Partida Rol por web

Pongo el baston de la hoz contra el piso y me levanto con esfuerzo - Esto de no comer no me deja mucha energía - sonrío - pero bueno, ¿sin estómago quien come? jajaja - "Quiero una galleta, tengo hambre..."

Me colgué la hoz en la espalda mientras me sacudía la tierra del traje. El haber recuperado algo de ese poder místico mágico me hacía sentirme mas aliviado. Ahora solo quedaba salir de ese bosque y volver de nuevo a mis laboratorios dentro de la universidad - ¿A donde vamos a ir? Mejor movernos de una vez antes de que la noche cubra y empiece a hacer frío... miren que aquí es tan fuerte que lo sientes hasta en los huesos, por lo menos en mi caso es asi

Viendo como poco a poco cada uno de aquellos extraños personajes se ofrecían amablemente a acompañarlos el grupo de duendes comenzó su marcha por el bosque, no sin dejar de escuchar las protestas de Venaí por haber perdido sus bonitos zapatos.

- Saben, esos zapatos fueron hechos por mi tatara abuelo, el decía que eran zapatos muy especiales. No los pude haber perdido de esta forma. Por casualidad ustedes no han visto donde quedaron, ¿verdad? – Pregunto echando una mirada examinadora y severa a cada uno de sus hermanos para luego mirar con cierto recelo a los recién llegados.  A veces el jefecito es demasiado buenote y confia demasiado en la buena voluntad de las personas, espero que no se alla equivocado con esta gente. Claro que el jefe nunca se equivocaba, pero estos… - la voz de uno de sus hermanos le hizo salir de de sus pensamientos olvidando que aún caminaba descalza sobre la hierba.

- ¿Cuál es la única letra que se come? – le preguntaba Mirallá al grupo contento de encontrar nuevos interlocutores para sus ocurrencias - La G latina…. Juaaa jua juaaa. ¿Les ha gustado? Se muchos más sabéis, estoy pensando en montar un pequeño espectáculo para la gente del pueblo… seguro que me iria de maravilla y podríamos vender… ¿les cuento uno más? Está bien, está bien, pero solo porque han prometido ir a verme cuando este en el teatro.

El pequeño duende se aclaro la garganta - ¿Qué le dijo un bosque a otro bosque?... Eh eh??
¡¡Y vos que!! Juaaaaaa juaa jauaaa! Tengo otro juajaja. ¿En qué se parece tu gallina casera y una ducha fría?... En que te ponen los huevos frescos. – Si poder contenerse Mirallá se dejo caer al piso revolcándose de la risa mientras repetida – los huevos, entienden, los huevos.

Las bromas de la pequeña personita torturo a los viajeros hasta el mismísimo momento en que los duendecitos, liderados por la niña, se detuvieron de golpe. Lo cual a gran velocidad podría haber significado un accidente de narices pegadas al parabrisas, pero como iban caminando no fue demasiado drástico aquella detención. Siendo posible de esta forma admirar el fantástico paisaje del bosque sin rastros de lluvia o la tierra del viaje que se acumula en un vidrio de automóvil.

Frente a sus narices una bonita casa que se entrelazaba con la naturaleza y los enormes arboles del bosque parecía invitarlos a pasar. Y en verdad que los estaba invitando ya que una manito sobresalía sobre las barandas con una clara señal de: ¡Suban carajo, suban!. Pero como en este sitio somos educados, solo se escuchó la voz del pequeño duende contador de chistes que decía: - ¿Qué le dice un jardinero a otro?... – con un grito y un bufido Venaí interrumpió a su hermano ya  harta de escuchar aquellos malos chistes una y otra vez – ¡Bastaaa! Para ya con eso, no ves que a nuestros invitados le fastidian tus chistes. Subamos ya que el jefe nos espera.

Mientras subían se logra escuchar, casi en un sollozo el remate del chiste por parte del duendecillo. – disfrutemos mientras podamos… disfrutemos… le dice un jardinero a otro. – pero la mayoría ya estaba ascendiendo por la acaracolada escalera.

