Partida Rol por web

El Concilio de los Cinco Clanes

Del Protectorado del Norte a Yellowstone

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04/03/2016, 23:27
Director

Desde las ventanas de sus habitaciones dentro del Protectorado, los primeros rayos del sol empezaron a colarse en cada recoveco.

El día anterior había sido largo y difícil, con un cierre que hubiera partido el alma a cualquiera.

El final de los guerreros, de los hijos de la madre, de los defensores de Gaia.

Pero hoy era otro día, uno en el que las jóvenes promesas como ustedes, despertaba listo para traer esperanza a un mundo lleno de corrupción, a un mundo que los necesitaba tanto como ustedes a él.

Gaia los llamaba.

Y el primer paso hacia ella se encontraba en Yellowstone.

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05/03/2016, 12:01
Tyler "Escudo-Incandescente" Jackson
Sólo para el director

Los primeros rayos de luminoso sol se filtran por la ventana. Hay mucha luz, demasiada, y por unos breves instantes, no se ni donde me encuentro. Esto no es mi habitación, no es mi casa, no es el bosque en el que convive el Círculo de Plata. Me encuentro en una amplia habitación de paredes blancas inmaculadas, con techos decorados y una gran lámpara de araña. Esta no es mi cama, es mucho más amplia, y con lujosas sábanas de seda.

Y no estoy sólo.

Estoy tumbado de costado, cubierto por la seda de la sábana y un par de mantas gruesas y cálidas. Pero lo más cálido de esta cama es lo que estrecho entre mis brazos, sintiendo en mis brazos el calor de su piel y esa inevitable sensación que recorre mi cuerpo cada vez que nos tocamos. Sus largos cabellos rubio platino brillan como nunca ante mis ojos, reflejando el brillo del sol del amanecer. No puedo creer que esté aquí con ella. No puedo creer... que siga pendiendo sobre nosotros el riesgo de perderla.

Rememoro el final del día de ayer. El funeral, nunca había asistido a algo así, nunca había sentido tal estremecimiento. Ese hombre, ese guerrero... destrozado, abatido, absolutamente vencido. Y aún así, a pesar de cargar con la muerte de aquellos a los que más amaba, lograba conservar un rastro de orgullo. Por ellos. Estoy seguro de que es así. Un ejemplo a seguir, aunque no se si muchos de los allí presentes lo verían así. No lo hizo por sí mismo, no fue un acto de ese tipo. Lo hizo por ellos, por honrar su memoria, por agradecer una vida a su lado y lamentar no haberles acompañado en el viaje. Debo reconocer que sentí deseos de llorar, cuando vi sus heridas desgarradas y oí el aullido que, con fuerza y decisión, surgió de su pecho. Mis ojos se enrojecieron, imaginando en aquel momento que me encontraba en esa misma situación, teniendo que lamentar el fallecimiento de mis hermanos. Sobrevivir a Alex, a Amber, a Will... sobrevivir a Jane. ¿Cómo soportaría algo así? No podría... Pero antes de sucumbir a la pena, comenzaron los aullidos, uniéndose a él. Y yo me atreví a unirme a ellos. Crecí a glabro, aún con Eve agarrada a mi brazo, y elevé mi rostro al cielo, descargando todo ese sentimiento en un largo aullido, que aún así terminó mucho antes que el suyo.

Después de eso, caminamos en silencio, regresando al edificio, este suntuoso palacio. Nadie nos llamó para informarnos de nuestro castigo. Nadie nos dio ninguna información acerca de cuándo debíamos partir a Yellowstone. Y nadie de la familia de Eve nos llamó para tratar... lo nuestro, en privado. Cuando la noche se adueñó del lugar, se nos informó de que contábamos con habitaciones individuales a nuestra disposición. Comimos algo antes, en una sala muy parecida a aquella en que esperamos al llegar, y entonces propuse a Eve acompañarla hasta su habitación antes de retirarme yo. Me sorprendió y alegró a partes iguales, cuando con gran vergüenza propuso que durmiéramos juntos.

Así lo hicimos. Ella se puso un precioso camisón azul, fino y sedoso. Yo, como no había traído pijama alguno, me metí en la cama en ropa interior. Nos abrazamos, estuvimos despiertos hasta tarde entre caricias y confidencias, hablando de cómo había ido el día, y de cómo veíamos lo que tenemos por delante. Y cuando el cansancio nos venció, nos besamos, un largo rato, antes de dormir.

Abrazados, tal como he despertado.

Con una princesa entre mis brazos, y el temor de perderla a lo largo del día.

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05/03/2016, 15:50
Alexander "Argumento-Justo" Van Der Höffen[C]
Sólo para el director

Apenas pudé contener mis lagrimas al presenciar como la Tribu honraba a sus muerto. Desde mi baja posición, tenia que hacer esfuerzos por entreveer los detalles, pero algo en el ambiente conseguia transmitirme una infinita tristeza. Por desgracia, tambien flotaba un sentimiento de tristeza y de vergüenza, en aquel lugar de honor y respeto.

Agaché la cabeza, cerrando los ojos, escuchando el rumor de las palabras de pesame como si fuese el breve oleaje del mar o el mismo llanto de los arboles al agitarse.

"¿Por qué estamos aquí? En esta colina descansan los huesos y los espiritús de nuestros antepasados... O de los antepasados de alguién... Tyler es adoptado. Will y Amber han sido criados por su abuelo o algo así. Jane solo tiene a su Madre... y yo he expulsado de mi lado a los mios."

La escena es impresionante, tocando directamente la fibra de mi alma.

"¿Quien me iba a decir que un grupo de universitarios sabelotodos iban a convertirse en mi familia?"

Como por ensalmo, Matthew se materializa cerca y empieza a presentarnos a todos los presentes, con su rango y su linaje. Usando, por supuesto, una discrección y un tono respetuoso que me hace mirarle para comprobar que nuestro estirado amigo no es una representación de mi Mentor.

