Partida Rol por web

- Jo papi no puede ver mis notas - la niña se puso un poco triste pero tan obediente como de costumbre se colocó mejor la mochila y de la cocina se encaminó a subir las escaleras, sus piernitas subían escalón a escalón, ayudada por la baranda.

Ya en el piso superior pasó por delante del cuarto de su hermano Marcos y también un cuarto de baño, después de estos estaba su habitación.

La habitación de Bea tenía la pared de color azul cielo y los detalles, como los marcos de las puertas y ventanas o los rodapies, en donde tiene la cama hay un dibujo en la pared, un fondo amarillo con dos peces uno azul oscuro y otro en rojo.
Nada más entrar hay una especie de entradita, donde se encuentra una percha en azul más oscuro en un rincón y a la derecha hay unas cajas transparentes con dibujos en tonos azul cielo (como la pared) y azul oscuro (como casi toda la decoración), una silla cuelga desde el techo sin llegar a tocar el suelo.
Bea se adentró un poco más pasando por la entradita y siguió mirando el cuarto, se quedó parada en el hueco contruido en la pared para pasar de una parte a la otra, miró hacia la izquierda donde una comoda en color azul oscuro con cajones azul cielo y pomos color oscuro, encima de la cual se posan varios juguetes y una pecera vacía mami dice que cuando sea más repondable me compra un pez justo en frente puede ver una mesita con cuatro sillitas con las patas más gorditas por la base al igual que ocurre con la mesa. Encima de la mesa también hay unos juguetitos y un peluche de cangrejo mi canguejito la pequeña agarró el peluche, a la izquierda estaba la cama con la colcha del mismo color y dibujo que las cortinas, encima de la cual también había peluches de peces. Bea soltó al cangrejo en la cama y miró al escritorio colgó la mochila en el lateral del pupitre y sacó todos sus libros colocándolos con cuidado en los cajones - se acabó el cole - gritó la chica con entusiasmo.

Al escuchar a la madre el recordatorio sobre el horario de trabajo de su padre, Marcos subió a toda prisa. Giró a la derecha rápidamente, ya que su cuarto estaba el primero en el pasillo. Abrió la puerta y tiró la mochila para poder bajar a toda prisa de modo que la pequeña Bea no se apoderase del mando de la televisión, ya que de esa manera habría discusión segura y se quedaría sin ver lo que quería.

Sin embargo antes de bajar lo pensó casi de casualidad, a pesar de haber escuchado la advertencia de la madre, y colocó la mochila en su sitio.

Al bajar se cruzó con Bea, que iba a paso de tortuga, y le sonrió jactándose de que iba a llegar primero.

Se sentó, buscó el mando y encendió la tele.

-¿Que vamos a merendar?¿Falta mucho?- preguntó mientras pasaba los canales y esperaba ansioso la merienda.

Una vez terminas de colocar los libros del colegio en sus correspondientes cajones, gritas de entusiasmo que el colegio ha finalizado, te dispones a salir de nuevo del cuarto para ir a merendar abajo...pero... una última mirada al escritorio te hace ver algo que pasaste por alto al entrar...hay algo sobre la mesita...parece una especie de panfleto...

El folleto en cuestión consta de dos partes, la portada, en la cual aparece la mascota del grupo Peña Joven, un canguro llamado Roy, y pone: “Peña Joven 2007, más que un campamento”. La parte trasera del folleto incluye las actividades que se realizarán durante el mismo: “Acamparemos al aire libre en tiendas”, “Nos meteremos al rio”, “Contaremos historias junto a la hoguera”, “Y haremos muchísimas más cosas”, “Ven con nosotros y vive la aventura”.

Vaya...parece que alguien se va de campamento...pero ¿quién se va de campamento? , ¿la pequeña Bea se va de campamento?...

Gracias a tu astucia y agilidad, consigues cumplir las órdenes de mamá en un periquete, siendo el primero en llegar al salón.

El mando ya estaba entre tus manos, ya no tendrías que aguantar esos estúpidos programas de pitufos que veía la mocosa tan entusiasmada.

Al poco tiempo aparece tu madre con un bocadillo, un yogurth y un vasito de zumo.

-Ya va, ya va...ai hijo mío, que prisas tienes, me pones de los nervios.

Para desgracia tuya, ves como mamá deja esa merienda al otro lado de la mesita de la sala.

-Vete cogiendo tu merienda, que está en la cocina, esta es la de tu hermana.

Marcos se levanta protestando del sofá para dirigirse a la cocina. Tras mirar por todos lados coge su parte de la merienda y se dirige lo más rápido posible de vuelta al salon, dejando restos de zumo caer al suelo por la velocidad.
Espera llegar y encontrarse su sitio tal como estaba, y el mando en el mismo sitio.

Bea mira de nuevo el papel ¿mami me quiere llevar al cam..pa..mento? Pero... yo... la niña no sabe como reaccionar ante la nueva idea, parece que es un sitio muy bonito y donde se pueden hacer muchas cosas y el folleto es muy llamativo con ese peluche como los que a ella tanto le gustan de mascota, pero por otro lado, su mami no estará con ella y va a ir sola... Bea agarra el folio y va en busca de su madre.

Mientras Marcos ve la tele tirado en el sofá y merendando, Bea aparece en la sala, con los ojos un tanto llorosos...lleva en la mano un papel de muchos colorines...

