Partida Rol por web

Entro en el compartimento precediendo a Gianni. Me siento en la cama y es entonces cuando noto el peso del cansancio y la tensión acumulada.

- ¿Cre....cre...crees relamente que pu...pu...pudimos hacerlo alguno de...de...de los ocho?

-Vaya, Anna... pues, para serte sincero, no tengo ni la más remota idea. Sólo sé una cosa, -añade con gesto circunstancial, -nosotros no somos responsables de lo que ha ocurrido. Cuando llegamos aquí ya había sucedido todo. Es decir, que estos cuerpos... bueno, quienquiera que fuese su dueño antes que nosotros... tal vez ellos sí, pero nosotros no.

Tras decir esto, toma la mano de su hermana y, tras un suspiro, intenta tranquilizarla:

-Tranquila Anna, si algunos de nosotros es culpado de esto, no descansaremos hasta que se desenmascare todo este misterio. Estamos juntos. Los ocho, para bien o para mal.

Miro la mano de Gianni cogiendo la mía. Su contacto me relaja..esa horrible visión.....

- Pe...pe...pero realmente son nu...nu...nuestros cuerpos y...y...y no sabemos si...si...si esto es la realidad.

-Anna, Anna... cálmate, sólo podemos estar saber lo que vemos. Esto es una pesadilla, pero es lo que estamos viviendo. Actuemos en consecuencia, no nos queda. -Gianni intenta sonreír a su hermana, para reconfortarla, aunque difícilmente puede ocultar sus propios temores, que realmente comparte con ella.

-Bien, creo que uno de nosotros al menos debería intentar dormir, mientras el otro le observa. Tú tienes mejores conocimientos para reconocer alguna reacción extraña o fuera de lo normal en mi cuerpo, y no quiero hacerte pasar por esa especie de sueño... -Dice el caballero americano, seriamente esta vez.

- La ve...ve...verdad es que e...e..estoy un poco nerviosa, se...se...sera mejor que intentes do...do...dormir tu.

Gianni, harto de emociones y trastornos y agotado por la constante actividad, no tarda en sumirse en un profundo sueño, ante la atenta vigilancia de Anna.

Pasa una hora durante la que el sueño te ataca con constancia, pero no consigues distinguir nada diferencial en Gianni: su respiración es normal, profunda y pausada, su gesto tranquilo... no crees que esté ocurriendo nada extraño.

Más calmada y carente de peligro, relajada por la presencia de Gianni, comienzas a bostezar en silencio. Lo cierto es que no sabrías decir cuándo ocurrió exactamente. Un instante estabas observando a Gianni, incorporada para no dormirte, y al siguiente todo era negro; ni siquiera fuiste consciente de que era negro... solo de...