Partida Rol por web

Los minutos se extienden como mantequilla congelada, mientras Gianni intenta infructuosamente hacer ceder la maldita cerradura. El despacho del rector está demostrando ser todo un desafío. Sin técnicas más expeditivas será difícil que la cerradura ceda, pero con ellas... se verá claramente vuestra presencia aquí. Los segundos caen pesados como aludes, mientras os miráis sabiendo que no os queda más remedio que tomar una decisión.

Tan pronto como salís del edificio, advertís que Pietro parece parado muy cerca de este, como un pasmarote, como si esperara algo. Todos os miráis con reconocimiento por unos instantes.

Con precaución de no cruzaros con nadie desconocido, aprovechando las sombras, y a buena distancia de Pietro y Anna, os deslizáis detrás de ellos en la noche.

La calle West High Street recorre de lado a lado el cinturón sudoccidental de Arkham; casas de aspecto depuradamente ingles medran con edificios de aspecto cuasi-colonial. Vallas, setos y jardines jalonan los bordes de la larga avenida, cuajada de acacias. Un considerable estruendo os recibe cuando dobláis la esquina de esta calle.

Cerca de su centro un par de bloques adosados de dos pisos rivalizaban con la altura del resto de edificios; su jardín compartido. Donde deberían de estar el número 4 y el 6 de esta avenida ya solo quedan escombros ennegrecidos y agua caliente y lodosa. Un grupo de avzados bomberos americanos sigue bombeando agua sobre las ruinas, asegurándose de que el fuego no se reavive.

Alrededor de la catástrofe se agolpan numerosas personas, entre las que podéis reconocer, cómo no, a Curtis, que conversa con la policía en primera línea. Marcas de preocupación cruzan su rostro cansado, mientras habla con quien Ludmilla recuerda como el detective Dunston. Kurt, Ludmilla, Ilona y Fátima se han aproximado al borde, prácticamente en ropa de cama, para intentar saber lo que está ocurriendo

Observando con la claridad que tu nueva aptitud te aporta, puedes observar mucho más detenidamente los rasgos de Fátima y el bombero. Al observar la escena, no te deja lugar a dudas de que Fátima se debía de estar haciendo la martir, de alguna manera, y el bombero se lo ha debido de tragar. Para desgracia de la srta Sacco, tienes la sensación de que no esperaba que llamaran a los agentes.

Para vuestra sorpresa, la sustancia no parece reaccionar al fuego al principio, aunque observáis como el fluído comienza a secarse visiblemente, en una especie de polvillo negro, amarillo y rojizo. De repente el polvillo suelta un sorprendente flashazo de luz, cuando parece que es casi sólido. Tras el flashazo un fuerte y acre olor llena la habitación, mientras un humo amarillento brota de la mezcla. El polvillo amarillo ha desaparecido, dejando tan solo una mezcla quemada de color negro tostado y que huele fatal.

El olor es asfixiante y os revuelve las tripas.

Tras unos pocos experimentos os dáis cuenta de que, aunque la sustancia no es soluble en el agua, la enturbia levemente, y deja una especie de sensación aceitosa en la superficie. Des´pués de ver cómo se comporta durante un rato, diríais que está compuesta de gránulos de distintos tamaños, desde arenosos hasta mero polvo.

Si tuvierais que dar una opinión, ambos coincidís en que sería que se trata de algún tipo de cieno de pantano.

-Pues no sé qué decir, Patrick. Todo esto es muy... desconcertante. -Gianni se frota los ojos con la mano izquierda, como si intentase convencerse de que todo se trata de un sueño. -Cieno pantanoso, pólvora... ¿qué demonios significa esto? -Estremeciéndose, Gianni se levanta de la cama y da un sonoro puñetazo a la puerta con su mano sana, visiblemente alterado. Esto parece tener un efecto calmante sobre él.

Las ominosas revelaciones que estáis viviendo, evocan el recuerdo de las tétricas ideas de Pietro. Ello te recuerda parte de los apuntes que aun reposan sobre la cama. Tal vez por la claridad que confiere el miedo, tal vez por mera casualidad, comprendes repentinamente lo que parte de dichos textos quieren decir:

Mediante la "apertura de la boca", la momia podría ser habitada por el ka del hombre muerto

Obviamente se referían a la energía vital que los egipcios creían que residía en el cuerpo, preservándolo, defendiéndolo y habitándolo, incluso después de muertos.

