Partida Rol por web

Brújula improvisada, con corcho, alfiler, ya sabes, más al estilo McGyver. Pero podeis echarle toda la imaginacion que querais para los objetos a llevar.

Vuelta la espalda aún a los preparativos de los chicos la voz de Lilith se alza, suave pero segura:

- Se las habrá llevado al castillo, pero no creo que ellas permanezcan presas mucho tiempo. Son fuertes, ya lo habeis visto vosotros. De todas formas, teneis que cruzar el bosque tenebroso, y habrá algunas criaturas que intentarán impedir que llegueis. Las domina Maléfica.

Por fin se gira hacia ellos, el semblante serio:

- Si las cosas se ponen realmente feas, recordad que las tres hadas, - señala a Flora, Fauna y Primavera,- responderán a una llamada. Es posible que cuando os acerqueis al castillo, se os revele hasta la hierba del suelo.

-Suerte chicos, y .... traedme a mis niñas.- Les sonrie triste.

- Vamos, Lilith, no te disgustes. Sabías que algo así sería necesario.

Se vuelve hacia los chicos.

- Por cruel que os parezca, recordad todo lo que habeis aprendido. TODO. Ni una sóla de las habilidades que habeis aprendido ha sido inútil, y tenían esta finalidad, enfrentaros al mal. Estais entrenados para ser los príncipes azules perfectos, y esos nunca fallan a sus damas.

Sonrie, con una sonrisa autosatisfecha

- Ahora no me entendeis. Pero al final volvereis a recordar que yo soy vuestro padre.Lilith, dejemos a los chicos y pasemos al despacho.

- No.- La negativa de Lilith suena como una bofetada en mitad de la sala.

- Yo esperaré hasta que partan. Cualquier información que necesiten antes de irse, para eso estoy. Cuando hayan partido, pasaremos al despacho.

Lilith vuelve a desafiar a Disney con la vista, y una vez más, la voluntad de la mujer indómita sale vencedora.

Cuando Lilith terminó de hablar,Felipe dedicó una mirada a todos los presentes.

-Voy a buscar mis cosas.

Salió a paso rápido,casi corriendo y en cuestión de unos minutos regresó al comedor vistiendo su armadura,una brillante y afilada espada y en su cinturón se podía ver una elegante flauta dulce.Sin duda alguna,sería la mejor compañía que tendría durante un tiempo,la música.

Estoo... suelo entenderte muy bien Nicolás, pero ese último post se me escapa.

La situación logra paralizarme durante unos segundos.

Me quedo inmovil. No logro entender las motivaciones de todo este asunto.

Por qué tiene que pasar Blancanieves por todo esto??.

Será mejor que partamos lo antes posible.- asevero dirigiéndome a mis compañeros.

En apenas dos minutos bajo de mi habitación con las alforjas colgando de un hombro.

Aparte de la ballesta con una aljaba de virotes colgando de mi espalda, voy armado con dos pequeñas dagas.

Disney no aprueba que use semejantes armas, pero yo me encuentro cómodo con ellas. Además, no estoy dispuesto a arriesgar la vida de Blancanieves con sutilezas caballerescas.

En una de las alforjas va otro de mis grandes secretos y pasiones: las hierbas.

Siempre he sido muy aficionado a los preparados: venenos, remedios, medicinas, cataplasmas...

Además, espero que puedan serme de utilidad.

Asiente mirando complacida a los príncipes. Se alegra de ver que al menos están dispuestos a luchar por las chicas.

- En la cuadra teneis caballos para todos. Cenicienta siempre los tiene a punto y en forma. Son bravos, y obedientes, os harán caso sin problemas. El castillo de Maléfica se halla en el corazón del Bosque oscuro. Teneis que internaros allí para encontrarlo. Tened cuidado, algunas de las criaturas del bosque son utilizadas por ella, y también puede manejar la maleza a su antojo.

Mira a Disney, altiva como siempre. Le ha gustado la actitud de todos los chicos, que parecen no estar de acuerdo con su creador.

- Id con cuidado y prudencia. Si necesitais algún consejo o ayuda especial, las hadas aparecerán en vuestra presencia.

Estrecha la mano de cada uno de ellos, y sale hacia el despacho.

Con las manos en la espalda, y el rostro serio mira a los chicos.

- Parece que me odiaseis. Os he dado la vida a todos: a vosotros y a ellas. Nadie puede escapar de su destino eternamente. Ellas eludieron el suyo durante mucho tiempo. Si no lo hubieran hecho todo seria más fácil para vosotros ahora.

Se pasea ante ellos hablando con voz molesta:

- ¿No recordais lo que os conté? Por Dios bendito chicos. Alex, tú sólo hubieses tenido que dar un baile para conocerla, y luego pasear un zapato por la ciudad. Louis, tan sólo tenias que encontrar la torre y trepar por su melena. Nicolás, te tocaba cantar, y luego besarla cuando estuviera tumbada en un ataud de cristal en casa de los enanos. Pan comido para los tres.

