Partida Rol por web

-Espera. Por favor.... espera. ¿Qué ocurre, Conrad...? No hace más de una hora o dos que nos conocemos, pero hemos sintonizado lo suficiente, creo, como para darme cuenta de que no estoy ante el hombre relajado, el de cada día. Algo te ha molestado, o quizá... no sé, algo relacionado con Manuel, o con su establecimiento... y conmigo. Sé que... -Vic baja la mirada y se muerse el labio, sopesando las palabras.- ...bueno, que esperabas tener una velada agradable conmigo, pero no hablando de leyendas y tesoros, me doy cuenta. Pero lo que me extraña... es que es precisamente eso, las leyendas y el libro, lo que te ha... cambiado. No la perspectiva de perder una noche conmigo, que no la has perdido, aunque puede que no sea ésta. Me... atraes, la verdad, te encuentro agradable, culto, divertido. Y misterioso. ¿Por qué...?

jared sonríe ante la pregunta de dante...

- en este momento mi objetivo es esperar que llegue el resto de la tripulación y proponer una partida de cartas...

a continuación se sienta, saca una revista del corazón intergaláctico y empieza a ¿leer?

-Yo.. o sea.. eh..- apenas habías empezado a hablar, Conrad se había vuelto con un gesto duro en el semblante, pero ahora boquea con la boca abierta. Respira hondo. -Mira. Yo creía que nos íbamos por ahí a tomar algo, cenar, bailar, ya sabes y que esto era una parada para hacer compras. ¿Que te gustan las antigüedades? Pues genial; pero vamos, que si llego a saber que después te ibas a marchar, te doy la dirección y ya nos vemos otro día. Que yo estaba pasándomelo bien en plan relajado, que es mi noche libre.-

No ha dejado de caminar, aunque más despacio y sin quitarle la cara, pero claramente con ganas de llegar al coche, cuya puerta te abre.

-Está bien. Espera. Voy a ver si lo arreglo.

Vic saca su comunicador, y marca el número de Dex. Cuando éste responde le habla rápido y sin pausa, diciéndole que acaba de salir del establecimiento de Antigüedades de Manuel, en la calle tal, y situando su paradero. Le dice también que está con el Capitán Conrad Burke, y que se va a ir con él a cenar, que por tanto no estará ahí en el tiempo convenido. Pero que el capitán seguro que la puede llevar a la Emperatriz después de la cena en su coche. Y de paso le cuenta la adquisición del catálogo, y le dice que es una pena que ella no tenga los 6000 créditos que piden por el original, por que es una pieza de coleccionista.

Cuando haya acabado dejará pasar unos segundos esperando la respuesta de sus compañeros antes de encararse a Conrad y decirle...

El intercomunicador de Dex comienza a sonar. Se trata de Vic; habla rápido y sin pausa, diciéndole que acaba de salir del establecimiento de Antigüedades de Manuel, cuya dirección le dicta. Le dice también que está con el Capitán Conrad Burke y que se va a ir con él a cenar, que por tanto no estará ahí en el tiempo convenido. Pero que el capitán seguro que la puede llevar a la Emperatriz después de la cena en su coche. Y de paso le cuenta que ha adquirido la copia escaneada de un catálogo de la Sociedad del Octógono y que es una pena que ella no tenga los 6000 créditos que piden por el original, por que es una pieza de coleccionista.

Mientras, Viktor le mira interrogante.

-¡Hey, Vic! - responde a la llamada con confianza y desparpajo - Aha...mmmmm... - memoriza la dirección, aunque no le vea demasiado sentido si ella ya ha salido de allí - Así que a cenar, ¿eh? Me parece que eso ya ha pasado del trabajo al placer. - bromea riendo - ¿Un catálogo? ¿Esa gente vendía algo? - pregunta extrañado - 6000 créditos es una pasta. Si en la copia se ve clara la información que podamos necesitar, nos basta con eso. Digo yo. Pues nada, si capitán no te quiere comentar nada, te dejamos que sigas con lo tuyo y ya nos vemos en la nave. Ten ojo con Mister Galones. - a modo de despedida, chasquea la lengua a su interlocutora.

