Partida Rol por web

Mientras los dos ninjas hablan sobre lo ocurrido, ven como los aldeanos se siguen retirando hacia la parte interior de la villa.

En la distancia pueden ver como, sin el menor problema, aquellas cosas oscuras atraviesan la puerta principal.

Algunos ninjas, viendo lo que ocurría, deciden lanzarse al ataque con diferentes ataques físicos, técnicas y sellos explosivos.

Nada, no consigo hacerlo sin usar chakra en una cantidad razonable. Maldita sea, tendré que pensar otra cosa. Espera ¿Qué es eso? Una trampa quizás... pero si consigo más información de como funcionan esas cosas, mejor.

Intento acercarme a ver de que se trata, intentando llamar poco la atención. posiblemente sea futil, pero merece la pena intentarlo.

- ¿Sera que se trate de algún tipo de distracción para infiltrarse en la aldea? -

Dejando de lado la breve "conversación" con Ghishiro, subo a un edificio que tuviera cerca para poder ver el panorama desde arriba, buscando si en alguna otra parte de la muralla estaba siendo invadida por los entes oscuros y que no estuviesen siendo neutralizados.

Sólo durante una fracción de segundo, la joven atisbó a ver a alguien. “¿Será el causante de todo esto?” Sin embargo, en cuanto Keiki se gira un instante para mirar a sus compañeros, parece haber desaparecido. Sin duda, aquel hombre era rápido, mucho más de lo que podría imaginar o tal vez lo habría imaginado. Algo aturdida y tratando de ordenar sus pensamientos, la kunoichi se concentró un instante tratando de detectar alguna presencia en los alrededores. A continuación, se giró de nuevo hacia sus compañeros mientras movía de nuevo a su marioneta.

- Creo... Creo que he visto a alguien. - dijo aún algo confundida – Puede que esto sólo sea un señuelo para distraernos mientras atacan la villa. Deberíamos volver. Si estas cosas llegan al perímetro, hemos comprobado que podemos despacharlas sin problemas.

Dejas de lado la idea del fuego y te centras en lo blanco que has visto por el rabillo del ojo.

Flexionas un poco las piernas y te dispones a andar de puntillas para no llamar la atención entre decenas y decenas de seres negros, siendo tú la única mota de color. Pero... ¿Hacia dónde vas? 

Por lo que crees, has visto algo a tu alrededor, pero no tienes claro hacia dónde se ha movido... Si permanece quieto en algún punto... O si solo era tu imaginación jugándote una mala pasada... Si había algo, tal vez ha seguido el movimiento de aquellas cosas y se dirige hacia la aldea... Aunque a lo mejor es todo lo contrario y retrocede...

¿Qué hacer?

Sin tiempo a añadir mucho más, ves que tu compañero salta de nuevo.

Pero, en aquella ocasión, su objetivo no es la muralla, sino de algunas de las casas cercanas para tener mejor perspectiva de lo que ocurría. Si su compañero quería, podría comunicarse con él solo alzando un poco la voz.

Mientras, aquellas cosas siguen entrando en la villa y avanzando por sus calles...

Sobre aquel edificio puedes ver que aquellas cosas no solo están atravesando la puerta como si tal cosas, sino que también atraviesan la parte de la muralla más próxima a la entrada.

De esta forma no parecía afectarles la madera de la puerta, ni la roca con la que se habían formado las murallas. 

Por lo que ves, solo están "entrando" por aquella zona norte de la villa.

Tus compañeros seguían luchando contra aquellas cosas y, a pesar de los ataques, todos comprobáis que los únicos capaces de dañarles, son los que están imbuidos en chakra.

-Saya ya habrá llegado a la villa -dice tu compañera tomándose un momento para respirar-. Si han llegado a la villa, ya estarán al tanto... 

Después parece darse cuenta de algo que has dicho y su rostro se frunce:

-¿Dónde demonios está el Hyuga? -pregunta, claramente cabreada-. ¿Seguro que has visto algo? ¿En qué dirección? ¿Crees que podrías comprobarlo? -de una patada hace que salten esquirlas de roca del suelo y que atraviesen a varias de aquellas cosas como si fueran mantequilla.

Mientras estás allí cierras los ojos e intentas concentrarte...

Sin problemas detectas las fuentes de chakra que salen de tus compañeros, pero expandes tus sentidos más allá de aquel claro... Y no detectas nada... 

Espera... Hay algo... A unos cincuenta metros... Pero es demasiado pequeño... Una presencia muy débil... ¿Sería eso? 

Intento buscar las huellas que haya podido dejar esa cosa. Realmente no es mi fuerte, pero unas mínimas habilidades tengo. Por suerte, parece que los humanoides apenas dejan rastro, con lo que tengo una posibilidad, remota pero la tengo...

Los entes oscuros continuaban su avance al interior de la aldea, atravesando el portón y la muralla sin problemas, lo único que parecía detenerlos era enfrentarlos directamente.

Desplazándome por encima de los edificios, me acerco al portón, cuando me encuentre lo suficientemente cerca, lanzarme en medio de las criaturas mientras canalizo chakra en la pierna, haciendo que se concentre agua alrededor de la pierna, cuando este a rango, realizar una patada giratoria, extendiendo el agua da la pierna como si de un pequeño látigo se tratara, tratando de golpear a todos los entes posibles.

