-Eso tendrá que esperar... no tengo más remedio que acompañarles, supongo.- dice avanzando con el arma hacia ti, mientras entras en el coche -Será todo más tranquilo.- entonces se vuelve y grita -WALTER!
Otro agente aparece a buen paso desde la lejanía, acercándose a él. Dunston se dirige a él según llega:
-Habla con Matieson. Dile que, si no te deja ver las habitaciones, habrá problemas. Entrevista quien puedas y toma notas de todo; hablaremos luego.- termina el detective, cerrando la puerta de atrás y subiéndose delante con el otro agente.
El agente Walter se aleja en dirección al colegio mayor masculino oeste, mientras el otro trata de arrancar el coche a palanca.
Algo que objetar?
El coche viaja a velocidad bastante moderada por la ciudad, en dirección nor-noroeste, cruzando el río y hacia las afueras. La ciudad solitaria pasa ante tus ojos como un esqueleto abandonado en domingo. La conversación en la parte anterior del vehículo es inexistente.
Continúo?
Digamos que estáis en la parte de tramo "de ciudad". El sanatorio está en las afueras.
Con un terrible nerviosismo a flor de piel, miro una y otra vez a ambos lados de la carretera, como si buscase el amparo de algún lugar en el que esconderme. Mi respiración se hace fuerte y pesada, mi corazón parece martillear mis oídos con una fuerza terrible.
-Oiga Dunston, no puede llevarme allí. ¡Ese Jones quiere arrancarme el brazo! ¿Piensa usted realmente que yo intenté agredirle? ¿Ha visto el lugar del supuesto ataque? La ventana, ¡porque escapé a través de ella! Piénselo por favor, ese doctor es un sádico. No haga algo de lo que tenga que arrepentirse... -Mientras trato de convencer al detective e intento tranquilizame, mi mirada se va parando a intervalos en ambos lados de la carretera, ahora buscando de verdad alguna escapatoria.
Entre la ciudad y el sanatorio, ¿qué posibilidades habría de escapar? ¿Algún campo, por ejemplo de maíz donde ocultarse fácilmente? ¿Por el río, si tiene suficiente caudal?
Tengo que ir buscando alternativas, por si no consigo convencer a Dunston.
Del camino te puedes hacer una idea con el mapa de la ciudad que tienes en "compartiendo datos", Gianni. El manicomio es el número 6. Estáis a punto de cruzar el puente central, pongamos.
-Cálmese, Vanzetti. El Dr. Jones solo busca lo mejor para usted. Hacen juramentos para esas cosas, ¿sabe? Además, tengo mucho más de lo que preocuparme de usted que de él: no tengo ni idea de quién es, parece una aparición del pasado, no tiene ninguna documentación y tiene un apéndice que ya lo quisieran los leones... por no hablar de la denuncia por agresión. Si no se calma, le repito que pararemos y le ataré.- termina Dunston, con decisión, mientras el coche avanza inexorable.
Tirada oculta
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Motivo: charlatanería
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Motivo: prsuasión
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Ahora sí empiezo a sofocarme de verdad.
-¿Que el doctor Jones qué? ¡Y UNA MIERDA! ¡Ese loco sólo quiere experimentar conmigo! ¡INTENTÓ ARRANCARME EL BRAZO! -En un instante de lucidez, intento pensar en alguna salida desesperada. Poniendo la mano izquierda en forma de cuenco bajo la otra, intento acumular una cierta cantidad de icor.
Comienzo a desesperarme. Ahora que parece que puede ser mi única salvación, parece gotear con la mayor parsimonia del mundo, cuando en otras ocasiones hubiera dado cualquier cosa por detenerlo.
-Dunston, pare el coche. -Intento amenazar, con toda la calma que soy capaz de reunir. Mientras, me voy colocando despacio detrás del asiento del conductor. -Se lo advierto, sabe que puedo hacer alguna locura. Esta sustancia que emana de mi mano es muy peligrosa, el más sutil contacto directo puede hacer que se transmita la infección, y hablo en serio. Haga el favor de parar el coche, por el bien de todos. -Digo esto último señalando con la mirada hacia el agente que va al volante, de forma que Dunston se de cuenta de que puedo tener una clara oportunidad de "infectarle".