Un penetrante olor a azufre les sacudió las narizotas cuando se atrevieron a atravesar el portal repleto de campanillas, atrapasueños y espanta suegras compuestos por plumas de exóticos animales y garras de lechones de criadero chino. En el interior el crepitar del fuego los llamaba a tomar una taza de chocolate caliente y unos panecillos, pero el resto de la habitación solo parecía decirles: le leemos las manos por unas monedas, por otras dos le tiramos las cartas y por cincuenta matamos a su esposa.

La voz del que Venaí luego presentaría como su jefe, sonó desde detrás del amplio banco de trabajo y montones de artilugios de laboratorio apilados sobre las tambaleantes tablas de las repisas. – Pasen, pasen, no tengan miedo – dijo aquella voz, una voz áspera pero dulce a la vez, como si su dueño se forzara por imitar un sonido femenino en vez de utilizar su tonada de trabajador del puerto.

- Les presento a Shandel, y a sus bolas de cristal. Si no encuentran lo que buscan aquí nunca lo encontraran – La pequeña hizo la presentación de su jefe para luego acomodar frente a ellos una mesa plegable redonda, por supuesto, con un llamativo mantel negro con estrellas y lunas y muchas otras cosas más bordadas.

¡Bienvenidos! Los estaba esperando – dijo la criatura con aspecto de mujer, al menos de lejos, pero voz de carpintero. Luego volviéndose hacia los tres duendecillos – traigan algo para agasajar a nuestros clie... digo, invitados. Desean acaso saber si su pareja le está siendo infiel, o acaso quieren saber si su suegra morirá en los próximos años. Estas esperando a tu príncipe azul pequeña, pregúntenle a Shandel y sus bolas lo que quieran saber. Solo por la módica suma de cinco redondas.

¡¡Vuestro turno!!

A Ramirus aquello no le parecía nada una lavandería; aquello le recordaba a... a... bueno, no caía a qué le recordaba aquello, pero a una lavandería no. Estaba todo demasiado sucio y revuelto para serlo y el viejo comenzó a sospechar si no estarían metiéndose en una trampa. ¿Para qué les habían traído hasta allí aquellos pequeños duendes si había quedado muy claro cuál era el lugar que buscaban?

Las cosas no mejoraron cuando apareció la mujerona y colocó la mesa frente a ellos. Cuando tuvo el momento, Ramirus dio un golpe seco con su ramita sobre el mantel, que retumbó como un sonoro ¡Plof!

- ¡Bueno, ya vale de cháchara inútil! -dijo- Está claro que hemos venido aquí totalmente engañados, pero no vayan a creer que se nos captura tan fácilmente, no. Presentaremos batalla si es necesario.

O sea que lo mejor será que nos digan lo que queremos saber, y nadie sufrirá daño alguno. Estamos buscando a cinco... ¿cuatro?... -el mago se detuvo unos instantes a pensar- ...unos pocos lavanderos que han decidido planchar el sombrero de nuestro amigo Galindo en contra de su voluntad.

Así que si les han visto pasar o saben donde se encuentran, más les vale que nos lo digan -amenazó el viejo cascarrabias volteando el palito por encima de su cabeza, de forma ridícula.

Mirando el escote de la aparente adivinadora, no logro darme cuenta del engaño de su extraña sexualidad.

Hola mi dulze zeñora, Ramiruz no atozigueiz a la bella dama... dejala que hable con zu dulze voz de elfa. Mi nombre ez Larry Clotter,  ezta ez mi varita magica... zi quiere tocarla ez libre de hacerlo. Estamos buzcando a unoz lavanderoz malvadoz que han robado un zombrero de un mago para plancharlo zin permizo. Zabe algo al rezpecto?

Miro a Aurora desafiante. Esto le va a dar celos y va a venir con su faldita a atraerme con su encanto... si que conozco a las mujeres.

Larry mientras caminaba era regañado por Oz, quien lo increpaba por dejarlo afuera de la presentación para la venta de café y peor, aún le echaba la culpa de no haber vendido un solo vasillo por el acting ofrecido. 