Al escuchar a su compañera, Keiki asintió. Tenía razón, varios ninjas de la aldea ya habían salido a avisar. Ahora, su deber era terminar con aquella amenaza en la mayor medida posible. Debía concentrarse en la presencia que había logrado detectar.

- Creo que tengo algo. - dijo concentrándose para no perder la localización de aquella pequeña fuente de chakra. - Voy a comprobarlo.

Con un rápido gesto, colocó a Hasu junto a ella y se desplazó en dirección a lo que esperaba fuera el causante de todo esto. Fue saltando de árbol en árbol tratando de hacer el menor ruido posible y ocultando su propio chakra para no ser detectada. La sorpresa era una de sus principales ventajas.

Miras al suelo, a los árboles, a cualquier dirección que pueda indicarte alguna pista... Algún rastro... Pero con todas aquellas cosas caminando, te fue imposible encontrar nada...

Y sin embargo... Allí había algo...

Tuviste una sensación... Un presentimiento... Un instinto... Como si alguien te estuviera observando... Como si algo te vigilara... 

Lograste mantener la calma y hacer que tu corazón se calmase, controlando sus latidos. Así, poco a poco, empezaste a concentrarte en aquella sensación... Y, poco a poco, aquel instinto se convirtió en certeza: había algo, o alguien, detrás de ti. 

No sabrías decir la distancia exacta, pero sentías como si te observaran por la espalda. 

Sin perder un segundo, Yasion empieza a saltar por encima de las casas, esquivando a los pobres ciudadanos que corren aterrorizados, hasta que logra llegar a la puerta principal.

Con una gran destreza salta mientras el chakra se acumula en una de su pierna, cubriéndola de agua

Cae en medio de aquellas cosas sobre la otra pierna y, girando como una peonza, lo que hace que el agua se extienda y logre afectar a varios de aquellos enemigos, los cuales caen deshechos sin la menor resistencia.

Pero aún así, siguen entrando más y más... 

Siguiendo las indicaciones de tus compañeros, les dejas atrás mientras sigues aquella extraña presencia que crees haber detectado.

Con cierta torpeza, aunque sin llegar a caerte, empiezas a desplazarte por encima de los árboles con cierta rapidez, mientras dejas en el suelo a decenas y decenas de aquellas cosas. ¡Estaban por todas partes! Apenas lograbas ver el suelo... Pero eso no fue un problema gracias a los árboles.

Y así, tras seguir aquel pequeño rastro, llegas a una zona relativamente despejada del bosque. 

Los árboles estaban algo más separados allí, de manera que te detienes. Seguir avanzando por las ramas podría costar algo más*. 

Y mientras te fijas en este detalle, ves a aquellas cosas negras, avanzando, y entre todas ellas, quieto, sentado sobre lo que parece una roca, ves a un hombre.

Parecía de complexión delgada, vestido por entero de blanco y con una Katana en su cadera.

Aunque lo que más te llamó la atención es que tenía una marca negra en la garganta.

Las criaturas pasaban a su lado sin inmutarse, y él tampoco parecía prestarles demasiada atención.

No sin esfuerzo, Keiki logró encontrar al desconocido que había visto durante tan solo un instante. Aquello parecía de lo más extraño. Permanecía sentado en mitad de aquellas cosas como si no existieran. La chica estaba segura de que él tenía que estar implicado de alguna forma en su aparición.

Se mantuvo en la misma posición, alerta. Preferiría no entablar combate ella sola pero si iba en busca de refuerzos, se arriesgaba a perder el rastro del extraño. Quería saber qué era lo que aquel hombre estaba haciendo en mitad del bosque. Si hacía algún movimiento extraño, estaría preparada.

Esa sensación inminente de que algo te acecha, ese momento antes de la lucha esta ahí. Inspiro profundamente, intentando controlarme. Debo de hacer algo.

Si me giro se dará cuenta, aunque hago movimientos cuidadosos para intentar que no se quede en un punto ciego sino que tenga que moverse  de mi campo visyal, mientras simulo explorar el terreno. En realidad concentro mi mente en busca de chakra, algo acabaré encontrando

Yasion intentaba hacer frente a las criaturas pero era inútil, por muchas que eliminara no paraban de llegar y sus muertes no parecían afectarles. Aquel hombre entre las filas tenía algo raro, tenía algo que ver con las criaturas y tenían que averiguarlo.

-Yasion tenemos que buscar a algún Jounin, si intento atacar a esas criaturas no hare más que alimentarlas con mi chakra, cúbreme.

Paso corriendo por al lado de su compañero confiando en que este lo seguiría y mientras avanzaba intentaba encontrar a algún compañero shinobi con su byakugan

Gishiro pasa corriendo a mi lado, dirigiéndose a la multitud de entes oscuros que estaban invadiendo la aldea.
- Parece que tienes algo en mente, intentémoslo -

Lanzo dos shurikens acumulando chakra en ellos, cubriéndolos de agua, ahora eran shurikens de agua ligeramente mas grandes, ambos ataques dirigidos a los invasores oscuros que estuvieran delante, intentando dejar un camino relativamente despejado para que avance Gishiro, mientras yo lo sigo.