mantras correspondientes la chica invocó al Dholar. En su mente visualizó una bola de boliche color violeta, al tiempo que con sus manos comenzaba a amasar el aire (o eso creían los que tenían tiempo de parar la pelea y ponerse a observar) y pequeños rayitos cruzaban de una palma a la otra.

Romitelli miró con enojo en dirección al muro, al ver que solo había conseguido acabar con cuatro monitos. ¡Es que el se imaginaba una barrida tentacular que limpiara todo el camino hasta los ladrones! Si solo iban a acabar con unos pocos monitos de tantos con cada ataque, decidió que debían ir a la raíz del problema.

Aún ondeando sus brazos y cintura con la gracia que solo un eximio bailarín de hula-hula como él podía tener, los orientó en dirección a los encapuchados, buscando que los tentáculos los agarren y los empiecen a golpear entre ellos mismos hasta desmayarlos.

Tras unos momentos tensos en que Ramirus pasaba páginas hacia delante y hacia atrás, por fin eligió el hechizo. No tenía ni idea sobre qué versaba (recordemos que tenía el libro del revés) pero le gustaron las ilustraciones que le acompañaban.

Agitó la varita apuntando al centro de la sala, donde estaba situada una gigantesca lavadora redonda que exhalaba vapor de agua producto de su maquiavélica función. Aquél era el foco principal de sus males y contra él arremetió el viejo mago.

- ¡Chúpate esa! -tras estas palabras mágicas no muy ortodoxas, la varita chispeó de nuevo y un halo de luces de colores rodeó la lavadora.

El hechizo conjurado sin saberlo por Ramirus era el conocido como "La llamada de la jungla" y, si hacía efecto, en unos instantes de la lavadora se oiría una melodía mágica...

... que atraería sin remisión a todos los monitos (o a los menos sordos) hacia ella, desapareciendo para siempre.

Si no hacía efecto... ¡ay! sólo el máster sabe lo que ocurriría entonces.

Perdón que te de trabajo, pero me dijiste que para el ataque hiciera D+Persuadir Magia+1o3d10 Dif.17

El tema es que persuadir magia supuestamente va con personalidad también, y no sabía si sumarlo o no,entonces para no hacer lío hice la tirada pero el modificador te lo dejé a vos.

Por otro lado, te cuento que no estoy muy de acuerdo con esa tirada (y me tomo la libertad de decírtelo porque dijiste que te comentemos las cosas que veamos respecto a la magia).

Yo gracias a la tirada anterior ya tenía el control del muro, entonces creo que está de más volver a tirar "persuadir magia" cuando la magia "ya está persuadida". Además el ataque es puramente físico, no mágico, en el sentido de que ahora que ya tengo el control del muro, lo que influye es la fuerza de los tentáculos. Por eso mismo creo que también está de más la tirada de maná (creo que el maná usado es el que gasto en tomar el control). Creo que el daño en todo caso debería tener que ver con las propiedades de los tentáculos. Sería como tomar posesión de un bebé. Por más maná gastado, el bebé no va a poder correr una carrera por las características de su cuerpito. se entiende a lo que voy?

PD: debe ser un bug si no te avisa cuando te envían mps. a mi desde que volvieron me avisa cuando tengo, incluso la cantidad.

Esta bien, no me molesta que me consultes. Al contrario, me viene bien porque hay muchas cosas del sistema que no están del todo claras, ni siquiera para mi y me gustaría ir mejorandolo. La verdad es que quiero darles la oportunidad de que los Pjs no se vean limitados por un simple hechizo a realizar, pero a su vez tengo que limitar un poco el uso para que tenga cierta cordura la partida. Por ello es que hay pocas reglas sobre la magia y bueno, la lógica para resolverlas no esta funcionando muy bien, se están pisando entre ellas, lo cual no ocurría cuando lo pense en un principio, pero al ir utilizando el sistema van saltando los errores. Lo estuve pensando y voy a modificar un poco la mecanica de resolución para que sea más claro y espero más sencillo a partir de la próxima escena.

