Partida Rol por web

Separados sin que pudieran verse, los concursantes fueron sacados del plató tras las votaciones a la zona de camerinos separados donde pudieron adecentarse para la ocasión como creyeron adecuado.

Siguiendo estrictas órdenes salieron primero los chicos que fueron llevados en un minibus hasta la zona costera,subiendo a un tranvía aparentemente vacío, entre los nervios alcanzaron a ver otro que aparecía de un raíl contiguo y se pegaba al de ellos prácticamente, no podían ver más que el ocupante de la cabina, pero presumiblemente era el  tranvía en el que habían metido a las damas, que habían seguido los mismos pasos que ellos.

Las calles estaban húmedas por una breve tormenta y el ambiente del mar se pegaba a la ropa y a la piel como una fina y opresiva capa a la que tardaron en habituarse.

En las calles les saludaban algunas personas aclamándoles, quizá audiencia del programa, quizá simplemente atraídos por el equipo de cámaras que se encargaba de seguirles de forma discreta pese a que los concursantes no acertaban a identificarlos.

El sistema de megafonía de ambos tranvías empezó a sonar con un ligero ruido de nieve antes de emitir una melodía que debía estar pensada para ambientarles en lo que les esperaba... o al menos para levantarles el ánimo. Sobre la pegadiza melodía se alzó una voz de azafata educada, comedida y suave.

-Bienvenidos a los diez a nuestra edición de Dame tu Corazón-mientras hablaba los tranvías bajaban una empinada cuesta hacia el paseo marítimo, escenario para sus citas-En breves llegarán al paseo marítimo y tendrán acceso al pub de moda del lugar-hizo una breve pausa como si alguien le estuviera dando instrucciones-Desde ahí tendréis total libertad para moveros por la zona, bien podréis ir a otros locales más de vuestro gusto como pueden ser unos recreativos, la zona VIP del Afterlife-nombre del pub de moda, presumiblemente-bares más estilo country con su correspondiente club de motos, hay un par de concentraciones de motos custom por la zona, también está en funcionamiento el pequeño recinto ferial del muelle, la costa y tenéis acceso a los vehículos marinos-la costa se acercaba, siendo el mar espejo de las luces multicolor del paseo marítimo.

-Bajo los asientos disponen de unas pequeñas cajas, no las abran aún, esperen a poder abrirlas en la intimidad y guardáos su contenido hasta que consideréis oportuno.-hubo un nuevo silencio- para identificar a los concursantes contáis con unas esclavas plateadas que os facilitarán el cambio de pareja cuando se acabe el tiempo. Este tiempo varía en función de distintos factores por lo que la dirección lamenta no poder daros un lapso de tiempo determinado. Así mismo, recordamos a los concursantes que está terminantemente prohibido hablar de las presentaciones con otros participantes o mencionar información dada durante las mismas.

Dejó un breve espacio de tiempo en el que los tranvías volvieron a separarse, otro detalle por parte de la dirección el no dejarles coincidir a la entrada del Afterlife, sino ya en su interior. Una vez detenidos los tranvías, sus puertas se abrieron y les permitieron salir  al mundo exterior.

Era el momento de encontrar lo que habían ido a buscar.

Habían sido encantadores tanto en el plató como en el viaje hasta el tranvía.

Se había sobresaltado cuando el mensaje  saltó por megafonía y había lanzado miradas inseguras a sus compañeras. La muchacha que le había levantado el pulgar le inspiraba confianza, era muy agradable así que procuró sentarse a su lado mientras intentaba no estropear el conjunto que le había proporcionado el equipo en los camerinos.

Habían sustituído su jersey y su camiseta por una especie de top negro que simulaba un corset y unos pantalones vaqueros negros con fingidos desgastes a lo largo de las piernas además de unos zapatos quizá demasiado altos. Le costaba mantenerse en pie con ellos y no pensar que se iba a acabar destrozando en una caída kilométrica contra el suelo.

El bochorno de la costa se pegó a ella como una segunda piel y onduló el alisado que le habían hecho los de maquillaje en el programa.

Había guardado su cajita en un bolso sencillo que colgaba a su costado.

¿Otra vez por separado? , pensó contrariada mirando la pulsera plateada  mientras les indicaban la entrada al Afterlife. En su interior la música quizá estaba demasiado alta y, en la penumbra del local se apreciaba la luz negra que hacía resaltar  las prendas claras.

Enroscó los dedos en uno de los mechones que caían sobre el escote, que no terminaba de convencerla y miró con nerviosismo a su alrededor. ¿Sería fácil identificar a nadie con la misma pulsera que ella? Miró a sus compañeras.

