Partida Rol por web

Diana se separó un par de pasos del chico para dejarle un poco de espacio y así ella también conseguir el suyo personal.
Diana, no seas torpe. ¡No seas torpe!
-No seas torp..-balbució su mantra en vez de contestar lo que realmente quería. Sacudió la cabeza y levantó el brazo en el que llevaba la pulsera- Podría ser yo-dijo  con una sonrisa nerviosa y esquiva mientras inclinaba la cabeza hacia un lado.

Diana se abrió paso como pudo hasta salir al paseo marítimo donde corría una brisa que resultaba fresca en comparación con el aire viciado del interior del Afterlife. Al volverse pudo ver sin deslumbramientos de los confusos flashes de la discoteca a su primera cita.
Parpadeó con cortés sorpresa y sonrió recogiéndose parte del cabello tras la oreja e inclinando la cabeza ligeramente hacia delante, alzando la mirada para mirarle.
-Ehm... mi nombres es Diana-dijo con evidente nerviosismo.

Brad había ido detrás, la música y el vistazo que echó a los dos que bailaban lo habían dejado mudo y sin pensamiento adicional. No estaba preparado para eso, sencillamente no era lo que él habría esperado.

Una vez salieron, el aire fresco y húmedo de la calle le relajó, aquello sí era agradable.

- Mi nombre es Brad - dijo de forma relajada justo después de un suspiro, parecía algo agobiado.

Brad no se había fijado en el nerviosismo de la chica y su mente no había reparado en los demás gestos que hizo, los suspiros y su relajación se habían llevado su atención a la comodidad que estaba asumiendo su mente en ese momento.

- ¿Buscamos un local más tranquilo? - dijo ahora sí con un poco de titubeo, pero con cierto amago de una sonrisa que no estaba acostumbrado a hacer.

Diana parpadeó algo abrumada y miró a lo largo del paseo marítimo.

-Seguro que hay alguna terraza-o unos recreativos.

Echaron a andar por el paseo marítimo en busca de un local más del gusto del chico... o eso al menos estaba haciendo ella.

Brad se encontraba extrañamente entusiasmado, como si fuera un niño al que le acaban de dar un nuevo juguete. Con la diferencia de que para él aquello era una exploración de su persona, una investigación personal sobre sí mismo. Ante la sugerencia de Diana, miró al suelo lo que en un principio hubiera parecido una mirada al cuerpo de la mujer en frente suyo.
El suelo está húmedo... ¿cómo vamos a ir a una terraza? Quizás no sepa qué decir.

- Podría llover de nuevo - añadió y luego levantó la vista- Lo mejor sería resguardarse - dijo tranquilamente, lo estaba llevando mejor de lo que él mismo esperaba. Miró hacia un local con una puerta que estaba poco frecuentada, ese podría ser el lugar tranquilo - Podemos ir allí.

En cierto modo esto le recordaba a la presión que pasó en ciertas pruebas, pero esta era mucho más leve y llevadera. Pensó que se acoplaría pronto a hablar con aquella chica, se alegró de su suerte. Entonces le vino el recuerdo de la chica del escenario y se estremeció un poco.

Diana asintió encantada y se acercó hasta el local, empujando ella la puertecilla sin esperar caballerosidades de ningún tipo pese que, al entrar se quedó algo parada, titubeando pues, para variar, había tenido un arrebato de  iniciativa que se había esfumado con la misma rapidez que un beso volado.

-Ah... parece cómodo- visualizó una máquina propia de los recreativos, un clásico, el Final Fight.-anda-parpadeó con evidente interés, pero no estaba segura de que su acompañante quisiera jugar, después de todo. No sabía si compartían intereses.

Brad se quedó sorprendido ante lo que le había parecido un ligero arrebato. Se preguntó si todas las chicas actuaban así, sus recuerdos le dieron otra puñalada recordándole a la chica en el escenario. Vale, vale, no son todas así. Se dijo a sí mismo. La verdad es que no sabía qué hacer, aquél ambiente no era a lo que estaba hecho, es lo que tiene haber estado tanto tiempo trabajando con los ordenadores. Lo más que conocía era la cafetería cercana para tomarse un café cargado y no dormirse por culpa de la radiación continuada que emitía la pantalla, eran muchas horas frente a la pantalla. Se alegró para sus adentros, siempre había hecho lo que había querido realmente.

Diana se sobresaltó por algún detalle, pero se había ensimismado en sus pensamientos, incluso estaba luciendo una extraña sonrisa de satisfacción personal, apenas perceptible. La miró y siguió su mirada, miraba a una máquina recreativa. Podría ser...

- ¿Pasó algo? - iba a añadir algo parecido a 'te veo emocionada', pero eso no llegó a salir de su boca, el exceso de confianza empezaba a atragantársele.

-Ah...
Diana se giró de nuevo hacia Brad y bajó la mirada hacia los pies,sonrojándose por lo que tantos otros habían descrito como "gustos de raros". Volvió a mirar la máquina recreativa pero desistió antes de empezar siquiera a tantear a su acompañante. Hizo un gesto vago hacia una mesa donde sentarse y dejó que él se pusiera cómodo.
-¿ te resulta esto tan raro como a mí?

Cuando la chica se giró hacia él y se sonrojó, se asustó un poco y dio un paso atrás, luego ella volvió a mirar a aquella máquina. Quizás le apetezca jugar un rato luego... aunque hace algún tiempo que no juego.

Acompañó a la chica a la mesa cercana y sentó y animó a Diana a hacer lo mismo.

