Partida Rol por web

Aquello cada vez parecía más una locura a ojos de Keiki. Todos parecían querer tomar el mando pero no lograban coordinarse. La chica se encogió de hombros tras escuchar las indicaciones del recién llegado y, dado que el liderazgo no era el punto fuerte de Keiki, decidió hacerle caso. No tenía sentido seguir discutiendo por los planes.

En aquella ocasión movió a Hasu a un lateral donde no tiviera a ninguno de sus compañeros cerca y volvió a realizar unos sellos rápidos mientras terminaba de reunir el chakra. En aquella ocasión, probaría con una técnica de tierra aunque dudaba de su efectividad. La marioneta golpeó con fuerza en el suelo y en una zona de cinco metros de radio salieron gruesas esquirlas de roca empalando a todos los enemigos.

Con un par de giros rápidos de muñeca, Keiki hizo que Hasu se moviera de nuevo y saltara dando una voltereta. La marioneta aterrizó dando un súbito golpe repetidamente en el suelo causando otra oleada de esquirlas bajo aquellos seres.

- No dejan de aparecer más. - dijo con el aliento un poco entrecortado, aunque aún le quedaban fuerzas – Deberíamos buscar el origen de esas cosas antes de que agotemos nuestro chakra.

Asiento ligeramente con la cabeza ante el comentario de Gishiro, cuando llega mi lado, ambos vimos un borrón acercándose hacia nosotros, cuando estuvo lo suficientemente cerca, podíamos distinguir que era Saya, pasaba por encima de nosotros para continuar su recorrido en dirección a la aldea.
- Había escuchado que él era rápido, ahora que lo veo de primera mano, es increíble -

Ambos nos volteamos a ver si venían mas compañeros, pero no era el caso.
- Pues será que nosotros tres demos el aviso -
Sigo dirigiéndome a la aldea, en compañía de Gishiro.

Vaya, el plan no va a funcionar. Quizás debería de irme acercando a los ruidos de la pelea previa, tampoco me quiero separar demasiado ni darles chakra. Pero si estoy sola puedo pelear sin reservas. hora de probar realmente la resistencia de esas cosas.

Coloco mis manos en el suelo y hago a la piedra salir disparada en todas direcciones, levantando los árboles y tirándolos sobre sus cabezas, de forma tal que cuando colisionan con ellos, ya no llevan chakra que puedan robarme.

Tu marioneta salta, gira y golpea con la precisión que marcan tus manos. 

Los hilos de chakra mueven a Haku a la perfección y logras golpear sin problemas creando grandes agujeros en el suelo, lo que neutraliza a decenas de enemigos en un instante sin dificultad. Estos caen al suelo deshechos, aunque notas como si su composición fuera algo más espesa tras aquellos ataques.

Tu voz se alza por encima del ruido de la batalla y miras a tus compañeros para saber su respuesta. Pero algo llama tu atención... 

Sobre vuestras cabeza, en lo la copa de uno de los árboles.

Su vestimenta es completamente blanca y, desde la distancia, no pareces ver un protector ninja o algo parecido... Solo reconoces lo que parece una katana y lo que parece una especie de casco...

-¡Keiki!

Escuchaste de pronto que te llamaban tus compañeros.

Les miras durante un segundo y, cuando vuelves a mirar hacia el árbol, no ves a ese individuo. 

-¡Keiki! ¿Estás bien? 

Ambos seguís avanzando y, aunque miráis hacia atrás, no veis a vuestros compañeros por ningún lado. Pero ni siquiera podéis seguir el ritmo de Saya.

Aún así avanzáis sin problemas hasta que llegáis a la puerta norte de la ciudad. Allí, mientras os detenéis un momento en la rama de un árbol, veis a aquellos extraños humanoides acercándose a la aldea. Podéis ver a varios ninjas, sobre la muralla, moviéndose y dando algunas indicaciones, tras lo cual veis como empiezan a cerrar el gran portón principal. 

Ante ellas veis a decenas y decenas y decenas de aquellas cosas que, como habéis visto, avanzan con calma, como si no les importase aquella puerta. 

Mueves tus manos y haces que la tierra tiemble y se levante bajos sus pies, haciendo que los árboles de tu alrededor caigan sobre ellos. 