-¡Voy a ver como es el sitio!-dijo intentando hacerse oír. La barra la tenía muy vista, pero no quería beber aún. La música no era del todo desagradable y, casi sin quererlo se mecía siguiendo el ritmo, confiada.

Finalizo la ronda de presentaciones y salimos del plato a camerinos, donde cambie mi atuendo con el mismo que habia llegado, unos jeans negros con mi chaqueta de cuero favorita, arregle algo mi cabello y repace el labial, sali al autobus para despues subirnos a un tranvía, sentada junto a la venta para observar todo, senti que una de las chicas se sento junto a mi, le sonrei, puesto que era la muchacha que mas simpatica me parecia...se veia guapisima...

Llegamos al bar Afterlife...Que curioso nombre...pense mirando el letreno de neon en la entrada, en el interior y despues de unos minutos la chica se alejo...la musica era agradable y logre identificar una de mis canciones favoritas que empezaba a sonar, mire a las demas y les indique que iria a la pista de baile...Que mejor para calentar el cuerpo...

Me meti entre la gente que bailaba y en el centro comencé a bailar sola al ritmo de la musica...

Leticia salió del plató convencida de que había estado fabulosa. Entró en el camerino y sacó su ropa de fiesta. Se puso un top plateado con braguitas a juego, una torera negra y unos jeans negros estrabajos con un cinturón también plateado. Decidió no usar tacones por si acaso había sorpresas.

Salió lista para su cita. Entró en el minibus y se quedó decepcionada de volver a estar solo con las chicas pero aún así las saludó con una sonrisa. Al entrar en el l tranvía ya estaba ansiosa. Para distraerse si fijó en los conjuntos que habían elegido las demás.

Qué guapas.- les dijo a Christine y a Diana, aunque casi todas estaban espectaculares.

Llegaron a la discoteca y Leticia se fue directamente a la barra a por un cubata, quizás así conseguía relajarse.

- Estoy empapada.- dijo harta de la humedad de la zona, se atusó el cabello con la mano y saludó al barman. - Esta música apesta, porque no ponéis algo con más marcha como Mr.Policeman. - Y sin esperar a que el barman contestara, comenzó a cantar como si estuviera en su videoclip, se acercó a dos chicos y les abrazó como si les conociera, se apoyó en ellos para subirse a lo alto de una plataforma mientras decía-  Odio el control de alcoholemia.- y se puso a bailar como si fuera una gogó.

 Cuando todo terminó, a Melissa se la llevaron a los camerinos para ponerla un modelito bonito y elegante, pero sobretodo que la quedara bien. Cogió un vestido rojo que resaltaba la palidez de su piel y, aunque no era tan sencillo o cómodo como eran los que cogían sus compañeras, se sentía más a gusto con ese tipo de ropa.

 Miraba a sus compañeras y pensaba en que tendría mucha competencia, sobretodo porque acabarían yendo casi todas a por el mismo, o eso es lo que se temía, así que tenía que intentar llamar la atención de alguno que le atrajera.

 Una vez en ese local de moda, Melissa se acercó a la barra tranquilamente y, al ver como algunas se dirigían a la pista a bailar y/o exhibirse, ella optó por buscar con la mirada a los chicos, pues así podría hablar con ellos primero e intentar averiguar quién era "Él"

Un chico guapo y de pelo engominado iba sonriendo a todas las mujeres que estaban llegando una a una al bar. El camarero mostraba una amplia y blanca sonrisa que se realzaba con la luz negra del lugar. Parecía como si estuviera en un anuncio de dentífricos. Aquel joven sonrió a Leticia cuando ésta se le acercó para preguntarle sobre la música.

- Buenas noches, preciosa, la verdad que la música la controla el DJ y yo no puedo hacer nada por ello. Si quieres pedirle una canción debes subirte a esa escalera de allí y hablar con él. Dice mientras señala a un tipo con barba y que está en lo alto del local con unos auriculares en la oreja ajeno a todo lo que estaba sucediendo en el lugar.

Segundos después una cortina de vapor comenzó a ser expulsada por algún lugar del pub, haciendo que todos los haces de luces quedasen proyectados sobre el humo.

 Deion decidió ponerse algo sencillo para la siguiente fase del programa. No era demasiado complicado en cuanto a vestimenta se refería, por lo que optó por un pantalón vaquero negro, camiseta básica negra y una chupa de cuero.   Pronto partieron en una especie de tranvía, donde el hombre permaneció en silencio y pensando en las posibles candidatas y oportunidades que se le presentarían a lo largo de la noche, por lo que cierto nerviosismo se le plantó en el estómago. Sin embargo, no se le notaba, pues estaba acostumbrado a lidiar con ello.