Todos parecían estar sacando conjeturas sobre donde estaban, a quienes buscaban y si debían asesinar al pequeño de los chistes, todos hablaban y hablaban y hablaban....hablaban y hablaban y hablaban....hablaban y hablaban y hablaban....hablaban y hablaban y hablaban....hablaban y hablaban y hablaban....hablaban y hablaban y hablaban....hablaban y hablaban y hablaban....hablaban y hablaban y hablaban....hablaban y hablaban y hablaban....hablaban y hablaban y hablaban....hablaban y hablaban y hablaban....hablaban y hablaban y hablaban....hablaban y hablaban y hablaban....hablaban y hablaban y hablaban....pero ninguno parecía tener hambre o ganas de tomar un café, es más!!! aún no le habían pagado los que ya habían consumido!!! pensó indignado el cafetero mientras estudiaba un papel todo arrugado que sacará del bolsillo de su roñosa camisa.

La oferta del hombreton vestido de mujer fue tentadora y a punto estuvo de ofrecerle un intercambio de cafe por información, pero el viejo loco comenzó a hablar y recordando el regaño de OZ se sintió atropellado y decidió quedarse a un costado solo escuchando, mirando de vez en cuando al carro, con quien estaba peleado.

"Ok, ya estoy como en casa" pensé "Ese no será mi tio Bob? el de la pared?" Sacudí un poco mi cabeza pues mi tio nunca fue esqueleto como yo... por lo menos no mientras estuvo vivo

Todos se abalanzaban a hablar con el soldado en tutú que estaba sentado en la mesa; lo entendía, todos buscaban información y era la mejor forma de encontrarla. Lo que me sorprendió fue ver a Larry tirándole los tejos a "Andrómeda" (ahora le diré así de cariño al carpintero Miss MundoDisco). Sonreí y le di un codazo suave a Aurora - Mira vale, será que tambien te ve masculina a ti? - Me moví unos pasos adelante y toqué el hombro de Larry - emmm... no creo que quieras seguir con eso, a menos de que te guste sentir bolas que no necesariamente sean de cristal

Mira a Andrómeda y le dije - Entonces LUISana... era tu nombre no? Cuanto es que cobras por conseguir el paradero de los "lavanderos" - haciendo énfasis con la voz y comillas en la palabra LAVANDEROS - de Ramiruz? Necesitamos conseguirlos pronto `porque no me gusta estar tanto tiempo fuera de mi terreno...

_Y dime, ¿qué tenian de especial esos zapatos que hizo tu tatara abuelo? Yo te daría los míos, pero te quedarán grandes.

Romitelli palmeó la cabeza de Venaí, y luego de escuchar la respuesta se juntó con Mirallá. El hechicero se tiraba de sus barbas mientras se reía con los chistes del duende.

_¿Qué le dijo el cuadro a la pared? Perdóname por darte la espalda. JAAAAAAAAAAAJAJAJAJJAJAJAJA

Los dos seguían contando chistes hasta que llegaron al lugar donde presentaron al jefe. Romitelli se descostillaba por dentro al ver al pequeño Clotter coqueteando con Shandel. Siempre se había sentido orgulloso por no confundirse a un nene con una nena, al menos no estando sobrio.

Mientras los otros hablaban apartó su mente de la conversación, temiendo que le llegaran a hacer creer que realmente estaban persiguiendo lavanderos. En cambio puso su atención en todas las chucherías que había en ese lugar. Quizás alguna valiera la pena...

Tras soportar los chistes del duendecillo que sólo le hacían gracia a Romitelli llegaron a un extraño lugar en la copa de un árbol o algo así. La casita del árbol parecía un remate de artículos de hechicería de feria. Esqueletos, pedazos de cuerpos momificados, polvos y polvitos, extraños colgantes de huesos, algunos libros escritos por reconocidos charlatanes de la universidad invisible y cuantas chucherías se podrían esperar hallar en un local destinado a desplumar a los desprevenidos.

