Partida Rol por web

Inevitablemente tras acabar con los dos cristales, caí como un cuerpo inerte al suelo. El esfuerzo ha superado mis fuerzas y todavía me recorre el cuerpo un escalofrío cada vez que pienso en la figura de la primera sala.

Secundo la moción de descansar, aunque tan solo sea por un instante, mi cuerpo lo agradecerá, te lo aseguro.

Echo un vistazo a mis compañeros y me fijo sobre todo en Carster y Ranëdhel ya que ellos son los que han tenido peor suerte.

¿Estáis los dos bien? Espero que esas "heridas" sean tan ficticias como estos fantasmas.

Estupidos bichos, no se quien los ha puesto aqui, pero que tengan cuidado si se encuentran conmigo por que les pienso hacer comer los restos de las columnas

Parezco todavia algo furioso, aunque el haber roto algo parecehaber aplacado algo mi furia

Me he sentido cansado, como si tuviera frio, pero supongo que me recuperare en breve

Me acerco a Anäril sosteniendo la antorcha alta para iluminar la estancia. Siento fría la herida que debió haber dejado la espada espectral en mí, pero el vigor de mi estirpe costera me permite continuar desenvolviéndome con tranquilidad.

- Ha sido duro ciertamente. Yo puedo continuar, pero no lo haré dejandoos solos. No esta vez.- El recuerdo de la torre y mis amigos padeciendo durante mi ausencia aún sigue vívido en mi memoria- Mientras recuperáis el aliento, si Elerin dispone de fuerzas y ánimo, que nos examine a Carster y a mí. El roce de estos fantasmas ha sido inquietante, y aunque nos encontremos bien, no deseo que nos proporcionen desagradables sorpresas más adelante a causa de ello.

Depués de tirar abajo la última de las columnas me apoyo en la pared y tomo aliento por un momento, la combinación de peligro y urgencia de estos últimos minutos han sido agotadora. Cuando me recupero totalmente, hablo:

-No podríamos cometer mayor error que separarnos ahora, si nos perdiesemos en este lugar maldito dudo mucho que volviesemos a ver la luz de sol.-Me acerco a Ranëdhel y a Carster- Ahora echémosle un vistazo a vuestras heridas, no sé mucho sobre heridas causadas por armas fantasmales pero haré lo que pueda.

Aprovechando el tiempo que Elerin se ha tomado en curar a Carster y Ranëdhel, me siento en el suelo recostandome contra la pared.

¿Habéis visto algo interesante en esas habitaciones, aparte de las estatuas?. Si no hay nada especial que debamos examinar con más atención, nuestros siguientes pasos deberían encaminarse siguiendo las huellas, trataremos de descubrir cual era el objetivo de su autor - propongo mientras examino el filo de mis armas, para comprobar que están preparadas.

Descansáis unos instantes. Elerin revisa vuestras heridas pero se sorprende al darse cuenta de que tales heridas no existen, no hay heridas que sanar. Está seguro de que es magia pero no logra averiguar de qué tipo para poder ayudaros.

Tras un corto descanso seguís las huellas. Quizá os hubiera gustado descansar más pero no estais tranquilos en este lugar.

Amrod vuelve a las huellas y os lleva a una nueva sala (7).

Nada más entrar notáis el mal que fluye en la sala. Toda esa extraña sensación que habéis estado teniendo en estas cavernas se magnifica aquí. En el centro de la sala véis un bloque de piedra haciendo de estrado para uno más grande tallado en negro granito. Parece que ese bloque sostenía algo, un objeto alargado de unos 5 centímetros de ancho y más de un metro de largo. Bajo el bloque de piedra adivináis una inscripción el piedra. La escritura es Feanoreana pero la lengua es el Oestron y podéis leerlo.

Con grandes dificultades, consigo mantener la razón en éste lugar maldito. Al percibir que mis compañeros sufren las mismas penalidades que yo, me dirijo a ellos en alta voz, tratando de animarles.

El antiguo mal que mora en este lugar, aunque poderoso, no puede ya dañaros - comienzo, mirando alternativamente uno a uno a todos - que la paz permanezca en vuestros corazones, luchad contra los negros pensamientos que os asaltan y tratan de robaros vuestro ánimo. Salgamos ahora - continúo, no demasiado seguro del éxito de mis palabras - volveremos más adelante para destruir este reducto de la Sombra.

Después de examinar cuidadosamente la zona afectada por la espada frunzo el ceño y digo severamente:

-No hay ni herida, ni cicatriz alguna... Lo siento pero el daño causado por estas armas mágicas sobrepasa ampliamente mi capacidad de curación, si os seguís sintiendo mal cuando salgamos de aquí deberíamos encaminarnos hacia Rivendel, donde habita Elrond el Semielfo, si hay un lugar en todo el norte donde puedan sanar este mal es allí.

No se que habra por aqui, pero todo esto no me gusta, cosas antinguas y oscuras... no me gusta, no son peligros con los que luchar, seria mejor que permanezcan bajo tierra

Vayamonos de este lugar, no hay nada que podamos hacer, por lo menos, ahora mismo y con los medios de que disponemos.

Deberíamos avisar a alguien más sabio que nosotros, para hacerles conocedores de lo que está sucediendo.
En mi opinión deberíamos ir a Rivendel e informar a Elrond. De paso como bien ha sugerido Elerin podrían miraros a vosotros dos - digo mirando a Carster y a Ranëdhel.