Y, cada una de las ramas y ramas, les atraviesan de forma inofensiva, como si en realidad no estuvieran allí. De tal forma tu ataque no surte el menor efecto sobre ellos.

Lo que sí ves es que, al haber creado aperturas en el suelo y grietas, su forma de moverse se hace un poco más lenta, aunque en verdad no parece afectarles demasiado, ya que sus movimientos no se ralentizan de forma significativa. 

Por lo que parece, no tienen forma física, y sólo el chakra les afecta, pero a su vez parecen retenerlo, no entiendo muy bien el propósito. Sigo teniendo la impresión de que tienen que ver con el elemento tierra. ¿Y si...?

Esta vez uso mi técnica para hacer que unas piedras emerjan de debajo de uno de ellos y le lancen por los aires. Lo siguiente es ver que pasa si dejan de tocar el suelo ¿Estarán vinculados a la tierra?

El ritmo de Saya era mas rápido que el nuestro, pero logramos llegamos cerca del portón principal de la aldea, la cual ya estaba siendo cerrada, pero aquellos entes oscuros la traspasaban sin problema alguno.
- Llegamos un poco tarde, pero todavía podemos hacer algo -

Bajo del árbol para ponerme unos pasos por delante de Gishiro, de cuclillas y dándole la espalda, giro ligeramente la cabeza para poder verlo de reojo, doy un par de palmadas a mi espalda y llevo mis manos atrás, con las palmas abiertas hacia arriba, tomando una postura como si cargara o fuera a cargar un peso sobre mi espalda.

Al llegar y ver que la puerta estaba siendo cerrada sintió como su pulso empezaba a incrementar, lo primero en lo que pensó es que deberían escalar dirigiendo el chakra a sus pies para no arriesgar a la aldea pero Yasion tuvo otra idea.

Yasion se bajó del árbol y se puso de espaldas con las manos extendidas, al inicio Gishiro no capto pero en seguida se dio cuenta “¡¿Qué?!!” – Yasion enserio cree que sea… ¿necesario? osea…- no podían perder tiempo, sus ojos se dirigieron a la puerta y luego a Yasion y tras un pequeño momento de duda acepto – Agh!, está bien… - dijo subiéndose a su espalda.

Pruebas otra estrategia.

Decides concentrar tu chakra en el suelo y alzas las rocas que hay debajo de ellos.

Casi de inmediato notas como "tiran" de esa energía para absorberla, aunque logras aguantar lo suficiente para alzarlos un par de metros en el aire. Te fijas y no parece ver nada raro en ellos al estar en el aire. Ni siquiera cuando dejas de aplicar Chakra en la roca y esta empieza a caer, ellos se quedan un segundo en el aire... Y tampoco ves nada raro ni que te llame la atención. 

Las rocas caen, y ellos también.

Te fijas en que no chocan contra el suelo exactamente... Es como si lanzaras masa de pan contra una mesa desde cierta altura: que su forma se aplana un poco. Pues aquellas cosas, al llegar a la tierra, se deforman de la misma forma y su aspecto adquiere un aspecto como si estuvieran de rodillas, aunque en verdad las piernas se han convertido en una sola masa oscura. Algunos de ellos incluso han caído hacia delante, cayendo en toda su longitud. 

A los segundos ves que se ponen de pie y te fijas en que sus cuerpos cambian, sobre todos los que terminaron tumbados. Su cabeza se empieza a encoger y empieza a aparecerles un bulto en la espalda. Así, se van levantando hacia arriba pero los brazos se fusionan con el cuerpo y toda la masa parece formar unas nuevas piernas justo donde debería estar el estómago. De esta forma, como si su cuerpo fuera masa, se van poniendo de pie ajustando las medidas a la necesidad, hasta que todos terminan en pie. 

Yasion le hace un gesto a su compañero para subirle a la espalda, el cual, tras algunas dudas, lo hace.

El ninja acumula casi toda su fuerza en las piernas y pega un gran impulso que los eleva a ambos por encima de la muralla. 

Con aquella velocidad, podéis ver como decenas y decenas y decenas de enemigos oscuros cruzan las puertas de la villa como si tal cosa, como si fueran intangibles. 

