Partida Rol por web

El Dedalus se aproximaba lentamente a la Base de Reparación Orbital “ROB-1”.  El Capitán Havok observaba desde la Sala de Mando, a su lado Harleen escribía frenética en su teclado, la batalla había sido ardua y sufrida, el Hangar 2 estaba destrozado, los Strindarl habían colocado explosivo plástico en uno de los Corsair B-S5A volando con él un gran agujero en la cubierta, perdieron al piloto y 5 soldados e ingenieros por la descompresión del hangar, sin contar las bajas que fallecieron durante el combate, al menos habían vencido, una victoria que no hacia frente a la racha de derrotas que tenían.

Dentro de los soldados que destacaban, estaban tanto la Cabo Akashi y el Sargento Usur, los dos de los más eficaces en cuanto a la batalla, pero no todos los héroes reparten plomo en la guerra, tal vez la victoria fue gracias a ese mecánico llamado Halk y el reconocido Ingeniero Militar Kagamine, ambos habían hecho su trabajo a la perfección. Posiblemente obtuvieran una medalla o algo por su gran trabajo, los generales estaban complacidos con el Dedalus, posiblemente hoy hubiera una gran fiesta en el bar del Astillero, lugar amplio y abundante, bastante usado mientras se esperaba a que se terminen las reparaciones y reabastecimientos.

De vez en cuando las miradas de Harleen y el Capitán se cruzaban pícaramente, algo embobados, por lo que no se dieron cuenta cuando la nave se frenó tarde y se rasgó parte del casco, posiblemente eso retrasaría la salida unas horas, los soldados sonreían ampliamente, más tiempo libre para todos, quizá lo suficiente para revolcarse un rato con las/os que pudieran llegar a convencer en la base.

Todo eso se pasaba por la cabeza de la tripulación del SPCOTI Dedalus, después de todo, además de ser reconocida por su amplia fiereza y profesionalidad en combate, también eran reconocidos por ser de los más indisciplinados a la hora del festejo…

Cuando bajé de la plataforma de artilleros la nave parecía otra, las caras de derrota habían sido reemplazadas por una fiesta descontrolada. Mientras caminaba a mi camarote a ducharme y cambiarme la ropa creo que abrazé a más de la mitad del Dedalus, luego de 8 años peleando codo a codo bajo las órdenes del capitán Havok la mayoría de los tripulantes ya eran parte de mi familia, este levantamiento en armas y esta primera victoria significaba la hermandad y unidad eterna con la tripulación.

Recién cuando salí de la ducha pude respirar hondo y relajarme realmente, me puse una tenida limpia, saqué una bolsa de tabaco y unos papelillos, me líe un cigarro y lo prendí. De debajo del colchón saqué una botella de licor casero y tomé un trago. Guardé la botella en la chaqueta y salí, afuera la fiesta estaba desatada... algunos hombres tocaban instrumentos mientras las enfermeras más jovenes bailaban algo ebrias en ropa interior. Mas adelante me encontré con Shake, un soldado joven que no sentía vergüenza en demostrar su admiración por mi, me dió un trago de una botella que llevaba y me abrazó con lagrimas en los ojos, luego gritó - Arriba el Dedalus! Larga vida al capitán Havok! - y continuó su camino, creo que se dirigía al bar del astillero donde estaba casi toda la tripulación celebrando. Di otro trago a mi botella, miré de reojo a las chicas que seguían bailando y sonreí, luego caminé al bar del astillero... recordé a mi hermana y a nuestros padres, esto estaba recién comenzando y de buena manera, la justicia ya estaba más cerca... Llegue al bar y abrí la puerta, adentro un grupo aplaudió y vitoreó mi nombre, me pasaron un vaso e hicimos salud. Todo era música, alcohol y cigarros, me senté junto a un grupo de pilotos que hablaban del pobre que murió junto a los ingenieros, hicimos un par de brindis en su nombre y luego uno de ellos entró en una detallada explicación de como había volado uno de los cazas con solo un motor y había logrado llegar con vida al Hangar 2 poco antes de que lo destruyeran. Dejé de escucharlo y busqué con la mirada alguna mujer, este tiempo libre era el momento perfecto para abstraerme de la guerra... Recordé a la Cabo Akashi, que a pesar de su corta edad y su timidez, no vacila al momento de tomar un arma y luchar, tiene una puntería increíble y un mensaje revolucionario digno de una chica de su edad... Sonreí pensando en lo privilegiado que me sentía rodeado de toda la tripulación del Dedalus, tomé un largo trago de mi botella y luego fumé lo último que me quedaba del cigarro...