Las ominosas revelaciones que estáis viviendo, evocan el recuerdo de las tétricas ideas de Pietro. Ello te recuerda parte de los apuntes que aun reposan sobre la cama. Tal vez por la claridad que confiere el miedo, tal vez por mera casualidad, recuerdas que ciertos apuntes de ayer hablaban de la energía que habita los muertos. Consigues encontrarlos, aunque estás demasiado nervioso como para entender nada; aunque parece que Patrick los mira también con atención. En efecto, hablan de lo que los egipcios conocían como el ka.

Tras haber comenzado a cuadrar datos entre los apuntes que tenéis en el cuarto, no te cuesta seguir tirando del hilo, gracias a algunos pasajes que te tiende Gianni. Apenas una hora después has conseguido destilar algo más de información, basándote en algunos recuerdos que tienes de estudios sobre la vida de los escribas egipcios:

El ka aparecía como el doble de su cuerpo terrenal, pero era la energía vital que le sobrevivía después de la muerte. El ka podía vivir en el cadáver momificado o, si este se hubiera deteriorado, en una estatua que le representase, pero necesitaba nutrición constante.

Aunque intentas centrarte en los estudios, como hace Patrick, sabes a ciencia cierta que esto te ha afectado en el fondo más a ti que a él. Tu mente divaga por ominosas ideas, mientras el Sr. Davourier investiga en los volúmenes que antes le pasaste. 60 minutos han desfilado ante ti, cuando te das cuenta de que, en realidad, no has prestado ninguna atención a lo que hacías.

Salís al pasillo, sin cruzaros con nadie, y os encamináis escalerqas arriba. Unas escaleras ascendentes vedadas por una puerta entreabierta al frio exterior, dan paso a una amplia explanada de piedra. desde aqui se divisa todo el complejo universitario sin problema. Un pequeño resalte de piedra de poco más de medio metro protege de una caida inintencionada el borde de la terraza, y varios tendederos se han dispuesto en la zona central (lejos de miradas indiscretas) para uso de los estudiantes.

La universidad aparece imponente como un conjunto de diez edificios victorianos enclaustrados por una verja de metro y medio de piedra y y otro tanto de barrotes metálicos rematados en picas, bordada de jardines y cesped bien cuidado, y surcada de paseos terrosos que desembocan en un gran obelisco central, imitación de uno egipcio. Comenzando desde el edificio inmediatamente al noroeste y en sentido contrario a las agujas del reloj se puede observar la funcional facultad de ciencias, el anexo de investigación a dicha facultad, la antigua facultad de letras (el mas al sudoeste), el dormitorio oeste (donde os encontráis vosotros), el dormitorio este, la biblioteca de la universidad (el más añ sudeste), la residencia (y oficina) del rector, los alojamientos de los profesores y licenciados, el dormitorio de mujeres (el más al noreste), y el edificio Locksley, hoy en día convertido en el hospital de la ciudad, y también aprovechado como comedor de estudiantes y laboratorio forense (con la cooperación del departamento de ciencias).

No podéis ver a nadie en el jardín, aunque sí que observáis a Tobias, con la mirada perdida en el complejo universitario, con la brisa agitándole los rebeldes mechones canos.

Observas a Patrick durante varios minutos en los que parece comportarse con normalidad (al menos con la normalidad de cualquier persona que sufra de insomnio). Luego parece relajarse y caer en un profundo sopor. Por un instante casi te asustas de su quietud, pues te parece como si estuviera muerto prácticamente. Su respiración es apenas perceptible mientras duerme, y no se mueve. Cuando estás a punto de despertarle, alarmado, vuelve a moverse levemente. Luego el letargo comienza a afectarte a ti también.

Es extraño, pero dirías que al final de esa extraña sensación de "caída" o velocidad al despertar, es una especie de pitido o bocinazo lo que te ha despertado, ahora que caes en ello.

No os resulta difícil tapar el ojo con algunas vendas disponibles.

Tras tres largas horas de tedioso estudio, te das cuenta de que la investigación no debe ser precisamente tu fuerte, como ya sospechabas. A parte de aburrirte consigues poco más que mover papeles de un lado a otro siun enterarte de mucho más que de que los egipcios enterraban a sus muertos más importantes en pirámides de piedra.

Tras tres largas horas de investigación, consigues sacar algo de información de todo el desbarajuste de libros sobre la cama:

"Además del ka, los egipcios creían poseer también un alma o ba, que era representado en forma de pájaro con cabeza humana. Tras la muerte, el ba de una mujer u hombre podía tomar forma de golondrina, halcón o bien garza real y volar libremente por la tierra junto a otras almas. El ba no permanecía en la tierra, también recorría peligrosamente el mundo subterráneo para ganar los derechos a una nueva vida o bien la eterna felicidad."