Partida Rol por web

Bueno, parece que no tenemos más opciones que acatar este plan vamos Rainer -digo mientras avanzo hasta mi posición- ¿Has pensado como hacer para que parezca un combate real? Lo porque si vienen y ven a dos tipos haciendo el panoli seguro, seguro, seguro que sospechan que algo raro pasa. Aunque, claro está, es que algo raro pasa. Bueno, ahora que lo pienso friamente, cuando quieran llegar a ver que pasa, tendrán una flecha clavada en la garganta, por lo que tampoco podrán pensar o sospechar mucho sobre lo que hacemos o no. Aunque montar un poco de paripé sería divertido, al menos yo me entretendría. ¿Qué opinas Rainer, nos ponemos a darnos mandoblazos de broma? Aunque no se yo si hacer eso con un clérigo de Ulric será buena idea. Como se te vaya la mano, me despachurras contra el suelo.

No te preocupes amigo, golpea con tu espada mi Rodela varias veces y yo no te golpeare... puesto que no tienes nada para defenderte ¿no? ¡Preparado! dice Rainer mientras se pone en actitud de guardia esperando los golpes de Wolfgang.

Wolfgang y Rainer empiezan a intercambiar golpes y estocadas, lentas y medidas, sin embargo una roza los dedos de Rainer con el filo. Rainer le mira. Lo siento dice la cara de Wolfgang.

El plan en principio parece funcionar, pues se oye movimiento en la sala. Oís como se abre una especie de pequeño ventanuco en la puerta y una voz que grita.

Corpo di pastieno, ¿qué fazzio? ¡Contraseña! ¿Qué ocurre ahí fuera?

Se cierra la ventana y sale una cabeza que mira a los "combatientes", se esconde rápidamente, al momento salen dos tileanos con las ballestas cargadas en la mano.

¡Parad! ¡Largo de aquí! No queremos ratas en nuestra base.

Rainer se aleja corriendo tal como el plan señalaba de forma que tenga que seguirle el Tileano para poder estar al alcance de disparo de su amigo.

¡¿Clave y seña?! ¡POR EL LOBO! grita mientras golpea su rodela con la maza y se aleja. ¡VENID SI DE TENEIS COJONES PERROS! Ja Ja Ja

Al menos dos han salido, serán dos menos...

Cargo una flecha en al arco, tan rápido que mis manos no se ven, y en un solo movimiento, apunto y disparo al tileano que se encuentra mas cerca mío.

La flecha parte rauda, pero sólo roza la pierna de uno de los dos hombres.

-Sleinth!!!-maldigo en voz baja, mientras comienzo a cargar la próxima flecha.

La artimaña ha funcionado, - pienso - ahí salen dos. - apunto al que está hablando -  Espera a que tus compañeros se pongan a salvo...¡Ahora!

Aprieto el disparador y dejo que el virote salga en busca de su presa. Por desgracia, mi disparo falla por mucho, dejandonos en una situación peliaguda.

La flecha del elfo hace una pequeña herida en una pierna de un tileano, alrmados y con cara de terror se giran hacia vosotros, un virote pasa sobre sus cabezas.

Empiezan a gritar algo que aunque no entendáis sabés perfectamente que es un grito de socorro, pidiendo refuerzos...otro tileano sale por la puerta y entre los tres forman un semicirculo, con la esperanza de defenderse de vosotros cuatro.

Continúan gritando mientras os apuntan con sus ballestas...

Cargo rápidamente otra flecha, deseando que los tileanos tengan mala puntería.

Al menos esas cosas que utilizan son lentas de cargar.

Con un estremecimiento que me apresuro a borrar, recuerdo que esas cosas atraviesan armaduras como si fueran de papel.

Apunto cuidadosamente con mi arco, intentando hacer mella en los humanos, y esperando que los demás carguen contra ellos. Estoy indefenso contra las armas de cuerpo a cuerpo.

La flecha impacta cerca de la cabeza de uno de ellos, haciendo que se agache prontamente. Pero por desgracia no lo atraviesa.

Rainer se lanza a la carga contra los tileanos, tratando de impactar al herido, tratando de recibir en el contraataque la menor cantidad de daño...