- Malditos ingleses...- Rezongo entre dientes, para el cuello de mi camisa, con una sonrisa en los labios.

Cambio el peso de un pie a otro, al alcanzar a ver las honrosas parihuelas en las que los miembros de la Manada del Rey transportan a los caidos. Tengo que moverme un poco para reclamar un lugar desde el que ver algo mejor a los tres hombres y a la mujer que dierón su vida por Gaia y por la familia Harcourt.

Me sobresalté al comprobar que la mujer habia perdido un brazo en la lucha y, sin saber porque, la imagen de Aletheia, triste y medio desnuda en la oscuridad, limpiandosé las heridas se entremezcló con las airadas respuestas de Riley en su llegada al Túmulo de la Creación Infinita.

- Madre mia...- Una solitaria lagrima resbaló por mi mejilla antes de que pudiera limpiarla con el dorso de la mano y sorber un poco.

Cinco ancianos Garou se aproximarón a las tumbas recien abiertas, para presidir la ofrenda final de los presentes, incluidas las familias de Parientes. Con paso tranquilo y respetuoso, me escabullí con rápidez para acercarme a los nichos y presentar mis respetos a aquellos desconocidos a los que, por alguna ignota razón, consideraba parte de mi familia y de mismo.

Justo cuando volvia a esconderme entre las piernas de mi manada, sin percibir ni una sola mirada de reproche, me dí cuenta de que algo estaba alterando a los presente. Al darme cuenta, me volví y no pude por menos que abrir los ojos como platos.

- ¿Ese es...?- Pregunté. Y, como queriendo confirmarlo, Cynthia Batell dió un grito sobresaltado y se arrojó sobre el recien llegado, medio ayudando medio apartando al acompañante que le servia de muleta.

- James Batell...- Repetí como el eco de las palabras pronunciadas por alguien y repetidas por alguien más. El estremecimiento de Eve al aferrarse a Tyler o la subita flojera de Helen, firmemente sujeta por William me dió la razón.

"James Batell... Superviviente de la boda de la hermana de Helen... Joder..."

Noté un estremecimiento nervioso, cuando los peores presentimientos empezaron a hilvanarse a toda prisa en una caótica sucesión de malas ideas y de negras teorias. Afortunadamente, parecia estar demasiado afectado como para darse cuenta de nuestra presencia...

"O la señora Batell no ha tenido ocasión de ponerle al día..."

Mi pecho se sobresaltó al contemplar como una anciana mujer, probablemente la madre de los Batell o alguna figura paternal similar se arrojaba a sus pies, implorando que regresasé a su lecho. Sin embargo, James Batell permaneció inflexible y un reticiente y renovado sentimeinto de respeto creció en mi pecho, mientras lanzaba una mirada de soslayo a mis hermanos, preocupado por las implicaciones de aquella aparición.

James Batell se irguió en toda su estatura y cambió, reclamando su derecho a despedir a los que hubieron de formar parte de su manada y de su familia. Transformado en Crinos, con las heridas abiertas y los vendajes reventados y a medio desprender, el señor Batell tenia una estampa de trágica nobleza digna de las obras de Shakespeare.

"Maldito Libra-Esterlina..."

En forma de batalla, honrando a sus caidos, Batell aulló a la luna, modulando los tonos para arrancarme el miedo y el pesar, declarando a los cuatro vientos el honor y el respeto que sentía por los muertos.

"Solo Amber podría hacerlo... mejor."

Me avergonzé al instante de aquel desafortunado pensamiento y aullé con fuerza al cielo, como buenamente pude, sin hacer caso al sonido de mis ropas al desgarrarse y ceder al cambio de la forma Glabro. Hicé el esfuerzo de mantener el tono, ignorando el dolor de mi pecho en favor del deseo de transimitir mi respeto y mi pesame a todos los presentes.

Agotado, cambié de nuevo y volví a mi anodina forma humana, agachando la cabeza, no sabiendo muy bien que hacer o donde ir, mientras la reunión se dispersaba con lentitud, acercandosé a despedirse adecuadamente de la familia Batell. Rápida y discretamente, algunos de sus familiares recogieron el cuerpo del herido, cubriendolo pudicamente y devolviendolo hasta el lugar donde debía reposar.

- Me voy a dar un paseo... Nos vemos en un rato...

Notas de juego

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07/03/2016, 15:56
William Thomas Elliott "Guardian-del-Tiempo" [H]

Las antorchas van encendiéndose una tras otra cuando se oculta el sol, cediendo su lugar a Selene.

Mientras ascendemos a la colina, sostengo la mano de Helen, me gustaría poder explicarle todo, pero es el primer funeral de la Nación al que asisto, así que poco podría decirle. Me sorprendo aguantando la respiración a ratos, y mientras camino sobre la tierra, puedo sentir como algunos espíritus también se unen a esta despedida, los siento en aire, deslizándose entre nosotros, arremolinándose en torno a las antorchas y susurrando entre el crepitar del fuego, brotando de la tierra como una semilla al germinar, reclamándo en nombre de Gaia los espíritus de los caídos.

La llegada de aquel hombre vendado, herido profundamente en su cuerpo, pero mas profundamente aún en su espíritu, me llena de congoja, su dolor y su pena son tan hondos, tan intensos, que casi puedo sentirlos físicamente. Hasta que me llega su voz, firme, solida, de color aguamarina... y después en cuestión de segundos, todo se tiño de rojo, al brotar la sangre de sus heridas, y de nuevo ese profundo aguamarina, reclamando lo que le pertenece. Mientras, atraigo a Helen hacia mi, no estoy asustado, ni preocupado, pero temo que ella si pueda estarlo, trato de mostrar una expresión afable, pero no puedo, siento su dolor, su perdida, esto no debería haber pasado, nadie debería sobrevivir a los suyos, para pensar seguidamente con escasa convicción,  pero ahora Gaia te concede la posibilidad de vengarles.

