Partida Rol por web

Los aventureros ven  por último cómo la muchacha se mezcla entre la multitud, perdiéndola de vista entre el gentío.

 Jorgael contempla con silencio la escena que se desarrolla ante él. Simplemente no juzga la justicia de los humanos, si las leyes dictan que un salteador de caravanas merece la horca, que ahorcado sea. Maldito este por dejar mujer y descendencia desamparada. Ya sabía a que se exponía cuando delinquía.

 Pero esa forma de quitar la vida, la horca, no era una muerte decente.

 Tras darse la situación se gira hacia el conductor de la carreta y le comenta.

 - No íbamos a una posada llamada 'Las culebrras', está empezando a helárrseme el trraserro. A verr si lo rremediamos.

Sin duda logadon era el nombre que escuche cuando nos atacaron a mi i a mi escolta, si ese era el tal logadon en verdad cosa que no tenía muy clara, merecería cumplir condena en una oscura celda pero, morir de esa manera no es algo que pudiese desear para nadie, contemplo con pesar la escena, (otra muerte no arreglara nada) cuando veo a la mujer lanzar la maldición agudizo mis pobres sentidos para poder detectar algún tipo de conjuro o magia  en la maldición.

-          Por lo demás estoy conforme con mi camarada enano de que aquí hace frio y sería mejor resguardarse en una posada junto a un buen fuego , y mirando a la gnoma y al resto de compañeros con voz jovial dice – y si os invitare a tomar algo y una buena comida caliente – hace una buena cerveza maeses enanos ¿? Un vino camarada Sireon ¿? Y tu apreciada bel seguro q nos sorprendes con su elección , y le dedica una sonrisa amistosa a la gnoma.

-Sea lo que sea que encontremos en las culebras, me vendra bien...+contesta en voz baja, la vista abstraida en el drama que se desarrolla en la plaza. Es digno de ser plasmado en una balada... Las vidas audaces del ladron, sus amorios, sus hazañas, hasta el final ignominioso y dramatico en la horca, frente a su amada... Delicioso. Suspira profundamente. Tal vez deba tomarse un tiempo esta noche... Sin sacarse de la cabeza esas ideas, mira a sus compañeros con expresion algo ausente.

-Desde luego. No quiero que se alargue mucho el tiempo entre ustedes y la borrachera...jeje

Excelente. Se acabó el espectáculo y después de la "fiesta nacional", un vino especiado y caliente para comentar los mejores detalles del ajusticiamiento, extraordinaria idea.
ironiza Sireon, quién odiaba las muchedumbres. No había prestado atención a la sentencia, pues estaba mas preocupado en que alguien, ocultándose entre las tinieblas y entre la gran masa de gente que se congregó a ver la sádica ejecución, decidiera sustraernos un barril de arenques o un saco de trigo. No había sido buena idea traer el carro hasta la plaza, pero a es tarde.

La comitiva se dirige hacia la posada...

Después de todo lo acontecido la gente empezó a dispersarse mientras la carreta dende ibam los compañeros, Sireon portando a su caballo, y el monje a su llama, se dirigían donde les habían indicado que se encontraba la posada Las Culebras. Había algo de niebla que se metía entre las caslles del pueblo, el frío se hacía notar en los huesos después de un duro día de viaje, tomarse algo caliente en la posada era lo que pasaba por la mente de todos...

Al llegar a la puerta un niño joven habla con el mercader que ya había bajado del carruaje para ver donde dejarían el carro y los enimales, al momento, y después de recibir algunas monedas del mercader, el niño se va corriendo y vuelve con otro par de compañeros, dos de ellos recogen los animales y el otro se suve al carruaje y lo porta según el mercader a una cuadra donde estará vigilada.

LAS CULEBRAS

Esta posada es un tugurio que huele a cerveza y vino añejo. Un cartel de madera oscura, con el diseño de dos culebras entrelazadas, cuelga de la entrada de la puerta.

