Partida Rol por web

Habria que aislar a los enfermos si no queremos que esto se convierta en una epidemia...y enfermen todos.

Mmmm sospechoso tanta nauseas entre la gente, era raro podia ser simplemente una mala borrachera, pero el humano que habia entrado simplemente llevaba apenas una jarra y empezaria la segunda, por lo que me daba que tenia que ver con la cerverza. "No creo que nadie quiera envenenar a la gente de esta taberna, pero igual es un lote en mal estado y si era eso mejor saberlo."

Me acerco al tabernero con la cerveza en la mano. ¿Amigo donde conseguistes esta cerveza? ¿Has cambiado de proveedor? porque toda esta gente esta enfermando, este hombre. Señalando al tipo que se apoyaba en la barra. Apenas tomo una y se encuentra como algunos de ahi detras.

El posadero mira a Galbin y levanta la ceja, ¿como dices, que mi cerveza que? acto seguido agarra la jarra que llevaba en la mano al hoobit y se la bebe de un trago, Terminando con un sonoro erúpto. Ahhhhh no se pequeño pero aquí la cerveza es la de siempre y esta igual de buena. jojojo, debe de ser que estos amigos tuyos no aguantan ni dos rondas jajaj

bien mi hija me acaba de confirmar que tienen a su disposición ya su habitación. El posadero amablemente acompaña a los pernoctadores a sus aposentos.

La alcoba es tan apacible como cálida. Situada encima de las cocinas que
ocupan la primera planta de la posada, la habitación tiene la capacidad necesaria para
que no durmais dos en una cama, que en esta ocasión os habeis podido permitir algo mejor que una habitación
comunal. Sin embargo, parece que el posadero ha estado demasiado espléndido, pues
sobra una cama en la alcoba. Los pjs, lejos de protestar ante lo que suponen que ha
sido un sobre precio en la habitación, se acomodan en sus camas
rápidamente. Una vez están convenientemente arropados, el cansancio arroja a los pjs
a un profundo sueño. Ni siquiera les ha dado tiempo a echar un vistazo a la ventana de
su alcoba, desde la que se puede ver la Hostería vieja. Se trata de un antiguo edificio
que antaño sirvió como lugar de hospedaje, pero en estos oscuros tiempos las
personas que ayudan a los soldados de Gondor lo utilizan como uno más de sus
cuarteles.

La puerta de la alcoba chirría con fuerza en mitad de la noche. Los pjs,
sobresaltados al no entender cómo alguien ha podido abrir la puerta que estaba
cerrada con llave, no consiguen alcanzar sus armas. Sin embargo, sus temores ante un
posible ataque nocturno se cortan de raíz al reconocer al posadero entrar en la alcoba.
El hombre, de nombre RAGALTH y corta estatura, acompaña al que parece ser un
huésped de la posada.

“Disculpen, señores” se excusa el hombre. “Se trata de un huésped que ha llegado a
última hora. En otras circunstancias no habría consentido alojarlo, pero fuera se ha
desatado una tremenda tormenta y no es aconsejable pasar la noche a la intemperie.
Espero que no les moleste.” El posadero, lejos de buscar aprobación alguna de los pjs,
arroja el petate del hombre a la cama libre y vuelve a cerrar la puerta con llave desde
fuera.

El huésped nocturno parece tan cohibido como los propios pjs. Tras mirar con
recelo a los pjs y las armas que reposan cerca de sus respectivas camas, emite unas
frases ahogadas “Dejaré mis cosas aquí, si no les molesta. Les prometo que no
perturbaré su sueño” se excusa finalmente el hombre antes de meterse en su cama
prácticamente sin levantar la vista del suelo.

La noche avanza sin que los pjs sufran más interrupciones. De vez en cuando se
sobresaltan con los truenos que estallan en el cielo sobre Minas Tirith, pero al instante
caen dormidos sin dilación alguna

entre el estado de mi estomago y el trago de cordial que he tomado para aquietarlo, permanezco junto a la ventana de la habitación que se me ha asignado, al lado de mi catre.
Observo el cielo malhumorado pues cobijados por la oscuridad, puedo imaginar perfectamente, los movimientos de tropas enemigas al otro lado de la línea defensiva de Osgiliath, en la rivera este del Anduin.
Afortunadamente, aun me quedan días de licencia antes de volver al servicio activo. Pero no puedo evitar desviar la mirada de vez en cuando hacia la empuñadura de mi acero, que pende en su vaina del cabezal de mi catre.
Me giro en ese momento al escuchar como se abre la puerta de la habitación. Y tras escuchar tanto la explicación como el portazo del tabernero, me digo a mi mismo que es hora de tener una charla con ese fulano para explicarle un par de cosas sobre la calidad de sus bebidas y su servicio.
No obstante, inclino levemente la cabeza a modo de saludo ante el recién llegado y contesto.
Bienvenido seáis a esta posada de la Torre de Guardia. Por mi parte, no tengo problema alguno en compartir el alojamiento con vos. Que tengáis buena noche y tratad de descansar.

Vaya algo perturba mi sueño, cuando consigo estar bien despierto veo como aparece el tabernero acompañado por otro tipo, al parecer busco refugio para evitar la fuerte tormenta que hay fuera. Parece educado por la forma de presentarse, pero a estas horas no es cosa de comenzar una charla.