Y es cuando comienza a aullar, cuando realmente siento su perdida. Cierro los ojos antes de dejar escapar unas lágrimas, miro entonces a Helen y tras besar su mejilla y soltar su mano, cambia mi cuerpo para poder honrar a los caídos, uniéndome al resto, en ese doloroso aullido, un aullido en el que se mezclan infinidad de colores, destacando sobre todos ellos, el aguamarina, hasta que poco a poco se van extinguiendo y solo queda él, para acabar apagándose en el rojo, cuando su cuerpo, exhausto, cae al suelo. Momento en el que yo también, recupero mi forma humana


Poco a poco nos vamos retirando a las habitaciones que nos han asignado, ¿cuántas habitaciones habrá para que quepa todo el mundo? Dudo durante unos segundos si Helen vendrá conmigo o si por el contrario acompañará a su tutor y a su prima. No llego a preguntarlo, tan solo bastan unas palabras para hacerme entender, - Helen tu...? cosa que agradezco.

Apenas hablo hasta que llegamos a la habitación, por temor a romper alguna norma de protocolo, y las breves palabras que intercambio con Helen, son en forma de susurros. Una vez dentro no puedo evitar sentirme entusiasmado, por nuestro triunfo, por los espíritus que pude sentir en el funeral, toda esa energía espiritual rodeándonos. Y a pesar de las circunstancias me muestro alegre. Me quito la camiseta para arrojarla a un rincón, dejando ver mi torso, aún en desarrollo,  y el fetiche de Helen, colgando sobre mi pecho. Antes de continuar desnudándome, me acerco a Helen para preguntarle, no se como estará después de ver al marido de su fallecida hermana, - Helen, ¿estas bien?, digo tomándole de la mano y acariciando su mejilla.

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07/03/2016, 17:57
Eve Rothchild

Sus ojos del color del cielo se abrieron poco a poco en largos parpadeos somnolientos que finalmente, terminaron dibujando una pequeña sonrisa en su rostro, uno que también ganó un ligero rubor a medida que la consciencia de la situación iba asomándose con mayor claridad.
Eve se quedo en silencio unos momentos, recordando con cierta timidez como se había atrevido a lanzar semejante propuesta, cómo se había escurrido de su habitación para poder estar contigo unos momentos más, antes de que tuvieras que partir con tu manada.
Enterró el rostro ruborizado sobre tu costado, extendiendo aún uno de sus brazos sobre tu pecho. Nuevamente no supo bien qué decir, pero esta no era la clase de persona que ella era, no. Una Rothchild siempre sabía lidiar con cualquier situación que se presentase, por más imposible que parezca, tal como había ocurrido en ese callejón con aquellos llamados danzantes de la espiral negra que Riley y Aletheia se habían encargado de echar luego.
- Buenos Días, Tyler –su voz sonó natural, pero era posible notar el toque rosa sobre las mejillas de su níveo rostro.
Alejó su cuerpo un poco, acomodando su cabeza sobre una de las grandes almohadas blancas, apoyada desde allí te miro con sus ojos claros llenos de cariño, una faceta que solo te regalaba a ti – ¿Hoy partes hacia Yellowstone? – preguntó extendiendo su índice sobre la punta de tu nariz, en una pequeña caricia.

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07/03/2016, 17:59
Eduard Capell

Eduard se mantuvo en un largo silencio, vestido de traje idéntico a su hermano Matthew, se le veía tan frío y serio como él. Se quedó mirando unos momentos después de terminado el funeral, observando a un garou levantar el cuerpo de James Batell y llevárselo quién sabe a dónde.
Miro a todos lados, notando como tu manada empezaba a moverse ya, hacia adelante, descendiendo junto al resto de garous, en una larga procesión para volver hacia la cena, las carpas blancas decoradas y las habitaciones.

Pero Eduard no estaba de humor para tales cosas, se retiró la corbata, la metió a su bolsillo, abrió el cuello de su camisa. Tras ello te tomó de la mano y te miro – No quiero estar aquí, vamos a mi casa. Te puedo traer en la mañana –propuso, dándote un suave tirón, tanteando si estabas dispuesta a seguirlo o no.

Poco después estaban en medio de la carretera, rumbo a la ciudad, sobre un mercedes descapotable azul, que Eduard hacía volar en la oscuridad.

En veinte minutos y pasando al centro de la ciudad, la plaza, el municipio y las típicas casas americanas, él tomo un camino alterno hasta llegar a una casa escoltada por copiosos árboles de hojas rojizas y verdes.

Aparcó en la entrada, apagó el motor y descendió del vehículo, caminó por delante del auto hasta acercarse a tu puerta, hizo el ademán de abrirte la puerta, pero al mirarte cambio de opinión, como si se hubiera percatado de algo, se cruzó de brazos con media sonrisa - Se que eres capaz de bajar por tu cuenta –dijo abriendo la puerta- pero como es la primera vez que visitas mi casa, permíteme al menos, abrirte la puerta –sonrío, te ayudó a bajar, puso el seguro al vehículo con la pequeña presión de su llavero- Bienvenida al hogar de los Capell, mi padre está fuera de la ciudad y Matthew casi siempre se queda en el protectorado. Así que estaremos solo tu, yo y Argos.

Tras ello ingresaron a la sala, una sala sobria de sillones blancos y una larga alfombra bajo los pies. Lo primero que hizo, fue encender la chimenea y luego trajo palitos y una bolsa de malvaviscos.
Se sentó en el suelo frente a la chimenea y empezó a insertar los malvaviscos en los palitos y asarlos al fuego.

