Partida Rol por web

Praetus almacenó en sus memoria la secuencia alfanumérica pues sin duda habría que buscar todo rastro posible de estas latas.

Sin embargo el descubrimiento de Victus mostró la profunda maldad y corrupción que se había extendido. Unos actos tan premeditados que, tras su conversión en patrones numéricos, ecuaciones y factores matemáticos, desbordaban las rutinas de cálculo. Durante unos segundos, bajo la pesada túnica del adepto se empezó a escuchar un grave zumbido, ronco, a tirones como si una máquina no lograse arrancar.

- Fuego. - murmuró por lo bajo sacudiendo los hombros. - Deben ser purgados con fuego y aún así será una sentencia demasiado leve para sus actos heréticos. - Pareció recuperar la confianza y seguridad en si mismo y nuevamente el suave zumbido ocupó su lugar en vez del tosco gorgojeo mecánico. - Fuego...

Murmuró una vez mas antes de salir del infame almacén y seguir a sus compañeros.

Casi todas las puertas dan a depensas y almacenes que su momento debieron estar repletos de víveres. La última, sin contar la está al lado de las pequeñas compuertas, da a una pequeña habitación con una de las paredes hechas de espejo. Dentro hay un aparato de escaneo y un cogitador portátil. Praetus se acerca, lo examina y comenta a los demás: Se trata de un bio-auspex, programado para tomar lecturas de los que pasen cerca del espejo, mientras que el cogitador contiene archivos médicos y de personal de la fuerza de trabajo del Condominio Tantalus. Podemos coger la célula de datos de núcleo líquido como prueba.

Al parecer lo que hay en los tanques es gente triturada y que la dan de comida a los que vienen mendigando. Son los experimentos fallidos del Cirujano.

Feth... Praetus... Tu sabes de esto... ¿Como se puede burlar a este escaner para poder pasar sin ser detecato? Alguna forma habrá... Trono, espero que no nos retenga esto, si no, quizas deberíamos arremeter y listo. Soltandole un tiro al lector, o al procesador. Quien sabe...

- Es un rito complejo pero del que conozco las oraciones y signos necesarios para calmar y adormecer el espíritu-máquina. - Praetus observa la máquina. - De esta forma cesaría la funcionalidad de la máquina y quedaría apagada.

Venga pues...haz los honores cuanto antes amigo, le digo a Praetus mientras mi rifle apunta incesante a la zona que vigilo yo de la estancia.

Paretus procede a apaciguar ceremoniosamente el espíritu de la máquina y termina apagándola. Observáis que la puerta que os queda por revisar y las dos compuertas dan a la misma estancia que el espejo. Una gran sala con mesas amplias y bancos, tiene todo el aspecto de ser el comedor.

Cuidado cuidado, no os confies. Comento mientras avanzo cautelosamente cubriendo a mis compañeros con el fusil en ristre y apuntando a la vez que reviso que la estancia está vacia. Con mucho cuidado avanzo y observo a mi alrrededor, escuchando tambien si se oyen voces de algun lado cercano.

-Esperemos que no seamos la cena,- comento vigilando mi espalda tras hechar un rapido vistazo a la sala.

Abrís el pestillo de la puerta que da al comedor y atravesáis la habitación intentando discernir entre las sombras cualquier enemigo oculto pero tal encuentro no sucede...por ahora. Esta sala larga y cuadrada, lo bastante grande como para albergar a un centenar de personas sentadas a la vez en largas mesas estropeadas, con sillas y taburetes de todo tipo. Los muros están decorados con escrituras y escenas inspiradoras. La comida se sirve a través de las aperturas metálicas desde la cocina. En el muro, cerca de las aperturas metálicas, se ubica el espejo con algunas grietas (el que da al bioaúspex y al cogitador que habéis examinado).

Al fondo una gran arcada da al amplio vestíbulo del edificio que muestra un suelo de mosaico con la imagen del Condominio Tantalus, ahora oscurecida casi por completo por el polvo y la suciedad. Otro arco, al otro lado del vestíbulo lleva hasta lo que parece una sala de conferencias.

Directamente frente a la entrada del edificio (y a vuestra izquierda ahora mismo), dos escaleras curvadas ascienden hasta la primera planta y bajo ellas se encuentra el alto escritorio de mármol de la recepción, con una estatua alta y severa a cada lado sosteniendo antorchas apagadas. Los globos lumínicos situados en las antorchas de las estatuas no ofrecen luz afectados por el corte que habéis provocado. Detrás del escritorio se encuentra una puerta y a un lado del escritorio un ascensor, ambos con puertas cerradas.

Habrá algo interesante en el escritorio???

Pensó Victus mientras se acercaba con máxima cautela y mirando de lado a lado para no ser sorprendido y poder así inspeccionar el escritorio.

- No debemos demorarnos si realizamos un análisis del escritorio y subir rápidamente, el ascensor es una opción que desaconsejo ya que nos dejaría a merced de neustros enemigos si tienen instalados algún tipo de control secundario. - Murmuró Praetus tras estudiar la sala.

El escritorio no es más que el mueble de madera recia y labrada; tiene varios cajones a ambos lados cerrados con llave y está tapado de forma que desde delante no se vea el hueco de las piernas. El ascensor requiere de una tarjeta de acceso pero con la falta de luz está inoperativo.

Golpeo el escritorio con la culata de mi arma a modo de artesanal y bestia ganzua con fuunesto resultado.

No tenemos tiempo que perder registrando cada cajon de este lugar, tenemos que avanzar.

Digo a Victus.

-No hace falta que te pongas así Shanks...estaba esperando a que avanzaseis...vamos...vamos...

hace un gesto de avance con las manos mientras saca de nuevo su pistola

Venga, subamos! digo con un susurro mientras comienzo a ascender las escaleras sigilosamente con el rifle preparado para cualquier imprevisto.

Poco a poco mis compañeros y yo vamos tomando posiciones, Cubridme y que alguno cuide la retaguardia!

Veo como nuestro compañero intenta abrir el escritorio y comprendo sus intenciones, pero parece que no se abre, o al menos no logro distinguir bien si se puede. Luego comenzamos a avanzar por las escaleras con sumo cuidado y llegando a la siguiente planta comprobamos la existencia de una serie de puertas. Para mis adentros pienso: Subir es lo más logico, nuestros informantes dijeron que lo que buscabamos se encontraba en el ultimo piso, pero esto está demasiado tranquilo, y no me gusta nada. Con el rifle subido a la cara y apuntando con el, me muevo en primer lugar del grupo, llebando por delante el negro supresor acoplado al arma, que corta la oscuidad como un apdice fantasmal. Una vez en la siguiente planta, sin dejar de apuntar me hago a un lado y les hago un gesto a mis compañeros que me siguen indicando que seria bueno mirar las puertas de esta sala antes de seguir adelante. Me mantengo atento a todo cuanto sucede, a la espera de ver cualquier movimiento que requiera una intervencion rapida y certera.