Sin embargo, Aurora se puso muy feliz al oír las palabras de la "madam". Que le ofrecieran leer su futuro en una bola de cristal, aunque fueran supercherías, le parecía de lo más atractivo. Lo único malo es que no tenía idea a qué se refería con eso de los "redondos". -Hey Billy, tienes algunos red...- pregunta quedó a mitad de camino cuando la chica vio como Larry intentaba coquetear con el travesti y el comentario mordaz del puro hueso la hacía enojar. -Pero, ¿qué te crees? ¿¿¿Acaso insinúas que tengo menos limones que una ensalada de frutas??? Además, Larry puede hacer lo que se le venga en ganas, sabes que no me gusta- ofendida le sacó la lengua, pero enseguida se le pasó el enojo. Averiguar su futuro era demasiado emocionante como para perder el tiempo peleando con su amigo.

-Como bien dicen mis compañeros, estamos buscando a unos lavanderos que se robaron un gorro... Pero primero cuénteme sobre mi futuro, ¡tengo que saber más acerca de ese héroe destinado para mi!- la chica apartó al resto y se ubicó en la mesa, tomando asiento frente a Shandel, o Luisana como también parecía que se llamaba.

La señorita observo como la excitación de encontrarse frente a un una poderosa adivina quedaba de manifiesto por la cantidad de preguntas que hacían. En su mayoría preguntaban por una especie de lavanderos y algo sobre un sombrero. Como ama de casa que cuidaba de treinta y tres duendes y medio sabía lo que era lidiar con los lavanderos, siempre trataban de ahorrarse ese bonito aromatizante de lavanda que tan bien le hace al espíritu.

- ssmmmmfffffffffffffffff – suspiró Shandel mientras recordaba la agradable sensación de las pantimedias recién lavadas y perfumadas con aquel bonito aroma – Bien niños, tratemos de organizarnos un poquito antes de comenzar que ordenadamente todos podrán recibir el consejo de las poderosas bolas de Shandel. – Echando un vistazo hacia Venaí que seguía seleccionando las bolas adecuadas de una repisa repleta de tales artilugios, prosiguió – Galán, no hace falta que golpees así tu bastón – aquellas palabras se dirigían hacia Ramirus que parecía exigir su atención demostrando su varonil temperamento – tendremos tiempo para ver tu sombrero y a los dichosos lavanderos, pero no es preciso que te alteréis. Con unas palabras dulces yo podría encargarme de tu bonito y puntiagudo sombrero guapete!

Con un grácil movimiento extendió el mantel arrugado por los bastonazos acomodando, a su vez, aquel prominente escote para que el pequeño Larry se deleitara con el panorama.

- Como ya se habrán percatado los estaba esperando, lo supe gracias al poder de las bolas – esta última palabra fue pronunciada con un tono de voz más seductor del adecuado – ellas me señalaron que un grupo de extraños y guapos magos iban a llegar a esta inhóspita región del mundo y que debía ayudarlos – la diva se contoneo haciendo gala de su femineidad floreciente, su tía decía que era la mejor forma de conseguir buenas propinas, incluso de un hombre con esa cara… Sí que es feo el cachetón, pensó mientras organizaba sus palabras – Como sabrán, los servicios de Shandel, la diva de las bolas cristalinas, no es para cualquiera. Las bolas solo le hablan a aquellos de puro corazón y una abultada billetera -  debe ser duro conseguir novia con una cara de amargado como aquella, pesó sin poder abandonar el tema, pero no sin dedicarle una picara sonrisa a Romitelli dejando al descubierto algunas de  sus dotes y esperando cautivar a aquel potencial cliente – Si están dispuestos a ver más allá de sus ojos, yo podre ayudarles. Solo deben desprenderse de algo a lo que aman para que las bolas sientan su agradecimiento hacia ellas.

La adivina guardo silencio observándolos detenidamente a cada uno de ustedes, dándole tiempo para pensar la propuesta. Pero como su cerebro ya funcionaba plenamente como una doña de peluquería, no duro demasiado tiempo aquel acogedor silencio.