- Detesto los funerales… pero, es lo que es. –murmuró, extendiéndote uno de los palitos- Me preguntaste sobre mi manada, estaba en la de Matthew, la manada llevaba el nombre de "Silencio de cuervo", éramos una manada de infiltración, 5 garous y yo. A algunos de nosotros nos permiten integrarlas. Claro, es imposible para nosotros recibir los beneficios que te dan los tótem de manada. Desde que supimos que Matthew tendría el primer cambio nos pusimos a prepararnos juntos… –de pronto se quedo callado, pues apareció un grande perro color miel, un rodesiano africano que lo primero que hizo fue acercarse con cautela a ti y empezar a olisquearte. – Amber, Argos, Argos esta es Amber

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07/03/2016, 20:14
Director

Helen levantó el morral en silencio, llevaba en su rostro una expresión de tristeza pero también de preocupación. Desde dentro saco el pijama que Amber gentilmente le había prestado.
Se puso detrás de un biombo de roble y se cambió, tras ello fue hasta la cama y se sentó sobre ella, disimulando una sonrisa de oreja a oreja, posiblemente con la intención de no preocuparte.

- Sí, me encuentro bien Will –respondió sentándose a tu lado y tomándose sus propias rodillas. Se quedo un rato callada, tras lo cual se animó a preguntar con cierta duda- ¿Crees que se ponga bien? –no hacía falta aclarar que se refería a James Batell.
Miró el colgante que te había dado – ¿Crees que muera? ¿Qué sepa algo más de quiénes atacaron a mi familia? Si de repente… ¿alguien más sobrevivió?

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07/03/2016, 20:15
Tyler "Escudo-Incandescente" Jackson
Sólo para el director

El despertar somnoliento de Eve me trae de nuevo su sonrisa, así como el rubor en su rostro. Al contemplarlo, también yo sonrío, disfrutando de la más bella estampa que la madre Gaia ha creado.

Buenos días, Eve. -Respondo, risueño, a su saludo. Ojalá fuera posible despertar así, de este modo, cada mañana. Me acerco a ella, justo a tiempo para darle un suave beso en los labios antes de que se aparte apoyando su cabeza en la almohada- ¿Has dormido bien?

Me acaricia la nariz con un dedo, un gesto que ne hace frunvir el ceño, divertido, con un cosquilleo en la cara. Sin embargo, la pregunta que formula me roba una brizna del humor que atesoraba.

Supongo que sí... -Admito con resignación, acariciando su rostro con un dedo, desde la frente, donde aparto un mechón rebelde platino, bajando por la sien, la mejilla, y terminando en la barbilla- No recuerdo que lo dijeran de forma explícita, pero parecían tener prisa por enviarnos. Bueno, parecía. Creo que realmente era más deseo de Albretch que del resto. -Comento recordando las palabras del rey, mientras todo el mundo guardaba silencio o se negaba a acudir ni enviar a nadie- Me gustaría poder tratar con tu familia... n-nuestro... asunto, antes de marcharme. Pero supongo que eso sólo depende de ellos...

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07/03/2016, 21:32
Eve Rothchild

Eve se queda muy quieta, aún le sigue pareciendo de ensueño y extraño que alguien se acerque tanto a ella y que sobretodo roce sus labios con los de ella.

Sonríe antes de responder, dejando atrás sus pensamientos y disfrutando de aquel beso - Sí, gracias por preguntar. Espero que tú también durmieses bien y que... -se queda en silencio en cuanto siente el contacto de la piel de tu dedo surcar su rostro y se apoya sobre su cuerpo sorprendida, quedando recostada sobre uno de sus brazos, cuando hablas de tratar con su familia.

Te mira a los ojos con sorpresa - Tú... ¿quieres decir que...? -se arrodilla sobre la cama junto a ti- ¿de verdad deseas hablar con ellos? -aguanta un poco la respiración hasta que finalmente exhala, intentando posiblemente mantenerse calma - podríamos ir... ahora... En un rato, después de desayunar

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07/03/2016, 21:58
Tyler "Escudo-Incandescente" Jackson
Sólo para el director

Me incorporo, de costado, extrañado por la reacción de Eve. No entiendo, creía que ese tema había quedado claro. Se arrodilla, como si estuviera nerviosa. ¿Qué es lo que no entiende? ¿Que quiera resolver esto?

D-de... ¿De qué te sorprendes? -Pregunto, confuso, pero mostrando una amplia sonrisa al hacerlo, buscando con mi mano libre, la que no está apoyada con su codo en la cama, una de las manos de Eve- Tu abuela dijo que lo resolveríamos en privado, y quiero resolverlo. -Resolverlo, de repente recuerdo que eso puede no ser tan sencillo como parece por mis palabras. Que su familia puede oponerse, que no soy...- Y-yo... ya se que no seré... a sus ojos... la mejor opción. Q-que soy... -¿Cómo definirlo, en pocas palabras?- ...poca cosa. -Sí, eso es. Al menos, a su lado, comparado con la grandeza de su linaje- Pero no quiero que piensen que soy un cobarde, eso no. -Digo finalmente con decisión, apretando su mano- Ni que no estoy dispuesto a luchar por ti. -Me siento a su lado, con una pierna extendida, mirándola a los ojos- Mientras me quieras a tu lado, lo seguiré intentando. Y nada de lo que digan podrá quitarnos eso.

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07/03/2016, 22:21
Alexander "Argumento-Justo" Van Der Höffen[C]
Sólo para el director

"El Circulo se rompe de nuevo..."

Sacudí la cabeza para aclararme y volví a mirar, esta vez viendo a mis hermanos y hermanas.

"No. El Circulo no esta roto... No se romperá nunca... Solo esta... Ampliando sus filas..."

Esbozé una sonrisa ladeada, sumido en los calenturientos pensamientos de una mente adolescente y juvenil, fantaseando con los gestos y las confidencias privadas de las parejas formales... y de las informales. Solo la tristeza y la melancolia furiosa que exhudaba Jane ensombrecia un poco el romantico ambiente.

- Bueno... Nada es perfecto...

Y decidí perderme entre la gente, caracoleando hasta encontrar un rincón apacible y tranquilo donde pensar. El ambiente estaba extrañamente tranquilo. El suave rumor de la brisa nocturna estremecia mi cuerpo y revolvia mis cabellos.

Me decidí por caminar con lentitud, sin prisas.

- Espero no estar infringiendo ninguna norma...