Observo la manchita que hacia contraste con el azul de Yarx se iba haciendo grande.

Le pareció triste la perdida de soldados, no tanto, luego de perder a su familia y todos sus camaradas, la muerte no le parecía tan mala, quizá era lo que necesitaba, dejar todo y juntarse con el creador…

Ya casi llegando, su mano derecha comenzó a mirarlo provocativamente, hacía tiempo que conocía a Harleen, al principio le pareció una gran persona y estratega, ahora era una de sus pocas razones de vida, aunque se forzaron a mantener los limites, para no quedar mal ambos, pronto llegarían a la base y descansarían, no solo Harleen y el, sino toda la tripulación.

Los crujidos del metal rompiéndose lo sacaron de sus pensamientos, habían frenado mal, y una de las escotillas choco y rompió parte del casco, más tiempo de descanso para los soldados, rio para sus adentros, sería un gran desastre, los soldados tendían a emborracharse en casos así, y la resaca causaba muchos problemas para el combate, pero quien rayos espera combatir en territorio propio?

Bajo y saludo al Capitán Hanga, en algún momento había sido su mecánico, lucharon juntos durante largo tiempo, en el viejo Caza tipo T, ambos eran los únicos que sobrevivieron en aquel fatídico día…

Los soldados comenzaron a bajar cargados de euforia, directo al bar pensó mientras iba a la habitación, a mitad de camino Harleen lo detuvo.

-¿No iras a festejar?-

-¡Festejar la victoria!-

-Estoy cansado, tal vez mas tarde, después de todo, ya estoy viejo para eso-

-Dios Howard, no te lo crees ni tú, ¡si estas más nuevo que los Novatos!-

Sonrió casi instintivamente, eso era lo que le gustaba de Harleen, sabia sacar una sonrisa siempre.

-Más tarde voy a tu habitación, las chicas me están esperando-

Aprovechando la soledad del pasillo se despidieron besándose en la boca, siguió caminando hasta la habitación, una vez allí, se despojó de sus ropas y se dispuso a descansar…

Mientras camino por la fiesta que se ha montado voy preguntando a la gente que pasa si conocen algun laboratorio de armas. No estoy de humor para fiesta. La verdadera fiesta vendrá cuando la Paz haya llegado de verdad, y no se haya firmado en un acuerdo. El papel se rompe tan fácil como los intereses de los firmantes. Mejor empiezo a ver como puedo mejorar mi arma. En la última batalla noté que me quedé atrás por culpa de la ineficiencia de la potencia y la desviación de mis balas.

Uno de los soldados me dice que un tipo muy extravagante tiene un laboratorio de armas en la cubierta inferior, al lado de los hangares. También me advierte sobre el tipo y que tenga cuidado a la hora de acercarme. Es bueno en su trabajo pero está un poco loco, su nombre dice ser Len Kagamine. No es que me preocupe pero aún asi creo que iré con cuidado.

El paisaje que se aprecia por las ventanas es digno de un cuadro. El azul del planeta fundiéndose con el negro del espacio y las miles de estrellas que lo acompañan podría levantar la moral a cualquiera. Pero tengo cosas mejores que hacer que ponerme a mirar por la ventana.

Me dirijo a paso rápido hacia la cubierta inferior y busco el laboratorio. Una puerta siniestra donde no hay gente me indica que he llegado al lugar correcto. Llamo a la puerta y digo en voz alta:

- "Señor Kagamine, se encuentra usted ahí?"

