Partida Rol por web

Entre el pequeño J y yo, logramos tumbar al ser  y de reojo, veo a Malloy sonreírme, una carcajada nerviosa se apodera de mi garganta cuando escucho el comentario, y el grito del doctor, escandalizado dónde los haya, también la advertencia del idiota de gatillo fácil, que dispara antes de preguntar, menudo inspector está hecho.

- ¿Acaso lo dudabas? – murmuro, divertida.

Procuro mantener a la criatura en el suelo, forcejeando, mientras la hermosa Agnetha intenta persuadir

- ¡Las esposas! ¡Venga! ¡Que alguien le ponga las esposas! ya casi lo tenemos. – Frunzo el ceño mirando a esa cosa a los ojos - ¿Quién eres y qué haces aquí, criatura?

La criatura se debatía como loca. Parecía que René había conseguido sujetar con la ayuda de Joseph al engendro contra el suelo pero ésta se giró aprovechando que el muchacho estaba en equilibrio tirándolo sobre la mujer. El detective abrió fuego de nuevo al ver que los dos habían sido apartados de la trayectoria. Pero la bala rozó su brazo y se incrustó en el suelo sin que este lo notase si quiera.

La locura de la situación solo era comparable con la del policía que decide abrir fuego contra aquella criatura a pesar de la cercanía de René y Malloy - Por el amor de Dios va a matar a alguien - dije con voz exasperada mientras me acercaba al policía para arrebatarle las esposas. Lo primero era poder inmovilizarle y ya luego, si era menester...meterle un tiro. 

-¡¿Es que están locos?! ¡Los va a matar!-gritó exasperado el policía que no podía volver a disparar por que el doctor se había interpuesto entre el y los otros. 

Es que no lo entiende? - le dijo algo desesperado el doctor al ver que McCallahan seguía en sus trece con disparar pese a todas las personas que se habían metido por medio- Saque si tiene unas esposas y ayudemosles a retener al sospechoso!

Edward no perdió más tiempo intentando explicar al tozudo inspector la situación. Se giró y fue a ayudar a sujetar a aquel engendro; quizás más de cerca podría deducir qué tipo de criatura era.

La situacion era algo confusa. Tal vez el hecho de que una mujer este peleando a la par, incluso mejor, que J, lo hacia ponerse nervioso. Cuando aquel ser lo empuja al joven criminal, este se enfurecio. Y volvio a arremeter, directo del suelo, impulsado con piernas y brazos. 

Pero antes de que Agnetha consiguiese hacerse con las esposas la criatura ya se había alzado. Los investigadores, tratando como podían de impedir que sus garras los alcanzasen, no lograban reducirla aunque por suerte si tenían éxito en evitar que esa cosa los destripase, lo cual era sin duda un alivio.

Estaba claro que no iban a poder reducirlo. Esa criatura tenía una fuerza descomunal!

- Apartaos de él dejad que le disparen!

Con el Pequeño J no podría hacer nada, pero a René quizás pudiese apartarla a tiempo. La abrazó con fuerza y la sacó en volandas, alejándose todo lo que pudo de la criatura; temía que la tozuda mujer siguiese intentando capturarla pese a la obviedad de lo imposible.

El policía dispara igualmente, sin saber qué es o qué quiere, no le importa, solo quiere matarlo, lo que me enfada aún más, porque parece que tampoco le importa que estemos en medio.

Lo tenía, casi lo tenía, pero ni yo ni Malloy logramos hacernos con él ¿Y si solo necesita ayuda? ¿Y si hace tanto tiempo que es así que ha olvidado quién es?

La criatura se revuelve, nos ataca a mí y a Malloy, yo suspiro apesadumbrada, no podemos apresarla, y el agente o el inspector o lo que sea, no quiere colaborar, sólo quiere disparar, sin más, qué cobarde, Malloy y yo no podemos solos.

- ¡Está bien! - grito furibunda -  Dispare, sólo túmbelo para que podamos apresarlo, no sabemos qué es ni lo que quiere y un asesinato más no resolverá nada – luego miro furiosa al doctor, señalándolo - ni se le ocurra ponerme sus manos encima, doctor – le murmuro con el ceño fruncido, viendo que se acerca a mí.