Mamá la mira al pasar por allí y dice:

-Vaya, veo que ya has visto lo que te había dejado en la mesita hija mía, espero que te haya gustado, es tu regalo por las buenas notas, y tu Marcos también irás con ella.

Marcos no sabe a que se refiere su madre...ni sabe que es eso que tiene su hermana en la mano...

Marcos no tarda en arrebatar el folleto a su hermana.

El folleto en cuestión consta de dos partes, la portada, en la cual aparece la mascota del grupo Peña Joven, un canguro llamado Roy, y pone: “Peña Joven 2007, más que un campamento”. La parte trasera del folleto incluye las actividades que se realizarán durante el mismo: “Acamparemos al aire libre en tiendas”, “Nos meteremos al rio”, “Contaremos historias junto a la hoguera”, “Y haremos muchísimas más cosas”, “Ven con nosotros y vive la aventura”.

- Si mano, nos quieren lleva a un camento de verano - decía Bea tirando de la manga de la camisa de Marcos. - Mami, yo no quiero - la pequeña se tiró a las piernas de su madre intentando que esta entrara en razón.

-¡Yo lo decía de broma lo de que se fuese de campamento!- Dijo al principio, pensando que se trataba de una especie de castigo por haberle dicho aquello a la pequeña Bea. -Pero si ni siquiera pone nada de fútbol y seguro que ni nos dejan ver la tele-

Mientras merendaba, iba pensando en la idea, y lo cierto era que cada vez le gustaba más. Estría fuera de los ojos de sus padres y podría hacer muchas cosas. Incluso podía intentar convencer a algún amigo para que intentase ir. PEro había algo que no le cuadraba. -De acuerdo mami, ¡Pero no estaré todo el día cuidando de Bea!-

-Bueno bueno, tampoco te pido que estés todo el día pendiente de ella, Marcos, pero tenéis que cuidar el uno del otro...podríais ser un poco más buenos hermanos...aiii, estos hijos...

Mamá os deja solos en la sala con vuestras meriendas, el folleto del campamento y vuestros pensamientos...

- Pues yo no quiero ir... - pero Bea sabía que en cuanto a mamá se le metiese algo en la cabeza no podía evitarlo y la niña lo haría con tal de no hacerla enfadar. - ¿es divertido...? Tienen un coejo de peluche... - la pequeña pensaba que el muñeco del folleto era un conejo siendo en realidad un canguro. - Mami, ¿cando vamos? - Bea gritó a su madre para hacerse oir.

Mamá contesta a la pequeña Bea desde la cocina, mientras ésta permanece dándole vueltas a todo con el folleto en la mano.

-Pues claro que será divertido hija mia, os marcháis el viernes por la mañana, asi que entre hoy y mañana tendréis que hacer las mochilas.

Allí estaban ellos, pequeños futuros campistas, a quienes no se les había preguntado ni tomado en cuenta sus opiniones...y ahora se les informaba de que partirían en dos dias.

A Bea cada vez le iba emocionando más la idea, subió de nuevo a su cuarto y desde arriba gritó - Mami, ¿dóne está la maleta? - preguntó mientra miraba debajo de la camita.

Marcos, despues de ver un largo rato la televisión, sube a su cuarto, agarra la mochila del colegio, la abre y la agita, dejando caer su contenido sobre la cama. Prefería que hiciese su madre las cosas, pero sabia que si al menos se encargaba el de la mochila podría meter cosas que ésta no la dejaría.

Introdujo algunas cosas inútiles que veia... tapones de corcho, gomas elásticas, un cuello de botella de plástico, tirachinas, algunos cromos.. y por supuesto, su balón. Seguramente allí no podría ver la tele, pero el balón no se lo dejaba atrás. Encima de todo esto, para que no se viese nada, colocó el pijama y sobre este, la pasta y el cepillo de dientes, para disimular.

Despues de todo esto, bajó. -Mamá he metido mis cosas en la mochila, tu me preparas la ropa y lo demás ¿No?- Tras la respuesta, va decidido a ver de nuevo la tele, mientras piensa que más puede llevarse.

Entre merendar y recolectar innumerables objetos para vuestro equipaje, se os había pasado la tarde casi sin daros cuenta, el sol se había ido ocultando poco a poco y las luces de las farolas se acababan de encender.

Sonó un portazo y se escuchó una voz muy familiar por toda la casa.

-¡Ya estoy en casa!

¡Era papá! acababa de llegar del trabajo. Tras dar un beso a mamá, que estaba sacando los platos y cubiertos para la cena, se encamina a su cuarto, situado en la planta baja de la casa, para cambiarse de ropa.

-¡Papá!- Dice Marcos corriendo hasta la puerta -¡He dejado a mis amigos con la boca abierta en una jugada! ¿Sabes? ¡Nos vamos de campamento! - Dice fingiendo ilusión.

Bea baja de su habitación todo lo rápido posible y corre con su papá, que la coge en brazos para darle un beso. - Papi, el mano y yo nos vamos de capamento - dice la niña muy contenta, su ánimo iba aumentando amedida que pasaba el día. - Mira mis notas... - dijo enseñándole un papel - las monjas tan muy contentas - después de saludar al papi se fue a ver la tele.