La batalla habia terminado y ahora llegaba la parte aburrida, REPARAR como mecanico tenia que obiamente ayudar con las reparaciones pero al parecer se habia montado una buena fiesta la cual aprobeche para escaparme de mi trabajo hace ya un tiempo que no me tomo un descanso esta bien festejar un poco, ya estoy cansado de montar cañones y recostruir las ametralladoras caidas y con eso en mente sali rapidamente de la sala de reparaciones y llege a la fiesta donde estaban o bailando o bebiendo pero nadie estaba aburrido, me recoste en la pared y suspire pues era un momento donde nadie estaba dandome ordenes, supongo que no siempre estaremos en guerra pero al menos tenemos un rato para descansar dicho esto voy en busqueda de un trago así que me hacerco a la barra y pido una cervesa la cual es servida casi tan rapidamente como me la tomo ese kagami no esta por aqui, tal vez este en su laboratorio, trabajamos juntos varias veses y queria intercambiar unas palabras con el pero bueno tal vez en otra ocacion mientras pienso en lo mio veo de reojo un pequeño grupo de personas haciendo fuerzas y decido unirme a ellos terminando con un resultado de 2 perdidas y 3 ganadas ademas de tener el brazo algo dormido, ya despues de el descanso decido irme a bañar y segir mi trabajo reparando las naves y armas dañadas 

Estube 10 segundos en la fiesta. Diez segundos de mi vida que jamas volverían. Menuda perdida de tiempo y fuerzas. Volví rapidamente al laboratorio. Tenía que trabajar en el nuevo modelo de cañón de los cazas para poder tenerlos listos para la proxima batalla. Estar en la estación de reparación daba una estabilidad imposible de lograr cuando la nave estaba en movimiento. Muchos decian que era un exagerado, que el movimiento de aquella enorme lata era apenas perceptible. Esos eran los idiotas que no sabían lo que era jugar con las leyes de la fisica cuantica y desconocían la precisión necesaria para poder crear un arma bioquimica lo bastante letal para eliminar a toda una nave. 

Llegue al laboratorio para ver que ante mi puerta una enana aporreaba la puerta. Ya llegaba otro idiota a pedirme que le mejorara su arma, como si no tuviera otro trabajo. Bueno, era mejor terminar con esto cuanto antes. Me acerqué a la puerta y la aparte con poca delicadeza.

-Bien, no se quien eres ni que quieres, pero dilo rapido. Tengo cosas mejores que hacer que perder el tiempo contigo.

- Házme un nuevo francotirador, que tenga lo que te de la gana. Yo lo usaré y te diré cómo funciona en batalla. le digo al borde pelirrojo con una voz seria y firme mientras le miro a los ojos sin apartar la vista.

Observaba la fiesta un poco desde la distancia, aun no me había acostumbrado a estar con los demás de la tripulación ya que no llevaba mucho tiempo con ellos. Igual una fiesta era un buen momento para conocer gente, puede que así consiga por lo menos aprenderse el nombre de alguien.

Me acerco a la barra y pido algo para beber. El barman me pasa una jarra enorme de cerveza que casi no se ni por donde agarrar, al verla me quedo tan sorprendida que no se ni que hacer con ella. 

-Perdona- Digo intentando llamar la atención del camarero -No tienes algo que no tenga alcohol? - El camarero me mira y luego empieza a reirse a carcajada limpia mientras se marcha sin hacerme caso. "Me imagino que no, tendré que apañarmelas con esto" pensé. 

Me apoye en la barra y me quede mirando como transcurria la fiesta, tampoco me iba a poder mover mucho con lo que me habían servido.

Mientras observo a la distancia la fiesta no puedo evitar sonreir ligeramente. Allí estaba la mitad de la tripulación, celebran la victoria como si hubiéramos acabado con un Megadestructor republicano y no solo con un par de naves clase B y su escolta. Claro que eran jóvenes y después de las últimas semanas tenían derecho a divertirse y disfrutar de la victoria, por muy ridícula que fuera. ¡Que demonios!, incluso yo me merecía divertirme un poco. Me había pasado 5 horas remendando a los heridos y solo uno no lo había conseguido.