¡¡Por el colmillo blanco!! grita rabioso mientras golpea e impacta en su enemigo con su maza de batalla,dejando una fea herida ¡¡AAAGHHH!!¡

¡A por elloooos! ¡Que no quede ninguno!  Espero que podamos con ellos... ¡no me falleis compañeros!

Las cosas parecen torcerse cuando nuestra esperanza de eliminar algunos guardias rápidamente desaparece. Ahora nos enfrentamos a tres de ellos y armados con ballestas. Lo peor, es que en poco tiempo llegarán refuerzos.

Esto ha sido una locura desde el principio. - pienso - Tendríamos que haber buscado otra forma de entrar. Pero ya no hay vuelta atras, que sea lo que los dioses quieran.

Considero en un instante mis opciones: podría recargar la ballesta pero eso requeriría demasiado tiempo. Quizás mas del que dispongo. O podría prepararme para el combate cuerpo a cuerpo. Haga lo que haga, tendrán tiempo de dispararme.

Piensa, piensa ¡¿qué demonios hago?!

La actuación del clérigo termina por decidirme, su grito de guerra contagiandome de valor. Dejando caer la ballesta, echo mano a la espada y me preparo para cargar.

- ¡Por el lobo blanco! ¡Hasta la muerte!

Los tileanos siguen gritando asustados en ese endiablado idioma que no entendéis y disparan sus ballestas rápidamente y desenvainan sus espadas.

A pesar de lo precipitado de los disparos uno consigue acertar en la pierna de Johannes, que si bien no es una herida grave en apariencia el dolor le impide moverse con libertad. El otro virote falla estrepitosamente.

El que lucha con Rainer dispara su ballesta mientras forcejea, el virote se pierde en la oscuridad del túnel. Suelta la ballesta y desenvaina.

Furioso Rainer mira al Tileano que tiene delante

¡¡¡DEEEEEEEEEEJAAAAAAAAAAAAAAD grita mientras alza el arma por encima de las cabezas del enemigo AAAAAAAAAAA empieza a bajar el arma a gran velocidad MIIIIIIIIIIIIIS el impacto es inminente AMIIIIIIIIIIIGOOOOOOOOOOOS!!! termina golpeando el Brazo Izquierdo del infeliz que tiene delante

Con mi nueva espada y rodela, me lanzo a uno de los tipos, mientras le digo- Como decían en mi pueblo a los malvados malechores como tú... ¡Sufre mamón!. -Después, lanzo una estocada, mientras comienzo a cantar-

Sufre y llora ahora te toca
ya no quiero, ahora es muy tarde
Sufre y llora ahora te toca,
eso te pasó por despreciarme.

Sufre ahora corazón
Sufre ahora por tu error
Sufre ahora tu dolor
¡Y sufre ahora con mi espadón!

Pero lo único que hago con mi espada es cortarle las ropas. He estado muy cerca, pero no lo sufiente...

El intercambio de golpes es sangriento y desde el primer momento se ve un funesto futro para los tileanos, quienes siguen llamando a sus compañeros.

Seguramente están rezando porque estos acudan antes de que les hagáis pedazos.

Kournous, guía mis flechas!

Con una plegaria silenciosa al dios de la caza, preparo nuevamente una flecha, llevandola velozmente al arco y tensándo este con la fuerza de mi espalda y brazos.

Intento calmarme, y respiro hondo, una, dos, tres veces, antes de dejar ir la flecha hacia su objetivo, uno de los tileanos.

La flecha parte rauda, cruzando los aires en dirección de uno de ellos, pero una súbita tensión en mi cintura hace que mi puntería sea pésima, y la dirección que toma la flecha hace que esta pase a medio metro del tileano que debería haberla recibido.

Lanzo un grito de dolor cuando uno de los virotes tileanos me alcanza en la pierna. Mi ropa y tal vez mi suerte me salvan de una herida peor. Aun así el surco ensangrentado que aparece por debajo de mi rodilla escuece como si estuviese ardiendo.

El dolor me hace vacilar un momento, pero no lo suficiente como para cortar la carga que inicio contra uno de mis enemigos. Con la espada en alto, arremeto contra ellos intentando devolverles por multiplicado el dolor que me han causado.

Volteo la espada e intercambio varias estocadas con el tileano. En uno de sus movimientos deja una abertura que aprovecho para darle un tajo, que acaba impactando, irónicamente, en su pierna.

- ¡JA! ¡Ojo por ojo, maldito!