Me cachis, el tablero en la escena de "compartiendo datos" me sale en negro }:oS
¿Estamos casi en el puente? Bien, mi maniobra vendrá cuando estemos poco antes de la mitad...
-Se acabó la tontería, Vanzetti. Pare el coche, agente.- ordena Dunston, mientras se gira apuntándote con su pistola -Ahora va a ponerse contra la pared del vehículo, y no va a hacer nada raro, o jugaremos a ver si es usted más rápido lanzando líquido de dudosa peligrosidad con la mano, o yo vaciando un cargador. Nada de lo que me ha dicho hasta ahora hace pensar en absoluto que sea contagioso. De hecho, es un farol.- termina, tranquilizando visiblemente al conductor.
El coche se detiene, y el policía parece que va a descender:
-Ate al señor Vanzettí, agente. Creo que ya ha abusado lo suficiente de muestra hospitalidad.- manda a su acompañante, sin quitarte ojo.
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Tú dirás lo que toca. Su idea es abrir la puerta y atarte mientras te apuntan.
Me perdí la notificación de este mensaje; ya me extrañaba a mí...
Mientras observo impotente el curso de los acontecimientos, mi expresión va perdiendo su tono amenazante, para convertirse en una simple mirada triste y derrotada, al observar al conductor bajar del coche y dirigirse hacia mí. Sin embargo, en mi fuero interno no me doy aún por vencido.
Si muero, muero matando, me digo a mi mismo.
-Está bien, detective, ya veo que no me queda más remedio que tragar y arriesgarme a ser la cobaya de ese doctor desquiciado. Baje ese arma. -Al decir esto, alzo la mano izquierda, como en gesto conciliador, y aprovecho para derramar el icor sobre el asiento del conductor con cierto disimulo.
-Oh vaya, ¡maldita sea! No... no quería hacer eso. Dios mío, esto sí que es un desastre. Pérdoneme detective, lo siento de veras. De verdad que no quiero causarle problemas innecesariamente.
Ufffff no creo que haya escapatoria... ya veremos llegando al sanatorio. De momento sólo me queda tocar un poco las narices }xD
Tratas de colar el líquido al asiento delantero, pero el denso líquido te resbala por el brazo, impidiéndotelo. De muy mal humor, Dunston increpa:
-ATE - A - ESTE - HOMBRE, - AGENTE. Señor Vanzetti, le juro que si vuelve a moverse no llegará a tener tiempo para lamentarlo.- termina tajante, sin dejar de encañonarte.
Entre tanto, el agente abre la puerta trasera de la furgona, preparado a cumplir sus órdenes.
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Vaya tanda de tiradas horribles que llevas...
Salvo que tengas alguna otra idea, el siguiente post es en el que te atan.
Negando con la cabeza a la vez que resoplo, sólo puedo lamentarme de la decisión del detective.
-Está cometiendo un error Dunston, creo que será demasiado tarde cuando se quiera dar cuenta. -Digo con desesperanza en la voz.
Sin ofrecer ningún tipo de resistencia, muestro mis manos dócilmente, dispuesto a ser atado por el agente.
Con algo de suerte no se atreverá a tocarme la mano y quedará aflojado.
}:oS no hay ninguna hablidad que sea escapismo ni nada parecido, ¿no? Dónde estará en bueno de Houdinni cuando se le necesita }xD
No sé cómo piensa atarme, pero si me ata con la cuerda alrededor del tronco, puedo intentar utilizar el truco de hinchar mucho los pulmones para que quede más floja la cuerda.
El agente te ata concienzudamente, anes de seguir su camino. Una vez que estas atado, Dunston baja el arma y se prepara para seguir su camino, sin dejar de echarte un ojo de vez en cuando. En cuanto el agente vuelve a su asiento, arrancáis de nuevo.
