Partida Rol por web

Harad

En tu observación puedes constatar un única variable, todos se comportan de el mismo modo, tienen las miradas perdidas, algo ennegrecidas y como si una fuerza mayor que su voluntad les dominará no hacen caso a torturas ni a asesinatos, de entre los que no están sentados solo uno parece apretar fuerte los dientes y pone una expresión mas parecida a un retortijón.

Viendo como tomaban el mando Eldecar, Dwaling y Reedie decico apartarme a un lado limpio mi espada y la enfundo, no queria quedase rastro de estos malditos bastardos. "Espero que se les suelte pronto la lengua."

Nosotros perder tiempo, ellos estar bajo influjo maléfico, no servir de nada torturas y ejecuciones. Dijo apesadumbrado el oriental. Deber nosotros preparar para defender prisión. Aquí ya no hacer nada. Tras estas palabras Soov se separó de la pared en la que se apoyaba y se fue a cubrir la puerta este donde esperaban lo más duro del ataque. Ahí supervisó las barricadas que hubiesen montado y las lineas que habían formado los guardias en los pasillos.

Retorciendo dedos, arrancando uñas, golpeando en rodillas manos dedos y caras, y poco más de lo que ahora se sabe ya descubren, pero un murmuro común se les oye a varios de ellos, sus miradas están perdidas y algo oscuras pero eso murmullo común sigue en ellos, hartos de eso murmullo alguien de se acerca y escucha 

Nos han venido a liberar y ya están aquí

Y que sabrán estos inútiles, piensan hasta que un alboroto os alerta en las puertas se esta librando una batalla, por suerte el reforzar la puerta este dio el resultado esperado y aguanta bien las envestidas del ataque pero la puerta principal que recibe un ataque casi tan feroz como en la otra puerta si que sucumbe y en pocos momentos mientras os van abriendo las puertas y regresan a la superficie las tropas de los lobos abren la puerta y entran en tropel, Baoler ha sido herido y esta sentado en las escaleras, con la mirada perdida y no reacciona a las peticiones de sus guardias para que ordene o organice el ataque.

Algunos de los guardias de la puerta del este llegan tarde, igual que vosotros, para reforzar, si consiguen liberar los sedientes prisioneros la cosa tomará otro color.

 Llegan alzando sus espadas y arremetiendo contra quien se interponga.

Y de pronto, mientras nos estamos dedicando a lo nuestro en las mazmorras, decididos ya a sacar en claro algún tipo de información pues ya es hora de acabar con las ratas, su nido y con todo lo que se cruce.
Y ahí estamos, con los dientes apretados, ojos inyectados en sangre y recordando la muerte de dos de nuestros hermanos de armas.
Mas he aquí, en medio de maldiciones y aullidos de dolor, que un cuerno suena en superficie.
Y ese cuerno, cuya nota aguda y clara parce reverberar por todas partes, también parece tener un acorde de apremio.
Y mas aun.
No tarda de inmediato, en retumbar un rumor por superficie. Es el rumor de innumerables pasos.
El rumor de gritos, quizá de guerra.
Y naturalmente, el rumor del acero desenvainándose listo para entonar su melodía.
Y allí abajo, en las mazmorras, todos sin excepción alzamos nuestra vista ante lo que presagia ese sonido.
El ataque ha empezado.
En silencio cruzamos ahora nuestras miradas. Nuestras armas listas para derramar la sangre de nuestros enemigos. Corremos casi marcando el paso hacia la salida dispuestos a entablar combate.
El primero de todos, enseñando los dientes, con mi acero listo para golpear y con mi escudo ya alzado, yo.
¡A las puertas entonces!. ¡Hora es ya de jugarnos la vida en combate y de destripar a todo aquel siervo oscuro que ose desafiarnos. ¡El tiempo de espera, acabo al fin!
Y detrás de mi, mientras rio en voz alta, casi puedo sentir como mis compañeros cruzan una mirada. Esta vez, el choque promete ser salvaje.
Y cierto soldado de Gondor, no puede ocultar sus ansias de batalla.
Pues para eso lo han entrenado y para eso existe. Para servir al ejercito de Gondor.
Detrás de mi, retumban con su particular cadencia, los pasos de maese enano. Y no necesito girar la cabeza para saber que ya empuña su martillo.
El siguiente es maese oriental, listo para la batalla y quizás ansiando lo mismo que yo.
Apenas se perciben, pero los pasos de maese Sinda, pueden escucharse detrás. Solo espero que nuestro audaz maese Sinda, haya solucionado su particular problema de arquería. Pues esta vez, es indudable que necesitaremos de su puntería.
Y ultimo de todos pero no por ello menos importante, nuestro valiente maese mediano. El cual se apresura supliendo la cortedad de sus piernas, con su rapidez.
Guerreros todos probados en combate y forjados ante la adversidad. Casi lamento la suerte de aquellos que osen intentar pararnos.
Casi.