Quité el servofreno de mi silla y empecé a impulsar las ruedas, con dirección al bar. Realmente no era necesario hacerlo, la silla estaba equipada para poder recoger las ruedas y acercarse a sos sitios suspendida en el aire, pero su autonomía no era muy alta en ambientes de alta gravedad y, además, disfrutaba impulsándola con mis brazos. Me acerque a la pista de baile donde había visto a la soldado Aybara bailando con dos hombres y cuando me acerqué lo suficiente a ella le hable levantando la voz lo suficiente para que la gente de alrededor me oyera.

- Mysha Aybara, mas vale que te contengas si no quieres que mañana te cosa las tripas otras vez

Dicho lo cual me alejé, antes de que le diera tiempo a decirme algo más. Oh, sin lugar a dudas no había peligro de que se le rompiera la piel nueva, no soy tan estúpido como para dejar salir a alguien de la enfermería antes de que estuviera completamente recuperado, pero por el simple hecho de ver como su cara se ponía tan roja como su pelo mereció la pena. Si, incluyo yo me merecía divertirme de vez en cuando. Esbozando una sonrisa me dirigí hacia la barra.

- Joven - dije, dirigiéndome al barman - Un whisky con hielo. Y en un vaso límpio, nada de esas jarras que llevais sin enjuagar desde que se construyó el Débola 7

Terminé el cigarro y me puse de pié, los pilotos solían ser bastante monotemáticos... que más se podría esperar de soldados que solo ven la oscuridad del espacio. Me acerqué a la barra y esperé al camarero, se acercó riendose a carcajadas. - Cual es el chiste compañero? - Le pregunté intrigado. - Una muchacha me pide algo sin alcohol! Ja! - Me apuntó a una chica de pelo rojo que estaba apoyada mirando una jarra llena de cerveza, creo que era una de las chicas nuevas, me dio gracia la expresión de su rostro y me acerqué a ella. Me senté a su lado y prendí otro cigarro.

- Hola!, Eres nueva no?. Mi nombre es Kyrian Usur, te vi como combatías con la artillería antiaérea, felicitaciones. Creo que estaba dos cañones mas a la derecha de ti... como derribaste ese bombardero de la república fue digno de un profesional... Cuanto tiempo llevas en esto? - Di otra calada al cigarro y la mire con una ligera sonrisa.

De repente un hombre se me acerca -Hola!, Eres nueva no?. Mi nombre es Kyrian Usur, te vi como combatías con la artillería antiaérea, felicitaciones. Creo que estaba dos cañones mas a la derecha de ti... como derribaste ese bombardero de la república fue digno de un profesional... Cuanto tiempo llevas en esto?- 

Al principio estoy un poco cortada y no se muy bien que decir, pero no tardo en reaccionar y me presento a el. -Hola, si, soy nueva, no llevo mucho tiempo por aquí. Me llamo Nia, Nia Novak y estoy en la sección anti-aérea, aunque creo que de eso ya te has dado cuenta- Digo sonriendo levemente - Mi maestro me enseño todo lo que se hasta ahora, lleva instruyéndome desde pequeña. -Doy un pequeño sorbo a la jarra y me decido a preguntar algo mas -¿Tu llevas mucho tiempo por aquí?, parece que sabes mucho sobre la nave y te fijas en pequeños detalles como los nuevos intergantes-

"Vamos Nia, tu puedes, es cierto que no has tenido mucho contacto con las demás personas mientras entrenabas, pero esta puede ser una posibilidad de conocer gente" Pensé, si esta nave iba a ser su hogar durante un tiempo tendría que llevarse bien con los demás.

Le dí una calada al cigarro, la miré unos segundos y le respondí. - Tengo casi 9 años en el Dedalus... 9 años de 17 que llevo en esta guerra. Creeme que ya es mi hogar, conozco a todos los tripulantes... Y dentro de lo inmenso de la guerra, es un privilegio estar en el Dedalus! -  La miré sonriendo - Y ese pelo rojo en la zona de artillería no pasó desapercibido, menos despues de esos tiros precisos! - Solté una carcajada y saqué mi botella de la chaqueta, le di un trago y la apoyé sobre la mesa. - Es licor casero, es rico pero te pega fuerte... lo hacemos en el Dedalus... Ja!, quieres probar? - Le di otro trago a la botella y se la ofrecí.

Kyrian parecía una buena persona, se le veía que se sabia manejar bien con los demás de la nave. Me ofreció licor "casero" decía que lo habían hecho en la nave.

