Partida Rol por web

Miro al tendero, miro el disfraz élfico, que al parecer es lo que se lleva este año, y me dirijo al tendero- Buenas, amable y tendero, verá, como hará podido comprobar, estamos buscando un disfraz, ya que si no, no estaríamos aquí. Verá, le contaré nuestra situación. Somos un grupo de nobles, algo, que saltaría a la vista por un ínfimo y pequeñísimo detalle. Como comprobará, no vamos acorde con la temática de este años, dado que nuestro mensajero perdió parte de la invitación al tener que luchar con un lobo salvaje mientra ejercía su trabajo, y lo poco que se podía leer de aquello, nos dió a entender que la temática sería al parecer campesinos. Así pues, como verá, no podemos presentarnos por aquí con estos trajes, o todo el mundo pensará que somos unos desfasados, y el honor del Conde de Trochimond y sus amigos se perdería. Así pues, si comprende nuestra situación, y que como consecuencia del disfraz no llevamos mucho oro encima, necesitaríamos unos disfraces de elfo, acordes con nuestra categoría, pero, eso sí, a un precio altamente económico, porque, actualmente, no podemos pagar esa cantidad de coronas por esos trajes. ¿Nos podría hacer, amable tendero, un pequeño descuento?. Le aseguro que el condado de Trochimond no olvidará este favor...

Muy bien buen hombre, aqui tiene mis 11 coronas de Oro dice Rainer mientras suelta el dinero.

11 coronas por un trozo de trapo... odio las fiestas locales.

Bueno compañeros, es la hora. Me colocare este absurdo disfraz... cuando gusteis Wolfgang podeis realizar vuestro acto o simplemente podemos tratar de entrar como todas aquellas personas... ¿vamos?

Miro algo divertido los disfraces.

-Es decir, me tendré que disfrazar...¿de elfo?-pregunto, mientras contemplo las prendas, asombrosamente diferentes que lo que me indica mi memoria de las vestiduras élficas.

Con un gesto de aceptación y pesar fingido, acepto las ropas del vendedor, mientras entrego las monedas correspondientes, y me preparo para seguir a mis compañeros en el ardid.

Tras pagar las 11 monedas correspondientes, me pongo el disfraz, y salgo de la tienda junto a los demás, digo- Bien, dado que a los nobles no los registran pasaremos un nuevo plan. Nos haremos pasar por nobles, y no hará falta el numerito. Si nos pusiesen alguna impedimenta, los convenceré, o al menos lo intentaré de que no nos registren, porque tenemos prisa. En el hipotético caso de que los guardias nos registrasen, les montaré un escándalo, e intentaré distraer su atención, mientras los demás os dáis a la fuga. Es muy importante que, si esto pasase, recordéis la contraseña secreta, y el lugar de reunión. Y ahora, sin más dilación, dirijámonos con decisión. Ah Eldarendil. Haz que tus orejas de elfo se vean bien. Así el disfraz parecerá mucho más real. Bien, ¿ya estáis todos? ¿vamos?

Diciendo esto, y si todo el grupo está de acuerdo, me dirijo andando como el más pomposo de los nobles hacia la puerta, ignorando a los guardias por completo.

Os dirigís en grupo hacia la puerta, tenés más personas delante y detrás, alrededor de cincuenta en total, más o menos, Wolfgang es el primero en llegar a la puerta y es ignorado por los guardias, Rainer aprovecha y se pone detrás de él; Johannes intenta imitarles pero un guardia le señala; Johannes se hace el sordo y se aleja a buen paso pero sin correr de la puerta el guardia le sigue unos metros pero vuelve a la puerta para intentar controlar a la muchedumbre, se gira un par de veces y se para, se gira hacia Johannes, y empieza a correr tras él...

Eldarendil no puede pasar la puerta pues un par de guardias le han detenido.

¿Dónde crees que vas con esas pintas...¡Mi madre! Si este es un elfo de verdad, anda pasa...

Eldarendil cruza las puertas y se reúne con Rainer y Wolfgang.

Bien lo hemos logrado compañeros... dice Rainer mientras ve como persiguen a Johannes  ¡Mierda! ¿porque habran intentado parar a Johannes? Espero que logre escapar y lleguemos sanos y salvos... a donde quiera que vayamos 

Inicia la marcha apesadumbrado. Tras la batalla con el Engendro del Caos el grupo estaba muy unido y que Johannes no estuviera con ellos ahora le entristecia demasiado.

Vamos a su encuentro...

Con mis nuevos ropajes me sitúo en la cola para cruzar la puerta.

Once coronas, con eso podría alimentarme durante semanas. En fin, al menos son ropajes de calidad, aunque demasiado llamativos.

El clérigo y el charlatan consiguen pasar sin problemas, pero uno de los guardias se fija en mí, tal vez por instinto o tal vez porque a pesar del disfraz, no tengo las maneras de un noble y resulte sospechoso.

Mierda, me ha descubierto. Tengo que trabajar en mis dotes de actor.

Aprovecho su desconcierto para alejarme lo más posible sin llamar mucho la atención. Hasta que el guardia empieza correr hacia mí.

Hora de ahuecar el ala. Casi me siento como en casa. ¡Qué tiempos aquellos! - pienso con una sonrisa.

Echo a correr calle abajo, esquivando transeuntes, atento a callejones por los que pueda desviarme a fin de despistar al guardia.

