Partida Rol por web

Una vez guarda el móvil, Fumiko se queda mirando a Murata. ¿Y bien?, dice esperando que Murata responda tanto a lo del viernes como a ir a hablar con la subdirectora para crear el club. Se murde, nerviosa, el labio.

Voy hacia el patio rapidamente. Podria ser la pelea de la que me hablo el Señor X.

Con la cara descompuesta, Murata volvió junto a Fumiko y sin mirarle directamente a la cara, le explicó:

- Era... la subdirectora. Al..Al parecer quiere que le diga que ocurre en el patio. Quizás deberíamos ir a mirar... sí, mirar lo que ocurre allí. Mejor ir.

Intentaba que no se notase que estaba más nervioso, pero no podía evitar pensar en la cabreada subdire.

- ¿Va-vamos entonces?

Fumiko suspira. Parece que de momento no va a tener respuesta. Vamos, luego veremos a la subdirectora para formar el club. La chica morena empieza a caminar en dirección al ruido que había en el patio.

Os dirigís hacia el patio de donde provienen los ruidos. Una vez en frente de la puerta, os cruzáis con Kaede, que acaba de salir por esta.

Cuando miráis hacia el centro veis lo que esperábais: Varios de vuestros compañeros están en medio de una trifulca, más concretamente Takeshi, Yuzuke, Yusura y Sinichi están peleando con unos alumnos de otra clase. Desconocéis los motivos, pero no estáis allí por voluntad propia.

El primero en reaccionar es Yuzuke, cuando el alumno va a por él, se mueve con rapidez para dar el primer golpe. Takeshi sin embargo no tiene tanta suerte, y el otro alumno lanza un puñetazo a su estómago en primer lugar. Ambos están colocados en frente del chico de primero, que se comienza a levantar en dirección opuesta a vosotros, con intenciones de huir.

Respecto a Sinichi y Yusura, el primero no es lo bastante veloz y Tora le alcanza con facilidad, pero a su lado, Yusura ya estaba lista para actuar antes que su compañero.

Llegas al patio desde el oeste, y obviamente ves lo que es una pelea. Tora y dos chicos más están dándose de ostias contra Yuzuke, Takeshi, Yusura y Sinichi. Puedes apreciar que hay un muchacho tirado en el suelo intentando levantarse y alejarse de la pelea. Te imaginas qué ha sucedido pero no estás seguro. 

Te suena el móvil, X tiene un mensaje:

Sé lo que estás pensando.

¿Es esta la pelea de la misión?

Te daré una pista: Esta pelea no surgió para ti, no eres el motivo.

"LA pelea" suena a algo importante, algo que te incluye.

No te detendré si quieres meterte, de todas formas :^)

Fumiko mira alrededor. ¿Qué sucede? pregunta sin preguntar a nadie en concreto. Pero no sabe qué hacer. Ella nunca ha sido una mediadora, no sabe resolver problemas. Busca con la mirada alguien que pueda detener aquello.

Finalmente, mis ojos acaban por mirar a Murata. Quizás él...? no creo. Seguro que es como yo.

No sé qué significa exactamente “ganar la pelea” pero, en mi experiencia, la única pelea que se gana es aquella que se evita.

Me acerco rápidamente y me abro paso entre los estudiantes que estén mirando.

Asisto al estudiante herido al mismo tiempo que grito – ¡Llamad a la enfermera y a la directora!

¿Sois gilipollas? ¿Es que queréis que os expulsen? Arreglad vuestros problemas fuera estúpidos. Parad antes de que haya heridas graves y quizás solo quede en un castigo.

Me alejo de la pelea acercándome al grupo de alumnos más cercano llevando conmigo al herido.

El puño se dirigía hacia mí, pero había llegado corriendo por lo que ya tenía algo de adrenalina en mi cuerpo, pude ver en cámara lenta como venía y aprovechar para moverme, di un paso enfrente mientras me agachaba dejando que el golpe pasara apenas a unos centímetros de mi cara, si algo sabia era aprovechar mi cuerpo para moverme y el estar en esa posición podría prepararme para una buena respuesta.

Al parecer Ryunosuke por fin se había dignado a aparecer pero una amenaza de él difícilmente detendría esto, ya lo había intentado y lo único que conseguí fue iniciar esto, ahora debíamos acabar.

Kaede caminaba distraída al patio, por fin un momento de descanso. Cuando vió la que se había formado. Caminó cerca de Fumiko y Murata, intentando comprender a qué venía tal lío.

¿Qué es esto? ¿Por qué se están peleando? - Insistió Kaede, interrogante. A pesar de que no era la delegada, sabía que los tutores confiaban en ella para mantener el orden.

¿Es que nadie va avisar a un profesor? - Dice, sacando el téléfono.

Iluminado por la luz del sol, que poco a poco se iba alzando, el suelo del patio hervía en las suelas de los estudiantes que se encontraban en su centro, al igual que la sangre de estos.

Desde la distancia, Fumiko y Murata observaban el espectáculo, mientras Kaede parecía dispuesta a pedir ayuda con su dispositivo móvil. Pronto se daría cuenta de que no había necesidad.

Yuzuke, sonriente, se lanzó a por su contrincante. Preparado para combatir, dirigió sus nudillos a la cara de su adversario. Conectando con destreza, este se preparaba para lanzar otro golpe cuando el "receptor" despareció de su campo de visión. No le costó adivinar que estaba en el suelo, totalmente K.O. Takeshi, a su lado, había esquivado grácilmente a su oponente y se preparaba para contraatacar.

Yusura y Sinichi no tuvieron tanta suerte. Tora agarró a Yusura mientras esta intentaba golpearle, y la lanzó contra Sinichi. Ambos chocaron, dejándoles vulnerables. Pero cuando Toranosuke estaba preparado para continuar su combo, Ryu apareció gritando, mientras ayudaba al novato a levantarse del sucio y gris suelo.

Los dos compañeros de jaleo compartieron una mirada. Uno de sus compañeros estaba inconsciente, y en situación de cinco contra dos. Hasta un mono sabría que aquello no iba a acabar bien. Levantando las manos, Tora comenzó a dar pasos hacía atrás.

- Bueno, bueno. No hace falta que nos pongamos tan nerviosos. Solo estábamos de cachondeo. Somos todos compañeros ¿Eh?

El otro chico no tardó en daros la espalda y comenzar a correr hacia el parque mientras Tora le miraba con incredulidad. Posiblemente alguien quisiese detenerle, entre ellos el propio Toranosuke. Pero mientras su cuerpo se perdía entre las finas ramas y frágiles hojas de los arbustos, una voz estricta y atronadora invadió el área.

- ¿Se puede saber a qué viene tanto escándalo? - Los tacones de Akamine levantaban polvo con cada paso que daba hacia el interior del recreo. - Señor Murata - Una mano con una manicura cuidada, pero de agarre firme, se posicionó encima de su hombro - Creí haberle mencionado que me informase de los eventos que transcurrían en el patio. Debe empezar a espabilarse.

- ¿Y bien? - No era un grito, pero su voz se oía perfectamente a pesar de la distancia a la que estaba. - ¿Qué hace ese alumno en el suelo? - Mientras sostenía a Murata, miraba fijamente al muchacho que había perdido el conocimiento.

Yuzuke se frota los nudillos, lamentando que el compañero de Toranosuke hubiera escapado. Realmente detestaba a esos capullos, y no creía que un castigo de la sub-directora fuese a cambiar nada.

-Realmente no ha pasado nada, sub-directora Akamine. El compañero sentía una necesidad imperiosa de echarse una siesta.