Dios bendito..., espero que seamos capaces de saber lo que ocurre cuanto antes y que se pueda revertir...
Y además, la señorita Ilona desaparecida... No tenía noticias de la desaparición. Espero que no le haya ocurrido nada, quizá podríamos ir a preguntar al hospital o sanatorio. A lo mejor le pasó algo y la llevaron allí.
Espero la respuesta de Pietro y me despido.
Voy a ver si me hago con un bol de gachas para llenar la tripa. Nos vemos.
-Pues no es mala idea, Kurt. Creo que pronto el sanatorio acabará siendo una parada obligatoria en nuestro camino. Puede que ya se hora de empezar a husmear por allí.
Me despido de él con un gesto, entro en el baño, y procedo a ducharme y a asearme. Luego volveré a mi habitación para dejar los trastos, e iré hacia el dormitorio de chicas para ver si me cruzo con alguna antes de desayunar.
Pues nada, de vuelta a vuestras escenas particulares...
Cuando llegáis a la recepción, Rosemary parece estar tomando asiento en ella y muda la cara en una expresión de ira e indignación cuando os ve:
-¿ASÍ QUE APROVECHAN PARA LLEVAR VISITAS MASCULINAS A SUS CUARTOS CUANDO LA RECEPCIÓN NO ESTÁ VIGILADA, EH?! SABEN MUY BIEN QUE ESTÁ PROHIBIDO Y ME ENCARGARÉ DE QUE EL RECTOR SEPA DE ESTO.- dice la mujer como una urraca.
Puede usted decir lo que guste y a quien le venga en gana, señora. Pero no olvide, que está usted hablando con personas adultas y no con niños o animales. ¡SE ENTERA USTED!
¡NO SE LE OCURRA FALTARME AL RESPETO NI UNA VEZ MAS EN SU MISERA VIDA!
Mi rostro no deja lugar a dudas de que como se le ocurra hablarme así de nuevo le voy a saltar encima y le voy a meter los ojos para dentro con mis propios pulgares. La miro fijamente, esperando que se produzca esa nueva palabra, ese nuevo insulto a mi integridad como persona. En cuanto vea que se va a producir... (esto ya lo diré si se produce)
La mujer pone cara de indignación y vejación, se levanta sin decir nada más, pero con una mirada cargada de bilis, cierra una especie de libro que tenía sobre la mesa, y sale escopeteada de la habitación, con él bajo el brazo:
-Ya hablaremos.- termina tajante.
No digo palabra, dejo que Ludmilla se defienda como sólo una mujer de su talla puede hacer, y me limito a mirar a Rosemary impertérrito.
Espero a que salga. Me temo que se ha llevado consigo el registro, pero, por si acaso no ha sido así, cuando lo ha hecho husmeo lo que haya por allí.
Las sospechas de Pietro se confirman; el escritorio está impoluto.
Seguís hacia el comedor?
Yo quisiera antes de ir al comedor hacer una visita al rector de la universidad. Antes de que se me pase la enajenación, me gustaría tener unas palabras. Iré sola, claro está. No quiero retrasar el desayuno de mis compañeros así que me despido de ellos momentáneamente.
Miro avergonzada el espectáculo de ambas mujeres.
Por mi, seguimos
Me despido de la Baronesa, que tuerce su camino hacia el rectorado, y yo sigo con Anna hacia el comedor.
-Bueno... ¿Gachas... o no gachas...? "That is...!"
Eso, andando.
Ludmilla se aleja en dirección al rectorado, precisamente detrás de Rosemary, mientras los demás os alejáis hacia el edificio Locksley.
Pues Ludmilla seguirá en su escena particular entonces, y los demás en esta.
Cuando accedéis al comedor del edificio Locksley hace tiempo que el olor a gachas os ha saciado lo suficiente como para saltaros el desayuno. Varias mesas muestran indicios de haber sido utilizadas: la de los Simmons en su esquina habitual, la del claustro, en la que se ven dos boles olvidados, el central de ellos con el periódico matinal al lado, y un igualmente abandonado Tobias, dormitando junto al suyo propio, con la mano derecha metida entre las gachas. La mesa de Peter, Conny y Nadia muestra un bol vacío en el habitual asiento de Peter, que posiblemente haya ido a hacer algo de footing, pero no hay ni rastro de las mujeres. En la mesa de Wilbur hay dos boles olvidados, que en ese momento está recogiendo Dorothy, la única actual ocupante del comedor, junto con el viejo recepcionista.
-¿Desayuno para dos?- pregunta la camarera.
Miro asonbrada la ausencia de gente en el comedor.
- Si, gra...gra...gracias. ¿Dó...do...donde se ha metido la gente hoy?
-Es domingo; supongo que descansando, o se habrán acercado a Kingsport, para un día de playa. Yo misma iré en cuanto acabe aquí hoy.- dice mientras se dirige a la cocina y desaparece tras la puerta.
Me giro al Sr. Sacco.
- Lá...lá...lástima que tengamos estos ta...ta...tatuajes
-Si... dudo que nunca nadie pueda llegar a encontrar normal algo así...
Digo acercando una silla a Anna.
jajajaja, no, nunca. Ahora, con esos tribales y encima pulsátiles, arrasaríamos, eh, Anna, niña?
;)
Agradezco el gesto del Sr. Sacco con une inclinación de cabeza y tomo asiento.
- Bu...bu...bueno ¿qué nos pu...pu...puede decir de nuestros ca...ca...caballeros?
Espero a que aparezca Sorothy con las gachas.
Imagina a Fátima con el brazo y la pierna mutados diciendo que no se ha echado protección XDDDD
Dorothy, siempre eficiente, si bien no delicada, no tarda en traeros vuestro espeso desayuno. Luego parece dirigirse hacia otras mesas, a recoger los boles usados.