Lo que les preocupan son las manos. Las manos a la espalda y la cuerdita a una argolla en el interior, más alta de la cintura, con suficiente holgura para que te sientes, si quieres.
Para soltarse habrá tiradas enfrentadas de características; escapismo no existe, salvo como "arte de variedades".
Algo que añadir?
Sentado en la parte trasera del vehículo, con la mirada perdida en algún punto a lo lejos en la carretera... ahora estoy calmado, extasiado, con la cabeza apoyada contra la puerta, sin palabras que decir. Ninguna queja, ninguna injuria, ninguna súplica. ¡Nada! Sólo esperar, esperar y temer el momento en el que llegue a ese maldito lugar, con esa maldita gente.
Con los pensamientos perdidos en otra parte, en algún lugar entre esa biblioteca, el cuarto en el que he pasado encerrado los últimos días, y el antiguo Egipto, lentamente comienzan mis labios a silbar alguna melancólica melodía, sin apenas darme yo cuenta.
En fin, ya te digo, no parece que haya nada que hecer... }:oS
El coche continúa su inexorable camino en tu descenso al infierno de la locura. El sol decide no mirar, acostándose temeroso entre las lomas que separan Arkham de Dunwich. La imagen te recuerda la maldita Guerra de la Colina, que te ha tenido a gachas los últimos días. Te planteas irónico que quizá te den algo distinto en el manicomio.
Ya casi a las afueras de la ciudad se alza el deslucido y amenazante edificio de aspecto desolador, indicado como "Sanatorio Mental de Arkham". Desde la distancia comienzan a oirse gritos y quejidos de dudosa procedencia e intranquilizante significado, apenas acallados por los altos muros de adobe que circundan el lugar. Un simple nucleo hospitalario de cemento encalado separa dos alas de habitaciones enrrejadas desde las que de vez en cuando asoman manos, pies, muecas y llantos, entre sombras amenazantes. Una berja de un negro macizo corta el paso a los intrusos... y a los residentes.
Un celador abre la reja y permite la entrada al coche de policía, cerrando detrás y regresando a su caseta. El automóvil accede a una rotonda interior y se detiene.
-Agente, prepare al detenido. Voy a hablar con el personal de dentro.- ordena Dunston, descendiendo del automóvil y dirigiéndose hacia las puertas principales, envuelto en las últimas luces moribundas del atardecer.
El agente desciende del asiento del conductor y se dirige a abrir tu cabina, para sacarte al exterior.
Pausita de réplica, por si quieres hacer algo. Está complicada la cosa, pero más solo que ahora no vas a estar, desde luego.
Gianni, still alive? Tengo gente esperando for you.
-¿Qué, ya hemos llegado? Bien, que suerte, ¿sabe usted lo que me va a ocurrir aquí? La próxima vez que me vea tal vez no tenga brazo, o a lo mejor soy un cadáver. -Digo al agente sonriendo. Ya todo me importa poco, siento que estoy llegando al fin de algo, y no hay solución.
Lo peor es la incertidumbre...
Sorry men, ayer tuve un día complicado... Ya estoy en marcha jeje, la vuelta del puente ha sido dura };o)
Esto tenía que pensármelo muy bien, pero detodas formas creo que no podría hacer ninguna locura, y en todo caso, no estoy seguro de que me compense hacerlo.
El agente te mira como si te hubieras abandonado a los típicos desvaríos de un reo alegando inocencia, coge la cuerda de la argolla y te saca sin violencia, pero con firmeza. Para cuando desciendes del furgón, dos enfermeros vestidos de blanco y el propio Dunston salen del edificio, dirigiéndose hacia ti.
Yo te tenía que dar la posibilidad, por si acaso, de todos modos...
Ok entonces.
-Cojan al sujeto y acompáñenlo a una de las habitaciones del ala de seguridad.- dice Dunston monocorde, señalándote mecánicamente.