Antes de que ésta corte la comunicación, Dex ofrece el aparato a Viktor que, por la cara que pone, parece querer decir algo.

¡Hey, Vic! - responde a la llamada con confianza y desparpajo - Aha...mmmmm... Así que a cenar, ¿eh? Me parece que eso ya ha pasado del trabajo al placer. - bromea riendo - ¿Un catálogo? ¿Esa gente vendía algo? - pregunta extrañado - 6000 créditos es una pasta. Si en la copia se ve clara la información que podamos necesitar, nos basta con eso. Digo yo. Pues nada, si capitán no te quiere comentar nada, te dejamos que sigas con lo tuyo y ya nos vemos en la nave. Ten ojo con Mister Galones. - a modo de despedida, chasquea la lengua a su interlocutora antes de pasarle el teléfono a Viktor.

-Erm.. a ver, ¿qué es eso de los 6000 créditos?- Viktor escucha tu resumen con atención -Oh. Bueno, bueno, bueno. ¿Un original? Eh.. claro, siempre es mejor que una copia, claro. Incluso lo podríamos vender después, ¿verdad? Pero claro, claro, es mucho dinero, en eso tiene Dex razón. Eh.. bueno, mira, consultamos la copia y en base a eso lo decidimos, ¿OK? Quiero comentarlo con Dante. Pásalo bien.- y cuelga el comunicador.

-....Pues ya está. No me esperan ya en la cantina. Así que... a vivir la noche! ¿Dónde piensas llevarme a cenar, Mi Capitán...?

Y componiendo la más encantadora de sus sonrisas, Vic le guiña un ojo a Burke, y entra en su coche.

-Bueno, pues la señorita Jones puede que pase la noche fuera, así que lo mejor será que volvamos a la nave y contemos lo que tenemos, ¿de acuerdo?-

Así pues, apuráis las copas y os hacéis pedir un taxi para volver al astropuerto. De noche la polución parece disminuir o quizá simplemente, se ve menos..

Dante se gira hacia Jared al escuchar su descarada e irrespetuosa respuesta, aunque con una sonrisa. Medita un segundo su respuesta o quizá le está dando a Jared la oportunidad de meditar la suya propia. En cualquier caso, ambos son interrumpidos por la llegada de Dex y Viktor.

-¿Qué tal? Antes de que preguntéis, la señorita Jones puede que no vuelva a dormir esta noche.- le guiña un ojo a todos y da un pequeño codazo a Dex. -Parece que hizo una amistad interesante. En cualquier caso, parece que fruto de esta ha encontrado un libro.. sí, una de esas antiguallas de plástico impreso o algo así. Parece que el libro en cuestión perteneció a la Sociedad del Octógono, una especie de catálogo. Ha obtenido una copia digital, pero cree que podría ser útil tener el original.. claro que vale 6.000 créditos. ¡Parece un interesante tesoro! Me siento tentado, pero, ¿cómo andamos de finanzas, Dante?-

Incómodo como un Aslan ante un baño de agua jabonosa, Conrad cede y se sube al automóvil. Está algo silencioso y el trayecto lo dedica a escuchar tu parloteo sobre el paisaje y a explicarte que el restaurante, muy exclusivo, se encuentra en el astropuerto precisamente, en la zona VIP.

-Hay pocos sitios en esta ciudad que merezcan la pena si han sido creados por los nativos. Vienes conmigo, así que no creo que les importe que vistas de andar por casa, pero si quieres parara a comprar algo..- sugiere, aunque con falta de interés.