Mis pasos me alejaron del bullicio. A pesar de que estabamos de luto, la gente conversaba, charlaba y cotilleaba. Lo que tampoco era de extrañar. Habian pasado muchas cosas en muy poco tiempo.

- Demasiadas...

El majestuoso roble se erguia, recortandose contra el cielo, con sus hojas bailando al son de la brisa. Habiendo dejado atras la colina funeraria, llena del rancio abolengo y de los poderosos espiritús de los caidos, me sentia aliviado.

"Claro que... No puede durar... Seria demasiado pedir..."

Frente a aquella maravilla de la naturaleza, simbolo de tantas cosas, de tanto poder y de tanta esperanza, me sobrecogí, acojonado por todo aquello.

- No tenemos un Totém que nos guie o nos preteja... Hemos encontrado... O, mejor dicho, nos han encontrado... a las futuras parejas de Tyler y de William... Hasta puede que de Amber, si le aguanta el ritmo... Creo que incluso nos hemos convertidos en guardianes de una reliquia... Un relicario, que, si he interpretado correctamente lo que he sentido, debe contener algo horriblemente relacionado con el Wyrm... Nos hemos ofrecido voluntarios para ayudar al Rey de la Nación Garou y vamos a recibir un castigo por poner en evidiencia las caducas tradiciones de la Tribu... Hemos desafiado nuestros mayores, a sus aliados, a sus familias, dando la nota... Adversarios... enemigos...

Sostuve la cabeza entre las manos, dejandome caer en la placida hierba, agotado por el soliloquio. De repente giré la cabeza a un lado y luego a otro, consciente de que pudiera ser que alguien me estuviese escuchando.

- Joder...

Traté de volver atrás, de recuperar el tren de pensamientos, cuando pensaba en adversarios y enemigos... "Aletheia. Riley."

- Mierda...

Me levante a toda prisa, sacudiendome los pantalones y eché a correr en pos de la salida del Protectorado. Habia que explicarles a ambas el resultado de nuestra recepción y, para mi asombro, tenia ganas de volver a ver a Aletheia.

"Vaya una situación rara..."

Como sí todo estuviese planeado, como si el Karma asi lo quisiera, atisbé la delgada figura de Aletheia junto a la de Riley, ambas atendidas diligentemente por el personal de la residencia en el ala de invitados. Me quedé helado, congelado en el sitio, sin saber que hacer o como acercarme.

- Hooray- Grité, usando el grito de batalla que solia usar cuando jugaba a Dungeons and Dragons en la facultad.-  Buenas noches a ambas... Bienvenidas al Protectorado del Norte... Quisiera... - Me atoré un poco, abrumado por los recuerdos del primer encontronazo con Riley y de la extraña escena en la habitación de la Biblioteca del Túmulo, notando como se me enrojecian las orejas.- Me gustaria invitaros a un café recien hecho, pero me temo que no es exactamente mi casa... asi que... Bueno... Traigo noticias... Helen y  William han sido reconocidos como pareja y ella ha sido aceptada bajo la tutela del padre de Eve, el señor Desmond Rostchild... Y creo que Tyler y ella tambien tienen algo...

Bajo la voz y la mirada, sin saber muy bien que decir y preocupado por las reacciones de ambas, en particular de Riley. Sin embargo, lejos de la extraña influencia de Eve, parecia que todos estabamos más tranquilos.

- Somos voluntarios para ir a Yellowstone... y nos van dar un repaso por ser un poco bordes...- Le guiñe un ojo a ambas, mientras bajaba el tono para no ofender a nadie más.- Y esa es una de las razones por las que os andaba buscando... Me gustaria pediros un favor a cada una de vosotras... Riley... Me gustaria que charlases con Jane... En algún momento... Esta... Esta... Nerviosa... Furiosa... Consigo misma... Entiendo que nuestra Tribu puede ser cargante y pedante como pocas... Pero si sigue asi, se autodestruirá... Y forma parte de mis obligaciones hacer todo lo posible para evitar que se haga daño... Incluyendo preguntar a aquellas personas más sabias que yo como ayudar a mis hermanos...

Aunque hablaba con Riley y era de ella de quien estaba solicitando ayuda, mis ojos bailaban hacia Aletheia. Por fin, decidí encararme hacia ella.

- Y es por eso por lo que me gustaria hablar contigo, Aletheia...

 

Notas de juego

2 de 2.

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08/03/2016, 15:39
William Thomas Elliott "Guardian-del-Tiempo" [H]

Me resulta en cierto modo gracioso que se oculte tras el biombo para cambiarse, teniendo en cuenta lo que ha sucedido entre nosotros. Aunque yo todavía no he conseguido acostumbrarme del todo a la desnudez, sobretodo delante de algunas personas, frente a Ty, me siento siempre algo acomplejado, las diferencias entre él y yo, son demasiado evidentes, como para que pueda sentirme contento con mi físico. Termino de quitarme los pantalones para ponerme los del pijama antes de que ella aparezca de nuevo. El rostro de preocupación que muestra Helen, parece quedar tras el biombo, mostrándo al salir de detrás, un rostro mas alegre.

- Te queda bien ese pijama, comento con sinceridad. Miro la habitación curioso, y mientras lo hago un bostezo escapa de mi boca, joder, pues si estoy cansado. - Perdón, digo poniendo mi mano sobre su rodilla, y cuando escucho su pregunta retiro la mano de su pierna para cruzar las mías sobre la cama, aguardo unos segundos pensativo, sin saber bien que responder, - yo... miro un rato mis piernas cruzadas antes de mirarla de nuevo, - no lo se, digo acompañando mis palabras con un movimiento de cabeza, - nos recuperamos bastante bien de algunas heridas, pero esas heridas parecían empeñadas en no cicatrizar, siento entonces un escalofrío que recorre mi espalda, si ellos no pudieron hacer frente a quienes les atacaron, ¿cómo voy a ser yo capaz de proteger a Helen? no creo que muera, parecía tan decidido. - No creo que muera, pero no creo que sepa nada de quienes atacaron, la sonrisa que mostraba hace un rato que abandonó mi cara, - no lo se Helen, supongo que si sabía algo, lo habrá dicho, quizás tu tio este enterado de algo, agacho la cabeza fijando la vista en su regazo, no creo que nadie haya sobrevivido, tuviste mucha suerte, quizás los espíritus te protegían... Recuerdo entonces el fetiche, es posible que tenga algo que ver con la progenie de Búho, y por eso ellos acudieron en tu ayuda, paso los dedos entonces sobre la superficie del fetiche, mañana debería pedir ayuda para averiguar que hace esto.