-Bueno, no creo que me pase nada por tomarlo- Digo aceptando el trago que me había ofrecido. Dejo la cerveza y cojo la botella que había sacado Kyrian y sin pensármelo dos veces le doy un trago a la bebida. De pronto, siento un calor en la garganta que hace que se me acelere el pulso, se me abren los ojos a mas no poder y seguido expulso todo lo que había bebido como si fuese una fuente. No me esperaba que fuese tan fuerte, intento recobrar el aliento bebiendo un poco de cerveza para quitar el sabor.

-¿Que cojones me has dado? ¿Acaso es que le echais carburante o gasolina a la bebida? Casi me muero- Le digo a Kyrian. Este, me mira sorprendido al principio, luego se echa a reir. Yo estiro el brazo y le pongo la botella en el pecho, para que el la coja y no me la vuelva a dar. Luego río yo tambien un poco.

Solté una carcajada tan fuerte que el camarero dejó caer una botella del susto, lo miré y sin parar de reir le hice un gesto de disculpa.

Nia me puso la botella en el pecho con fuerza mientras en su cara se dibujaba una sonrisa, le recibí la botella y la dejé en la mesa. Respiré hondo un par de veces para calmar la risa, pegue la última calada al cigarro y la miré sonriendo. - De hecho si!, Lo hacemos con un carburante especial que le robamos a la República cuando podemos, es un asco al principio... - Abrí la tapa de la botella y bebí un trago - Pero yo ya e logrado acostumbrarme... - Nia me miró como si me hubiera tomado un trago de veneno - De a poco te vas a acostumbrar al Dedalus, la vida en la galaxia es distinta a la que uno tenía en Tierra, y mucho más en esta nave... creo que la cordura nos abandonó hace tiempo - El cigarro se terminó de consumir en mi mano y me quemó los dedos, había hablado demasiado y me detuve a respirar.

No podía creer que estuviese hablando en serio. ¿Como podría la gente eso?.

-¿Acaso hay alguien más que pueda beber eso? Una cosa es que en alguna situación no tengas mucha comida y bebida y tengas que comer cosas improvisadas, pero esto ya... -Dije tomando un trago más de cerveza-

Por cierto, tu que llevas mucho tiempo en esta nave ¿hay algo que deba saber o alguien con quien tenga que tener cuidado en la nave? -Le pregunte para saber si había algún sitio relajado en el que no hubiese mucha gente o si tenia que mantener las distancias con algún miembro de la tripulación. -Los camarotes son compartidos, así que me gustaría tener un sitio donde pudiese estar algo más tranquila.

Lancé un suspiro ante la petición. ¿Cuantos habían sido esta semana? ¿10? No, 14. Todos pidiendo que les mejorara el arma que tenían o que les creara un arma nueva. ¿Es que se creían que solo estaba ahí para ellos? Tenía cosas mas importantes que hacer que perder el tiempo con ellos.

-Mira novata, no se quien te crees que eres para venir aquí y pedir que te haga un arma, pero te dire lo mismo que les he dicho a los otros 14 soldados que han venido esta semana y al centear de ellos que han venido el ultimo mes-alguno mas de una vez. La gente no entiende que un no es un no-: hasta que no venga el encargado de tu peloton a pedirmelo o tu te conviertas en uno, tendré cosas mas importantes que hacer. Nos vemos-dije cerrando la puerta tras de mi sin siquiera mirarla.

Fui directo a mi mesa y comencé a trabajar en el cañon para la nave. Luego tendría que pensar a que ingeniero encargarselo. Bueno, seguramente Halk sea la mejor opción. Trabajaba bien, aunque era algo raro y demasiado dado al contacto humano. Suspiré de nuevo. ¿Es que no había nadie normal?

Vuelvo a golpear la puerta con mucha más energía y en una voz lo suficientemente alta como para que se escuche dentro digo:

- "Volveré cuando sea capitana de pelotón, y cuando vuelva recordaré este momento y te esclavizaré a mis ordenes. Espero que te sea rentable viejo loco."

