Partida Rol por web

Alborotados y molestos, todos en la sala se quejan y fritan, poco a poco se va llenando, pero entonces llega la segunda al mando y reina el silencio, se acerca al microfono y solo dice:

-Esperemos al Capitán- Su voz vacila, tal vez es por su temor a la alianza, o por que siente que falto luchar, pero en todo caso se nota su tristeza.

De a poco van llegando mas personas, tanto del Dedalus como del ROB-1, la sala se va inundando y entran  los oficiales mas umportantes, pero el Capitán no aparece.

Comienzan a llegar los que estaban en el bar y el desorden nace devuelta, todos dan su opinion, pero nadie se da cuenta y de algun lado sale el Capitán, acompañado por 2 novatos que entraron recientemente.

-¡ATENCIÓN!- Grita el Sgt. Usur, todos se levantan y miran al Capitán, quien no evita sonreir.

-Descansen- Dice aparentando una tranquilidad impresionante, pero alejada de la realidad, sus nudillos sangran por la furia con la que golpeo la pared al escuchar al Emperador.

Todos se sientan y observan, un gran discurso se aproxima....

Llegué a la sala de presentaciones con el segundo grupo de mecánicos y pilotos, entramos y nos sentamos en el primer espacio que encontramos. Estaba intranquilo y cada cinco minutos acercaba mi mano al pecho para asegurarme que mi arma siguiera en su lugar, miré a mi alrededor y entendí el porqué del silencio. Harleem ya había llegado y todos esperaban al en silencio al capitán, todos queríamos información sobre el discurso del Emperador.

Cuando entró el último grupo, el que venía del Bar, vi aparecer al Capitán junto a dos novatos - ATENCIÓN! -  Grité mientras me ponía de pie y me cuadraba. Todos se levantaron y el Capitán sonrió. - Descansen - Dijo con tranquilidad, lo que me pareció extraño. Lo seguí con la mirada mientras caminaba y pude ver los nudillos de los puños rojos, parecía que estuvieran heridos. Volví a tocar mi pecho para sentir mi arma, pensé en mis padres y en lo que me había llevado a entrar en esta guerra, a la que me negaba a perder... antes muerto. Miré al Capitán y confié en el...

Entro caminando tranquilo, vio a sus soldados, y sonrio.

Sonrio por las batallas que compartieron, por las victorias, por las derrotas, por las hazañas y los riesgos inecesarios que habia pasado junto a ellos. Miro al frente, tanto le habian dado, tan poco les pudo dar. Caminaba el capitán confiado, su batalla habia terminado...

Su guerra comenzaba...

(https://www.youtube.com/watch?v=ASj81daun5Q)

Se acerco al amplificador de voz, cerro los ojos y inhalo todo el aire que pudo.

-Hermanos y hermanas, todos sabemos porque nos reunimos aqui, el discurso del emperador. Y muchos tal vez me lo reprochen, pero tiene razón... Tanta gente, tantos planetas, tanta familia y todo perdido... Hemos perdido, perdido tanto, cosas que jamas recuperaremos, y solo hay una salida para esto y es, terminarlo...- Hizo una pausa, miro el suelo e inhalo devuelta, pero alzo la cabeza con gloria y miro a sus fieles seguidores con seguridad.

-¡Y POR ESO! Por eso lucharé, dare hasta el ultimo respiro de mi ser, aunque pierda brazos, piernas o todo mi ser, mientras tenga algo, lo usare, porque eso es lo que somos, soldados, juramos defender a la humanidad a toda costa... Preferimos perder la vida antes que ver la injusticia. Ypor eso, el hoy, declaro a esta nave como enemiga de todo aquello que sea contrario a los ideales e intereses de la humanidad-

-Me han informado que en 6 horas arribaran naves Strindarl, tienen hasta entonces para decidirse, solo dire que desde mi punto de vista, es preferible, morir de pie antes que vivir de rodillas-

Miro a todos sus soldados, se dio la vuelta, escucho los gritos y sonrio, lo seguirian todos, o almenos la mayoria, eran fieles, leales a su lider y lo seguirian hasta la muerte, y por primera vez en mucho tiempo tuvo miedo, miedo de perderlos, de guiarlos a la muerte, pero dio otro paso, y otro y siguio, sin mirar atras, derecho a su encuentro con el destino, con la seguridad de que si esto funcionaba, liberaria a los hombres de sus ataduras...

