El sol brillaba extraordinariamente fuerte aquella tarde de julio en el pequeño pueblo de Barleyville. David Singht se encontraba balanceandose en el columpio que había atado en una de las ramas del árbol que crecía solitario frente al porche de su casa.
Frente a la trampilla de su casa pasaba contoneando su hermosa figura Jane Ashton. Una bella muchacha de 19 años, apenas unos meses más joven que él. David llevaba enamorado de ella casi toda la vida, y sabía que su antiguo amigo Daniel Parks también. Eso había sido la gota que había dado por finalizada su vieja amistad. Llevaban ya tiempo enfrentandose el uno contra él otro. Y el llegar a competir por la misma chica había sido el punto y final a su relación.
De niños los tres habían compartido juegos, y aunque ellos no lo sabían aún, el amor por Jane había empezado ya por entonces en ambos muchachos. Pero no fue hasta el instituto cuando se percataron de ello.
En el baile del curso final del instituto, Daniel había sido más avispado y se había adelantado a David para pedirle a Jane ir al baile. Y desde entonces David ya no había vuelto a dirigir la palabra a ninguno de los dos. A Daniel ya no lo veía si quiera y a ella tan solo la observaba desde el columpio cuando pasaba todas las tardes por enfrente de su trampilla.
Ella pasaba siguiendo el camino y le dirigía una apenada y furtiva mirada a David, pero él friamente la esquivaba. Y así había sido durante todo aquel tiempo. Hasta que aquel día algo diferente ocurrió. Jane se paró en la trampilla, mirando a David. Así estuvo unos segundos hasta que se decidió a entrar y caminó hasta él y David la veía llegar desde el columpio.
Un expectante David observaba disimuladamente como la bella figura de la chica de la que estaba enamorado en secreto se le acercaba con su paso firme pero a la vez armonioso. Entonces comenzó a recordar su melódica voz que podía calmar hasta la bestia más fiera, el tacto de su suave piel y el brillo exuberante de sus ojos que en tiempos pasados, antes de que se casará con Daniel, le habían llenado de alegría.
Hola David. Dijo con timided su dulce voz. Escucha... ya se que hace tiempo que no nos hablamos pero... tengo un problema y no se a quíen confiarselo... Las lágrimas acudían al rostro compungido de la joven que no pudo retenerlas por más tiempo.
- Hola.- Devolvió tímidamente el saludo. Y antes de que pudiera decir nada más vio como varias lágrima se derramaban, de los aun así preciosos ojos de la joven.
No se donde está Daniel... Dijo intentando evitar que las lágrimas volvieran a sus ojos, y sus palabras sonaron semiahogadas por un sollozo involuntario. Ha desaparecido, se ha perdido... La joven intentó mirar a los ojos de David pero sabía que no podría hacerlo sin ponerse a llorar.
Con palabras entrecortadas comenzó a hablar de nuevo.
Temo... temo que le haya pasado algo... No sé si estará bien... Se llevó el rifle y... y... Ya no pudo aguantar más y la jovén rompió a llorar desconsoladamente.
La conversación con Jane le recordaba a algo, como si ya hubiera vivido aquella noticia antes, pero omitió por el momento aquellos pensamientos en su cabeza y se centro por completo en lo que tenía delante.
¿Se supone que esto es un recuerdo verdadero?
No, no hemos discutido. Pero unos tipos extranjeros llevaban días rondando por nuestra casa... Un día... fue horrible. Me increparon y Daniel salió de la casa a amedrentarlos, pero solo fue por ese día. Después volvieron y... bueno, Daniel se cansó... esta mañana cuando me desperté él ya no estaba en casa, y se había llevado el rifle...
A efectos practicos para tu personaje ahora mismo, esto es tan real como cuando estaba disparando en Normandía. Si es un sueño o no es un sueño, no te lo digo pero puedes imaginar la respuesta. Y con eso te digo mucho.
Citando a Calderon de la Barca: La vida es sueño, y los sueños sueños son.
Cada vez la conversación se le hacía más extraña, y seguía pensando que probablemente ya había vivido, por lo menos, algo parecido a aquello. Y exactamente por ello la siguiente pregunta que formuló salió más de su subconsciente que de la parte racional de su cerebro.- ¿Y de qué nacionalidad eran?- Cuando pensó realmente en lo que acababa de decir, no comprendía porque había realizado dicha cuestión. La contestación a esta no importaba en lo referente de la búsqueda de Daniel.
No lo sé. Dijo encogiendose de hombros. Parecían europeos.
Jane apenas sabía nada de los paises extranjeros, y menos sobre acentos y otras cosas semejantes.
Aquella conversación estaba a punto de desbordar su subconsciente. Nunca hubiera pensado en que los responsables de tal lio fueran europeos, pues de ellos consideraba que eran gente más civilizada y respetuosa que los suyos, los americanos, incluso de forma clara menos proclives a la violencia. O eso recordaba de lo que en el instituto le había contado su profesor de historia, un hombre mayor que cumplía los estándares físicos y de vestimenta de los ingleses, y sus refinadas costumbres.
