Partida Rol por web

Pueden ver claramente como la lluvia verde cae sobre ustedes. Como experimentados hechiceros logran detener una acción precipitada de vuestra parte y analizar aquella situación. En principio logran detectar que no hay una presencia mágica en aquella asquerosa mucosidad, sino que todo lo contrario.

Romitelli al levantar la vista descubre que, la caída de la lluvia no es tan pareja como parecía en un principio, sino que la precipitación se da por chorros continuos de aproximadamente, litro y medio.

Cuando Ramirus extiende su mano para analizar la sustancia, un pequeño tapón de corcho con un bonito dibujo en la parte superior.

La lluvia verde cae abundante sobre ustedes, sin embargo algo extraño había en su forma de precipitarse.. ¿qué era, qué era?... tal vez que caía a abundantes chorros o en intervalos, diminutos, pero que podían percibirse claramente.

Pero eso no era todo, claro que no, al mirar hacia donde tu bella doncella se había situado, unos cuantos pasos por delante del resto. Un botellón con forma de pera se estrello contra el costado del camino, dejando esquirlas de cristal por doquier. 

Sacudiendo la cabeza para un lado y para otro no logras distinguir de donde ha salido, no obstante logras escuchar a la derecha de la oruga:

-Cofff, coff. -  el sonido del liquido no te permitió distinguir con claridad si era el eco de uno de los integrantes del grupo o una persona extraña.

Aturdido y confundido intento quitar algo de porquería verde que caía sobre mi. Observo hacia mi costado intentando reconocer quien tosía.

Quién anda ahí? Qué ezta pazando?? AURORA EZTAZ BIEN?????????????? Auxilioooooooooooo

El liquido verde cae como lluvia sobre ustedes cubriendo sus cabezas. Aparentemente el contacto con la cera de vuestros oídos genera una reacción espumosa que los deja un tanto desconcertados. Sin saber que pensar, ven como la oruga se rie de ustedes. En verdad que aquel camino se estaba volviendo peligroso.

Sacando un poco de aquella baba verde de tu rostro podes fijar la vista más allá de de los arboles. Buscando, buscando... a Aurora, un lugar donde ponerte a resguardo de aquella lluvia pegajosa, o a quien pertenecía esa tos enfermiza proveniente de debajo de una galera negra. Eso es, la galera negra detrás de los arboles, justo a la derecha de la oruga.

Miro la grasa caer sobre mí y simplemente veo como se forma una cera en los oidos de Aurora - Que bueno que no tengo oidos, solo soy una calavera wajajajajajaja - Me sacudo la babaza de las ropas y termino sacudiéndome casi como un perro.

Hey gusano, por que nos estás echando eso? deberias empezar a escupir a otros, como Romitelli por ejemplo - Saqué mi hoz y la puse tocando la punta el piso - Dime que es eso y prometo que seguiremos nuestro camino - saqué un porro cigarrillo y empecé a fumarlo - entonces wey... ¿que dices?

Como puedo, quitando la baba de mi camino me acerco adonde veo la galera mientras le grito amenazantemente.

ZEÑOR DE LA GALERA!!!!!!!!!!!!!! UZTED EZTA DETRAZ DE ESTO!??? 

La baba la cubrió y de pronto, la joven Aurora dejó de oir. Miró a Billy, que estaba más cerca de ella que los demás, quién también estaba cubierto de esa asquerosa cosa pero no parecía para nada alterado. Iba a preguntarle si notaba algo raro en ella, cuando un cosquilleo desagradable empezó a subir por sus orejas hasta llegar hasta el centro mismo de su cerebro (o eso le pareció). Por suerte, la sensación duró poco y unos segundos más tarde, había recuperado su sentido otra vez... más o menos.