- ¿Raro? - Se calló un momento - E-Es la primera vez que hago algo así... - dijo con cierto tono de nerviosismo en su voz.

Relájate, lo estabas haciendo bien antes.

- ¿Te apetece tomar algo? - la garganta se le iba secando, actuar así era más duro de lo que parecía, aunque podía hacerlo.

Se mordió el labio inferior mirando a su acompañante pensando qué quería tomar.

-Tomaré un nestea... sin hielo si puede ser...-sonrió encantadora, o eso pretendía, echándose un mechón tras la oreja- ¿De dónde eres-hizo un esfuerzo por quitarse los nervios de encima e inspiró hondo- Brad?

Cuando el camarero se acercó para ofrecerles sus servicios, Brad se adelantó y por su parte pidió un zumo de naranja, en principio iba a pedirse un café, pero no quería pasar la noche de maginaria. Luego le pidió el Nestea que había pedido Diana.
- ... y que sea sin hielos, por favor. - luego miró a la chica, - Soy de Bristol, bastante lejos de aquí, ¿y tú?

Vista más tranquilamente aquella chica era increíble, además, parecía igual o más nerviosa que él. Se preguntó si el nerviosismo era por la cita. Mientras pensaba se había quedado mirando a la cara de la chica, ensimismado.

Pestañeó esbozando una sonrisa cándida mientras, cuando le sirvieron el nestea envolvió el vaso con ambas manos,  tamborileando las yemas de los dedos en el cristal.

-Europeo... sí que pilla lejos,sí -rió con brevedad y alzó el vaso humedeciéndose los labios- soy veneciana-explicó alegremente ladeando la cabeza.-¿y a ti que se te ha perdido en América? El viejo continente no está nada mal-preguntó apoyando los antebrazos en la mesa, inclinándose hacia delante con algo de confianza.

Brad se sorprendió, aunque no demasiado, en su trabajo había gente de muchas nacionalidades. -¿Por qué me vine a América? Pues fue hace algún tiempo cuando me presenté a las pruebas para ser astronauta. En la ESA declinaron mi currículo para los exámenes, pero en la NASA lo aceptaron. Sencillamente me vine aquí... - habían llegado a un punto en el que podía hablar de algo que realmente sabía. Se preguntó si ella querría hablar de ello. Dio un pequeño sorbo a aquel zumo de naranja. Naranjas dulces, yo quería naranjas ácidas.

-¡Fascinante!-dijo, y era sincera, aunque su idea de astronautas estaban enfocadas a stormtroopers y relés de masa.- Entonces...¿qué tal fue en la NASA?-se mordió el labio pensando en el Dead Space que le esperaba en su cuarto. Solo por relación de ideas.

Viendo a la chica tan receptiva a la conversación que se había iniciado, se animó a seguir hablando del tema.

- Pues pasé las pruebas iniciales para ser candidato a astronauta, pero en la preparación desistí de ello. - suspiró recordando la presión a la que sometían a los candidatos. - Por fortuna me recomendaron para el equipo de ingenieros. Allí me quedé trabajando en materiales y soluciones para que podamos estar pronto ahí arriba todo el mundo.

Intentó hacerlo lo más amena posible su explicación no quería aburrir a la chica, si ella quería saber más ya preguntaría. Se quedó mirándola, se mordía el labio muy seguido, quizás sea una costumbre suya..

- Y cómo es que también te encuentras aquí en América? - preguntó Brad mientras se subía las gafas de nuevo.

Diana se llevó el vaso a los labios mientras Brad, el cuasiastronauta le hablaba, asintiendo de vez en cuando para que el chico viera que le prestaba atención.

-Ah, bueno, ya sabes... trabajo, ver qué tiene de real el sueño americano... mi abuela insistió-explicó alegremente.- Dime, Brad, a parte de trabajar en la NASA... ¿qué te gusta? ya sabes, ¿en qué inviertes tu tiempo?-apoyó un antebrazo sobre la mesa, inclinándos eligeramente sobre ella mirándole con vivo interés.

- Tengo mi propio laboratorio en casa, hago investigaciones por mi cuenta, ahora mismo intento desarrollar un láser para cortar roca, así poder hacer cortes más limpios y más seguros. - comentó Brad con cierto entusiasmo. - aunque cuando no me apetece estar haciendo eso me acerco al laboratorio de astronomía... - siguió hablando, pero se quedó parado, quizás estuviese agobiando a Diana con su conversación, aunque parecía estar muy atenta.

Dio un último trago al zumo de naranja, que se había bebido muy rápido. Luego volvió a mirarla fijamente y ella le miraba muy fijamente, no pudo evitar sonrojarse un poco y evitar la mirada. Relájate, esto es normal...

-Entonces lo tuyo es la química,¿cierto? Vaya, siento admitir que en ese campo ando poco corta por no decir que lo más que hice en el instituto fue  el trabajo ese de echar agua con sal en una tapa, calentarla para que se evapore el agua y solo quede la sal para ver la ... ¿mineralización? Cielos que vergüenza-ríe abochornada- perdona por no estar a la altura en ese campo.

¿Química? No diré que no haya química, pero... Bueno, no es su especialidad.

- Algo habrá que se te de bien - sonríe relajadamente, obviando que no era química lo que hacía - ¿Hay algo que te guste hacer? También me gustaría saber a qué te dedicas. - su voz poco a poco se iba volviendo meas serena, estaba cogiendo confianza en Diana.