Partida Rol por web

Alarmado por el jaleo, el detective salió del pequeño cuartillo de madera y vio la dramática escena.

—¿Pero qué...? —sus palabras se interrumpieron por la situación que contemplaba. Un sudor frío comenzó a aparecer por su frente al darse cuenta finalmente de que la misteriosa caída del día anterior pudiese estar relacionada con algún tipo de fenómeno paranormal.

Volviendo en sí, observó a su alrededor buscando algún trozo grande de madera que le sirviese tanto para cubrirse como para poder bloquear la daga y neutralizarla. Debía darse prisa, el señor Monroe estaba sangrando y el cuchillo no parecía que hubiese abandonado su tentativa de homicidio.

Sin dudarlo, Smith intenta golpear el cuchillo con la palanca que lleva, tratando de no darle a ninguno de sus compañeros.

Es un acto reflejo que le sale del interior, esperando no causar más daño del previsto. Si tiene éxito, de nuevo intentará pisar el puñal antes de que cause más daño.

CLINC 

El sonido de metal contra metal resonó con un leve eco en la sala, el cuchillo rebotó antes de quedar atrapado bajo los pies del bateador. Entonces los detalles aparecieron con más claridad bajo el pie: la gran costra de óxido se había tornado roja por la puñalada, no fue difícil deducir que no era la primera vez que apuñalaba...

Con sorpresa por su éxito, Smith se calcó con todo su peso sobre el puñal.

-¡Rápido, hay que ponerle algo encima! ¡Se me está escurriendo del pie y va a volver a volar! ¡La tapa que usaba el dr. Bishop, rápido! ¡Ponédsela encima! ¡O cualquier otra cosa, pero hay que evitar que se escape de nuevo!

Abadonada ya toda esperanza de ser discretos, lo mejor era intentar seguir vivos.

Miranda pasó a colocarse junto a Adam, intercambiando miradas entre su herida y el cuchillo, que seguía meciéndose con violencia en el aire. Cuando el periodista consiguió derribarlo, extrajo un pañuelo de su bolso y atendió con él al parapsicólogo. Quién la iba a decir que, tras escoger una especialidad en la morgue, volvería a tratar a un paciente vivo. 

El detective observó toda la situación, que transcurrió en un abrir y cerrar de ojos. Rápidamente fue en ayuda del señor Smith para evitar que el cuchillo se liberase.

—¡Rápido, señor Bishop, traiga esa tapa! —apremió al médico a la vez que examinaba la habitación en busca de algo que pudiese usar en el caso de que esa tapadera no fuese suficiente.

Renqueando debido a la herida que le había infligido aquella daga que levita a como,sostenida por una mano invisible, el señor Monroe se acercó a ayudar con la tapa que señalaba el detective. Cuanto antes acabaran con la amenaza, antes podría centrarse en revisar su herida y pedir ayuda al señor Bishop.

Tras cubrir el detective la daga con la tapa metálica que estaba previamente en poder de su compañero, esta protestó con nuevos embates que resonaron agudamente en el metal. Coordinándose colocaron sobre esta una caja y en su interior empezaron a llenarla de todos los trastos pesados que encontraron por la habitación, en su mayoría herramientas.

Sólo entonces sobrevino el silencio, como si el arma sangrante hubiese reconocido su derrota.

La herida aún sangra en el costado, sientes como Miranda se acerca para observarte, su aroma es envolvente, pero tus sentidos en especial tu mirada están ausentes, en otro sitio, y entonces te das cuenta.

La tabiquería de madera oculta algo, entre las ranuras adviertes una segunda pared posterior, no alcanzas a ver el material en la oscuridad...

La herida producida por aquella arma blanca animada, había provocado un corte en el costado del señor Monroe. Seguía sujetándose la herida con la mano para ir comprobándola, pues seguía sangrande, aunque quizás algo menos tras revisarla Miranda. En ese momento, Alan se dió cuenta de algo y lo comunicó a sus compañeros allí presentes.

- ¡Mirad ahí! - Señala hacía los tabiques formados por tablones de madera. - Hay algo ahí tras los tablones. Como una segunda pared oculta, parece que hay algún tipo de material que no consigo ver con esta oscuridad... - Recalcó mientras entrecerraba los ojos, forzando su visión sin éxito para tratar de vislumbrar algo.

Aunque el susto de la daga voladora aún estaba presente, no había tiempo que perder. Smith miró hacia donde Monroe indicaba.

-Acerquen la luz, tenemos que ver qué es. Esa segunda pared puede esconder algo importante. Nadie pone dos paredes porque sí. Quizás.. sea una antigua tumba.. _{Tanto leer a Poe es lo que tiene} -dijo, ya casi en un susurro, recordando el relato del Gato Negro que había releído tantas veces.