 Jorgael, cargado hasta los topes con su equipo, examina con atención el salón, mientras da tranquilas caladas de su pipa, olisquea el agradable olor de la birra y la música no está del todo mal. Le llama la atención las mujeres ligeras de ropa que danzan con los bichos esos por el cuerpo. Finalmente el enano, mesándose la barba asiente.

 - No parrece mal lugarr, a verr a que sabe la culebrra asada.

 Sin más conduce sus pasos hacia una mesa vacía con suficiente espacio para albergar a todo el grupo, y deja su mochila pegada a la pared, junto a su escudo y el hacha. Luego se sienta al banco al, junto a su equipo y llama la atención de una de las camareras para que venga a tomar nota.

Examina el lugar, asintiendo para si... al menos, hasta que ve las que se hacen llamar bailarinas, con los reptiles enrroscandose en torno a ellas. Frunce el ceño, desdeñosa, observando la representacion por unos instantes antes de comentar...

-Bah... mucho cuerpo, poco arte... Si fueran tan buenas no necesitarian andar con esos bichos enrroscandoseles...

Vuelve la vista, ignorandolas, para ir a sentarse en la mesa... Deja la mochila bajo la silla y comienza a charlar con sus compañeros.

-Ese hombre de hoy, Logadón, parecia bastante interesante no creen? Estoy pensando... y solo digo, pensando, que ya que tenemos que pasar la noche aqui, tal vez salga a dar una vuelta e informarme sobre el y sus obras... Si alguno quiere acompañarme... +sonrrie picara, añadiendo+ Despues de comer y beber lo que pague Aigam, claro... y si no deciden quedarse embobados con esas chicas de las vivoritas.

El enano sigue a su hermano de raza para sentarse a su lado y pedir unas cervezas....

 - Vamos. - Le da un golpecito a la espalda del mercader... - Tomemos unas cervezas, creo que nos lo hemos merecido después de unos días de viaje no creeís, Jajjjajajaaja... Velvet amiga no te pongas así, sabes que nosotros solo tenemos ojos para ti, jajaja... Aunque no puedes decir que no es algo exótico el baile con serpientes, estoy seguro de que te encantaría estar allí, jajajajaaj.

- Tomemos esas cervezas...

Un poco insípidas. Quizás os defrauden. dice para inmediatamente llevar el caballo hacia el establo.

Tras darle un par de pañlmadas en el lomo y pedir disculpas al equino por conducirle a esa mierda de establo pero que por culpa de alguna estúpida ley que impide a los cuadrúpedos entrar en las tabernas se ve obligado a dejarlo allí; y seguidamente entra a reunirse con sus camaradas.

El monje estaba algo trastocado por la visión de aquel hombre en la orca y todo lo sucedido en la misma, aquella mujer y los ojos del hombre que la miraban con gran pasión, toda aquella escena le daba vueltas mientras se introducían en la posada. El olor a cerveza y vino añejo lo hizo volver a la realidad. Unas mujeres se exhibían con serpientes para deleite de muchos trabajadores que habían acudido allí para olvidar sus penas. No pudo más que sonreír ante la mención de Velvet, pues le pareció que lo decía como si ella tuviera que competir con todas aquellas personas de su mismo sexo...

El monje miró al reciente compañero que se había unido a ellos, Aigam, pues parecía que debía ser elmás interesado en lo sucedido con aquel bandido...

 - Supongo que habrás sentido alivio, al ver morir a aquel hombre... Mató a tu compañero y supongo que eso debe enfurecer a cualquiera. En los ojos del monje se podía ver que estaba imaginándose a sus hermanos morir a manos de los asaltantes del templo. Se preguntaba si la venganza era una sensación beneficiosa y aliviadora...

Es verdad. Dicen que quien a hierro mata a hierro muere. La avaricia o la necesidad de comer le hizo hacerse salteador de caravanas. Y ese trabajo da muy buenos beneficios pero también entraña graves riesgos. responde Sireon, algo taciturno y mascando un trozo de lagarto que les habían puesto de pintxo con la jarrica de vino.