Estoy deseando salir de este lugar. La sensación de temor no me abandona ni por un momento.

Con todos mis compañeros arredrándose ante la adversidad, este oscuro poder y el combate de los espectros ciertamente me sentiría más seguro en la Última Morada. Profundamente inquietado me veo incapaz de decir palabra alguna.

Por un momento os parece ver una figura de un hombre alto, quizá un elfo, vigilaros desde las esquinas de la oscura sala, pero pronto pensáis que debe ser el propio ambiente del complejo el que os sugiere tales visiones

Una calma incómoda inunda la habitación. Con la desaparición de los espectros os encontráis en una sala vacía en mitad de la oscuridad. El silencio os incomoda y algunos de vosotros estáis especialmente incómodos en este ambiente.

De repente comienza a hacer calor, mucho calor incluso para aquellos que estáis acostumbrados a él. De vez en cuando, entre esas lagunas de silencio ois el burbujeo de algún tipo de sustancia espesa.

Tenéis clara una cosa: tenéis que salir de aquí. Este lugar esta infectado por la sombra y pronto os infectará a vosotros si no salis rápido. Alguien ha venido a esta sala a recoger un objeto pero no sabéis para que lo quería. La inscripción no es muy alentadora y teméis por el destino de los hombres. Quizá Belegilf pueda daros algun dato más sobre ese misterioso objeto que descansó sobre ese pedestal ahora vacio. Quizá el mismisimo Elrond de Imladris pueda ayudaros; aunque quizá este sea un viaje demasiado largo.

La duda se siembra sobre vosotros y permanecéis unos segundos más en esta sala. Por alguna extraña razón os véis ligados ahora al destino de la Tierra Media pero, ¿qué podría aportar un grupo de inexpertos aventureros al destino de los hombres? Quizá mucho más de lo que imaginais. Habéis sido testigos de los movimientos de la sombra y solo a un estúpido se le ocurriría obviarlos. Debéis ser rápidos aventureros.

- Me ha parecido ver a alguien, ¿más fantasmas quizás?- digo blandiendo en alto la antorcha para alcanzar a ver mejor, dispuesto a volver a emplearla como hicieramos momentos antes Anäril y yo mismo- Este lugar está comenzando a impregnar mis sentidos con su turbiedad.- Ranëdhel se muestra claramente disgustado moviendo la antorcha de aquí para allá, como buscando ahuyentar las sombras de los rincones para dejar al descubierto algo que se moviera extremadamente deprisa para evitarlo.

El ambiente opresivo comienza a hacer mella en el ánimo de todos - digo en voz alta al ver a Ranëdhel moviendo la antorcha sin demasiado sentido a un lado y a otro - y aquí ya hemos visto todo lo necesario. El poder de este lugar es demasiado grande, si permanecemos por más tiempo podria llevarnos a la locura.

Salgamos ahora de aquí - ordeno imperiosamente, agarrando al sinda por una manga de su ropaje para obligarle a prestarme atención - fuera de esta estancia nuestras ideas se aclararán.

Sin más, me encamino a la puerta situada al norte, para esperar a los demás en la bifurcación de la que parece surgir otro pasillo hacia el este.

Aquí decidiremos qué hacer a continuación. Si la entereza de todos puede soportarlo, continuaremos explorando en esa dirección - digo, señalando al este, a medida que los miembros del grupo van llegando - si alguien no puede continuar, abandonaremos este lugar, como parecen querer las fuerzas que aquí habitan.

Sigo con rápidez a Anäril, pues no quiero quedarme ni un minuto más en la sala.

Deberíamos salir de la cueva, no solo de la sala. Creo que el embrujo la afecta por completo.

Desenvaino la espada alterado y me dirijo con un par de pasos rapidos a una esquina, donde vuelvo a girarme tambien rapidamente

Donde esta?

miro hacia los lados repetidas veces

No lo habeis visto?, algo nos sigue, no me gusta nada este sitio

- ¿Lo has visto también, no es así Carster?- aunque me dejo llevar por Anäril sigo moviendo la antorcha en busca de la figura.- Quizás sea un espectro como los otros y también halla alguna piedra que aprisione su cuerpo más adelante en la bifurcación.

Echo un vistazo iluminando la continuación de la gruta que procede de la sala: - Continuemos si es para bien, pero cuando abandonemos este lugar corrompido me sentiré sumamente aliviado. Espero que suceda lo antes posible.

Aliviado por salir de esa habitación horrible, todavía no me he repuesto del todo cuando Anäril no propone continuar con la exploración.

-Yo también quiero salir de aquí cuanto antes, pero... Las palabras escritas en el pedestal me inquietan profundamente. Me parece improbable que encontremos algo, pero lo cierto es que no sabemos nada sobre este lugar ni quién lo construyó; Creo que lo mejor sería que avancemos un poco más, aunque si vemos que el túnel no tiene fin o nos topamos con más de esos fantasmas o criaturas peores, lo mejor será dar la vuelta sin pensárnoslo dos veces.

Vuestros pasos os acercan a la encrucijada de caminos.

Al noroeste, lo que parece más lógico, la salida. Al este, un largo pasillo del que solo veis una luz anaranjada iluminando un lejano final. El pasillo escupe calor y magia. Quizá tenga la explicación sobre este lugar y sus constructores que tanto anhelaís o quizá tan solo tenga muerte.