Debido al impulso, y dado que las manos de Yasion sujetaban a su compañero, no pudo sujetar su capucha, la cual se retiró del rostro del ninja, haciendo que el sol incidiera sobre su rostro. La piel, poco a poco, empezó a enrojecerse y a salirle algunas ronchas. 

Aún con el dolor de aquellas pequeñas heridas, pudo mantener el equilibrio y aterrizar sin problemas al otro lado de la muralla, dentro de la aldea.

Allí veis como los aldeanos gritan y corren, asustados. 

Algunos ninjas están indicando a los aldeanos que se retiren a las partes más centrales de la aldea, mientras que otros están intentando contener el avance con ataques físicos. 

El viaje con tu compañero no era lo que te esperabas en aquel momento, cuando habría sido mucho más sencillo aplicar chakra en la planta de los pies y simplemente subir por la muralla... 

Aún así, desde aquella altura, pudiste aprovechar.

A las puertas de la aldea pudiste contar a unos cien enemigos oscuros, pero entre todos ellos destaca una figura blanca.

Solo necesitaste unos instantes para enfocar tus ojos y ver que se trataba de un hombre de unos dos metros de altura, vestido por completo de blanco y con una katana en un costado. 

Estaba allí, entre aquellas cosas, mirando hacia la aldea.

Todas aquellas sombras caminaban a su alrededor como si no estuviera, y él no parecía preocupado ni nada parecido. 

Los ataques a distancia no terminan de funcionar. realmente, no son criaturas orgánicas, sino masas que sólo pueden ser afectadas con chakra. Aprovecho la distancia para irme reuniendo y huyendo al lugar donde está la pelea principal, no sin antes seguir experimentando. Esta vez, fuego. Pero no una creado con chakra, aprovecho para quemar un pequeño árbol y luego hacerlo caer sobre una de esas cosas. La cantidad de energía es mínima... pero el fuego sigue siendo muy real.

Durante el salto para pasar por encima de la muralla, se retiro la capucha que tenia puesta, dejando al descubierto mi cabello y parte de la cara a los rayos de sol, soltando un leve gruñido por el dolor que sentía en el rostro.

Cuando finalmente logramos aterrizar al otro lado de la muralla, todavía dándole la espalda a Gishiro, paso rápidamente una mano por mi cara y con la otra mano pongo la capucha en su lugar.

La tirada es con la intención de que el enrojecimiento y las ronchas no resulten desagradables a la vista.

Cuando pasábamos por la muralla Gishiro logro ver una figura blanca de pie entre las criaturas, estaba quieto observando la muralla mientras esas cosas lo rodeaban y seguían adelante cuando volvió a ver hacia la muralla Yasion se había quitado la capucha y podía ver de reojo como la piel se le iba enrojeciendo.

Ya dentro de la aldea Gishiro se bajó de la espalda de Yasion dispuesto a curarle las heridas de la piel “de todos modos no es tanto” pero el chico se dio la vuela y se volvió a cubrir el rostro así que Gishiro le dio su espacio.

-¿Viste a aquel hombre en medio de las criaturas? no parecía de la aldea, estaba en medio de esa criaturas observando como avanzaban

Mientras estaba reacomodando la capucha, Gishiro pregunta:

- ¿Viste a aquel hombre en medio de las criaturas? -

- ¿Había alguien entre las criaturas? -, dando media vuelta, niego con la cabeza a la pregunta de Gishiro, para luego hacer un rápido encogimiento de hombros, levantando una sola palma de la mano.

Tenías la idea de prender un pequeño árbol y dejarlo caer sobre una de esas cosas.

No sabías si les afectaría, si les dañaría o si serían tan vulnerables al fuego que las llamas se propagarían entre todos ellos y quemarían todo el bosque... Tenías claro que no querías prender con chakra, ¿pero entonces con qué?

No tenías una yesca y pedernal... 

Mientras piensas en una forma de hacerlo, por el rabillo del ojo te parece ver algo...

Al girarte para mirar ves que, entre la marea de cosas oscuras, parece haber algo blanco... Algo blanco que parece pasar entre aquellas criaturas sin ningún tipo de problema... Si quieres saber de qué se trata, deberías acercarte más.