-¡¿HUESOS?! ¿NUESTRO CANINO? ¿POR QUÉ LLAMAS PERRO A ESE BICHO? ¡¡¡NO VES QUE ES UN GUSANO!!! Y NO ES NUESTRO. ACASO LA BABA TE ALTERÓ LA VISIÓN? TAL VEZ SEA ESO. A VER BILLY, CUANTOS DEDOS VES AQUÍ?- Aurora levantó su mano y mostró tres dedos. La chica no se había dado cuenta que durante todo ese tiempo había estado gritando. Al parecer, la espuma que se había generado en sus oídos al mezclarse la cera con la baba, no había servido más que para crearle un tapón que la había dejado más sorda que una tapia.

Ramirus cogió el objeto que había caído en medio de aquella lluvia sobre la mano que había extendido, le echó un rápido vistazo y lo apretó fuertemente entre sus dedos. Vio venir la asquerosa viscosidad que caía del cielo y reaccionó en consecuencia; en lugar de echar a correr, que en el decrépito estado en que se encontraba no hubiese servido de gran cosa, volteó la varita sobre su cabeza y se dispuso a cantar un hechizo, muy popular en su juventud.

- AIIIIMSINJININDERRRRRAAAAIN, ... fiú, fíu, fí -berreaba y silbaba el viejo loco.

Si todo iba bien, un gigante paraguas mágico le protegería a él del resto de la tormenta. Si todo iba mejor, incluso podía ser que el tamaño del parapeto diese para que alguno de sus compañeros también se pusiese a resguardo.

Las mucosidades volaban bañando a todos, pero a algunos más que a otros.

Romitelli pudo ver con claridad la caída de la lluvia verde. La caída no era pareja, sino que parecían ser chorros de cantidades similares cada vez. Además vio que Ramirus había podido tomar algo. ¿Era eso un tapón de corcho?

El viejo intentaba atar cabos, pero la improbable idea que le llegaba a la cabeza constantemente era que habia alguien dentro de ese gusano descorchando botellas llenas de ese líquido y tirándoselo encima a ellos.

No podía concentrarse en buscar otras explicaciones porque a Aurora se le había dado por gritar.

_¡QUE CIERRES LA BOCA!

Quien gritó en ese momento fue Romitelli, y sus ojos se iluminaron al escucharse. Tenia que atar cabos, y había que cerrar la boca... ¡era genial!

Haciendo ondulantes movimientos con sus brazos, Romitelli buscó encantar los resistentes hilos que sostenían al gusano para que se dispusieran en la cabeza del mismo, de manera de que no le permitieran abrir la boca.

Si alguien estaba dentro del gusano atacándolos, no tendría por dónde atacar, o en todo caso el gusano se terminaría sobrecargando de esa sustancia viscosa al no poder expulsarla y explotaría. Entonces podrían continuar su camino.

-NO ROMITELLI, NO ES UNA FOCA! ES QUE NADIE VE QUE ES UN GUSANO?- Aurora comenzó a preocuparse. ¿Sería que los demás habían caído en una especie de trance hipnótico que no les permitía ver la verdadera forma del agresor? Sin embargo, aunque el mago desbarbado veía otra cosa, la extraña comezón que empezó a subirle por los brazos le indicó a la joven bruja que Romitelli estaba intentando detener esa lluvia viscosa y asquerosa.

En medio de la baba verde escucho que todos divagan, menos la hermosa Aurora. Pobrecita, debe estar sufriendo tanto en medio de esta inmundicia! Debo salvarla!!!!!!

Mi prinzeza!!!!!!!!!!! Quedate tranquila que iré a zalvarte!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Por el poder de Greizzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzcollllllll!!!!!!!!!!!!!!!!

No recibes respuesta del señor de la galera, o de lo que sea que este detrás de todo esto. Sin embargo percibes un movimiento extraño en la oruga.

Tomo mi varita, fijo en la oruga y grito con fuerza.

Dejannoz en paz bicho assquerozo!!!!!!!!!!!!!  Babazarazaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Apunto y tiro un rayo de luz que va a partir en 2 al bicho mal habido.