Puedo ir a casa de mi hermana mayor Ashley y su marido John. Ellos me pueden acoger por un tiempo. Viven en la capital. Dijo refiriendose a Columbia, que era la ciudad más grande de Carolina del Sur y a la que todos los campesinos y demás habitantes de los pueblos llamaban de tal modo.
Muchas gracias David, no se como podré agradecerte todo esto que haces por nosotros... Ten cuidado por favor. No quiero perderte a ti también. La mano de la muchacha sujetó suavemente la mano de David y por un instante se produjo un silencio incomodo, donde ninguno de ellos supo como actuar.
¿Jane tiene algún tipo de vehículo para ir hasta allá? Lo pregunto porque si tiene coche propio la acompañaré a su casa y sino la puedo llevar hasta la estación de autobuses.
Aunque en realidad tampoco crea que se tenga que ir tan lejos, con mi anterior pregunta(en texto) yo me refería a algo más cercano(en el mismo pueblo/ciudad en el que están ahora). Quizas siga este camino en mi interpretación, a no ser que creas que nos estamos retrasando si tenías algo pensado.
Su casa esta relativamente cerca. Pero eso no importa. Ella por hache o por be ha considerado que es mejor ir al pueblo, tal vez por que este asustada, tal vez por que no se lleva bien con sus familiares de aquí... eso es lo de menos. Si te ofreces a acompañarla puedes hacerlo.
Tras la conversación, David acompañó hasta su casa a Jane para que recogiera todas las cosas que necesitará para pasar una breve estancia en la casa de su hermana. Y luego se ofreció a transportarle (a mano) sus pertenencias hasta la estación de autobuses.
Sí no tienes nada pensado que suceda y no me dices que mis explicaciones en este mensaje han ido más lejos de la libertad que tengo como jugador, en el próximo mensaje intentaré salir del "sueño".
El autobus partió dejando solo en la estación a David. No había nadie más a su alrededor. Desde su posición pudo ver como Jane le despedía con la mano desde la ventanilla trasera del bus. Con cara de pena. Antes de subir le había vuelto a hacer jurar que encontraría a Daniel y lo libraría de aquellos malvados hombres europeos.
David comenzó a pensar y el camino de vuelta se le hizo muy corto, en un abrir y cerrar de ojos volvía e encontrarse en su porche, cogiendo el viejo rifle de su abuelo para cazar jabalies. Si iba a tener que enfrentarse a esos europeos debía estar prevenido al estilo americano.
Comenzó a caminar hacía el sur sin saber muy bien por qué motivo. Nadie le había dicho donde se encontraba Daniel, pero él caminaba decidido hacía allí sin saber por qué. Aunque esa cuestión tampoco se la planteó.
De pronto se encontraba caminando por mitad de un bosque, los árboles lo rodeaban por doquier, caminaba semiagachado atento a cualquier cosa y temiendo lo peor conforme cosas nuevas iban apareciendo a su vista.
Un humo se alzaba en la lejanía y un resplandor dorado brillaba entre los árboles.
No puedes salir aún.
David se acercó hasta las proximidades de aquel fulgor, siempre permaneciendo atento a lo que sucediera a su alrededor y con el rifle listo para ser utilizado en el caso de que fuera necesario.
Agachado entre la maleza consiguió ver a su amigo Daniel. Estaba aprisionado en una pequeña jaula, y varios hombres rubios y altos caminaban a su lado, vigilandole en todo momento.
Otros cuantos caminaban por la zona, obserbando los interiores del bosque. Todos ellos vestían con traje militar y estaban fuertemente armados.
- ¿Pero qué coño hacen unos europeos vestidos con traje militar?...Por su cabello parecen ser de ascendencia nórdica, quizás finlandeses, noruegos...ó alemanes...Sí hubieran querido matar a Daniel ya lo habrían echo.- Con este último pensamiento decidió entrar en acción.
Tirada: 1d100
Motivo: Daño disparo
Dificultad: 75-
Resultado: 74 (Exito)
Por si acaso hace falta la tirada, y si no me he excedido en mis privilegios de jugador.
Incomprensiblemente para David, cuando disparó, el europeo desapareció de su vista. Por un momento pensó que le había acertado de lleno y que seguramente estaría tumbado muerto en el suelo, pero cuando se volvió para apuntar a los demás, esperandose encontrar a unos cuantos europeos alarmados, tampoco había nadie.
Tan solo la jaula donde estaba Daniel, con él dentro.
Después de lo sucedido tras el disparo, David dejo el rifle en el suelo, y se froto con las dos manos los ojos, no creyéndose lo que acababa de ocurrir ni comprendiéndolo. Aquello si que era excesivamente extraño, pero por lo menos Daniel se encontraba a salvo.