En este caso yo te pedía que utilices Destreza, para representar la habilidad de manipular los tentaculos, si bien no representa la fuerza de los mismos tenía cierta coherencia cuando lo pense. Y el mana te lo pedía porque la magia vive de ello y era la forma de medir la potencia del ataque. Como veras hay varias formas de ver la resolución... lo cual no es lo mejor porque vamos a terminar hablando más de reglas que de la historia y es lo que menos me interesa para serte sincero. Esperemos que con las modificaciones que voy a hacer quede todo más claro, pero ante cualquier duda o recomendación no dejes de escribirme que todo lo que ayude será bien recibido.

Ahora mejor me pongo a terminar de escribir el turno que sino me van a matar tus compañeros XD

Es que con lo de destreza no estaba tan en desacuerdo, pero en todo caso hubiese hecho una tirada de destreza simplemente, pues la magia "ya estaba persuadida" y en todo caso, la fuerza del ataque podría haber sido la del maná con que manipulo los tentáculos (supuestamente allí está la fuerza con que los domino, no?).

Pero tranquilo, son solo sugerencias. Hay momentos que creo que le llegás a dar más importancia vos al tema de la magia que nosotros. Por supuesto que debe tener sus fallas, pero no te vuelvas loco que al menos a mi gusto está bastante bien,salvo algún caso puntual como éste, que tampoco creo que sea de muy complicada resolución.

No te jodo más, hacé el turno tranquilo ;)

Turno Cerrado...

Hábilmente el muchacho de los huesos al aire entono su canto de invocación, los simios corrían,  aullaba con sus rostros sin boca (algo aterrador sin duda), saltaban hacia los magos con sus ojitos, redondos y amorosos inyectados en sangre (que en verdad no poseían, así que no les recomiendo pensar que era en verdad), con el objetivó de matar grabado en sus diminutos microchips arcanos. Sin embargo no llegaron a tiempo, cuando Billy termino su entonación: Que le des a cada uno de los monitos, una pequeña y Explosiva Banana… Una nube de pequeñas bananas se materializo en el aire sobre los simios que, obedeciendo a sus instintos más primarios, comenzaron a dar saltitos y cabriolas de felicidad engullendo cada uno de los frutos.*

A pocos pasos de esos pequeños simios devoradores de bananas, otros simios devoradores de bananas que no se habían percatado de la parición divina de aquellos frutos se abalanzaban a la carrera. Pero no les sería tan fácil, claro que no. A la orden de Link, Oz rodaba desquiciado en pos de las criaturas empujando y aplastando todo lo que se interponía en su camino, tan así era la carrera alocada del carro de café que el pequeño Larry debió saltar a un costado para evitar ser confundido con un simio mágico carente de labios, dientes y pequeñas canicas colgantes de su entrepierna (No se rían que es una cosa muy seria carecer de tales elementos).

A pocos pasos de Aurora un termo repleto de mágico café se estrello en el piso dejando pequeñas manchas de café que comenzaron a danzar – Claro, danzar – al ritmo de la magia y, por supuesto, también de los estornudos de la pequeña hechicera. La bola de energía se materializo en sus manos mucho más rápido de lo que se hubiese esperado de un aprendiz, sin darle tiempo a reaccionar antes de que la misma lograra superar su tamaño.  Emitiendo destellos hacia cada rincón de la habitación, la bola de energía se elevo, se elevo y se elevo buscando el centro del abovedado cielorraso ¿A dónde más podía ir una gran bola disco?

Aquel que había dejado caer su capucha dejando al descubierto su maléfica sonrisa dio un paso al frente cuando el grupo intentaba reorganizar su acometida final. Aún los dos magos más ancianos del grupo no habían actuado y el vicedecano tampoco (con que eso era ser jefe, dejar toda la responsabilidad en manos de los demás). Sin embargo aquello, aquello… aquello no le preocupaba demasiado, después de todo, ya tenía el poderoso sombrero en su poder.

- ¡Muahahaha! ¡muahahaha! No podrán detenerme ¡Muahahaha! ¡muahahaha!

Con un pase de manos que sorprendería hasta al más habilidoso de los malabaristas, un torbellino interdimensional se abrió en el mismo centro de tubo de energía que momentos antes protegía el poderoso sombrero.

- La fiesta ha sido entretenida, pero debo pasar a retirar a los niños de la escuela. Pasen a visitar cuando deseen. ¡Muahahaha! ¡muahahaha!