 El corazón se me hinchó de orgullo, miré al Capitán y toda mi rabia se convirtió en fuerza, en fé. Sabía que en el Dédalus eramos todos hermanos, que antes de rendirnos estaríamos muertos. Miré a mis compañeros y levanté mi puño en el aire.

- HASTA LA VICTORIA FINAL! - Grité, sacando todas las fuerzas que tenía sumada a la que me había dado el exceso de licor casero durante la celebración, que poco significaba a estas alturas. Antes de rendirme a la república, moriría o vencería.

Emocionado, escucho las severas palabras del capitán. Aunque breves y significativas, es justo lo que nuestros corazones sienten. La euforia me invade, y tras un grito de apoyo abrazo a mi mujer por la cintura para besarla y perderme. Ella me corresponde, mientras la multitud vitoréa.

Tras unos minutos, escapamos a nuestra habitación, antes de volver al astillero (una hora antes del límite) a conseguir todos los suministros que podamos. 

Al escuchar el discurso del capitán no pude evitar esa sensación en el cuerpo de presión. Llevaba muy poco tiempo en la nave como para lanzarme así como así en una campaña en contra de todo un imperio, aunque las palabras de mi maestro resonaban en mi cabeza "Nia, debes ir al Dedalus y pase lo que pase permanecer junto a el, pase lo que pase". ¿Acaso el maestro sabia lo que iba a suceder?

Era una decisión que no podía tomar a la ligera y solo tenia 6 horas para decidirme. Mire a mi alrededor y vi a Kyrian, Harleen y al doctor, igual no era un lugar tan malo, había conocido gente muy buena que estaba dispuesta ha hacer lo que fuese por la tripulación, igual este era el momento de encontrar un sitio al que pertenecer. 

Miré desde el monitor de mi laboratorio la charla del capitan. Mucha palabreria. Había que admitir que tenía labia el hombre, pero no era eso lo que me haria quedarme, sino sus acciones. Jamas lo vi retroceder, y sabía que esta no sería la primera vez.

-Si no fuera a irme por una estupidez asi ya lo habría dejado hace tiempo-dije para mi mismo mientras volvía a centrarme en mi trabajo.

Lentamente pasan las horas y de los soldados solo quedan 489, una mirada sombria marca la semblante del Capitan quien se encuentra en la Sala de Mando, en el mapa esta graficada su preocupacion.

En aproximadamente 3 horas las fortalezas de los Strindarl se aproximarian al ROB-1 para iniciar las reparaciones...

Stritwar tiene su dedo pulgar en la boca mordiendo la uña y la llema a la vez mientras observa el tablero por encima del hombro del veterano.

En un instante el antiguo guerrero y ahora estratega Havok se ve inmerso en sus pensamientos.

Ese olor lo reconoce, metal caliente, abre los ojos mientras mira a su alrederor, los pedazos de su caza se encuentran a unas decenas de metros, el paracaidas se encuentra desplegado sobre su espalda.

La jaqueca no lo deja pensar y pronto se vuelve a desmayar.

Abre los ojos y se toma la cabeza, sus recuerdos confusos no le permiten saber que ocurrio, al sacar su mano ve sangre. Al instante siente el ardor en la cara, una cortadura la recorre de frente a mejilla, se sienta y se saca el traje Anti-G (Trajes que se inflan al hacer maniobras evitando que la sangre se baje a los pies).

Se para mareado y en la oscura noche ve las luces de una patrulla, pronto esta lejos y escondido observando atentamente a los bestiales Strindarls bajando de en ese entonces nuevas Vulture. Pronto los recuerdos vuelven a su mente y se da cuenta de donde esta y que paso.

No pierde tiempo y pronto los cadaveres de los salvajes caen al suelo, una de las 2 Vultures no tarda en desaparecer con rumbo hacia las luces mas cercanas...

Es sacado de sus  pensamientos rapidamente mientras observa a los demas oficiales, baja la mirada y observa a los puntos del tablero, pronto se da cuenta de que se estan aproximando las naves Strindarl.