- Mañana podemos preguntarle a Desmond, a ver si...  suspiro pensativo, creo que voy a ver si me ducho en un momentome vendrá bien para relajarme, digo levantándome de la cama para ir al baño, supongo que no pasará nada porque moje el fetiche.

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08/03/2016, 21:00
Eve Rothchild

Cuando tomas una de sus manos ella agacha un poco la cabeza – De lo rápido que ocurre todo. -confiesa- Pero tienes razón, de cualquier manera es sabio saber que y porqué pasa lo que ya sabes que sucede cuando nos tocamos.
A medida que escucha el resto de tus palabras, su rostro pierde timidez ganando mucho de seguridad y seriedad – ¡Pero ¿Qué cosas dices, Tyler?! –sostiene con fuerza la mano por la cual la sujetas- No eres poca cosa, aunque no tuvieras el linaje que parece que tienes. – su ceño se frunce consternada- Sí, admito que desconocer tus orígenes puede representar una dificultad. Pero Tyler, no es un impedimento. –se acerca más cerca de ti para rodearte con sus brazos y plantarte un beso en la mejilla.

- Desayunemos. Luego podemos ir a ver a Agatha y a mis padres. –concluyó, dándote otro beso, pero esta vez, sobre los labios. Todavía de manera muy tímida.
Se puso de pie y tomó su ropa para asearse y vestirse dentro del cuarto de baño. Ella esperó a que hicieras lo mismo y tras ello, fueron a desayunar.
La mesa en el comedor, estaba servida y había cuanto se te ocurriese probar. Mientras platicaban, reían y comían, sentiste la mirada de alguien sobre ti.

La mirada de Michael Rothchild.

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08/03/2016, 21:02
Riley Mc Mahon "Sol-de-la-Mañana"

Aletheia estaba sentada junto a Riley, remojando un pan dentro de un guiso y llevándoselo dentro de la boca, masticando con lentitud, con la mente perdida en uno de los vitrales del comedor del protectorado.
Riley estaba a su lado, sosteniendo poco femeninamente, una pierna de pollo con una de sus manos y clavándole los dientes a la carne. Por supuesto, tamaño modo de comer, estaba siendo cuestionada por los parientes de la tribu. Que miraban los cubiertos y la pieza de pollo, en un intento telepático para que la furia negra captase el uso.
Pero era inútil.
Ambas te miraron de reojo, rompiendo la danza en la que se encontraban.
- Ya lo sabemos ¿cómo crees que estamos comiendo ya aquí dentro? Sí es que cuando nos estábamos marchando los muy estirados no querían dejarnos pasar ni por la umbra. Hemos tenido que esperar que terminase toda la obra para que finalmente nos invitasen a entrar.
Aletheia se mantenía en silencio, remojando otra vez un pedazo de pan nuevo.
- ¿Quién diría que ese flacucho cara de niña se iba a quedar con Helen? Porque si te das cuenta… –casi se atraganta cuando oye lo de Tyler e Eve- ¿Me estás jodiendo enano? ¿la princesa y el guapete? Apuesto a que se arma en casa de ella. Esto tendría que estar bueno, es de telenovela.
Aletheia pareció despertar cuando oyó de su camino hacia Yellowstone, pero si pensó algo no lo dijo, prefirió seguir masticando y esperar a que terminases de hablar.
- Ni hablar, si es una borde sabelotodo, me sorprende que todos ustedes no salieran con una klaive en la garganta por alguna de sus intervenciones. –mirando de un lado a otro susurró- y llevas razón con lo de tu tribu.
Riley dejo la pieza de pollo que engullía, se limpió las manos con una servilleta y se puso de pie, se estiró, bostezó y te miró – Veré que puedo hacer, no te prometo nada. Pero ahora estoy cansada y quiero tumbarme a cerrar los ojos. Si me permites colmillo, gracias por la hospitalidad
Se puso de pie, pareció mirar a Aletheia y asentir ante algo que no se dijo en voz alta. Tras lo cual se perdió entre la multitud y los panecillos dulces.

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08/03/2016, 21:03
Aletheia Tsekrekos "Paso-gris"

Terminó de remojar el último bocado de pan dentro del guiso y beber una copa de vino tinto. En todo momento sin decir palabra alguna y mirándote, como si estuviera pensando en cada una de las palabras que habías dicho casi de golpe.
Finalmente se puso de pie – De acuerdo, vamos fuera del bullicio Lex-talionis –caminó hasta llegar a uno de los pasillos que tenía permitido, cerca del ala de las habitaciones de invitados especiales.
Se apoyó contra una de las paredes y te miró desde ahí cruzándose de brazos – Bien, entonces ¿qué es lo que tienes que decirme?

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07/03/2016, 19:16
Amber "Aurora-insolente" Browning [H]

Los ecos del aullido de James Batell todavía resonaban en mis venas, impulsando mi sangre desde algún punto en mi estómago y llenándome de desazón. No conocía a aquel hombre, no conocía a los garou por los que se celebraba aquel funeral, apenas conocía su historia por haberla escuchado de Helen. Y sin embargo, no necesité conocerlos para que ese dolor prestado se impregnara en mi piel y, en forma de una solitaria lágrima, se desprendiese de mis ojos brillantes para deslizarse por mi mejilla hasta despeñarse al vacío al llegar a mi barbilla. 