Los lavanderos pretendían iniciar su retirada por el gran drenaje que había invocado su líder, pero no contaban con la destreza de -sonido de trompetas – Romitelli y sus tentáculos mágicos, a los cuales más de un calamar gigante hubiese encontrado muy sexy. Siguiendo la danza sensual del mago los brazos de energía pegajosa se cerraron sobre los cuerpos encapuchados zarandeándolos en el aire y golpeándolos entre ellos. A su vez él otro temible anciano que sostenía un libro dado vuelta, estamos hablando de Ramirus por si no lo notaron, apunto su retorcida vara contra el centro de la sala. En principio los simios sintieron el llamado de la naturaleza, unos por el poderoso hechizo invocado recientemente mientras otros comenzaban a sentir el efecto de haberse alimentado (ya sé que no tienen boca, pero son mágicos) a bananas que no habían mantenido su cadena de frio adecuadamente.

Siguiendo el llamado de la magia los primates se abalanzaban sobre el poso central, pero hubiese estado bien si no era por el hecho de que por cada simio que ingresaba en tal lugar era remplazado por un animal exótico de mayor tamaño. Serpientes, perros, delfines, leones, marmotas, castores e hipopótamos fueron los primeros en salir del lavadero seguidos de todo espécimen imaginable. La habitación comenzó a llenarse de vida animal que confundida vagaba por el lugar olfateando y mordisqueando a nuestros héroes.

El descontrol reinaba, la confusión parecía haber llegado hasta los mismos villanos encapuchados que se dejaban golpear por los tentáculos sin comprender el objetivo de aquel hechizo. Pero como el mal nunca para, y menos aún intenta razonar, ya era tiempo de efectuar una salida dramática de aquel capitulo que se había extendido de por demás. Así fue como uno de ellos invoco un sortilegio entonando un cantico en lenguas oscuras, tan oscuras que daban miedo, al menos si pudieran entender lo que decían, pero como no era así a la mayoría le terminaban por dar risa. Si, risa, y eso fue lo que le ocurrió al pobre de Romitelli cuando los efectos del hechizo hicieron efecto sobre la decena de tentáculos mágicos que aún controlaba, millones de dedos invisibles se movieron en torno a cada uno de los brazos utilizando la antigua tortura de cosquillas sobre ellos.

* * * 

-No corran que la parte emocionante viene ahora… ¿Buenaletra, porque huyen de nosotros gritando? – gritaba el viejo historiado antes de ser aplastado por una gran gárgola que cruzaba creativamente los rasgos de un felino gigante y la ferocidad de un lagarto, desprendido por la gran explosión.

La gran explosión producida por montones de simios, muchos de ellos con pequeñas bananas explosivas en su interior, amontonándose dentro de una fuente de energía mágica, que casualmente quedo bloqueada por un enorme elefanta de aún más enormes pompis, condensando energía de varias dimensiones en un solo elemento que termino volando por los aires un gran sector de la universidad.

¿Sería esa la historia que contaría Sortduhs ante el público de la ciudad antes de ser aplastado? Seguramente que no, pero solo lo sabremos en un encuentro con la mismísima Muerte. A caso, ¿Alguien le quiere preguntar?

Sin duda que eso no es lo que les preocupa a nuestros radioescuchas. Se estarán preguntando que ocurrió con nuestros héroes. ¿La alegre y alérgica Aurora habrá muerto antes la descontrolada explosión mágica? ¿El anciano y cascarrabias de Romitelli se habrá hermanado con los viscosos tentáculos mágicos pasando a ser un ser mitológico y despreciable?¿El retorcido de Ramirus habrá sido consumido por el poder del retrete de la jungla que el mismo invoco?¿Acaso los huesos de Billy habrán pasado a ser alimento para los pekineses del más allá o el pobre de Larry habrá quedado idiotizado ante tamaña demostración de poder?

Todas estas respuestas y mucho más en el próximo episodio de… bueno, solo si nos da el presupuesto, creo que nos gastamos todo en la primer puesta en escena… Entonces será mejor dejar a nuestros radioescuchas con nuestros auspiciantes…

Final de la escena.