El encuentro con las mujeres se demoraba y el programa parecía intentar crear expectación, algo por lo que no podía culparles. Por fin el tranvía se detuvo y llegaron a una zona de ocio, concrétamente a un pub llamado el Afterlife. Allí por fin tendría lugar el ansiado encuentro.

Antes de entrar, Deion buscó un momento de soledad para mirar dentro de su caja. Tras ello, entro en el pub, donde pudo observar a varias de las mujeres que allí se encontraban. Sin duda todas parecían bastante atractivas y estaban arregladas para la ocasión. Él dibujó una amplia sonrisa, aunque algo tímida y saludó con la mano, aún con más timidez. Ciertamente era más bien prudencia, pero eso era algo que no sabían de él.

Emeth se mantenía en silencio con la mirada perdida y una extraña sonrisa en su cara. Mientras se escuchaba la información que les daban la dirección del programa, Emeth cogió su caja, la dio un par de vueltas en las manos y la guardó donde pudo.

Vestía una cazadora de cuero y una camiseta negra, sin mangras, con varios colgantes de cadenas gruesas del cuello y unos vaqueros y botas. Su pelo, esta vez, era moreno y lo llevaba corto.

Cuando bajaron del tranvía entró al local como todos los demás, mirando a la gente de allí e intentando encontrar a alguna de las chicas del programa. Se preguntaba si solo podrían ligar con las chicas del programa, porque ya les había echado el ojo a alguna de las mujeres presentes, aunque no se había parado a comprobar si tenían pulsera o no.

Se acercó a la barra, hizo una seña a la camarera y se la quedó mirando un momento fijamente a los ojos, tras lo que sonrió y simplemente dijo- Una cerveza, por favor.

Le habían entregado una caja. La utilidad de una caja para una cita... de momento nula. Cuando no supiese nada que hacer se separaría del resto y miraría en la caja.

Brad entró con cierto aire de seguridad a aquel entorno ruidoso, iba vestido con una camisa a cuadros, alternando el color ocre con un gris pálido bastante peculiar y un pantalón negro liso. Cuando entró en el local enarcó una ceja que se levantó por encima de sus gafas. Iba también bastante repeinado, dándole un aire extraño. Miró a todos lados para otear la zona. Aquello tenía más luces que una alarma nuclear, no era su estilo desde luego.

- Esto es de locos.

Tras mirar se dirigió a la zona interior, hacia los lavabos.

Se subió a la escalera que le había indicado el barman y le pidió su añorada canción, desde lo alto vio que había gente entrando por la puerta.Vaya vaya pero mira quién entra- dijo al percatarse de que habían entrado varios chicos.- Os estábamos esperando- dijo con una sonrisa. Se ayudó nuevamente de dos chicos para bajar de la plataforma y se acercó a ellos- Me llamo Leticia Sabater, encantada. - y les plantó 2 besos a cada uno.

Despues de bailar al ritmo de su canción favorita, su curiosidad se fijo en el contenido de la caja, salio de la pista de baile y se sento en uno de los sillones que habia junto a la pista...¿Que contendras?...dijo moviendo la cajita para oir el sonido que hacia su contenido, sin esperar mas la abrio...

Raquel se puso un vestido negro vaporoso para parecer menos grande, aunque no lo disimulaba mucho. Cogió un bolso grande y empezó a meter provisiones. Sabía que en las discotecas no había comida, ¡y ella no podía estar tanto tiempo sin comer! Y mucho menos con los nervios que tenía.

Al subirse al tranvía, esté se inclinó hacia ella por el peso. Rápidamente, en un acto inconsciente, se sentó en el lado contrario que las chicas, observándolas una a una.

Menudas rancias huesudas pensó sin poder evitarlo. Se metió la mano en el escote y sacó un trozo de bocadillo, que fue comiendo mientras se calmaba.

Al llegar al Afterlife, salió corriendo hacia la pista de baile.

¡Que la fiesta no pare! gritó mientras daba saltos y sus carnes se movían al son de la música. No tardó más segundos en hacer un círculo a su alrededor, no por lo bien que lo hiciera, si no porque apartaba a los demás a tetazos.

Peter, de entre todo lo que le dieron a elegir, escogió unos pantalones blanca demasiado ajustados y de cintura baja; marcaba paquete y si se agachaba se le veía el culo. Una camiseta de tirantes también blanca componía su disfraz.

Esta noche triunfamos dijo mirando hacia abajo. Estaba tan excitado que no dejaba de bailar mientras se movía de un sitio a otro.

En el tranvía, cuando se acercó el otro vagón, supuso que allí estarían las chicas y se estrelló contra el cristal.

Oh, nenas, si estuvierais aquí, íbamos a disfrutar de lo lindo y empezó a mover la lengua de manera rápida y repugnante.