Tras explayarme de frustración me doy media vuelta y me dirijo hacia el campo de tiro de francotiradores. Creo que vaciar 3 o 4 cargadores sobre unos muñecos de práctica me aliviará tensiones.

Solté otra carcajada y me guardé la botella en la chaqueta. - Encontrar un lugar tranquilo es dificil, menos si eres nueva... y guapa. - La miré sonriendo - Piensa que somos casi 700 personas dentro de la nave... el lugar mas privado resulta ser el baño, y no siempre. Yo aveces me encierro en las salas de artilleria, en momentos de paz están vacías y es posible mirar hacia el espacio... - Le hice un gesto al camarero para que me trajera una cerveza como la de Nia.

Miré a mi alrededor y acerqué mi cara a la de Nia. - De los 700 tripulantes, no todos son de confianza, te recomiendo que no frecuentes el subsuelo... mas abajo de la sala de máquinas - Dije en voz baja - Es un secreto a voces, pero han desaparecido personas ahí... Hay compuertas que dan al exterior, es cosa de que te empujen y te caes... quizá en mil años tu cuerpo siga flotando en el vacío... Además no hay luz ahí abajo... y sus pasillos no están todos en los mapas. - Volví a mirar a mi alrededor y me acerqué un poco mas a Nia - Abajo están los mas mafiosos de la nave, en su mayoría tripulantes que se encargan de la mantención del Dedalus, son los únicos que bajan a las ciudades con libertad y conocen la nave de punta a punta - El camarero llegó con la cerveza y yo lo miré con una sonrisa, tomé un trago y la dejé en la mesa. - Yo solo bajo al subsuelo a comprar licor casero, es ilegal beber a bordo, pero nadie te controla... - Tomé otro trago de cerveza y saqué mi tabaco y unos papelillos - Este se puede fumar legalmente a bordo, lo reparten cada mes... fue idea del capitán - Sonreí mientras terminaba de liarme el cigarro. - Cuando estemos con tiempo te puedo mostrar los lugares y dar mas detalles, cuando no estemos rodeados de tanta gente - Cerca nuestro, sentado en la barra, vi a Korsakov tomando un whisky.

- Ves al hombre canoso de ahí?, el de la silla de ruedas?... Es el Dr. Korsakov, hay que tenerlo de amigo... es un maestro. Es capáz de revivir un muerto y hacerte crecer un brazo... - Miré a Korsakov y cuando cruzamos miradas le hice un gesto con la mano - Eh! Doctor! Venga a compartir con nosotros! - Era raro verlo en otra actividad que no fuera estudiando u operando.
 

Todo aquello que me había dicho Kyrian me parecía bastante excesivo, "¿acaso esto es una mafia?" pensé. -Vale, creo que me tendrás que explicar un par de cosas más en otro momento, no quiero convertirme en basura espacial.- Le susurré. 

Poco después me señalo a un hombre en silla de ruedas. -Eh doctor, vena a tomar algo con nosotros!- Le dijo a el hombre. -Creo que he oído hablar antes de el, pero nunca lo había visto en persona- indiqué -Espero que le cree una buena impresión.

Creo que me estaba poniendo algo nerviosa ante la presencia de alguien en la nave que era tan apreciado y reconocido mi primera impresión hacia el tenia que ser buena. Deje la jarra en la barra y me acicalé un poco, vaya, por un momento me pareció que me estaba preparando para una cita, esboce una pequeña sonrisa, ese pensamiento me había hecho gracia. Cuando terminé ya estaba preparada para recibir a el doctor.

Entro en el bar, ninguna de las chicas estaba sola, bailaban con los mecanicos del Astillero, miro la barra, Kyrian y el Doc. Korsakov, junto a Kyrian estaba la nueva artillera, sonrio y se acerco a un paso ligero.

-¡Usur! ¿Ya estas acosando a la nueva?- Rio y miro a la nueva -Hola, me llamo Harleen, escuche que tienes buena punteria, es dificil con todos los cazas dando vueltas- No era para alardear, pero siempre se les complicaba a los artilleros "derribar" algo en el espacio, su escuadron era de los mejores, ella en especial, era la unica que equiparaba las habilidades del capitan, justamente por eso se llevaban bien.