-¿Comprar algo...? No lo tenía previsto. ¿Te avergüenzo así, tal como voy? Lo digo en serio, si prefieres ir a un sitio más discreto, pues adelante. Yo me siento cómoda tal como estoy, incluso en un lugar... digamos "de lujo". Pero tú mandas. Te noto... tenso, Conrad. Vaya, que sigo notándote así. Estoy haciendo cuanto está en mi mano para compensar esa mala impresión que tuviste por mi interés en ese libro. Pero te sigo viendo taciturno. Incómodo. ¿Hay algo más...?

Le mira con una sonrisa franca, dándole espacio, cancha, y tiempo. Para que se sincere, si quiere. Si no lo hace, cambiará de tema, y tras la respuesta, seguirá hablando de temas relacionados con el planeta, las leyendas, y el Cerro del Crepúsculo, como si tal cosa, como una niña que acaba de leer un cuento, y está atrapada en él, sin darle ni una sola pista por la que él deduzca que en realidad sí va tras encontrarlo.

-Bueno… capitán. Eso es relativo. Yo acorde cierto salario con la tripulación, pero… visto lo visto, desconozco si usted ha hablado con ellos acerca de la forma de pago, bien sean créditos o bien maravillosos tesoros.- expresa Dietri en tono reflexivo dándole cierta jovialidad a las palabras.

A continuación acaricia su cabello de adelante a atrás de forma meditativa y prosigue su discurso:

-Es decir… hemos obtenido ganancias con esta primera transacción comercial, pero ya depende de usted en qué las invirtamos, capitán. Pagar sueldos, comprar suministros, nuevos libros, en gran medida a mí me es indiferente. Yo por el momento estaré satisfecho compartiendo una agradable partida de cartas con el señor Danks. Para por menores monetarios pongo a su disposición a mi secretaria-

Dante se levanta de su asiento y se dirige hacia uno de las máquinas refrigerantes en las que se guardan los suministros. En este caso, va hacia aquella que contiene las bebidas. En su camino se detiene frente a la joven chica para darle indicaciones formales.

-Señorita Berenice, atienda al capitán en todo lo que precise. Facilítele cuantas cifras y datos le requiera, eso sí, hágalo en privado que no sería cabal el enturbiar la sobremesa con… dichos temas. Muchas gracias.-

Ya junto al contenedor extrae una botella de licor estelar que observar meticuloso antes de otorgarle su aprobado. Tras ello procede a buscar dos vasos que llevar a la mesa. Uno de ellos es colocado frente a Jared y tras intercambiar una mirada que espera conformidad se dispone a servirle.

-¿Y a qué vamos a jugar?- pregunta Dante con sonrisa socarrona.

jared responde al tiempo que, con una mano, saca una baraja de cartas y comienza a barajarlas...

- poker texas holden, 10 créditos para jugar, sin reentradas... ¿quien más se apunta?

Tu actitud parece relajarle un poco, al menos lo suficiente para sonreir un poco antes de responder. -No, no te preocupes. Sólo ha sido un mal día.. eh, hasta ahora, claro. Es igual. Perdóname y disfrutemos de la noche.-

Conrad conduce hasta el lugar que ha elegido, optando esta vez por una conversación menos tensa en la que te va diciendo el origen de los edificios más interesantes y los detalles de la catástrofe que aún se ven en la ciudad.

-Un vaso y cartas para el tío Dex. No se me ocurre mejor manera de matar el tiempo y quemar la paga mientras esperamos a que Vic termine con lo suyo. - dice tomando asiento con una enorme sonrisa y frotándose las manos. - Bueno, sí, montando a cierta camarera sobre la barra, pero es mejor no volver por allí... - guiña un ojo con complicidad al capitán.

Berenice y el capitán Felsberg se miran un momento. Parecen incómodos, pero ella se pone firme y carraspea, mostrando su disposición a trabajar. El comentario chistoso sobre la camarera rompe el hielo y Viktor por fin sonríe para con un además caballeresco indicar a la secretaria el camino del puente de mando, donde discutir estos asuntos económicos mientras los demás reparten las cartas..