Al llegar a la discoteca, su ropa resaltó sobre las demás. Era un hombre de la noche y sabía que lo blanco quedaba muy provocador. Buscando a su víctima, vio como una rubia subía encima de la barra y se ponía a bailar. Rápidamente se subió a su lado. ¿Qué más daba si era del programa? Se puso a mover las caderas y los brazos al mismo tiempo, mientras rondaba a la mujer.

Diana había cruzado miradas breves con los chicos de las pulseras plateadas. Con otros también, obviamente, pero no eran ellos por los que estaba ahí. Mientras otras bailaban desinhibidas, ella se mantuvo al margen y, cuando vio el espectáculo  de movimientos de uno de los chicos de las pulseras palideció con una mezcla de sensaciones que no sabía concretar. Retrocedió de espaldas y chocó contra alguien.

-¡Ah!, perdón yo no...-al girarse con la cabeza gacha por la vergüenza  vio el brillo plateado de la pulsera del programa. Era uno de los concursantes.-perdón-se disculpó de nuevo esbozando una sonrisa tímida. Quizá no podía oírla por el sonido abrumador del pub.

Brad entró en el servicio simplemente a revisar el contenido de la caja. Veo esto y me salgo de aquí, aunque ir solo. Se dirigió al espejo y se colocó un mechón despeinado que llevaba. Luego entreabrió la puerta, el local no es que estuviese particularmente lleno, la abrió del todo y se dirigió a la puerta directamente. No miró hacia los lados, tampoco quería mirar, las luces le cegaban con destellos eventuales. En uno de esos destellos esquivó a una mujer, paró ya que la chica se había disculpado.

- Oh, no pasa nada, iba casi sin mirar mientras iba fuera, es culpa mía... - dijo de corrido, sin pensarlo mucho ni mirar a la cara, aquellas luces le cegaban.

Leticia sintió el contacto de algo en su espalda, se giró y observó a una chico muy delgaducho que se movía de una forma que jamás había visto, alternaba el movimiento de brazos y piernas para mostrar un sinuoso baile compuesto de contorsiones.

¡¡¡Vaya, menuda marcha tienes!!!!- gritó para que pudiera oirla. Y por fin sonó su canción, y como si acabara de tener la idea del siglo trató de acompasar la música a ese peculiar baile.  En el estribillo aprovechó para restregarse con ese chico, pero no tardó en acercarse también al resto, se lo estaba pasando genial.

¡Oh, sí, bailemos juntos! gritó Peter cuando la rubia se acercó a él. Tenía cara de guarrilla, no podía negarlo, y eso a él le volvía loco. Dejó que ella le restregara sus pechos antes de hacer él lo propio con su miembro

-Yo tampoco miraba por donde iba-reconoció entornando los ojos ligeramente para poder ver entre las pestaña- son hipnóticos-dijo refiriéndose a Peter y a Leticia. Inclinó la cabeza y se pellizcó el puente de la nariz-este sitio aturulla un poco.

Alguno de los que bailaban la empujó ligeramente y acabó apoyando las manos en los hombros del titubeante chico.

-¿Podemos irnos?-dijo como ocurrencia, a nadie sano se le ocurriría hablar relajado en un pub.

Mientras Melissa paseaba la vista por el Afterlife y los hombres que allí rondaban, vio el espectáculo dantesco que estaban montando Leticia y un tipo que no podía ser humano, pues sus extremidades eran tan largas que deberían de tener dos codos y dos rodillas en cada una... y el como se movía.

Melissa sintió un escalofrío mientras veía que ese chico parecía ser del programa- Por Dios, que no sean todos así, por favor -rogaba mentalmente mientras caminaba con su vestido rojo.

Al rato se encontró con un ligero destello, el que siguió como una gata que ve algo brillante y se fijó en que era un chico, con una pulsera como la suya y que vestía una cazadora roja. Tenía barba y era mono, eso la alivió bastante.

-Hola -dijo mientras se acercaba- ¿eres del programa verdad? Yo soy Melissa -dijo mostrando su pulsera.

Mientras paseaba por el pub buscando alguna chica guapa, Emeth se fijó en una morena que salía de la pista y parecía chocarse con uno de los "compañeros" concursantes. El tipo era el estereotipo de empollón, y la chica estaba de muy pero que muy buen ver, pero parecía estar ocupada y no sabía si se podían entrar a fastidiar citas.

-Ya tendrás tu momento, Emeth -se dijo a sí mismo y entonces se fijó en una chica rubia que se dirigía a los sofás y que sacaba una cajita como la que le habían dado a él- Bingo -dijo mientras se dirigía hacia ella.

Una vez a su lado, Emeth se dejó caer en el sofá de al lado y puso los brazos sobre el respaldo- Buenas noches -dijo con una medio sonrisa traviesa.