Me aparto unos pasos, mirando con suma tristeza a la criatura. Lo siento... Me sujeto al brazo de J.

Viendo que por lo menos la adivina se apartaba, frenó en seco su intención de tocarla.

No entendía porque aquella mujer le trataba con tal desprecio cuando él solo quería protejerla. Pero no era un hombre de pocas luces y entendió que no debía acercarse más a la pitonisa.

- Perdone, no queria ofenderla.

Volvió a sujetar el estoque y se apartó de la línea de tiro del policía.

Aquello ya era demasiado. Pequeño J no podia creer su mala suerte o la buena de aquel vagabundo. Queria trompearlo. Realmente hacerlo mas feo y deforme. Apreto los puños y se iba a lanzar contra el tipo ese, cuando alguien lo agarra del brazo. Era Rene, quien habia estado discutiendo con el medico. El jovenzuelo no supo que hacer. Toda su ira parecio disiparse. Ahora le parecia que nada importaba demasiado y hasta la baba colgando de aquel borracho inmundo parecia una cristalina cascada de fantasia. 

-Ahmm bdbdbdb. Comento sonrojado.

Sigo pensando que la mejor forma de actuar no era precisamente el meterle un tiro, pero parecía que fuese como fuese se haría de todas maneras. El doctor por su parte intenta quitar  René de en medio como si necesitase ayuda, y aunque yo también pensaba que la necesitaba, sus formas ofenderían a cualquiera. Me guardé el arma de donde la había sacado, no sería yo quien le disparase a esa criatura, no por esto, no por existir.

Me acerqué a René intentando mantenerme lo mas alejada posible de la criatura - ¿habíais visto alguna vez algo así? Le pregunto a la vidente con toda la tranquilidad que soy capaz – he oído de figuras que aparecen y desaparecen, pero nada como esto – le pregunto.   

La criatura agitaba sus garras de forma amenazante, tratando de mantener alejados a los investigadores y, aunque no les alcanzaba a dar, la sola amenaza de esas largas uñas rasgando la carne era mas que suficiente para tener cuidado.

- No… jamás había visto nada igual – murmuro, respondiendo a Agnetha, con el ceño fruncido y la mirada perdida en la criatura – parece que no sabe hablar.

Sus uñas largas y afiladas amenazan con abrir surcos horribles en mi cuerpo, sujeta aún al brazo de J, doy varios pasos hacia atrás, tirando de él. Lo miro de reojo, y casi sonrío de medio lado.

- ¿Está bien J? Tranquilo, esa criatura ya tiene su merecido, mírela, lo lleva consigo. Gracias por la locura. – Sí… porque lo ha sido, ha sido una locura lanzarnos hacia ella para derribarla, pero al menos no he estado sola.

Vamos retrocediendo a medida que la cosa esa avanza por el pasillo hacia nosotros.

- Disparad a las piernas, detengamos su marcha, o apartémonos y veamos a dónde quiere ir, o a dónde quiere llevarnos – farfullo, sin quitar los ojos de la criatura.

J camina lentamente hacia atras, alejandose de aquella criatura, que poco parece a la de un ser humano que ha pasado demasiado tiempo en la calle. 

Por algun motivo parece imposible derribarlo, pero aquel ser tampoco logra hacer demasiado. 

Tras los fallos en su pelea, se aleja para que los demas se hagan cargo. Se siente algo confuso, pero no puede evitar seguir a donde Rene lo lleva. 

El detective ni siquiera esperó a que terminase de hablar, en cuanto vio que tenía un hueco por el que acertar a la criatura sin poner en peligro al resto abrió fuego una vez más. La bala dio en la cadera de la bestia pero esta ni se inmutó aunque parecía cada vez más enfurecida.

Edward esperaba a la altura del inspector McCallahan, esperando que éste y Agneta se decidieran a disparar; él con el estoque preparado por si la criatura caía sobre ellos.

La bestia seguía avanzando por el pasillo de manera amenazadora, pero su lentitud permitía a los investigadores mantenerse alejados de sus temibles garras.

El dedicado doctor vió como la criatura acercaba la inmunda garra para intentar hundirla en su carne. En respuesta Edward le quiso hacer lo mismo con el arma que sujetaba en la mano derecha, pero su golpe fue muy torpe.