No uní mi garganta a una congoja que no me pertenecía. Durante un instante sentí el impulso de cambiar mis cuerdas vocales para ello, pero no lo hice. No me pareció justo, pues a mí en su situación no me gustaría recibir aullidos de quien no me conociese y apreciase. 

Cuando todo terminó, me quedé allí, todavía contemplando con el pecho apretado en un nudo, cómo se llevaban al garou herido. Era consciente de alguna forma de que mis hermanos empezaban a moverse, pero no fue hasta que la mano de Eduard buscó la mía que pestañeé, como reubicándome al mirarlo. Asentí con la cabeza a sus palabras, todavía en silecio, y lo seguí, dedicando un breve vistazo a mis hermanos, lo justo para convencerme a mí misma de que estarían bien sin mí una noche.

Durante el trayecto, poco a poco fui recuperando mi ánimo habitual, dejando atrás el ambiente triste y sangrante del Protectorado. El viento movía mis rastas en el descapotable y la sensación era casi tan genial como volar sobre mi moto. Para cuando llegamos a la casa de Eduard, ya había recuperado mi sonrisa y me divirtió ese gesto caballeroso que parecía salirle de forma natural. Enarqué una ceja con aire divertido y acepté su ayuda para bajar. 

—Eres todo un gentleman bajo esa fachada de tipo duro al que se la suda todo, ¿no? —comenté, con un brillo divertido en la mirada que se intensificó cuando aclaró que estaríamos solos, a excepción de un tal Argos que, viendo la mansión en que vivía, di por hecho que sería algún empleado. 

Lo cierto es que el lugar en lugar de impresionarme, me provocó algo de rechazo. De nuevo me encontraba con un sitio que me recordaba Fremont y el estilo de vida de mis padres, ese que habían querido inculcarme por la fuerza. Sin embargo, me gustó ver que el plan no era una cena de gala, o enseñarme la casa en plan ruta turística, como solían hacer mis padres con las visitas.

Me quité los zapatos y me acomodé en el suelo a su lado, cogiendo uno de los palitos para acercar el malvavisco al fuego del hogar. Y desde ahí lo escuché con atención. Su forma de hablar en pasado de su manada me hizo ladear la cabeza y fruncir levemente el ceño con curiosidad. Cuanto más iba averiguando de ese chico, más quería saber y sólo de pensar en un pariente entrenando toda su vida para poder formar parte de una manada garou se me encendían el alma y la sangre, hasta que un cosquilleo rítmico empezó a formar una melodía al respecto. 

—Oh, Eduard, voy a hacerte una canción que pasará a la historia —pensé, mientras abría la boca para empezar a preguntar más. 

Sin embargo, mis palabras quedaron suspendidas con la aparición del perro y en su lugar apareció una sonrisa amplia al comprender que Argos no era un empleado.

Estiré la mano con la palma hacia arriba para que el animal pudiera olerme todo lo que necesitase y sólo si me diese permiso, lo acariciaría después, rascándole detrás de las orejas.

—Hola, Argos —saludé, sin poner voz de falsete ni hablarle como si fuese un bebé como hacen algunas personas—. ¿Cómo estás, chico? 

Si estuviese receptivo, palmearía el suelo para que se sentase a mi lado y dejaría que mis dedos se enredasen en su pelaje al volver a hablar, buscando la mirada de Eduard.

—Joder, es una puta pasada que te entrenaras para entrar en una manada en lugar de sentarte a esperar que te convirtieran en un semental —afirmé, asintiendo al mismo tiempo con la cabeza—. Verdaderamente admirable. Pero... Hablas en pasado de tu manada —señalé—. ¿Ellos... ya no están? 

Me planteé por un instante si estaría hablando de más o metiéndome donde no me llamaban, así que escruté sus ojos, tratando de averiguar si mis preguntas le molestaban. Pero al mismo tiempo añadí alguna más.

—¿Cómo es tener un hermano gemelo garou siendo pariente? ¿Ha sido difícil para Matthew y para ti? 

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08/03/2016, 21:32
Helen Harcourt R.

Ella se toma de buena manera el comentario del pijama y sonríe un poco a pesar del repentino momento serio.
- Es verdad, queda mucho tiempo aún, espero que se ponga mejor. Quisiera preguntarle algunas cosas sobre lo que sucedió, sobre mi hermana, sobre todo. Con la guía de tío Desmond, seguro que aprenderé rápido todo lo que hasta ahora había decidido ignorar.

Se recostó mientras te miraba entrar al cuarto de aseo.

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08/03/2016, 21:35
Director

Al entrar a la ducha abres la llave, el agua corre mojando la piel de tu cuerpo y tu cabello, con un chorro fuerte y generoso a una temperatura agradable. El colgante que pende de tu cuello, disfruta también de aquel mismo chorro de agua vital.

La del protectorado es especialmente pura y carente de la corrupción que azotan los ríos y fuentes del resto del país.

De pronto sientes una vibración en el pecho, la caída de agua se detiene cuando un pequeño fulgor dorado con destellos plateados se mueve enérgicamente dentro de aquel colgante.

Este, se alza un poco, quedando suspendido en el aire, desafiando la gravedad. El agua entonces, desciende de la cañería en cámara lenta, tan lenta que puedes observar las gotas cristalinas por el interior, como un espejo natural, pero ésta se detiene estática sobre tu cabeza siguiendo una voluntad antojadiza y anormal.

El colgante deja salir de su interior, como si fuese un pequeño estornudo, pequeñas bolitas de color dorado que te recuerdan a un diente de león al ser soplado y llevado por el viento.
Tienes una sensación de calma a pesar de aquella demostración.

Y así como ocurrió tal maravilla, así de golpe terminó.

El colgante cayó sobre tu pecho, sin el fulgor dorado, las bolitas de color desaparecieron, el agua continuó su marcha natural por la gravedad y tu cabello, tu rostro y tu cuerpo se mojaron otra vez, en aquel silencio íntimo de una ducha con una revelación inesperada.