-Bien niña, mientras esperamos por la llegada de mis poderosas bolas  y que estos galanes tomen su decisión veamos que nos dice tu mano acerca del futuro – Examinando la mano de Aurora siguiendo con el dedo indicador las líneas de la vida y cara ceñuda por la concentración – ¡Bien bien bien! Que tenemos aquí…. Como podrás ver esta línea de aquí es mucho más corta de lo que debería en una pequeña de tu edad, posiblemente no llegues a ver canas en tu bonito cabello, pero ves todas estas pequeñas interrupciones, ¿las ves? – la miró sobre unos diminutos lentes que nadie se había percatado que los tenía hasta este momento – pues bien, eso sí que es ¡Fieeeesta nenaaa!

Sin presta atención a la aterrada mirada de la hechicera, dejo su mano y indago al resto del grupo.

- ¿Desean averiguar el destino de ese bonito sombrero y las revelaciones sobre la muerte o saldrán corriendo como ardillas asustadas?

* * * 

!!!para pa papan!! ¿Será cierto lo que se dicen en la universidad invisible que mago es aquel que probó y no le gusto? Se animaran los poderosos magos a averiguar que les deparan las bolas de cristal de Shandel o huirán para buscar mejor suerte en otro sitio menos perfumado... vuestro turno XD

La habitación esta repleta de objetos llamativos y por demás aparatosos, en su mayoría carente de valor y utilizados solo para ambientar y estilmular la imaginación de los visitantes. Entre las cosas que parecen tener más valor se puede ver una daga con su vaina decorada, un colgante con dientes de alguna extraña criatura y una bolsa repleta de monedas brillantes como el oro.

gracias. 2 preguntas:

1) puedo darme cuenta qué objetos son mágicos allí o debo hacer una tirada? en todo caso, puedo hacer tirada para hablar con objetos a ver si alguno me contesta?

2) le pregunté a venaí qué tenían de especial los zapatos y no contestó. Lo convierto en sapo al duende o a vos? XD

La pequeña duende volvía con dos grandes bolas de cristal entre sus manos, pero si poder dejar de pensar en la pregunta del cachetón, porque preguntaría por sus zapatos, pero como de chiquita le habían enseñado a ser educada le respondió con una sonrisa de sospecha en su pequeño rostro.

- Los zapatos fabricados por mi abuelo eran muy especiales, sabe, esos zapatos poseían en su interior el extracto de una seta muy particular y al parecer han adquirido algunas de sus cualidades... Las leyendas dicen que esas seta podía caminar y con su mirada ceñuda machacar las cabezas de quienes se interponían en su camino, sin embargo todo aquello no parece ser cierto, solo que da un gran picazón en los pies luego de unas horas de estar usando los zapatos y que puede llegar a durar durante una o dos semanas… lo que no te mata te hace más fuerte, pero con un gran ardor en la patas, al menos eso decía mi padre. El caso es que…

Aquella prominente historia fue interrumpida por la vos del otro duende que al encontrar en el hombre sin nariz un potencial compañero de chistes novedosos se acerco para, tocándole el hombro insistentemente, recitar otra tanda de chistes.

- Sabes, sabes… ¿sabes cómo se saca un elefante de una piscina?... no? Pues mojado, mojado. Jajajajaja y, yyyh, y, ¿sabéis cuál es el único labio que vuela?... la aviiionetaaaaaa!! Jajaja, no lo entendí… mejor… ¿Cuál es el pez que da leche?.... el pez on, jajajajajajaj.

Link se encontraba cansado, dolorido, con hambre y  ganas de estar de nuevo en su casa y no con aquel grupo de "locos". La cara se le comenzó a hinchar y ponerse colorado, el pie comenzaba a golpear el piso cada vez con mayor rapidez..hasta que pego un salto en el lugar batiendo los brazos y piernas, pequeñas volutas de humo parecían salir de sus orejas...

- AAAAAAAAaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh.............!!!!!!!!!!!!!!!

- Ya deje de insinuar que estos AVAROS!!! le den dinero por sus adivinaciones!!! todo el día he tratado que me paguen los cafés que han estando tomando y no he conseguido nada...NADA!!!!

