Partida Rol por web

-Si, claro. Pero es que he tenido la extraña sensación de que Anna vió a Gianni a través de ése boquete que queremos investigar, precisamente...

Pietro deja partir a Ludmilla tras Anna, y se va junto a Kurt hacia el ventanuco, por su parte exterior.

Ambos empiezan a observar con detenimiento el lugar.

Antes de irme con Anna le digo al coronel:

-Sí, a través de un agujero, afuera, fuera de la entrada. Desde allí vimos a Gianni, cubierto de sangre y había trozos de persona por toda la habitación. Fue horrible, horrible. Además creí que eran trozos de Gianni, y Anna debió pensar igual.

Luego os busco. Sacadle de aquí.

Al salir al jardín os hacéis a la idea de que la zona en la que estuvisteis tiene que quedar a la derecha, como os dijo Ludmilla. Efectivamente, allí descubrís el trozo de pared reventada y un surco del tamaño del agujero en la tierra del suelo. Es como si una enorme roca hubiera golpeado allí. Dentro podéis ver la dantesca escena en la que faltan Gianni y los enfermeros.

En la distancia comienzan a escucharse sirenas policiales.

Revisáis la escena, comprendiendo que lo que fuera que hizo eso, efectivamente lo hizo desde fuera. El agujero tendrá un tamaño de al menos un metro, o algo más, y a decir por las marcas del suelo, algo debió de agitarse de forma alocada sobre la hierba. Algo muy grande... quizá más que una persona: desde luego nadie lo hizo con los pies. tal vez... ¿un camión de grandes ruedas? ¿Y dónde se ha metido ese vehículo?

Nada parece tener demasiada coherencia, pero está claro que sea lo que fuere nadie lo tiró desde los alrededores. Lo único que hay cerca son el muro del sanatorio y algunos árboles bajos del jardín, desde los que se tendría un ángulo muy extraño.

Y lo más chocante de todo: ¿por qué no hay un solo resto?

Pietro murmura mientras escudriña las extrañas huellas junto al boquete:

-Esto me recuerda lo que encontraron en el quiosco de música... cerca de la biblioteca. Algo enorme que cayó... de ninguna parte...

Luego se gira hacia Kurt.

-Vámonos de aquí, y saquemos a las mujeres. ¿O tienes otra idea?

Sí, tiene razón. Volvamos a entrar en el sanatorio y veamos como están las mujeres.

Kurt, desde el momento en el que han estado registrando la zona no deja de mirar hacia el cielo como si fuera a lloverles... algo...

Volvéis a la sala de entrevistas para comprobar que la situación sigue más o menos como la dejasteis, con Ludmilla mirando a Anna y la enfermera, sin saber muy bien lo que hacer. La enfermera y Anna parecían estar gritando mientras os acercabais, pero no sabéis muy bien el qué.

-Por favor, ayúdenme; está fuera de sí. Necesito llevarla a una de las habitaciones del ala oeste, para que se tranquilice.- dice la enfermera sujetando a Anna con cuidado, pero con firmeza.

-¡SUÉLTAME, LOCA!- dice Anna fuera de sí, en una actitud totalmente histérica.

Kurt se acerca a Anna con actitud tranquilizadora.

Anna, ¿qué te sucede? ¿Estás bien? Si te encuentras bien podemos irnos, no hagas caso a la enfermera...

-¿Pero es que se han vuelto todos locos? ¿Soy la única a la que todo esto le parece aberrante? ¡NO ES NATURAL!- espeta Anna, antes de ponerse a llorar como una Magdalena.

El llanto parece relajarla un poco y gimotea más tranquila, mientras la enfermera afloja un poco la presa.

-Tranquila, hija. Verás como todo pasa cuando duermas un poco. mañana estarás como nueva. Te has dado un golpe muy fuerte, y es normal que estés algo desorientada. Ale-ale...- la consuela la enfermera abrazándola y dándole palmaditas, mientras la deja gimotear en su pecho.

Entonces, cuando Anna parece irse calmando, se gira hacia vosotros mientras la acuna suavemente y os dice casi sin articular sonido alguno, en un susurro velado:

-Salgan sin hacer ruido; se está calmando.- mientras gesticula con la mano libre hacia la puerta, indicándoos que os alejéis.