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08/03/2016, 21:39
William Thomas Elliott "Guardian-del-Tiempo" [H]

Mientras el agua cae sobre mi cuerpo, recuerdo el baño que me dí hace dos días en nuestro refugio, parece tan lejana aquella mañana, aún no conocía a Helen, y ahora, siento como si la conociese de toda la vida. Miro la puerta del baño un instante, ¿se habrá dormido? seguro que está muy cansada. Alzo el menton, dejando que el agua caiga directamente en mi rostro, cierro los ojos, hasta que siento algo en mi pecho, y agachando la cabeza observo el fetiche, vibrando, brillando con una luz de oro y plata. Contengo la respiración por la sorpresa, y cuando veo brotar de su interior pequeñas partículas, estiro la mano tratando de tocarlas, con la misma suavidad con la que trataría de tocar una burbuja, pero antes de que pueda llegar a tocarlas, todo cesa, y el agua de nuevo cae sobre mi cuerpo, dejándome una sensación inmensa de paz, una profunda calma.

Permanezco un rato mas bajo el agua, sintiendo como esta empapa mi cuerpo. Cierro el grifo y salgo de la ducha con cuidado de no caerme, tomo la toalla y seco mi cuerpo. Cuando termino la doblo de nuevo, dejándola tal y como la he encontrado al entrar.

Tomo la ropa del suelo, y abro la puerta con cuidado. Cuando salgo puedo observar a Helen sobre la cama, dormida, pobre, pienso sonriendo con cariño, voy hacia mi bolsa y dejo la ropa al lado. Busco el pijama y tras ponermelo, me recuesto al lado de Helen, no creo que pasemos frío, miro hacia los lados mirando si podemos taparnos con algo, ya se. Me levanto de nuevo de la cama, y tras quitarme el pijama, comienzo a cambiar de forma, hasta transformarme en un inmenso lobo, la misma forma sobre la que se subió Helen. Me dirijo entonces con cuidado hacia la cama, y me tumbo al lado de Helen, convencido de que mi pelaje, le dará el calor necesario, evitando de este modo que pase frío.

Duermo tranquilo, y cuando comienzan a filtrarse los primeros rayos de sol, abro los ojos, primero uno y luego el otro, parpadeo un instante, y abro la enorme boca bostezando dejando ver la lengua del gran lobo. Tengo el brazo de Helen rodeando mi cuello, su cabeza apoyada sobre mi mejilla, y mis patas delanteras rodean su talle. Ella aún duerme, escucho su respiración, pausada, serena, un sueño tranquilo y reparador, libre de pesadillas. Me muevo con cuidado tratando de no despertarla, necesita descansar. Finalmente, viendo como estamos agarrados, vuelvo a mi forma de nacimiento, mas pequeña, para poder deslizarme fuera de la cama sin despertarla. Tras unos minutos moviéndome despacio, consigo abandonar el lecho, y Helen continua durmiendo. Voy hacia mi bolsa y tras vestirme, busco la libreta que use en nuestro Túmulo para comunicarme, escribo una nota rápida.

He salido un momento, no tardaré. Te quiero Helen

Salgo cerrando la puerta con cuidado y palpando el fetiche sobre la camiseta, miro a ambos lados del pasillo. A ver a quien puedo encontrar que me ayude, el tipo rubio de ayer, el Senescal, creo que era, el igual puede ayudarme, o Una-con-la-Umbra. A ver dónde los encuentro.

Empezaré por el jardincillo ese de la fuente donde nos encontró el rubio, frunzo el ceño intentando recordar mientras encamino mis pasos, ¿como diantres se llamaba?.

Notas de juego

Me he tomado la libertad de suponer que al salir de la ducha, Helen tb está dormida, demasiada tensión acumulada estos días, eso agota a cualquiera. Al principio pensaba hablar con ella, charla insustancial para seguir conociendonos, pero me parece mas fácil que se haya dormido.

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08/03/2016, 22:08
Tyler "Escudo-Incandescente" Jackson
Sólo para el director

Me visto en silencio, en soledad, esperando a que Eve lo haga en la intimidad del cuarto de baño. Por mi mente se pasean sus palabras, su ánimo para afrontar todo esto. Pero también regresan los fantasmas de mi incierto origen. Desconocerlo es una dificultad. No un impedimento, pero sí una dificultad.

A pesar de ello, en mis labios queda el recuerdo de ese beso, tímido pero cariñoso, que me ha regalado antes de adentrarse en el baño. Y con él, una tierna sonrisa en mis labios, sumidos en la confianza de que, al final, todo saldrá bien.

Tiene que salir bien.

Salimos de la habitación y caminamos hacia el comedor. De la mano al principio, dejando de hacerlo a medida que nos acercamos al lugar, más concurrido. Hay un montón de comida, para ser solamente un desayuno. Trato de imaginar no sin cierta consternación lo que pondrán en este lugar para almorzar o cenar. Además, todo parece fabulosamente sabroso, de modo que debo hacer un esfuerzo por no excederme eligiendo la comida. Sin embargo, también me recuerdo que va a ser un día largo, y que será importante renovar energías.

Al tomar asiento, charlamos y reímos mientras nos tomamos el desayuno. Le estoy contando a Eve de la tortilla de tortitas de Jane, cuando, mientras ella ríe cubriendo su boca comedidamente con la mano, me percato de que en el comedor hay alguien observándonos fijamente. A mí, en realidad.

Eve... ese de ahí, el que no deja de mirarme... -Le digo, señalando a Michael con la mirada- ¿...no es tu hermano? -Me paso una servilleta por la boca, dejándola sobre la mesa- Ahora vuelvo, ¿vale? -Le digo con decisión, sonriendo, y me pongo en pie caminando directamente hacia él.

Buenos días. Eres Michael, ¿verdad? Me han hablado mucho de ti... -Le digo con una amplia sonrisa, ofreciéndole mi mano a modo de saludo- Tyler Jackson, encantado de conocerte. ¿Te gustaría unirte a nosotros? -Propongo con amabilidad.