Tras haberse calmado todo el alboroto, el detective cogió una de ls lámparas y se dirigió junto a sus compañeros. Con cautela, pues tras los extraños hechos de que un objeto cobrase vida propia todo podría ser posible, examinó el entablado que había indicado el señor Monroe.

El detective aproximó su rostro al muro, con el movimiento percibió un olor desagradable pero familiar en ciertos ambientes... Ratas.

Tras hacer acopio de aire volvió a acercarse, oscuridad fue todo lo que vio. Intentó mover el candil para apartar las tinieblas y desvelar lo que fuese que se ocultaba tras otra pared... Parecía otro muro con unas pintadas. Ilegibles a esa distancia.

Gracias a la ayuda de todo el grupo al completo, habían conseguido librarse de aquel puñal volador. Las heridas de Alan se habían recuperado, aunque no lo suficiente, pues seguía sangrando. Todo gracias a la inestimable ayuda de Miranda, quien acudió en su ayuda.

- Muchas gracias señorita Thornton. Parece que la herida se ha cerrado, aunque sigo sangrando un poco... - Le comentó a la dama.

Tras esto, se acercó al detective, quien investiga la pared que habían descubierto recientemente. Alumbró con la lámpara para tratar de ayudar, aunque era ilegible lo que ha ia en la pared interior. Tal vez, si pudieran acceder a esa estancia podría. Ver que había con mas claridad.

- ¿Podemos arrancar esas tablas para acceder? Quizás unas cuantas. Las necesarias para ver el interior... - Comentó al grupo en general.

-Podemos intentarlo.. Veremos si mis clases de boxeo sirven para algo -Smith se acercó al muro, intentando arrancar alguno de los tablones haciendo palanca con la barra metálica que aún llevaba, y tan útil había sido con el cuchillo volador. Teniendo también mucho cuidado de no pincharse con algún clavo oxidado o astilla, y también pendiente de si algún otro objeto supuestamente inanimado cobraba inesperada vida.

-Ayudadme, así acabaremos antes. Eso sí.. Alguien debería vigilar por si algo vuelve a atacarnos.

El periodista engañaba, atrás quedó su aspecto pusilánime cuando ya acostumbrado a la palanca la incrustó con decisión por uno de los huecos a los que antes se asomaron intentando vislumbrar los secretos que ocultaba aquel tabique. El hedor que antes percibió el detective se hizo más intenso lo que hizo que alguno de los investigadores temiendo que fuese el preludio de una tragedia se echasen atrás.

Lo que apareció tras todo lo que vieron era hasta mundano... Auténticas hordas de ratas salieron de aquel hueco que se abrió y desaparecieron a la misma velocidad por huecos invisibles a ojos humanos.

Una vez pasado el susto inicial otro tabique de características similares apareció por el hueco recién abierto. Sobre éste se encontraban grabadas unas letras.

"CAPILLA DE LA CONTEMPLACIÓN"

-Vaya, parece que estamos llegando a algo.

El detective examinó con cautela el hueco recién abierto moviendo su lámpara a uno y otro lado.

-¿Habéis visto desaparecer una horda de ratas? Hay momentos en esta casa en los que no distingo la realidad de meras ilusiones.

Las ratas se abalanzaron a los pies del periodista, que retrocedió con la sorpresa y la repentina repulsión a la cantidad de animales que se les echó de pronto encima. No se movió más, por temor a ser mordido por alguno de aquellos infectos animales. No le causaban temor como tal, pero tantas juntas podían ser peligrosísimas.

Por suerte, parecía que se alejaban sin causar daños.

-Sí, George.. ¡Vaya si las he visto! -respondió a Stokes-. Creo que durante mucho tiempo en mis pesadillas saldrán ratas de cualquier sitio del que abra la puerta.

Volvió a mirar el agujero, donde ahora se leía un extraño cartel.

-¿Han visto eso? "Capilla de la contemplación".. Parece que no andábamos muy errados. La secta de la que encontramos información debe de ser la responsable de este lugar. 

-Si, parece que uno de los inquilinos que residieron en esta casa perteneció a la supuesta secta de la iluminación, quizás encontremos la explicación a todo lo que sucede en la casa ahí.- Dice mientras se aproxima a la pared cojeando, esta vez apoyándose mucho mas en su bastón, -tengan cuidado al entrar ahí, puede haber alguna trampa como la que arrojo al señor Stokes por la ventana.-

Sigue deseando que fuera una trampa lo que arrojo al pobre detective por la ventana, eso es algo contra lo que se puede luchar, si no fue una trampa puede que no tengamos forma de luchar contra eso.