 El enano parece que no le gusta la espera, hace tiempo que se sentó en el banco y llamó la atención del posadro, mas no ha venido a tomar nota ni a atenderles en ninguna forma.

 Para intentar no enfadarse se entretiene mirando a las bailarinas con las serpientes esas, pero la verdad es que no le despiertan demasiado interés, pues su estómago le va rugiendo cada poco.

 - Crreo, Velvet, que te la han dado con queso ese mozo de la puerrta. Debe cobrrarr comisión segurro, pues porr el momento este tugurrio no merrece la pena.- Dice medio en serio medio en broma mientras se quita la pipa de los labios y renueva la hierba.

El grupo finalmente se sienta en una mesa, donde al rato una señora algo entrada en carnes con un delantal algo manchado con restos de comida, se os acerca para recoger el pedido...

 - Buenas tengan señores... Y señorita, deben perdonar el retardo pero con el acontecimiento del ahorcamiento esto está algo lleno, y mi ayudante está enfermo... Que les puedo ofrecer a mis buenos huéspedes... Nuestra especialización como sabrán son las culebras asadas, es una carne un poco seca, pero sabrosa... Ustedes dirán...

 Jorgael ve que finalmente se acerca una rolliza mujer humana a tomarles nota.

 - Yo prrobarré una de esas víborras asadas y que tomarré una espesa birrra para rregarrme el gaznate.

 Dijo sin tardar, para continuar dando una calada mientras la moza apuntaba el pedido.

 - ¿Porr cierrto, mujerr, tienen habitaciones disponibles parra pasarr la noche?

Hace un gesto desdeñoso...

- Ayudante enfermo... seguro. +murmura. Luego de Jorgael, hace su pedido+ Bien, si, yo tambien quiero una de esas culebras, y de beber algo de mmm... luz dorada. Siento alguna añoranza de mi hogar...

Las palabras surgen suaves al igual que su mirada, pero se capta el atisbo de una sonrrisa en sus labios. Tendra este tipo ese licor?

Y para mi una ensalada mixta de rúcula y un batido de gengibre

Uffff, estoy pensando que no es bueno que estemos aquí todos.Voy a vigilar nuestra preciada carga. Quizás algún ratero de la ciudad decida sustraer algo mientras estamos aqui degustando serpientes y lagartos. Me pasaré a echar un ojo. Disfrutad de la cena y venid a relevarme dentro de un rato. añade el semielfo de vacio estómago dispuesto a salir del local.

La señora empieza  a traer comida y bebida acorde a lo que pedían los aventureros, la noche era tranquila y de lo que más se hablaba en toda la posada y posiblemente en todas las casas de la vila, era sobre el ahorcamiento del gran bandido Logadon, por fin parecía que se había acabado con un ser despreciable...

Sireon come algo rápido y decide ir a vigilar el cargamento, aunque el mercader le comunica que la carga está segura, pues han puesto a alguien a vigilarla, previo pago efectuado... Aún así decide marchar, y los compañeros se quedan acabando de comer y deleitándose ante la visión de las féminas moverse en el espaectáculo...

El mago que se había sentado junto a las buenas gentes que habían traído su cuerpo y alma hasta su destino, acabó de comer y agradeció a los presentes la ayuda prestada...

 - Gracias por todo, señores... Y señorita.- Hizo una inclinación de cabeza cuando se dirigió a la gnomo... - Ahora debo marchar tengo un buen amigo en la ciudad, el cual me hospedará y me aclarará lo que ha sucedido exactamente con ese maldito bandido... Espero que vuestro destino no esté muy lejos, aquí me despido y de nuevo gracias por la ayuda... Lo que habéis tomado me haré cargo es lo mínimo que puedo hacer, espero que nos volvamos a ver en mejores circunstancias que en la que nos encontramos... Buna ventura... Y despedidme de Sireon...

Y así el mago empezó a marchar después de que Sireon se hubiera ido antes...