Partida Rol por web

-No se ve casi nada-dije mientras subía para ver bien- dejen la trampilla abierta para al menos ver el reflejo y contorno de las cosas, costará, pero tal vez haya algo que nos sea de utilidad- dije comenzando a buscar entre aquellos trastos, por ahora solo teníamos algunas cosas que utilizar y necesitábamos practicamente de todo...

"Pues a buscar se ha dicho" Piensa Jana mientras se mueve sigilosa por la estancia. Huele a cerrado, a polvo y a humedad. La chica arruga la nariz mientras se acerca a un montón de cajas para mirar qué hay dentro.

Lenore, como una raterilla, se encarama a la primera pila de trastos viejos y los objetos sin valor comienzan a volar por los aires sin el menor miramiento, hasta que de pronto...

Jana se dedica a rebuscar entre las pilas de objetos con más ruido que maña, o quizás simplemente eligiendo el rincón erróneo del sótano, pero su búsqueda se traduce en pilas de libros viejos en mal estado y diversos aparatos a cuál más inútil, todos en un estado de degradación tal que aún mirándolos a fondo, veis que no tienen nada rescatable.

Leroy tiene algo más de efectividad, y en su búsqueda encuentra varias cosas que pueden ser de utilidad: diversos útiles de metal que pueden servir de recambios si encontráis el arma de fuego a la que pertenecían las balas de ayer (cada vez se os hace más evidente que el dueño de la cabaña vivía de la caza, principalmente), y un set de ganzúas que sabéis que os pueden ser de utilidad.

Con respecto a Lenore, que parece ignorar por completo el resto del mundo mientras busca, finalmente sale a la zona más iluminada del sótano con un kilo y medio* de suciedad por encima, una llave con una cadena de hierro colgada del cuello, una botella amarilla que suponéis que podría contener algo de lejía, y una granada de mano.

Jana no encuentra nada que les pueda interesar. Desecha absolutamente todo lo que cae en sus manos, pura basura podrida y vieja. Cansada, deja de buscar y se gira para ver si sus compañeros han tenido más suerte que ella. Parece que Leroy ha dado con algo, pero la que se ha llevado el premio gordo de la feria, sin duda alguna es la cría, que además de un buen montón de polvo adherido a su cuerpo, lleva una granada, una llave y una botella con algún líquido en su interior.

- ¿Hora de largarse? - pregunta mirando a uno y a otro alternativamente.

Me quedo mirando los repuestos, si encontrásemos el arma sería algo bueno, además de eso encontré una ganzúas y eso si que nos sería de mucha utilidad.

Sin embargo al ver a Lenore casi le arrojo con algo, hasta que me di cuenta que era la niña, sin embargo los nervios volvieron al ver que tenía una granada.

-De donde sacaste eso?- le pregunté a la cría- dámelo, es peligroso- dije extendiendo la mano.

Espero que me haga caso porque esta niña tiene tendencias a la rebeldía...

Lenore hace amago de lanzarle a Leroy la granada, con el consecuente microinfarto generalizado. Una medio sonrisa se dibuja en su rostro, una sonrisa que mas os provoca escalofrios que otra cosa. 

¿De verdad pensais que podia haberla lanzado? La verdad es que tal y como es la muchacha, tampoco os habria extrañado. Con paso tranquilo se acerca hasta Leroy y le deja la granada en la mano con tranquilidad. Una mirada fija se centra en sus ojos y sus labios se forman en circunferencia.

- Buuuuum....

Dice riendose, sale de la habitacion y deja la lejia a la entrada de la misma, luego veis que pone direccion a fuera del refugio.

Un día más sin recordar quién es, dónde está o, al menos, qué está haciendo allí. No hay señal de alarma que obligue a levantarse, y ponerse a trabajar en ningún objetivo concreto y en medio de ningún lado concreto con unos amables desconocidos no es lo que más le apetece; sin embargo, puede apreciar que seguían en la buhardilla y que parece que algo han encontrado. Quizá ya va siendo hora de ponerse manos a la obra después de todo. Con pereza se desespera y tras estirarse y sacudirse el polvo se dirige hacia el resto. 

Lenore ya se volvía con una expresión difícil de traducir, dulce y fría al mismo tiempo, sin novedad.-¡Ey, Lenore! -Exclamo bostezando a modo de saludo, somnoliento, pues sigue sin hacerle gracia tenerse que despertar del todo. -¿Habéis encontrado cosas chulas?- Pregunta sin pararse dispuesto a subir donde está el resto y echar él también un vistazo.

Finalmente cuando la niña sale de la casa, encontrando a Txo despierto, se dirije hacia la trampilla que rato antes, de casualidad, ella misma había encontrado en las cercanías. La llave, que aún porta ella, encaja a la perfección. Aún con lo extraña que es, y revisando quién más quién menos por la casa sin encontrar nada*, decidís echarle un ojo sea por su seguridad o por la vuestra.

De la trampilla no surge más que el típico olor a cerrado que os inunda la nariz, mezclado con un olor metálico y rancio.

Cuando Jana vio el amago de lanzar la granada de la cría, dio un paso atrás instintivo, sin poder evitarlo. Por un segundo pensó que aquella loca lanzaría el explosivo y que todos saltarían por los aires... Pero, aunque solo fue una pequeña y macabra broma, la sonrisa que siguió al gesto parecía salida de la peor de las pesadillas. 

Joder, ¿Qué se movía en la cabeza de aquella muchacha? Mejor no saberlo. Daba escalofríos.

Jana lanzó una mirada a Leroy tratando de valorar su reacción después de que Lenore le diera la granada. 

- Tengo hambre - Anunció cuando Txo aparecía por la trampilla- Buenos días, Bella durmiente.