Se acerco a tropezando con las cosas que tuviera por delante, duendecillos, trastos y ancianos con cara de trasero.

- SON TACAÑOS!!!! Estos no le prestan dinero ni a su madre para un trasplante de corazón.....ESTOS!!!! -los señala a todos con su dedo indice- van al Mc Donalds y reclaman que la hamburguesa que le dieron no era la de ellos después de haber comido 3/4 de la que no les correspondia!!!

Golpea con sus puños la mesa, haciendo que las bolas que uno de los duendes estaba acomodo cayeran sobre la cabeza de otro evitando que se rompieran al caer.

- Escucheme!!! Camionero vestido de mujer regordeta de carnes caídas!!! no le sacará ningún dinero al huesudo, la niña caprichosa, el niño alzado, al  viejo lunático o el viejo cara de cu..

Poco a poco se fue calmando, estaba agitado por el exabrupto, pero comenzaba a calmarse. y miro de nuevo a la estupefacta seudo mujer.

- Y por supuesto, tampoco me sacará un centavo a mi, si estos no me pagan.....

Ya calmado volvió al lugar donde se encontraba en un principio.

La Oráculo con una amplia sonrisa dejó delicadamente la mano de Aurora sobre la mesa, para acercarse luego hacia el carro de café contoneándose con sus atributos femeninos, adquiridos artificialmente, vaya a saber uno como en una época tan remota sin un buen cirujano plástico a la vuelta de la esquina.

Un vaso de material aislante térmico repleto de negro café apareció en sus manos ante perplejos de Oz. Lentamente se acerco a Link para posar una mano sobre su hombro tratando de calmarlo, y aunque no lo hubiese querido no hubiese tenido opción, ya que el peso de aquella mano lo dejo paralizado.

- Tranquilo hijo, hay ocasiones en las que el león debe aguardar la noche para apoderarse de su presa – Con la habilidad de un ladronzuelo de la ciudad, una moneda brillante como las estrellas apareció en su mano girando rítmicamente mientras el aroma del café recién hecho inundaba la habitación – déjate llevar bonito, la tía Shandel te mostrara tú destino.

Un grupo de imágenes se apiñaron en la mente del cafetero, copas de café con expresiones tenebrosas lo perseguían, para luego ser remplazadas por otras sonrientes y felices. Link corría sin aquella visión tratando de escapar de lo que lo atormentaba, su preciado café lo perseguía a lo largo de un infinito camino de rojos adoquines… finalmente… la nada se presento ante sus ojos, la oscuridad se hizo de su mente durante segundo que parecieron eternos. ¡Estoy muerto! pensó, pero no, si estaba muerto porqué seguía oliendo aquel delicioso aroma del café recién hecho. ¿Por qué? se pregunto una y otra vez, hasta que tanteando la nada dio con un extraño artefacto que al presionarlo arrojo un estrepitoso y aterrador sonido. ¡Click! Y la luz inundo el lugar, los rallos de un sol artificial dejaron ver el lugar y sonido dulce de una voz de señorita llego a sus oídos dejándole ver que por fin estaba en casa.

- ¡Hola amor, el café está listo! – Link se entrego a los labios de aquella bonita señorita, sintiendo que no había errado su camino. Al abrir los ojos los labios de Shandel se alejaban de los suyos, dejándolo estupefacto y confundido.
- Esta en tus manos que tu sueño llegue a buen puerto – dejando la moneda entre las manos del cafetero – Esto debería cubrir el café – dijo antes de regresar hacia la mesa en la que se encontraba pequeña y ver que sus dos bolas ya estaban en su lugar.

Mientras aún tiraba besos al aire, no tardo darse cuenta de lo sucedido y mientras se limpiaba los labios con ambas manos y miraba la moneda entregada las imagenes del taller de Jose se le vinieron a la mente y en su mente parecio comprender lo que ocurria en ese "taller"

- Jose....jejejejejejejeje...picarón...

Se mantuvo al costado concentrado en su moneda.