Mira a Felipe, con menos ira, y algo de pena:

- Contigo quizás no fui sincero del todo. Aurora tenía que haberse quedado dormida, presa de un hechizo de Maléfica, y te tocaría hacer lo que ahora vais a hacer juntos. Pero sólo tenias que llegar y besarla. No sé, creo que todo se ha complicado.....

Su voz se extingue, mirando los objetos que llevan sus chicos.

- En fin, no hay vuelta atrás. Como Lilith ha dicho, cuidaros mucho. Pero me gustaría que recordaseis sólo una cosa: ninguna de las habilidades que os he enseñado, será inútil en esta aventura. No lo olvideis.

Les saluda con un gesto de cabeza, y se va tras Lilith.

¡¿Caballos?! Nada más oir eso salgo corriendo de la sala. Con Cenicienta no me dió tiempo a ir a buscar mis pastillas de la alergia. No hacían mucho efecto, pero por lo menos podría cabalgar con el resto y no les retrasaría.

Vuelvo a la sala con un pequeño paquete en la mano, lleno de unas pequeñas pastillas verdes. Suspiro.

Al escuchar las palabras de Disney me quedo callado, ojalá todo acabe como estaba previsto...

Ufff caballos, preferiria andar nunca se me ha dado demasiado bien montar... pero por Rapunzel hare un esfuerzo. Subiendo al quinto intento cojo las bridas y espero a mis compañeros:- Bueno, nos tocara ser heroes, nada de escalar por cabellos, dragon y bruja malvada, y los ninjas seguro que estaran de camino...- Miro si el sarcasmo a llegado a alguien... No, por supuesto. Cuanto hecho de menos a mi Rapunzel, espero que este bien donde este...

Al contrario que Louis y Alex, a mí sí me gustan los caballos. Siempre me han gustado.

De un salto monto en una yegua joven de color negro.

Deposito el arco en un lado de la silla y dejo caer las alforjas en la parte trasera de la grupa.

A pesar de escuchar las palabras de Disney, me sigue pareciendo absurdo todo este circo.

No veo necesario todo esto. Podría haberse evitado...

Furioso, trato de controlar a la yegua que se contagia de mi nerviosismo y mal humor.

Larguémonos de una puta vez!!.- digo olvidando por primera vez mis buenos modales.

Pues si Felipe no tiene nada que añadir.... Entrad en el bosque.

Sólo habeis estado fuera un día,y parece que hayan sido siglos. Entrais en el comedor, cansados, y sin muchas ganas de nada. Quizás de alguna explicación.

Lilith espera sonriente en un lado del comedor, a que las hadas terminen de posar el cuerpo Gordon sobre una mesa. Con un gesto les pide un palangana que sitúa debajo de la cabeza.

En el centro del comedor, con un gran libro sobre un atril, está Disney, con una pluma en la mano, las gafas puestas y expresión seria.

- Sois todos fantásticos. Sé que ha debido ser frustrante traerlo vivo, pero así será mejor.

Lilith se acerca a Rapunzel, y con gesto cariñoso le quita la daga de la mano:

- Será sólo un momento. Ahora te la devuelvo.

Por fin se acerca al dragón

- Hola Gordon. Te dije que este día llegaría.

- ¿Te vas a meter con un animal moribundo? Eres más despreciable de lo que siempre pensé. ¡Una mujer! ¿En qué estabas pensando Walter?

Escupe esta pregunta en dirección a Disney.

- Sólo hay dos tipos de mujeres en este mundo Lilith, las brujas y las indefensas. Y tú no eres ni uno ni otro. No eres más que la renegada.

- Es posible, quizás tengas razón, pero hoy saldo deudas. Tus insultos cuando te fuiste, y la humillación que tu pariente inflingió a Eva. Da igual que ella acatara lo que yo no, una serpiente la engañó, y a m otra me insultó.

Adiós Gordon.

Con esta última frase, Lilith hunde la daba de Rapunzel en un punto de la garganta del dragón, y realiza un corte preciso. La sangre del dragón va cayendo en la palangana puesta debajo.

Lilith usa una servilleta para limpiar la daga, y se la devuelve a Rapunzel con un guiño.

- Aurora, cariño, devuévele a las hadas a Excalibur. No es arma para andar rodando por ahí.

Da dos palmadas para que aparezcan las hadas.

- Muy bien, ¿quién quiere carne de dragón para la cena?- Os pregunta sonriente.

Walter hace un gesto de asentimiento tras el libro, pero sin sonreir.

Aurora asintió ante la órden de Lithit. Ahún levaba a Excalibur en la mano y ni siquiera se había dado cuenta de ello de lo cansada que estaba. Había sido un día muy largo el que habían pasado fuera.