-Separen los acorazados y que los soldados se preparen. En 1 minuto quiero que los cazas formen un circulo alrededor de la Estacion y apaguen todo para evitar que sean localizados. Mientras tanto los acorazados y nosotros haremos una triangulacion alrededor de la ROB-1...-

Me acerque corriendo a Kyrian, el cual estaba un poco más adelante, y le pregunte mientras nos movíamos con prisa hacia lo que me imagino que seria el hangar.

-Que vamos a hacer ahora, acaso tiene pensado atacar? Los artilleros también tenemos que ir?

Miré a Nia y sonreí. Me alegraba que siguiera con nosotros a pesar del peligro que significaba.

- Lo más probable es que venga la República esperando que entreguemos las armas... Cosa que no haremos evidentemente - La miré resignado - Por lo que sólo nos queda luchar en la que puede ser la última batalla de nuestras vidas o la primera de un múy  largo y difícil camino que decidimos caminar. -

Seguímos caminando entre los pilotos, se les veía más nerviosos que de costumbre... todos sabían que la desición que habiamos escogido era la más riesgosa, pero el odio a la República superaba cualquier miedo o inseguridad. Pasamos el hangar de Cazas y llegamos al hangar de Mechas, entramos junto a más pilotos y artilleros. Inmdiatamente nos interceptó Cusak, estaba nervioso y algo desorganizado asignando pilotos a los nuevos Mechas.
 

- Kyrian y Nia! vienen a por sus Mechas? Havok nos ordenó prepararnos para resistir. Pueden escojer si pelear en el exterior sobre sus Mechas o largarse de inmediato a buscar posición en los cañones de artillería del Dédalus! - Cusak miró a otro grupo de pilotos que entraban y antes de irse nos habló. - En todo caso, sus Mechas están en la sección 3. Kyrian, se que no es tu Vulture, pero te asigné un IMT... el modelo de incursiones. Buena suerte! - Se alejó de nosotros rápidamente.

Miré a Nia y me encogí de hombros. - No nos queda otra más que luchar... voy a pelear sobre el Mecha, tu que escojes? - Le sonreí entre ansioso y nervioso, a pesar de llevar 17 años en la guerra, esta era la primera batalla donde realmente luchaba por mis ideales y los de mis hermanos.

-Creo que seré de mas ayuda si voy fuera y cojo una buena posición para disparar que si me quedo dentro en los cañones, y si lo hacemos bien igual ni llegan a la nave.- le dije mientras esbozaba una pequeña sonrisa. No tenia experiencia de batallas reales con un Mecha, pero cuando probé el ultimo note cierta facilidad en su uso, no sabía si llamarlo don.

-Bueno, vamos a la sección 3- dije mientras le daba una palmada en la espalda.

Caminamos entre los pilotos y encontramos los mechas, miré el que me habian asignado y me agradó. Miré a Nia y me despedí. - Buena suerte chica, espero que cuando bajemos de estas máquinas entiendas el porqué de mi afición al licor casero - Solté una carcajada y le guiñé un ojo - Intentemos mantenernos juntos, siempre es mejor... - . Me monte en el mecha, me puse el casco y chequié que todo prendiera normalmente. Me acomodé y esperé la señal para salir.
 

Escuché el discurso del capitán y sonreí con un gesto divertido. Aquello prometía mucha acción y diversión. No era una chica que siguiera ordenes de papanatas que se quedaban tranquilamente en sus casitas mientras los demás nos jugábamos la piel por sus caprichos. Prefería seguir al capitán, al menos era alguien que conocía y sabía por donde tiraba.

Sin esperar nada más, me fuí a la cocina en cuanto terminó el discurso. En cuanto terminaran de pegarse allí fuera estarían hambrientos y quería asegurarme de que no les faltara mi nutritiva comida.

A mi que no me jodan... Capitán -Casi le costo nombrar su rango- ¿Después de tanto, nos rendimos? A la mierda, ya puedes pagar bien, pedazo de cabrón sionista.

Su unidad nunca había encajado del todo en la nave, eran soldado con tendencia a la insubordinación y bastante inestables, de ideologías anticuadas.