Buenas noches que descanse caballero. Contesto mientras me froto los ojos y bostezo, despues decido acostarme de nuevo pero me aseguro de tener a mano mi bolsa con el dinero, no me gusta eso del que roba un ladron tiene años de perdon.

Cuando se abrió la puerta de golpe, Soov trató torpemente de alcanzar su arma en la oscuridad, pero para cuando la alcanzó se dió cuenta de que no había peligro ¡Maldita sea! ¡Tenías que haber sido más precavido, idiota! Soov no saludó al recien llegado, no se fiaba un pelo de el, y siendo calvo eso significaba muy muy poco.

Tras esperar que el recien llegado se acomodase, Soov se fue tranquilizando, pero por si las moscas atrancó la puerta con una silla, no le apetecian más visitas nocturnas. Tras ello se tumbo en el lecho y abrazado a su lanza se relajó y poco despues estaba roncando. Parecía profundamente dormido pero sus dos ojos estaban entreabiertos una rendija intentando ver a traves de la oscuridad y escuchando a ver que hacía el misterioso recien llegado.

Tras el sobresalto me vienen de nuevo las nauseas, doy media vuelta en la cama e intento volver a conciliar el sueño, eso si mi espada descansa ahora cerca de mi cama junto a mi escudo.

- Tengo que buscar una hierbas para el dolor de estomago en cuanto pueda...

Mascullo mientras encuentro la postura para volver a dormirme.

Reedie ya estaba apuntando con el arco y una flecha, deseando dejarla volar, cuando apareció el tabernero Lástima se dijo a si mismo. Su meditación ya había terminado así que se dedicó a buscar algo con lo que distraerse hasta que sus compañeros se despertaran. Un libro sería un buen entrenamiento, así que pidió a Ragalth un libro de cartografía de la zona.

Al igual que su hermano de raza, Felgor habia peramecido en trance el tiempo suficiente para sentirse rehabilitado y despejado....querido Reedie, veo que el tedio viene a visitaros, junto con algun que otro vecino insospechado. En que reino habieis habitado ultimamente, yo desde que sali de Ossiriand no he vuelto a tener noticias, he estado deambulando de aqui para alla...seria agradable tener noticias.

La llegada del nuevo no es algo que me agrade.

- Eramos pocos y parió la burra. - digo visiblemente malhumorado.

Si antes no estaba cómodo ahora con el extraño menos aún.

Aferro el Martillo con fuerza mientras compruebo que el escudo está al alcance de mi mano por si fuera necesario.

Luego digo en Sinda.

- ¿Por qué no os callais y dejais dormir a la gente?

Los pjs despiertan cuando ya ha amanecido. Realmente, lo de amanecer es un
decir, ya que el cielo está cubierto por una espesa negrura como jamás habían visto.
Incluso, el cielo pronto empieza a descargar una lluvia torrencial. Cuando los pjs echan
un ojo a la cama donde se alojó el último huésped, pueden comprobar que éste está
durmiendo a pierna suelta. Los pjs recogen sus cosas y bajan a desayunar. Los
manjares de la repleta mesa sirven de desayuno de los pjs 

Oh, Felgor! No sabéis que gran compañía sois para mí en estos momentos en que humanos y enanos duermen. Diría lo mismo del hobbit, pero como vos sabéis si por el fuera no estaría despierto! Ya sabéis que desde mi salida de Rivendel. Todo un viaje hasta llegar aquí.. El elfo se iba a poner a relatar todo su viaje punto por punto hasta que el enano interrumpió malhumorado. Desde luego Reedie no recordaba lo inaguantable que podía ser el enano, era como un bebé siempre llorando. En su cara se dibujaba una expresión desagradable que bien pudo contemplar Felgor.
Antes de que sus compañeros despertaran Reedie comentó sutilmente a Felgor.
¿Compañero quiere que bajemos? Tenemos mucho que hablar antes de que nuestros compañeros despierten

La lluvia y el amanecer traen nuevos aires y el hedor que ayer asqueo a algunos hoy ha desaparecido llevado por las aguas, El posadero esta muy atareado con las comandas que le llegan de las mesas, y tiene especial interés en servir bien a los guardias que almuerzan en la mesa de la entrada. Entre conversaciones del tiempo se va despertando el ambiente, junto con alguno que entro a esperar que escampe.

Cuando me despierto por la mañana observo que todo mi equipo está en su lugar y que el extraño duerme a pierna suelta.

- Que fácil sería desvalijarlo. - digo pasando a su lado para a continuación bajar por las escaleras.

El desayuno me espera y evidentemente desayuno copiosamente, como cualquier enano que se precie.

Uahgg.. Doy un ligero bostezo mientras me estiro. Me giro y veo algo de movimiento, el tipo que aparecio anoche duerme a pierna suelta, yo me preparo para bajar a desayunar, me coloco mi espada, sujeto bien mi bolsa con el oro, y acabo de ponerme bien la ropa, cuando paso al lado de las pertenencias del visitante nocturno no puedo evitar la tentacion de hechar un vistazo. "Solo quiero ver que no se le haya colado algun tipo de bicho." Me digo a mi mismo con una ligera sonrisa en la cara. Asi que miro a los lados comprobando que aun no despertaron todos y Reedie esta susurrando algo al tal Felgor y siguiendo a Dwalin.