Soov corrió tan rápido como le permitían sus cortas piernas, los rumores de que la puerta principal había caido se extendían como el fuego entre los guardias. Había que llevar la pelea a los pasillos, donde la superioridad númerica de los asaltantes se vería anulada.

El Hombre del Rhûn se situó en segunda fila, esgrimiendo su lanza, cuyo largo alcance le permitía golpear a los enemigos que atacasen a la primera linea sin exponer por ello su piel.

No hacer prisioneros, sin supervivientes, sin piedad. Muerte a todos. Y despues prisioneros correr misma suerte.

Reedie sin mediar palabra va a la puerta principal. Escucha el alboroto del enemigo intentando entrar. El elfo busca una posición ventajosa que le permita atacar a sus enemigo desde una posición elevada (Ejemplo una torre) y del que sea difícil acceso (porque se pueda cerrar la puerta por ejemplo). Raudo va hacia ese punto y se prepara para el combate sacado su arco.

Escucho todo el ruido y escandalo, las voces de los guardias diciendo cosas, sus oficiales ordenandoles. Luego Eldecar fuera de si tambien comienza a dar ordenes "Nos atacan no cabe duda". Tomo mi escudo y desenfundo mi espada, en este caso Reedie quedaria para disparar yo trataria de apoyar a mis compañeors para aguantar la avalancha que se venia, me puse al lado de Eldecar para cubrir su flanco y apoyarle.

Quizas deberiamos buscar un lugar donde se forme una especie de cuello de embudo y asi que nuestro numero no fuera tan importante. Comento no tenia experiencia en combates de este estilo pero era lo que se me ocurrio.

Dado que Baoler no reacciona decido empezar a organizar las Defensas.

- ¡¡Guardias de la ciudadela!! - grito. ¡¡Formad!!

- ¡¡Defended la Carcel!! ¡¡Que ninguno pase de la puerta!!

Luego simplemente me sitúo junto a Eldacar.

- Maese Galbin, Reedie. - comento. Manteneos detrás de nosotros haciendo gala de vuestra puntería.

Escuchando a Dwaling decido tomar entonces el arco para apoyar a mis compañeros.

Entendido hare lo que pueda Reedie disparemos al mismo objetivo para tratar de abatirlos rapido. Le digo al bardo tras lo que tomo posicion tras Dwaling y Eldecar.

Enseñemos a estos perros como nos las gastamos, acabemos con ellos por nuestros compañeros caidos.

Los guardias que custodiaban la entrada principal han sido superados por las tropas de Harad, varios de los lobos entran desde detrás mientras los que primero habían llegado están combatiendo con los últimos guardias que aun aguantan. Un grupo de diez fornidos lobos son la avanzadilla, y avanzan mientras el resto aun combate.

El reducido grupo de 4 guardias que ha venido a reforzar desde la puerta este, da los primeros golpes a la avanzadilla de lobos, frenando un poco el avance a dos de ellos. solo algunos se detienen, los otros siguen y en un asalto los tendrán encima.

EDITO 8/12: esto es lo que ha percibido y pqra los demás. Se puede considerar que ahora ya lo van percibiendo.

Nada mas llegar al patio, cargo directamente contra la vanguardia enemiga con mi acero listo para golpear.
Y el Lobo que tengo como objetivo, me ve llegar alzando su escudo. Golpeo con fuerza su escudo esperando desequilibrarlo para así ofrecer un blanco mas fácil a mis compañeros arqueros.
Id rematando a este antes de que se nos acumule mas trabajo. ¡Al fin llego la hora de hacer limpieza!
Y tras estas palabras, mis carcajadas retumban por todo el patio de la cárcel presagiando la carnicería que se avecina.

Agarro firmemente el Martillo y golpeo fuertemente al siguiente Lobo que se acerca a nosotros. Puedo oir perfectamente el crujir de huesos en el fragor de la batalla.

- Formad Parejas. - digo. Que no os puedan atacar por la espalda. Luchad hombro con hombro por vuestra vida.

Reedie parece intentar tirar una flecha, pero falla.