Johannes echa a correr calle abajo con el guardia tras sus talones.

Corres con la ligereza de tu forma física a través de calles bastante amplias, giras una esquina y luego otra, miras tras de ti, no ves a tu perseguidor, no te fías y sigues corriendo....has hecho bien pues aparece a tu espalda y pide ayuda a quien le pueda oir.

Corriendo al galope bajas hasta la Universidad de Nuln, donde le despistas entre los árboles, el traje verdoso de elfo ayuda...el guardia pasa corriendo sin verte y llega hasta la plaza se gira en varias direcciones mientras se agacha jadeado buscándote.

A tu izquierda una pareja de jóvenes se estaba besando y les has interrumpido, se alejan poco a poco de ti...

El guardia se cansa de buscarte y regresa lentamente a su puesto...

Joder, éste tipo se gana el sueldo. - jadeo para mí sin parar de correr.

El guardia no cesa en su empeño de alcanzarme, pero poco a poco le gano terreno. En un despiste suyo, lo pierdo al girar una esquina y aprovecho para esconderme en la plaza de la universidad.

Oculto entre los árboles espero hasta que el guardia se aleje. Mientras tanto, saludo con un guiño y una mueca a una pareja de tortolitos que, sorprendidos me miran inquietos.

- Seguid a lo vuestro muchachos, yo estoy de paso - susurro a los jóvenes.

Tras un breve descanso para recuperar el aliento y para darle tiempo al guardia para que se marche, salgo de mi escondite e intento orientarme. Estoy en una ciudad desconocida, pero años de vida en la calle me respaldan, así que pronto me hago una idea de qué dirección tomar.

Piensa Johannes, el río está hacia el sur. Ahora la pregunta es ¿cuál es el mejor camino? Aprovecha las fiestas y usa la anonimidad de la masa para ocultarte. Esa calle de allí - pienso mirando al sureste - parece una vía principal. Por lo menos parece llena de gente. ¿La Reiksplatz no estaba por esa zona? Bueno, seguro que como mínimo me lleva hasta el río. Desde allí ya podré buscar el punto de reunión. Espero que los demás no esten teniendo problemas. - me viene una imagen del testarudo clérigo y del exasperante charlatan - O causándolos.

Tras el pequeño diálogo interior, compruebo que no he perdido ninguna de mis pertenencias y aseguro bien mi bolsa de dinero.

Sujétala bien Johannes, que sabes lo tentadoras que son entre la multitud para un cortabolsas. Hablando de tipos como yo, podría aprovechar ahora que estoy lejos del santurrón para aligerar alguna bolsa - pienso mientras me alejo de la universidad en pos de mi destino.

Por el camino, saco la daga de mi bota y la mantengo oculta en mi mano, ayudado por la manga y la capa del disfraz.

Por si se presenta la oportunidad de recoger algun fruto maduro... - sonrío.

Descendéis la calle sin más complicaciones, por haupstrasse y veis que la calle os resulta familiar, miráis a la derecha y veis El Regreso del Reaver, un poco más adelante está el río, llegáis a él. Ahí os dais cuenta de que el lugar en el que desembarcastes está al otro lado del río (D3), donde veis los restos del incidente y algo de presencia militar, de hecho veis que en todos los puentes y muelles hay soldados uniformados y piquetes de soldados que patrullan las calles...

Lo que ves te gusta, pues las calles están repletas de nobles, burgueses, comerciantes etc...además de gente más humilde, pero hay muchos blancos jugosos, sin embargo también ves una fuerte presencia militar, la guardia es más escasa pero hay muchos piquetes de soldados patrullando las calles.

Recuerdas las palabras del pregonero sobre el tema del incidente del puerto, se ha reforzado la ciudad...¿qué hacer?

Al llegar a la relativa seguridad del punto de encuentro, a pesar de los soldados que patrulaln el lugar, me dirijo a mis compañeros en estos términos:

-Disculpad mi pregunta, compañeros, pero: ¿no podríamos intentar ayudar a Johannes? Es una persona agradable, y buen compañero. Creo que intentaría ver si lo encuentro, y puedo ayudarlo. ¿O quizás sea mas adecuado esperarlo un tiempo aqui? Espero sepáis dirimir esta duda que se me presenta, ya que estoy deseoso de reunirnos y de partir de esta ciudad que nos ha deparado muchos momentos aciagos, si bien tiene por ventaja haberos hallado.

Mi rostro refleja la atribulación del caso, entre el deber de buscar al compañero perdido, el de esperarlo aqui para no separarnos, y el miedo a ser atrapado por algo que no hice.

¡Claro que tenemos que esperarle aqui! ¡Es donde finalmente quedamos! ¿no es asi? dice Rainer a los compañeros mientras busca un lugar donde sentarse y acomodar su trasero.

Esto sería el paraiso de cualquier cortabolsas... - pienso - si no fuese por todos esos soldados. ¿A cuento de qué habrá tantos? ¡Claro! ¡El altercado del puerto! Hay que ver lo que pueden causar unos simples aventureros...

Decepcionado por la abundante presencia militar, descarto la idea de sacar unas coronas extra y oculto bien mi daga, no vaya a ser que los soldados la vean y piensen demasiado.

Otra vez será...¡Hacia el puerto pues! Seguro que los demás ya están allí.- pienso y comienzo a caminar entre la multitud en dirección al puerto.