La oruga respondió a Billy con un sonido gutural, que fácilmente podría confundirse con un escape de gas digestivo. Observo a la bolsa de huesos bañados en baba verde. Volvió a gruñir y luego, pronunciando cada palabra con una modulación extremadamente armónica para un bicho, dijo:

- No permitiré que el señor del sombrero destruya mi bosque. Tan hermoso y purpura como ningún otro en el disco. – Tras una pequeña pausa dramática, prosiguió – Es un precio justo, sus vidas por el bosque.

Mientras Larry comenzaba, a la vista del grupo, a delirar algo sobre una galera vociferando a los gritos. Ramirus, el viejo y sabio mago, entonó un estupendo encantamiento, desconocido por los jóvenes - AIIIIMSINJININDERRRRRAAAAIN, ... fiú, fíu, fí – El cual tuvo un éxito tan llamativo como inesperado. Tres figuras, entes alegres y bailarines, se materializaron junto al viejo mago, cada uno de ellos cubierto por un brillante atuendo amarillo que repelía la babosa lluvia y paraguas de colores que utilizaban para apartar aquella asquerosa precipitación de la cabeza del mago.

En otro rincón del bosque, Aurora se empeñaba en sacudirse la espuma verdosa de los oídos, algo que sin duda le estaba afectando su capacidad auditiva. Lo cual no era nada comparado con la picazón que le producía el poder liberado por Romitelli. Quien con hábiles movimientos de sus brazos tomó el control de los lazos, los hilos, que sostenían a la oruga suspendida en el aire y comenzó a enredarlos poderosamente en torno a su boca.

La atadura se volvía cada vez más poderosa, enrollándose una y otra vez sobre el bicho, como si de un ovillo de lana se tratara. La tensión de los hilos sobre los arboles aledaños hicieron que estos se curvarán como arcos elficos.
Un poderoso relámpago cruzó el aire que separaba a Larry de la inmovilizada oruga, calcinando tanto al pobre bichito como al ovillo de telarañas que se había formado a su alrededor.

La energía había recorrido el cuerpo del pequeño mago, llenándolo de excitación, alegría y vitalidad, lo cual duro bastante poco al percatarse de que su enemigo, aquel pobre animalito había muerto calcinado por su magia. Solo quedaba en su lugar, mejor dicho sobre el arenoso camino, un pequeño montoncito de ceniza. Mientras que en el aire se deslizaba una llamativa galera negra con vivos blancos que fue a posarse junto a la oruga chamuscada.

Sin embargo la curiosidad no fue suficiente para acercarse a aquella aparición, ya que al tratar de mover los pies hacia ella. Nuestros héroes se percataron que la baba verde comenzaba a transformarse en una espesa telaraña que los inmovilizaba.

Que buenos son ustedes - dije con cierta ironía- al único que sabía del señor del sombrero y vienen a calcinarlo... Empiezo a pensar que ustedes son tan útiles como un tercer pezon

Las cosas no pintaban bien. No solo era que Aurora se quedaba sorda, no solo era que nos ensuciaban la ropa... Ni siquiera era que había muerto la oruga; es que hasta la baba en el suelo empezaba a atraparnos. Me arrepentía ya de haber ido a ese banquete... Con lo poco que me gustan esos canapes y vine yo a acompañar a Aurora.

Tenia meses sin intentar practicar la necromancia... esa magia era demasiado fuerte como para ser controlada facilmente, sin embargo era lo mejor que podía pensar justo ahora - Yo termino pagando sus errores... - Levanté mi hoz y la puse con la punta hacia el montón de cenizas. Concentré toda mi energía que no era mucho despues del porro, quedándome un poco mareado. Iba a intentar jugar de nuevo con las fuerzas de la vida y la muerte, lo mismo que me trajo a ser lo que era ahora; para poder hablar de nuevo con el gusano... El dholar empezaría a odiarme de nuevo...